Contertulio

La clave del buen contertulio: ser imprevisible y saltarse el catecismo

Se han convertido en el plato fuerte de la política espectáculo. Desde que el Congreso, el Senado y las sedes de los partidos se han mudado a los platós televisivos y estudios radiofónicos, las tertulias han invadido rejillas y hasta escaletas de los informativos. Cinco minutos informando, media hora comentando la jugada. ¿Cuál es la clave del buen contertulio?

La tertulia es la fórmula que triunfa. Comentar la actualidad, servir una ensalada de opiniones en el desayuno, aperitivo, sobremesa, cena y resopón. Tertulia a todas horas como representación casi totémica de una de las aristas más llamativas de la crisis del periodismo: son pocos los que producen y muchos los que opinan. Porque opinar es más fácil, más barato y más productivo, en tanto que dispara audiencias. Resulta mucho más sencillo retorcer hasta el extremo un comentario para despertar al telespectador que exprimir una noticia hasta sacarle los tonos más amarillos.

¿Es posible abstraerse del espectáculo circense, de la provocación, del grito pelado por exigencias del guión? Rotundamente sí. Se puede circular con éxito como contertulio sin convertirse en un somnífero y, por supuesto, sin caer en la tentación de abonarse a la versión tertuliana del clickbait, consistente en argumentar el teta, culo y sexo político (léase chorizo, fascista y ladrón) para captar la audiencia.

La fórmula para ganarse el favor y el respeto de oyentes y telespectadores parte de un ingrediente básico para el ejercicio del periodismo: documentarse. Hay que llegar a la tertulia duchado e informado. Es la materia prima imprescindible. Para un periodista, informarse no es una opción, es una obligación. Y no como mero lector.

El grado de conocimiento de un contertulio sobre cada una de las materias que se abordan es como el calado de un puerto: no se percibe a simple vista pero va quedando en evidencia conforme va aumentando el tamaño del barco que atraca.

Tres intervenciones de un minuto puede que no den para tocar el cielo, pero son más que suficientes para hacer el ridículo. Claro que para ello es condición necesaria tener sentido de la vergüenza. Otro ingrediente para el contertulio. En realidad, para salir de casa. Sentido de la vergüenza y de la responsabilidad.

Si se es contertulio, se asume la obligación de opinar. Que no significa, aunque en ocasiones lo parece, subrayar la evidencia, ni solemnizar la obviedad. Por mucho que se imposte la voz. Opinar es expresar consideraciones desde angulos personales. A ser posible, muy personales. Para ofrecer perspectivas en contrapicado, donde asomen los claroscuros; para proyectar caras ocultas de la realidad. En la medida en que el contertulio subraye el lado menos evidente, dé una vuelta de tuerca más, resultará interesante. Tanto más cuanto mayor sea el grado de conocimiento del tema que se aborde, cuanto más background se tenga. Tener oficio, en definitiva.

Ser original no equivale, desde luego, a soltar ocurrencias. Se trata de ser imprevisible. Desmontar, destruir las expectativas del espectador u oyente habitual. No hay peor contertulio que aquel que lee cada día un capítulo o versículo del catecismo ideológico por el que comparece en plató. La versión más triste, más hardcore, consiste en comparecer casi como cuota de un partido, como portavoz y hasta dóberman de unas siglas. Es el peor de los pecados que puede cometer el periodista metido a tertuliano.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      Por Abril Antara

                                                                        Foto: @Marga_Ferrer

 

consejos verificar noticias

Consejos para la verificación de noticias

¿Sabes qué consejos seguir para la verificación de noticias? Llega por WhatsApp una noticia sorprendente, que despierta todo tipo de sentimientos o en la que aparecen datos llamativos sobre un tema muy controvertido o de candente actualidad. Mucha gente, lo primero que hace, es reenviarlo a sus contactos y estos a los suyos. Todo ello sin contrastar si la información que aparece es real o no. Y, en caso de que sea una fake news, su difusión ha sido de tal envergadura que llega a ser complicado pararla.

Para no contribuir a hacer más grandes la extensión de noticias falsas, existen una serie de consejos para la verificación de noticias que solo lleva unos minutos de tiempo ponerlos en práctica. Hay que tener en cuenta que en un 86% de los españoles tiene dificultades para distinguir entre informaciones falsas y reales, según un estudio sobre fake news de la Universidad Complutense de Madrid.

Aunque los consejos se basan en el sentido común, muchas veces el impulso y la visceralidad promueven que estas desinformaciones sean compartidas con asiduidad. Por ello, lo primero que hay que hacer es tomarse unos segundos, desconfiar de partida y seguir estas sencillas advertencias para no reenviarlas de forma inmediata:

  • Hay que leer toda la noticia –o, al menos, una buena parte de la misma- y no quedarse solo con el titular. Este suele ser llamativo, contener algún dato para hacerlo verosímil y causar sorpresa o rechazo. Además, se pueden encontrar faltas de ortografías, erratas o, incluso, una url extraña.
  • Las fuentes son una de las claves para detectar si se trata de una fake news. Si el formato es una imagen reenviada por redes sociales, sin autoría ni enlace, suele ser una noticia falsa. También hay que averiguar si el medio es real o no y cuáles son las fuentes que emplea para justificar la información.
  • Para saber si el titular es real, se puede insertar en un buscador para conocer si ha sido publicado por otros medios de comunicación fiables.
  • Las imágenes pueden estar manipuladas e incluso se puede emplear una fotografía correspondiente a otra fecha o a otro hecho. Hay que buscar la imagen en Google Imágenes para conocer su procedencia siempre que desconfiemos de ella.
  • Los datos suponen un asunto muy sensible. En ocasiones no llevan la fuente que los corrobora y, en otras, se cita alguna autoridad, pero puede ser falso. ¿Cómo saberlo? Comprobando si lo han reproducido otros medios y si realmente lo ha dicho esa persona u organismo, por ejemplo, en un estudio, en una nota o en una rueda de prensa. También se pueden encontrar fuentes generales como “según expertos”, sin mencionar nada concreto, por lo que puede ser falso.
  • Las fake news pueden alterar las fechas o realizar un relato de los hechos sin una cronología exacta. Muchas veces se ve que la noticia está redactada en pasado, aunque se haya lanzado en la actualidad.

Asimismo, algunas redes sociales como Facebook y Google han incluido el botón Fact Checking para que los usuarios detecten la veracidad de la noticia que les ha llegado o que han visto en la Red.

A estos consejos para verificar noticias hay que unir la apuesta por un periodismo de calidad, alejado de la precariedad en la que viven sus profesionales y en la que los medios de comunicación trabajen para luchar contra la desinformación en Internet. Este fue uno de los puntos abordados este sábado en la 78 Asamblea de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), celebrada en Albacete, cuando se abordó la preocupación existente sobre las fake news. Otro de los puntos propuestos fue incluir en colegios e institutos asignaturas relacionadas con el periodismo para que los más jóvenes sepan distinguir cuándo una noticia resulta falsa. De hecho, la Comisión Europea recomendó el año pasado incluir esta formación en escuelas y centros de enseñanza.

Así pues, si se empieza por educar desde bien temprano y a concienciar sobre el peligro que entrañan las fake news, se logrará que estas no tengan cabida en la sociedad. Si todas las personas ponen su granito de arena y dedican unos minutos a comprobar la veracidad de una noticia cuando la leen en redes sociales o se la envían por WhatsApp, se lograría parar un movimiento que llega a desestabilizar sociedades enteras.

fake news y bulos en campaña electoral

Objetivo: combatir las fake news en campaña electoral

Con la vista puesta en las elecciones del 28A, medios de comunicación y partidos políticos se han centrado en combatir las fake news. Hasta tal punto se le ha dado la importancia que merece que un equipo de más de 100 policías rastreará Internet en busca y captura de bulos, noticias falsas y ciberataques durante la campaña electoral. Facebook y WhatsApp son las plataformas en las que se van a centrar, además de Twitter, y no es de extrañar porque son las que más rápidamente propagan las fake news.

De hecho, la compañía que lidera Mark Zuckeberg parece estar concienciada en el grave problema que acarrea a las noticias y está probando herramientas para evitar, o al menos paliar, las que resultan falsas. WhatsApp está desarrollando un buscador de imágenes para contrastar las informaciones, mientras que Facebook ha puesto en marcha un programa de verificación de contenidos junto con APF, Newtral y Maldita.es para los contenidos en español. De esta manera, se pretende marcar las que no son verdaderas con el fin de disminuir su difusión por Internet.

Las campañas electorales son el caldo de cultivo perfecto para que individuos y organizaciones con intereses económicos y políticos lleven a cabo un bombardeo de fake news, sobre todo, en redes sociales como Facebook y Twitter. Ya lo hemos comprobado en las últimas elecciones presidenciales de Estados Unidos y en el Brexit. De ahí que se haya convertido en una prioridad controlar este tipo de informaciones, entre otras cosas, porque los partidos se han dado cuenta de que tienen más impacto del esperado.

Si hace años los periódicos eran la fuente a través de la cual la ciudadanía se informaba durante una campaña electoral, las nuevas formas de comunicar han hecho que Internet desplace a la prensa tradicional, convirtiéndose en el escenario propicio para los ciberdelincuentes. De hecho, la escasa cultura de contrastar de dónde proviene una noticia o un dato por parte de la gente, hace que se den credibilidad informaciones verosímiles pero falsas.

Los partidos políticos llevan ya tiempo utilizando las redes sociales para lanzar sus ideas, dar a conocer su programa electoral, arengar a sus simpatizantes y militantes o, simplemente, criticar al contrario. Sin embargo, no todos utilizan reglas del juego limpias. Muchas fake news son vertidas y distribuidas por algunos partidos políticos en redes sociales, donde se mueven con mucha facilidad y donde cuentan con un público muy fiel que no duda en compartir. Y, también, se rodean de un ejército de bots que amplifican ese tipo de mensajes.

Los resultados de las próximas elecciones desprenden una gran incertidumbre sobre qué “bando” va a ganar y/o gobernar. De ahí que Internet se haya convertido en el tablero en el que los partidos políticos van a jugar sus bazas, pues está demostrado que la ciudadanía hace más caso de lo que hasta entonces se pensaba en torno a los mensajes y noticias que se lanzan. Además, tras las elecciones andaluzas, se ha visto cómo la última semana es más decisiva de lo que se creía en cuanto a la opción del voto. Por ello, en este mes y medio que resta hasta el 28A veremos una lucha descarnada en el ámbito online en el que medios de comunicación y votantes deben permanecer ojo avizor si no quieren que les cuelen una fake news.

 

Carlos Pérez de Ziriza | Fotografía: María Carbonell

“Lo complicado del periodismo musical es hacer una pieza rigurosa y asequible al mismo tiempo”

Carlos P. de Ziriza suele afinar su retórica en diferentes medios musicales, de Mondo Sonoro a Beat Valencia pasando por El País. Su amplia trayectoria en el periodismo cultural es aval suficiente para pedirle una radiografía de la prensa musical, una sección tradicionalmente estimulante dentro de los medios generalistas pero que no siempre está lo mimada que debería. La música es cultura y la cultura conforma el pensamiento crítico, herramienta esencial para cualquier ciudadano que aspire a cincelar su libertad.

El currículum es la tarjeta de presentación

El perejil imprescindible en todo currículum periodístico

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Elaborar un currículum como profesional de la comunicación con garantías de sacar el máximo rendimiento a la vida y obra desarrollada en los medios no es nada sencillo. No es tan complicado como comer tres veces al día del periodismo pero desde luego que no es fácil. Qué experiencia incluir y cuál obviar es el gran dilema, en el caso de quienes disponen de una trayectoria. Por ello, la primera X que deberemos despejar es la de determinar qué perfil profesional se desea proyectar para referenciarte como persona cualificada en ese ámbito.  Cómo quiere uno ser percibido para posicionarse en las mejores condiciones para ser contratado. De entrada, en el perfil de Linkedin, en el escaparate laboral, habrá que transmitir al mundo que se está en condiciones de poder atender las necesidades del nuevo periodismo, que ya no tiene nada que ver com Tom Wolfe, sino con el llamado periodista polivalente, que podría traducirse como hombre orquesta del periodismo.

Si se tienen las habilidades para poder sumergirse en la multimedialidad (contextualizar y documentar a través de hipervínculos, producir y agregar vídeos o enlaces a redes sociales), es clave hacer constar la experiencia en medios digitales que acrediten esta competencia. De igual modo, no está de más hacer constar que llegado el momento también se está preparado para ejercer de Community Manager. Más que nada para no ser considerado un disruptivo integrante del 1% de periodistas no reciclados a CM.

Un buen currículum no es una relación eterna de nombres y fechas que abruman, sino una referencia a los aspectos claves de formación y experiencia que anclen el perfil profesional. De forma escueta y sin adornos.

A la hora de detallar la formación no es imprescindible hacer constar aquel curso de macramé al que asististe ni aquellas jornadas de colombicultura de los sábados por la mañana. Basta con aludir a los estudios de grado, cursos o másters que aporten valor añadido a la cualificación profesional como periodista. También es recomendable abstenerse de incluir la fórmula “estudios de …” en un intento de dotar de músculo al currículum, cuando en realidad es grasa. Lo que cuenta en los estudios no es cómo empiezan sino como acaban. Así que, casi mejor olvidarse de la media asignatura cursada o aquella en la que uno se matriculó y nunca más se supo. Es una estrategia trilera, genera desconfianza y falta de credibilidad, un pecado mortal en el caso del periodismo.

Aunque esté cada día más en desuso, es muy recomendable, por no decir imprescindible, aportar alguna prueba de la experiencia que se acredita. Es el perejil imprescindible para condimentar el currículum. Para dar sabor. Ese toque que distingue a un plato singular de uno insípido. La mejor pieza periodística para ser incorporada al currículum ha de ser algo más que un tuit. Porque un tuit nunca es una noticia. Es, eso sí, una buena herramienta para divulgarlas. ¿Y qué texto o información audiovisual elegir? Es recomendable alguna que defina nuestro estilo, que subraye los ángulos periodísticos que nos ponen en valor. Y siempre mejor un reportaje o crónica, un género interpretativo y creativo, antes que una noticia pura y dura. Hablará más de nosotros, de nuestra mirada periodística sobre la actualidad y de nuestra capacidad de interpretarla. A fin de cuentas, nuestros ojos como cámara subjetiva es lo que nos distingue del resto.

                             Por Abril Antara

                            Foto: @Marga_Ferrer

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beatriz-talegon

“Hablar por hablar es lo que marca la diferencia entre una buena pieza y otra que no deja huella”

La eterna cuestión periodística, también llevada al mundo del Derecho: ¿es mejor un abogado con nociones de periodismo para escribir sobre política y tribunales o a la inversa? En el caso de Beatriz Talegón (@BeatrizTalegon), su especialización (algo que destaca y subraya) se da en ambos campos. Actualmente es editora general de Diario 16 y colabora con medios como TV3, Cuatro, El Plural, La República, El Obrero o El Nacional.

Qué mejor ocasión que esta, en el Día de la Mujer, para charlar con ella sobre política, Derecho, tertulias, escritura periodística e, incluso, música y fotografía.

¿En qué ayuda a un periodista la formación en Derecho a la hora de analizar y de escribir sobre política?

Cuando tenía que elegir itinerario a la hora de estudiar en la universidad tuve muchas dudas. Siempre había querido estudiar Filosofía, pero también me atraía mucho el ámbito de la comunicación y del trabajo social. Finalmente, por cuestiones casuales, decidí estudiar Derecho pensando que sería una herramienta fundamental para cualquier cuestión en mi vida. Y así fue. El estudio del Derecho te aporta seguridad, conocimiento del entorno en todas las facetas imaginables y, desde luego, con el periodismo encaja a la perfección. Sobre todo, cuando te dedicas al análisis político, como es mi caso, conocer las normas, los ordenamientos jurídicos y el funcionamiento de la legislación es clave para poderlo explicar de la mejor manera posible. Un periodista al fin y al cabo ha de trasladar información y explicarla. Siempre es muy útil conocer de una materia para poder entenderla y así transmitirla correctamente.

¿Cómo valoras el panorama actual de la política de nuestro país de cara a las elecciones de abril? ¿Cómo se está comunicando a través de los medios generalistas?

La comunicación no está en su mejor momento en cuanto a la calidad que se está ofreciendo a la ciudadanía. Es una herramienta fundamental en un estado democrático, puesto que constituye un pilar fundamental para que pueda configurarse una opinión pública adecuada, que debe conformarse siempre en base a información veraz y a opiniones que tengan argumentos fundamentados. Por desgracia actualmente contamos con posibilidades que nunca antes habían existido: las nuevas tecnologías nos permiten acceder a la información de manera casi ilimitada. Sin embargo, la falta de rigor y los intereses que se esconden detrás de las líneas editoriales están generando una cantidad de “información” inexacta, manipulada e interesada que hace imposible conformarse una opinión en base a datos y a hechos contrastados. Es peligroso porque el riesgo de manipulación es muy elevado. Y esto, de cara a los comicios que se han anunciado tiene muchos riesgos y muy elevados. Blanquear formaciones que en realidad esconden intereses muy peligrosos para la convivencia o criminalizar opciones que apuestan por una mayor democratización es la principal evidencia que estamos viendo en estos tiempos. Y la consecuencia directa: el aumento y el auge de la extrema derecha. ¿Por qué? Precisamente por la falta de información veraz y por los grupos de poder que precisamente se benefician de la presencia de estas formaciones en cuanto a lo que su acceso al poder se refiere. Les financian, les apoyan, les dan voz en los medios y les blanquean para generar aceptación. En ese momento estamos y no pinta bien el futuro inmediato en lo que al acceso a la información veraz se refiere.

¿Qué no puede faltar y qué puede sobrar en un artículo de opinión de un medio generalista?

Para hacer un artículo de opinión que perdure en el tiempo, que sea de utilidad para los lectores y que sirva para una reflexión colectiva es importante informarse antes de escribirlo. Buscar datos, buscar distintas perspectivas y tratar de aportarle al lector una idea clara de tu postura. Sobre todo, argumentada, bien argumentada, aportando todos los datos que sea posible, sin llegar tampoco a aburrir ni abrumar. Es importante, al menos en mi opinión, que el lenguaje se adecúe al público al que te quieres dirigir: no caer en tecnicismos, intentar que la lectura sea amena y no olvidar qué mensaje quieres dar, manteniendo siempre la coherencia y un hilo argumental entre todos los artículos que publicas.

¿Cuáles son las claves para participar en una tertulia política para televisión a nivel periodístico y ‘no morir en el intento’?

Para mí es clave hablar siempre con educación y sin faltar el respeto de los demás tertulianos. No entrar en las provocaciones, a no ser que realmente tengas previsto dejar en evidencia algún argumento de manera contundente. Es sencillo que, si no estás acostumbrado, te apabullen y pierdas tus posibilidades de hablar (depende de la tertulia, del moderador, de los contertulios); en España es habitual que las tertulias no estén orientadas a aportar información sino a aportar disputas y la sensación de polarización. Esto, por ejemplo, en otras cadenas no se produce y es un placer tanto para el tertuliano como para el espectador poder hablar de manera tranquila, tener tiempo suficiente para elaborar tus respuestas y aportaciones y con un buen moderador, puedes realizar una aportación que sea realmente útil. Pero has de estar preparado para cualquier tipo de contexto y normalmente lo habitual es que sean terrenos hostiles donde no te dejarán hablar, tratarán de alterarte, de despistarte, de poner en tu boca lo que no has dicho y de poner sobre la mesa información incorrecta para que hables sobre ella sin percatarte de los errores capciosos.

Cómo músico, ¿deja tiempo el periodismo y la abogacía para desconectar con la música?

Hace tiempo que quiero poder sentarme al piano durante un par de horas seguidas. Hace meses que quiero conseguir unas partituras concretas para poderlas estudiar (Nora Jones). Pero, sinceramente, es algo que vas aparcando y que al final nunca llega. Estudié muchos años de piano, y si en aquellos tiempos me hubieran dicho que pasaría meses enteros sin tocar, no me lo habría creído (hablo de aquellos tiempos en los que estudiaba una media de dos o tres horas al día). Pero el trabajo, los hijos y las estancias fuera de casa hacen que la música, tan necesaria, nunca encuentre su momento. Y es una pena. La música te sirve para desconectar esas partes del cerebro que tienes normalmente hiperactivas; activas otras partes, conectas otros sentidos. Buscas sonidos, sensaciones. Lo que hago de un tiempo a esta parte, y también lo echo de menos porque querría hacerlo más de lo que lo hago, es cantar con Carlos, mi pareja, que es músico. Pero ahora que tenemos peques, por las noches procuramos ya no hacer ruido. Así que es una tarea pendiente la de retomar las notas. La música te conecta con otras personas, con sentimientos, con emociones. Es muy positivo tener esta vía de escape. La fotografía es otra herramienta que me permite evadirme y volar, pero me ocurre lo mismo: hace años que tengo pendiente poner en marcha mi cuarto oscuro. Allí el tiempo pasa, vuela, y con la luz roja todo es diferente.

¿Qué mensaje darías a aquellos y a aquellas estudiantes que llenan las facultades de Periodismo en la actualidad? ¿Hay cabida para ellos en el panorama laboral de la profesión?

Les animaría a especializarse en temas concretos. Los que consideren, y todos los que les llamen la atención. Falta gente que hable de cosas que saben. Hablar por hablar es lo que marca la diferencia entre una buena pieza de información y otra que no deja huella. Les pediría que, sobre todo, mantengan el pilar de la coherencia y la honestidad, como a cualquier otra persona, pero asumiendo la responsabilidad que su trabajo conlleva para construir una sociedad más democrática, mejor informada y, por tanto, más libre. Les propondría que vivieran mucho. Que conocieran distintas realidades y que relativizasen todo antes de escribir manejados por líneas editoriales de las que desconocen sus verdaderos entresijos.

Por @casas_castro
Foto de EFE/Paz Val

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Comunicación empresarial y perchas informativas

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La comunicación empresarial que se practica desde una agencia como Soma Comunicación tiene como objetivo principal conectar a las mercantiles con las audiencias relacionadas con su target de cliente potencial. Una de las herramientas de trabajo que se utilizan es la de la localización de perchas informativas para empresas susceptibles de convertir su producto o servicio en noticia. Para lograrlo, es necesario conocer anteriormente mediante un diagnóstico de temáticas, lectores y contenedores las oportunidades potenciales que tiene para ser referencia en los medios especializados. ¿Qué indicadores encuentra la agencia de comunicación en su cliente para trabajar la segmentación informativa en clave periodística?

1. Hitos sectoriales. Proceden de la agenda de trabajo de la empresa, de su estrategia comercial, de las reuniones que vaya a mantener, de las ferias en las que participe o asista, de los eventos en que sea ponente, de sus objetivos y métricas anuales. De esta vertiente, se obtienen las excusas informativas para proyectar contenidos de calidad a los medios de comunicación de su sector, a los más especializados dentro de su core de negocio. La difusión de informaciones en esta categoría es la más técnica, habida cuenta de que tanto los medios receptores como sus lectores pertenecen al ámbito B2B, y hablan el lenguaje cualificado del emisor de las informaciones.

2. Hitos de actualidad. Estas excusas permiten conectar a la empresa con audiencias más generalistas o especializadas en sectores a priori distintos a los que encabeza, habitualmente a partir de noticias en los que directa o indirectamente el producto o servicio que ofrece ha sido foco de la información. La agencia de comunicación rastrea dichas oportunidades y trabaja en clave periodística las relaciones públicas para salir al paso del enfoque emitido o publicado, induciendo a los medios la posibilidad de contar con el portavoz de la mercantil como fuente cualificada para enmarcar o profundizar la temática abordada.

3. Hitos geográficos. La condición biográfica de los empresarios, las soluciones que aportan a distintos puntos concretos de la geografía, la particularidad conocida en un lugar del planeta o región o el contexto informativo de los hitos sectoriales abordados en el primer punto, posibilitan a la agencia de comunicación con base periodística trabajar enfoques más localizados. De hecho, la información local agradece recibir un trabajo que personalice las informaciones con una proyección de impacto vinculado a un determinado núcleo poblacional.

4. Hitos sociales. Las redes sociales y el devenir de las tendencias que registran las personas en éstas, también son fuente de conocimiento de informaciones que pueden alimentar la repercusión positiva de la empresa. Un hashtag, un debate abierto por un influencer sectorial, un evento celebrado lejos pero con la cercanía de seguimiento que permite una etiqueta, una mención a un producto, una pregunta por un servicio… Cuestiones que con una escucha activa en redes pueden significar perchas informativas para proyectar en otros canales la actualidad informativa de la empresa con calidad e interés periodísticos.

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lucia-asue-mbomio

“A las mujeres afrodescendientes se nos lee de una única forma y eso nos limita”

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Lucía-Asué Mbomío (@luciambomio) es una de esas periodistas todoterreno que ha hecho de su profesión su mayor herramienta para presentar al telespectador a través de la pequeña pantalla la cara social y verdadera de los países y de sus habitantes, que ha cubierto para programas como Españoles por el mundo (La 1). Una de las estancias que más le apasionó vino después de finalizar su emisión: Guinea Ecuatorial, tierra a la que se siente conectada de manera identitaria como mujer afrodescendiente de allí. La comunicadora ha publicado el libro Las que se atrevieron, que recoge relatos de mujeres blancas que se casaron con hombres procedentes de este país durante los últimos años de la colonización española.

En la actualidad, trabaja como reportera en el programa Aquí la tierra (La 1), imparte clases de reporterismo en escuelas de máster y talleres sobre medios de comunicación y afrodescendencia en diversos foros y colabora en la revista digital Afroféminas.

¿Cuándo comenzaste a interesarte por el mundo del periodismo y de la comunicación?

Yo quería ser periodista desde que era muy pequeña, porque tenía un primo que era periodista, que estudiaba en Francia y que hacía sus ‘experimentos’ periodísticos conmigo cuando venía a Madrid. A mí me resultaba apasionante, como un juego. Además, yo empecé a leer con tres años, porque mi padre era maestro, me enseñó muy pronto y me encantaba leer y también escribir. Lo que yo no me hubiera esperado nunca es trabajar en televisión, porque siempre me atrajo la radio y el periódico. Aunque en mi Instagram tengo un vídeo de cuando era pequeña y ya salía dándolo todo haciendo las veces de reportera de televisión.

¿Qué salud tiene el periodismo en un momento político complicado como el actual a nivel nacional?

El periodismo depende de grupos editoriales y está ligado a partidos políticos. En la televisión, aunque los profesionales y las profesionales luchen contra ello, también se ve afectada por ello.  Sin embargo, es muy positivo el crecimiento de las plataformas online en las que hay cierta independencia y funcionan por suscriptores. Ello convierte el panorama en algo muchísimo más interesante y permite leer la actualidad desde más puntos de vista.

¿Cuáles son las claves para realizar reporterismo cercano, claro y de calidad para televisión?

Los periodistas deberíamos conocer un poco más. En demasiadas ocasiones perpetuamos los estereotipos que existen en lugar de contrastarlos y acabar con ellos, porque los profesionales también los tenemos y continuamos hablando desde esa atalaya, en lugar de pisar la calle y conocerla a todos los niveles. Yo estoy un poco fuera de eso porque, como me dijeron, soy más de barrio que El Fary, y porque soy negra. Algo cambia. Así que no basta con preguntar las 5 WH, sino que además hay que ver desde dónde preguntas.

¿En qué te ayudó como persona y como profesional tu paso por Guinea Ecuatorial tras finalizar tu paso por Españoles por el mundo?

Ir a Guinea Ecuatorial fue una experiencia brutal. Como persona, era necesario, porque me he considerado guineana y negra toda la vida y solo había estado de vacaciones. Así que me faltaba una parte de mí para entenderme a mi misma, a mi padre, dónde estoy y lo que soy. A nivel profesional también fue muy rico, ya que me encantó poder reflejar al país en la televisión: en los países colonizados, los contenidos siguen siendo ‘colonizantes’ y ves dibujos, películas y rostros que vienen de fuera, pero nunca te ves en la pequeña pantalla. Por lo tanto, sentir que estaba haciendo, de manera humilde, una recopilación y una puesta en valor de las historias propias fue muy importante para mi y súper enriquecedor. Y suponía contar con otras fuentes que no fueran las habituales (hombres con traje en plató hablando de política) y contar con personas mayores, discapacitadas, niñas y niños, etc. Resulta súper transformador. Y Españoles por el mundo fue increíble por la edad que tenía (de los 28 a los 32 años), recorriéndome el planeta, dándome cuenta de lo mucho que nos parecemos entre sí, por más que nos empeñemos en diferenciarnos, y de lo diferentes que, a la vez, somos, incluso, de una comarca a otra.

¿Cómo resumirías la experiencia de documentación y de escritura de tu libro Las que se atrevieron?

Es una especie de ejercicio de reconciliación y de reconocimiento de una parte de mí, que existe y que no puedo negar, que es mi parte blanca y española, porque mi madre lo es. Y yo siempre me he reconocido en una de mis partes (la negra) porque no me han dejado en la otra y, según Amin Maalouf en su libro Identidades asesinas, siempre tendemos a asirnos a esa parte de nuestra identidad que sentimos que está más atacada. Y así es como yo me he sentido. Poder contar esas historias, darles valor y reconocer cómo aquellas mujeres, para hacer lo que hicieron, tuvieron que ser valientes, por la lectura que se hacía de estar con un hombre negro en aquella época (incluso todavía ahora), fue genial.

Como mujer afrodescendiente y periodista, ¿cuál crees que es la situación actual para mujeres profesionales y formadas como tú en nuestro país a nivel vital y laboral frente a la de hace un par de décadas?

Da igual lo que seamos o si estamos formadas o no, ya que hay grandes mujeres dignas de elogiar por sus historias de vida, por su conocimiento debido a la experiencia migratoria y por haber tirado hacia adelante, en muchos casos, solas. Pero sí que es cierto que a todas se nos lee de una única forma y eso nos limita, así como a la gente que nos mira. A veces en lugar de partir de cero, como el resto, partimos de menos cinco: tenemos que explicar, darnos valor y, a partir de ahí, esperar a que nos reconozcan. Y eso a veces es súper tedioso.

¿Alguna vez has sentido algún tipo de discriminación?

Claro, desde que era pequeña. Me insultaron muchas veces en el colegio, aunque yo no me quedaba callada. Soy antiracista desde la primera vez que sufrí racismo, me hicieron sentir como una persona diferente y me llamaron ‘negra’ como si eso fuera un insulto. En la España de los 80 era común esta situación. Y ahora no creo que difiera demasiado, por desgracia.

¿Cuál es la vía para mejorar esta realidad?

En el periodismo, la mejor vía de transformación es la no ‘marcialización’: la visibilización de los diferentes perfiles que existen en esta sociedad. Es decir, ¿podemos hacer secciones y especiales sobre mujeres negras, solo para ellas, que no son el paradigma de la normalidad, y nos vamos a sentir muy bien porque ‘mujeres’ sin apellido son blancas indefectiblemente? O también podemos hacer un reportaje en el que incluyamos ese estado español que tiene muchas voces, muchas lenguas, muchas teces y que, precisamente por eso, es tan rico. Sin dar más explicaciones.

Por @casas_castro

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“Los testimonios en televisión son clave para entender qué hay detrás de los datos”

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La novela Sostiene Pereira, de Antonio Tabucchi, sigue los pasos de un periodista de sucesos que recibe el encargo de dirigir la página cultural de un mediocre periódico, el Lisboa, durante la opresiva dictadura de Salazar. Este libro también condujo a la redactora del programa político de entrevistas El Objetivo (La Sexta) Inés Calderón de Anta (@ines_calderon) a dedicarse al periodismo cuando todavía no había entrado en la Universidad. Inspiración en modo literario.

¿Qué te hizo decidirte por el periodismo a la hora de formarte profesionalmente?

Un libro, Sostiene Pereira. Siempre me llamó la atención el periodismo, pero no tenía claro si quería dedicarme a ello profesionalmente. Ese libro y los ánimos de algunos de mis profesores, me animaron a hacerlo.

Eres redactora de El Objetivo. ¿Cuáles son las claves para realizar periodismo de datos en un programa tan incisivo políticamente como el vuestro?

En mi opinión, la honestidad profesional. Es evidente que un periodista decide qué temas tratar y cuáles no y también desde qué enfoque. Para mí lo importante es hacerlo de un modo que me permita pensar que lo estoy haciendo de forma rigurosa.

¿Eres partidaria de ‘humanizar’ las cifras en las informaciones económicas?

Claro. La economía es importantísima, pero al final detrás de los números hay personas y situaciones. Los testimonios en televisión son clave para entender qué hay detrás de los datos. Sin voces, a veces queda un periodismo un poco deshumanizado.

¿Qué es lo que más te satisface de realizar periodismo ciudadano en Transparentia?

Lo agradecida que es la gente. Hay un correo en el que nos pueden enviar matizaciones, peticiones, reclamaciones, etc. Sin embargo, el 90 por ciento de los correos que nos llegan son para agradecernos el trabajo, pedir que sigamos así y felicitarnos. Es una alegría inmensa que la gente valore el enorme trabajo que ha supuesto.

¿De qué manera ayudan las redes sociales a mejorar la profesión periodística? ¿También perjudican?

Ayudan desde el punto de vista de que permiten que lo que tú cuentas llegue a gente que habitualmente no te lee o no te ve y eso es un potencial enorme. Y a mí también me ha permitido hablar con personas a las que tengo gran admiración y nunca pensé poder conversar con ellas. No obstante, en mi opinión, tienen también cosas negativas, como la obsesión de los medios por el “últimahorismo”, que hace que muchas veces demos más importancia a lo último y no a lo relevante.

¿Qué mensaje le darías a quienes estudian actualmente Periodismo en las facultades de nuestro país?

Que se especialicen en algo, que haya algo que sea su seña de identidad. Da igual lo que sea: la música, el deporte femenino, los gráficos, etc. Hay miles de caminos para especializarse, pero deben escoger uno. De forma que cuando uno piense en ellos diga: es XXXX, el de los XXXX, y todo el mundo lo recuerde. Eso y que trabajen mucho, que no decaigan en el ánimo, que el camino no es fácil, pero merece la pena.

Por @casas_castro

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regleta

Cinco podcasts que todo periodista debería escuchar

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El podcast vive una segunda juventud gracias –entre otras cosas– al talento de un puñado de periodistas que han sabido volcar en este formato las historias más reveladoras. Mediante los efectos de sonido, la música y los matices de la voz, estos periodistas consiguen crear ambientes absolutamente inmersivos. Relatos atravesados por el mejor periodismo. En este texto recopilamos cinco podcasts que todo periodista debería escuchar: