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Periodistas escritores, ¿realidad o ficción?

La profesión periodística ha abierto numerosas vertientes alternativas para su praxis desde que con el comienzo de la crisis de plataformas los plumillas se vieron forzados a poner el foco de su trayectoria en medios diferentes a los tradicionales. Una de ellas es la de ser periodistas escritores como recurso principal para proyectar su firma o como vía complementaria para obtener una reputación e ingresos extras con los que sobrellevar el día.

Como en todos los ámbitos, en éste del periodismo editorial encontramos ejemplos más sonados y otros más modestos, aunque con elemento común de la autoría. De cerca, vemos a nombres como David Barreiro, quien además de trabajar en la publicación especializada Eurocarne, una de las referencias mediáticas para el sector cárnico, apoya el resto de su tiempo en la creación literaria con obras teatrales como la reciente ‘La herencia’ acreedora del Premio Nacional de Teatro Ciudad de Castellón; o con crónicas humorísticas como ‘Peláez. Historias de un periodista de provincias’, editado por 360 Grados Libros, sello editorial de Soma Comunicación especializado en libros escritos por periodistas para periodistas y no periodistas”.

Porque lo de ser ‘periodista y escritor’ es un binomio profesional derivado de una habilidad implícita del plumilla, la escritora, con la de interpretar el entorno a partir de la realidad, la cual deriva en ficción cuando el autor que consigue conectar con un público masivo se dedica casi en exclusiva al menester escritor. Arturo Pérez Reverte o Mario Vargas Llosa son dos de los nombres más destacados que consiguieron protagonizar esa transición del periodismo a la literatura, quedándose en el lado literario de sus trayectorias.

Otros perfiles, como el de Kiko Amat, compaginan su labor periodística con otras facetas creativas como la especialización musical y la escritura de novelas como la recientemente publicada, ‘Antes del huracán’, la quinta en el haber del autor. Un ejemplo de cómo una trayectoria vinculada a los medios de comunicación puede impulsar carreras literarias de largo recorrido.

Hemos traído unos pocos nombres de los que habitan el bosque literario periodístico, que bien podría abordarse como un supragénero relacionado con el perfil profesional de los autores que le dan vida. Un supragénero que abraza, entre la realidad y la ficción, una forma diferente de enfrentarse a un gestor de contenidos convertido en hoja en blanco de inspiración (periodística).

Posted by @os_delgado o @360gradospress
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¿Cómo se informa un estudiante de Periodismo hoy?

La pregunta es tan sencilla como compleja. Los futuros periodistas acceden hoy a la información de una forma muy diferente a como lo hacíamos antes. Pocos se manchan las manos con tinta, como pocos son también los que esperan de forma pasiva a que comience un programa en la televisión, ya sea de entretenimiento o informativo.

Desde la percepción del día a día, y a través del contacto habitual con estudiantes de Periodismo, se podría afirmar, aún sin carácter científico, que los plumillas del futuro apuestan por el consumo de un tipo de información especializada, a la que acceden a la carta y preferiblemente a través de los medios digitales, las redes sociales y la televisión. Una percepción que podría ser respaldada tanto por la mencionada experiencia en primera persona como por fuentes que apuntan hacia ese perfil; por ejemplo, las conclusiones de expertos de 30 países dentro del informe “Journalism Students Across the Globe: Identity and Challenges ina Changing Enviroment”.

En esa misma línea, Elvira García de Torres, profesora de Periodismo digital del UCH-CEU y directora del Observatorio de Investigación en Medios Digitales (Oimed), apunta que “los estudiantes de Periodismo se informan a través de la televisión, de la web y de aplicaciones mediante notificaciones que luego comparten en las redes sociales. Están más acostumbrados -continúa la docente- a consultar diferentes fuentes y a contrastar la información”.

Con todo, independientemente de las fuentes informativas de las que se nutren los futuros periodistas, el debate en torno a la perdurabilidad de medios tradicionales como el papel prensa sigue encima de la mesa con el interrogante: ¿hasta cuándo saldrán periódicos de la rotativa? Porque, si los jóvenes estudiantes de Periodismo se informan por otras vías, ¿cómo se informan los que no tienen la vocación profesional periodística?

Cada vez, y también desde un punto de vista empírico, es más difícil “divisar” en lo cotidiano a lectores de periódicos menores de 35 años. Como también lo es encontrar personas leyendo el diario en puntos donde antes había que guardar cola: léase bares, bibliotecas y otros espacios de lo público.

Si a ello sumamos que la televisión carece de una oferta temática ad hoc para jóvenes, que sustituyen los rayos catódicos por formatos adaptados a su target como los vídeos de Youtube y otras plataformas audiovisuales de contenidos en streaming como Netflix o HBO; ¿hacia dónde camina, pues, el estudiante de Periodismo en relación a sus fuentes de consumo de información y entretenimiento y a las audiencias que consumirán los contenidos que trabajarán los nuevos periodistas?

¿Dónde quedará ubicada la información periodística especializada en este nuevo contexto? ¿quiénes la consumirán y bajo qué formatos? ¿Terminarán siendo las empresas las únicas informantes sectoriales de sus contextos periodísticos?

Un post de @os_delgado o @360gradospress
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De la nueva inmediatez informativa

Cuando en diciembre de 2010 los viajeros españoles sufrieron la huelga de controladores aéreos no podían imaginarse que, coincidiendo con ese hito, se abría un nueva espita de lo que venían entendiendo como acceso a la inmediatez informativa. Por aquel entonces, las decenas de miles de personas aisladas en las terminales de los aeropuertos coincidiendo con el puente de la Constitución, comenzaron a recurrir masivamente a Twitter para conocer la última hora sobre las negociaciones de la huelga, la situación de sus vuelos o el estado de la cosa oficial. Hasta tal punto significó una revolución en el concepto de acceso a la información, que numerosas instancias oficiales, como la propia Aena, decidieron recurrir a este canal para mantenerse al tanto de los acontecimientos y protagonizar la información derivada de éstos. De hecho, la empresa pública que gestiona los aeropuertos y helipuertos en España abrió su cuenta oficial en la red social del pajarito ese mismo mes de diciembre, durante la crisis mencionada.

Desde entonces hasta ahora, la inmediatez informativa ha evolucionado aún más si cabe y, en todas sus mutaciones, las redes sociales han condicionado el ritmo de convivencia entre el sentido tradicional de entenderla y el perfil urgente de comprenderla, al menos desde el punto de vista de la rigurosidad y de la significación misma del concepto. Porque, a la par que cuentas oficiales como la de Aena se subieron desde entonces al carro informativo de los 140 caracteres, con más o menos tino, la inmediatez sufrió un varapalo a la esencia misma que encierra. Porque si por inmediatez se desprende una cualidad de inmediato, en el perfil periodístico del concepto aparece vinculada a una necesaria veracidad informativa. Y ésta, comenzó a ser obviada por el deseo de querer adaptarse en demasía a la rapidez de estos canales, sacrificando dicha veracidad en sintonía con alertas mayúsculas del estilo ‘ÚLTIMA HORA’ o ‘URGENTE’.

Bajo este contexto, los medios de comunicación tradicionales también sufrieron el síndrome de la nueva ‘inmediatez rápida’ carente de veracidad informativa. La radio, el medio que hasta ese diciembre de 2010 había lucido la mayor capacidad histórica para hacerse acreedor de ser el más inmediato, comprobó que la información, incluso la oficial, circulaba de manera más fluida a través de las redes sociales. Por encima, incluso, de la periodicidad horaria de sus boletines informativos. Los cuales, no tuvieron más remedio que comenzar a referenciar tuits para informar de los hechos de última hora relacionados, en el ejemplo que nos ocupa, con aquella huelga de controladores. Si las ondas se subieron a los tuits, el resto de medios tradicionales comenzaron a hacer lo propio, incluyendo como fuente informativa y como referencias válidas, muchas veces sin verificar la fuente o el contenido, los mensajes compartidos en Twitter.

La nueva inmediatez y la TV

Siete años después, asistimos a otra metamorfosis de la nueva inmediatez. En este caso, protagonizada por los medios digitales –portadas que cambian cada pocos minutos con titulares imprecisos- y, especialmente, por la televisión, que ha comenzado a apostar por telemaratones de seudoinformación con reporteros a pie de calle en persecución de hechos, protagonistas o contextos en ocasiones creados o forzados por profecías de acontecimientos que jamás llegan a producirse o, en el caso de que se den, no coinciden con las previsiones informativas que el conductor del programa de turno había preconcebido. Así, como si fueran programas del corazón de la primera década de los 2000, estilo ‘Aquí hay tomate’, los periodistas que trabajan en directos eternos transmiten una falsa inmediatez, un estar al pie de la noticia, cuando lo que realmente practican es el acecho al político o al futbolista; como solo se había practicado en programas del corazón. De fondo, una mesa de debate con tertulianos salidos de la radio que sincronizan lo que leen en las redes sociales con los comentarios que proyectan sobre esa seudorrealidad a la par que el presentador les interrumpe constantemente para dar paso al reportero con un ‘ÚLTIMA HORA’ o un ‘URGENTE’ similares a los que encabezan tuits desde 2010. El periodista desplazado al ‘escenario de los hechos’ suele aparecer cada ‘x minutos’ con la alcachofa en una mano y el móvil en la otra. Cuando le dan paso reproduce como puede lo que su fuente les ha wasapeado, en caliente y sin contrastar, o lo que están rescatando vía Twitter o Instagram.

El resultado de esta nueva inmediatez es un bucle eterno de horas y más horas en las que la veracidad de la información queda supeditada a la urgencia del minuto y resultado que siempre espera novedades. Éstas se presentan como tales y luego son desmentidas o rectificadas por los mismos actores que las anunciaron a gritos.

Entonces, ¿el ruido está en las redes sociales o en los medios tradicionales? ¿Qué misión informativa cumplen los nuevos formatos? ¿Cómo pueden aprovechar los medios de comunicación la brecha entre la inmediatez, la veracidad y la rapidez? ¿Cómo afecta la credibilidad y cómo consigue el receptor de estas informaciones servidas a destajo hacer la digestión sin ruido?

Posted by @os_delgado o @360gradospress
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El peso de los referentes

“Si quieres coger un corte de voz de fulanito antes de la rueda de prensa te recomiendo que avises a zutano, le lleva sus cosas”. “Un titular así no dice nada nuevo, dale la vuelta con el enfoque que planteas en el subtítulo”. “Esta agenda la tengo desde hace 24 años, vale su peso en oro; si miras en la ‘s’ encontrarás el contacto directo de mengano. Yo no te lo he dado”. Frases y coletillas como estas podrían formar parte de una colección imaginaria de consejos proyectados por una figura en peligro de extinción en las redacciones de los medios de comunicación: la del referente.

El referente de una redacción siempre ha sido el periodista que más experiencia acumula, ya sea en alguna sección concreta o en varias, sin que juegue necesariamente por ello un papel destacado en la jerarquía de puestos de responsabilidad del medio. El referente es aquella figura que sabe resolver una crisis interna cuando acontece un suceso inesperado o un acontecimiento extraordinario, es quien siempre tiene el contacto a mano de quien puede ser fuente fundamental y destacada (en relación al medio de la competencia) en la exposición de argumentos informativos; también es el periodista que acompaña –muchas veces sin quererlo, sin saberlo o aparentando no querer hacerlo con un gesto torcido o una aseveración ácida- en el aprendizaje a los nuevos plumillas.

Nuevos plumillas que aprovechan los meses estivales para la realización de prácticas en medios de comunicación. Y son, precisamente, ellos los que más necesitan el papel del referente, ése que conoce la fontanería de la profesión, los protocolos de comportamiento tanto dentro como fuera de la redacción, el estilo más directo, con menos todismos, y siempre al grano de la novedad; el que sabe cómo vender un tema en la mesa de redacción; al que conocen hasta en el último rincón de la empresa, partido político o institución de turno; el que sabe convertir en titular un amasijo de adjetivos mal traídos; el que extrae un corte de voz al protagonista más reticente a facilitar declaraciones; el que conoce las manías y las horas de sueño del resto de redactores del medio…

Los periodistas del futuro necesitan de referentes; los medios de comunicación pierden calidad si se quedan sin referentes; la sociedad carece de referencias informativas contrastadas sin estos referentes; los poderes fácticos no ven proyectada su agenda con valoración interpretativa sin el concurso de los referentes; los nuevos protagonistas de la actualidad caminarán sin brújula en sus redes sociales sin los ejemplos de los referentes. Con todo, y tristemente, es una figura en peligro de extinción.

Las prejubilaciones, la cosificación de las redacciones, el ‘cambio una nómina de referente por el mismo precio que dos nuevas nóminas’, la crisis de los medios tradicionales y la propia incapacidad de los mismos para haberla previsto y abordado en convivencia con las nuevas plataformas; incluso el papel renegón de muchos de estos referentes para con las nuevas tecnologías, están condicionando que el referente se quede en eso, en un elemento romántico al que apelar cuando se produce una pausa a destiempo en el trajín informativo de una redacción.

Referentes de los medios de comunicación: simplemente, gracias.

Posted by Óscar Delgado
Contenidos verano

Perchas informativas, que es verano

El calor es noticia en Córdoba. El calor es noticia en Cáceres. El calor es noticia en Valencia. El calor es noticia en Madrid. El calor es noticia en Barcelona. El calor es noticia porque es verano. Y es una noticia porque la coartada que se maneja siempre es la misma: la gente está en la playa, ni lee, ni ve la tele ni se interesa por otra actualidad que no sea el calor en su contexto playero o urbano. Así, con todo cerrado por vacaciones, los medios de comunicación también echan un cierre simbólico: el de la creatividad informativa.

Porque las medusas en la playa, los termómetros sobre el asfalto, las piscinas donde la gente se refresca o las granizadas de verano son algunos de los tópicos que encontramos en el concierto mediático estival; día tras día. Al menos en el flanco mediático tradicional, donde la ausencia de una inquietud por la originalidad, provocada por la merma de plantillas, la escasa oficialidad procedente de agendas políticas o institucionales, la nula información futbolística –salvo la de los rumores que navegan de un yate o de una concentración de verano a otra- y la extinción del reporterismo (ése que se practica a pie de calle, ése del que fluyen historias anónimas; ése que se pergeña en contacto con las personas y sus cotidianidades) condicionan una versión informativa plana del acontecer veraniego.

Como antídoto, proponemos un plano distinto desde el cual abordar lo que ocurre a nuestro alrededor, con predisposición a contarlo desde el detalle, a partir de un plano aberrante como el que nuestro amigo David Barreiro utilizó para dar vida a la relación entre un periodista vocacional de provincias y su apolillado jefe en Peláez. Historias de un periodista de provincias. Un plano aberrante que nos ayude a destripar la actualidad, un plano torcido con intenciones periodísticas que abra la creatividad al periodista o al comunicador bajo la forma de perchas informativas. ¿Cómo practicarlo y localizar esos enfoques?

Aconteceres paralelos. Hay hitos que ocurren en otra provincia, en otro país o en otro continente que pueden servir de inspiración para ‘traértelos’ a tu ámbito geográfico y localizar realidades análogas o antónimas sobre las que rascar enfoques novedosos con carga informativa de interés e insólita.

Protagonistas. Cuando los protagonistas no son los políticos o los futbolistas, ¿quiénes pueden serlo? Aprovechemos el verano para (por fin) dar voz a otras personas con un minuto y resultado distinto al del teletipo, la nota o rueda de prensa, el comunicado o la agenda de fiestas estivales. ¿Quién es el líder local del barrio? ¿Quién ha emprendido recientemente? ¿Cuántas personas no se van de vacaciones y qué representa este aspecto en relación a otro barrio de la ciudad? ¿Cuántos niños siguen jugando al balón o a las chapas en la calle? Si encuentras a uno, ya tienes noticia.

Vida online. ¿Qué es noticia para los usuarios de las redes sociales? ¿Puede serlo para mis lectores, oyentes o clientes? Depende del foco, depende del soporte, podremos localizar historias en las redes que nos ayuden a dar forma a una tendencia informativa, un dato, una anécdota que, como los aconteceres paralelos, podamos llevar a nuestro ámbito de especialización y convertirlo en una percha fresca de verdad, muy veraniega, aunque sin tópicos.

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En la cantera de los periodistas digitales

El periodo formativo en prácticas que un becario de periodismo asume dentro de una empresa informativa o agencia de comunicación conecta al alumno con la vertiente más pragmática de su vocación. Pero, ¿qué obligaciones tiene cada parte en el proceso?

Por un lado, el tutor de la empresa recibe la responsabilidad de monitorizar los progresos del alumno y de inculcarle nociones de praxis dentro de unas rutinas laborales aún ajenas para el futuro plumilla. Por otro, el estudiante se introduce en rutinas laborales propias del mercado que se le abrirá cuando finalice sus estudios, además de conectar con una oportunidad profesional para convencer de su valía a quienes pueden contratarlo.

Así es el marco teórico por el que se establecen este tipo de vinculaciones profesionales entre el mundo de la empresa y el universitario.  En la práctica, en ocasiones se deforma ese “contrato” por el cual el tutor se compromete a enseñar al alumno y éste a aportar su conocimiento moldeado a favor de las rutinas informativas. Y es cuando una de las dos partes olvida la misión que juega en esta relación temporal y formativa. Bien porque el tutor exija al alumno el mismo rendimiento que a un recurso contratado por la empresa, olvidándose de su misión formativa; bien porque el estudiante aparque su vocación con el objetivo de cumplir un horario caprichoso sin implicarse en el aprendizaje de las habilidades prácticas que le puede reportar la experiencia.

 La actitud, tanto en un caso como en otro, es la clave de que una prácticas estudiantiles sean fructíferas para ambas partes. Del tutor se espera cariño, dedicación y monitorización de los progresos del estudiante. Del futuro periodista principalmente se espera actitud y vocación por aprender.

Porque en las facultades de Comunicación se enseña hasta donde llega la teoría, pero la práctica se aprende a pie de campo, con el titular en la mano, con el ánimo de conocer cómo es la rutina del profesional con el que compartimos redacción o al que pegamos un telefonazo para proponerle la publicación de un contenido de calidad. La raza de periodista se forja con curiosidad por poner en perspectiva un proceso informativo original, sus objetivos, cómo conectar un contenido con la audiencia, a través de qué canales más allá de los tradicionales… Aspectos que el tutor de la empresa ha de saber proyectar gradualmente al estudiante para que el plumilla entienda el proceso comunicativo como un todo y al que pueda ir incorporando las nociones de marketing digital necesarias para el periodista del siglo XXI.

¿Difícil? Sí, pero con tiempo, dedicación, ilusión y voluntad por ambas partes se pueden llegar a forjar grandes profesionales de vocación latente y las empresas informativas pueden ser cómplices de una nueva remesa de informadores adaptados al contexto digital.

Posted by @os_delgado
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Una cita con el periodismo digital

El periodismo digital está evolucionando a una velocidad que supera, muchas veces, a los propios periodistas. Los próximos 9 y 10 de marzo se celebra el XVIII Congreso de Periodismo Digital en Huesca, impulsado por aquellos que sí supieron ver el potencial que suponían las nuevas redes y la revolución que traerían consigo. El proyecto que nació con el impulso del aragonés Fernando García Mongay (@mongay55) y ha ido creciendo hasta convertirse en una cita obligatoria para muchos periodistas; entre sus exponentes han pasado figuras como El Gran Wyoming, Iñaki Gabilondo o Pedro J. Ramírez.

Pero esto no siempre fue así, sino que eran muchos los que en los inicios de los 2000 calificaban este fenómeno de “moda” y no daban ni un euro por “eso de Internet”. El propio Josh Lyman (Bradley Whitford), personaje de la mítica serie El ala oeste de la Casa Blanca,  se reía de su ayudante cuando le planteaba abandonar su puesto para marcharse a trabajar a una empresa digital que estaba dando sus primeros pasos: “No sabes si durará un año”, le dijo. Más de uno, por lo visto.

El presidente de la Asociación de Prensa de Aragón, José Luis Trasobares, la cual organiza el evento junto con el Ayuntamiento de Huesca, nos explica cómo nace esta idea y su evolución.

¿Cómo surge la idea de crear un Congreso para el Periodismo Digital?

Esta idea surge hace años, cuando esto del periodismo digital todavía estaba envuelto en ciertos arcanos tecnológicos, era una especie de cuestión que ya se estaba dando y que ya planteaba una nueva realidad: en Estados Unidos, en otros países… podía entenderse que iba a darse aquí también. Pero bueno, no era este fenómeno que vivimos ahora de una manera tan plena.La Asociación de Periodistas de Aragón y, concretamente uno de sus asociados, Fernando García Mongay que ha sido durante muchos años el director del Congreso, empezaron a hablar de esta cuestión, de que había un cambio muy profundo en el periodismo que iba a estar conducido por una revolución tecnológica y por una transformación de todos los usos: los lenguajes, la estructura de la comunicación… Se empezó a hablar de esto, había ya gente que lo vislumbraba y se comenzó a hacer un foro de debate, un punto de encuentro, donde venían colegas de otros países para explicar lo que estaban viendo en otros países. Como este cambio sigue siendo tan total, tremendo y profundo, nos sigue dando, y mucho, que hablar.

La primera edición se dio en 1998 cuando la implantación de Internet aún no estaba clara para muchos, ¿qué evolución habéis notado?

Las primeras seis ediciones fueron el despegue, luego fue de consolidación, ahora se mueve mucha gente y tiene una repercusión, quiero pensar, muy buena. Hemos contado siempre con pioneros en España, toda la gente que ha hecho algo las primeras ediciones digitales, que han trabajado para diversas consultoras que han hecho los diseños o las propuestas… esta gente está en el Congreso, prácticamente, desde la primera edición.

¿Cómo fue la realización del Congreso durante los primeros años, cuando algunos periodistas aún eran reacios a admitir el impulso de la web sobre el papel?

Yo más que oposición, lo que creo que ha habido en España es que la crisis nos dio en la cara. Yo creo que con anterioridad las condiciones de la prensa era tan buena, falsamente buena, pero parecía tan buena; que yo creo que, en España, este debate no ha adquirido su punto crítico hasta justamente hace diez años, que es cuando ya no cabe ninguna duda de que el papel se viene abajo, de que  la prensa tradicional, empezando por los diarios más vendidos de España, están en una crisis muy dura de la que no saben cómo salir. Y, bueno, los periodistas no es que no se lo creyesen, yo creo que es que había periodistas que no se planteaban esto en unos términos tan desgarradores como los que luego hemos tenido descubierto. Es que en el 2005 la industria de la información en España iba como un tiro, mientras que ahora está quebrada.

El auge de Internet no solo ha perjudicado a la prensa escrita, sino que también se ha dado un descenso importante de espectadores en la televisión, ¿hasta que punto la web se va a adueñar del periodismo?

Yo creo que la web está ya bastante adueñada del periodismo. La prensa ha sido la primera, evidentemente era la más vulnerable si hablamos en términos estrictamente de periodismo, de información. La televisión y la radio aguantan mejor puesto que combinan información y  entretenimiento, pero la radio está sufriendo también. Sufre, y cada vez van a sufrir más, porque de repente Internet  coloca una oferta en unos términos muy competitivos.

Todas las profesiones se han transformado con la digitalización, ¿cuáles dirías que son los mayores cambios que ha experimentado la figura del periodista?

Todo esto ha dado un vuelco espectacular, para empezar, el periodista ha dejado de ser el obligado intermediario entre la actualidad y la opinión pública. Entonces ahora descubrimos que cualquier ciudadano o ciudadana que tenga un teléfono móvil en el bolsillo, capta información y la puede difundir. Otra cosa que ha sucedido es que las barreras entre el periodismo escrito y el audiovisual se han borrado y nos aparece la obligación de inventar nuevos lenguajes en los cuales las estructuras de lo que podríamos denominar “periodismo de la era industrial” – pirámide invertida, lead, etcétera- no va a ninguna parte porque tu ya puedes utilizar textos, audios, imágenes de una manera integrada en un mismo soporte, lo cual te obliga a plantearte nuevos lenguajes, nuevas maneras de buscar el impacto, de presentar la noticia…

¿Qué retos os planteáis para futuras ediciones?
El primer reto es que el Congreso siga y permita seguir hablando de periodismo en sesiones serias, con análisis cualificados y con gente que realmente tenga algo que decir.

Post de Sharon Reguera
Foto: congresodeperiodismodigital.com
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Gabinete de prensa, periodismo abierto e influencers

¿Cómo ha cambiado el trabajo de un gabinete de prensa? ¿Los periodistas siguen recurriendo a las informaciones que proceden de estas oficinas? ¿Qué papel cumplen hoy en día? ¿Cómo han incurrido en la relación de un lado y otro de la comunicación los perfiles denominados influencers? ¿Cuál es la misión difusora que cumplen en las nuevas plataformas?

En términos periodísticos, y dentro del ámbito de la comunicación corporativa, o institucional, el gabinete de prensa cumple la misma función que tradicionalmente ha tenido, esto es, difundir informaciones de la actualidad de la empresa, perfil profesional, sector o institución correspondientes con enfoques de valor que proyecten novedad en relación a su actividad, contexto y agenda.

Pero la irrupción de las nuevas plataformas digitales y la relación directa con las audiencias destinatarias de las informaciones han condicionado también el envoltorio de los mensajes a difundir por un gabinete de prensa. Porque, además de los medios tradicionales, los receptores de su producción informativa hoy también son el resto de actores que participan en el concepto de periodismo abierto; desde los protagonistas secundarios de las noticias, los que registran hechos con los dispositivos móviles a modo de periodistas ciudadanos, los que los comparten en las redes sociales desde diferentes puntos de vista, los que dinamizan las noticias que publican los medios tradicionales a través de sus perfiles digitales, los prescriptores que verifican o no el contenido y hasta los influencers, o líderes de opinión con comunidades de seguidores sobre los que influyen en una determinada decisión o información.

Un conglomerado de actores en cuya cúspide se puede ubicar el profesional o la agencia de prensa con capacidad para organizar mensajes, oportunidades informativas, perchas o enfoques segmentados –desde un punto de vista exclusivo-, agendas de contactos influyentes por sectores (la agenda del comunicador de toda la vida pero enriquecida con los de los nuevos protagonistas y audiencias), capacidad de síntesis, expresión dinamizadora, conocimiento del medio, del contexto, de la actualidad –y de ésta con las oportunidades iniciales o con los hitos incluidos en un plan de comunicación-.

Ítems, contactos, plataformas, periodistas, perfiles, influencers,… han de ser protagonistas necesarios del día a día de un gabinete de prensa y de comunicación; de las relaciones públicas y de la repercusión de su trabajo en las sociedades actuales.

Posted by @os_delgado o @360gradospress
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Slow journalism: preceptos para practicarlo

Para conocer a qué responde el concepto slow journalism, ése que no ha sido acuñado oficialmente por nadie pero que el imaginario vocacional de cualquier plumilla que se precie lo contempla, es necesario aspirar a practicarlo. Por slow journalism podríamos entender la especialización en tiempos de Big Data, a la meticulosidad trabajada a partir de la verificación, al trabajo periodístico en profundidad, sin mirar el reloj ni si el sometimiento a unos imperativos de tiempo-espacio-publicitarios que condicionen el resultado final. El ‘periodismo lento’ atiende a una serie de preceptos que procuramos resumir a continuación:

Originalidad: practicar la originalidad pasa por abordar enfoques distintos, trabajar el contenido desde un punto de vista diferente al que proyecta la mayoría de soportes informativos. Si ponemos el fotoperiodismo como ejemplo, podríamos recurrir al reportero gráfico que huye de la foto-encuadre por la que reparten codazos sus compañeros y arriesga, por ejemplo, con una ‘metafoto’ o  foto de los fotógrafos fotografiando el hecho noticiable, que podría quedar en segundo plano. Desde el punto de vista escrito, sería el hito abordado desde otro prisma diferente al del teletipo, la nota de prensa o la profecía lanzada por la fuente que protagoniza la pieza. La actitud del profesional y el tiempo que dedique a abordar la realidad a informar, a documentarla, a contextualizarla, a enmarcarla en su guion periodístico, será cómplice necesaria para la consecución de la originalidad.

Calidad: del precepto anterior se desprende la necesaria calidad, cuyo resultado es la suma de otros factores necesarios que abarcan desde las habilidades escritoras del periodista, el conocimiento del entorno, el contexto geográfico de la pieza que trabaja, los contactos que tenga o adquiera para trabajar el contenido, hasta las nociones de marketing digital que aplique para que el resultado de horas de trabajo se proyecte a una audiencia lectora potencial de facto.

Especialización: el mejor aliado para trabajar desde el punto de vista periodístico el escenario del Big Data puede pasar por la especialización. Será entendida por el conocimiento exhaustivo de una materia a partir de la trayectoria profesional dedicada a la misma y al manejo de las habilidades técnicas para perfeccionarla y comunicarla. En este capítulo, el periodista especializado es un experto en la materia de la que informa, algo que habrá conseguido a base de leer, interactuar, practicar las relaciones públicas con los protagonistas de “su” actualidad y escribir sobre la materia con vehemencia posicionadora.

Dedicación: concatenado con los preceptos señalados, el de la dedicación es el principal aliado del slow journalism. Porque sin tiempo no habrá un resultado de calidad. Es la inversión imprescindible, el mejor testigo del periodismo lento que lo caracteriza como heredero del periodismo que narra historias, que se implica en el entorno del que informa, que conoce a sus protagonistas, que pregunta por las diferentes caras y por los diferentes grados de implicación condicionan la interpretación de los hechos. La dedicación es saber comunicar al detalle las distintas capas de la cebolla.

Publicación: una vez conseguido el resultado, esto es, el texto de nuevo cuño, original, trabajado bajo los preceptos indicados, revisado, filtrado, verificado y actualizado; llega el momento de publicarlo y difundirlo. Porque de nada sirve haber escrito una aportación brillante si a priori no nos hemos procurado la garantía de la publicación que nos permita difundir el conocimiento especializado que hemos redactado. Un blog propio que alimente nuestra marca personal, un medio digital que apueste por el slow journalism –que crea en los mismos preceptos-, una revista especializada que abra contactos y oportunidades para la autoridad de nuestra firma en el contexto abordado,… será la guinda que coloque en el camino la vocación practicada con la exclusividad de quien tiene argumentos para creer en el periodismo cocinado a fuego lento.

Posted by @os_delgado
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Cómo tratan los medios de comunicación la situación de los refugiados

Siempre se ha dicho que el periodismo es el cuarto poder del mundo, quizá sea por la fuerza que tiene su lenguaje o por la influencia que ejerce en la formación de la opinión pública. Pero lo cierto es que desde hace unos meses hemos vivido un aluvión de noticias relacionadas con la situación de los refugiados. Los medios de masas se han hecho eco de las circunstancias que afecta, según el informe anual de ACNUR, el Alto Comisariado de la ONU para los refugiados, a 65,3 millones de personas en el mundo.

Durante estos meses se ha informado en televisiones, radios, prensa e internet sobre la situación de los refugiados en la Unión Europea (UE), por la masiva llegada de personas por el Mediterráneo. Es por ello que el asilo y la inmigración han sido dos temas muy tratados por las grandes cabeceras.

Las entradas a la península, por Ceuta y Melilla, así como por el Mediterráneo han copado los titulares de los medios de comunicación y el uso de los términos para describir esta situación ha abierto el debate. María Clara Martín, representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Ecuador afirmó en televisión que el tratamiento sobre la crisis de los refugiados es fundamental en la construcción de la opinión sobre los refugiados.  “Hay medios que responden a agendas xenófobas y otros que resaltan la situación como es”, añadió.

Asimismo, según apunta el informe anual de Red Acoge, siguen produciéndose actitudes y comentarios que reducen a la población inmigrante y refugiada a meros problemas. En este sentido, la organización apunta que se han creado tres categorías diferenciadas: inmigrantes económicos, personas refugiadas y nacionales españoles.

Una clasificación que cosifica a estas personas y se traduce en meras cifras económicas, en muchas ocasiones. Una información que ha derivado en problemas de convivencia, alimentando el miedo y el odio a lo desconocido, cuya consecuencia más directa es condicionar la opinión de la sociedad sobre la población inmigrante, mucho antes de que ésta llegue a la península, puntualizan desde ACNUR.

Por otro lado, el informe revela que hay una tendencia creciente al uso del término “inmigración irregular”, frente a ilegal que era el más empleado en 2015. Esta tendencia, según apunta Red Acoge, parece que se ha asentado.

Sin embargo, en el caso de los medios de Reino Unido no se percibe este cambio. Todo lo contrario, han publicado en repetidas ocasiones informaciones con un alto componente xenófobo en portadas, tales como “Encubrimiento de los inmigrantes furtivos en el Reino Unido”, “Revolución de inmigración” o “Los inmigrantes pagan sólo 100 libras por invadir Gran Bretaña”.

Aunque este ha sido el principal debate durante los últimos meses, parece que con la ola de frío los medios españoles apuntan a la sensibilización social con la situación de los refugiados. Las cabeceras más importantes se han hecho eco de 50 historias individuales de personas afectadas, según el informe. Los medios han realizado un llamamiento al sentido común, como El País que publicó el 17 de enero un reportaje titulado “Morir de indiferencia en la fría Europa”, apelando a que “nosotros podríamos ser mañana esos migrantes abandonados al frío”.

En la misma línea, El Mundo ha ejercido de altavoz con el mensaje de ayuda de ACNUR, que pide auxilio para proteger de las inclemencias del tiempo a las personas que se encuentran en el centro de Belgrado. “La falta de vías legales para entrar en países seguros empuja a quienes necesitan protección internacional a ponerse en manos de mafias y arriesgar la vida”, puntualiza el Alto Comisariado de la ONU.

Por su parte, ABC, se muestra algo más contundente con su último titular sobre la situación, “Refugiados congelados: la vergüenza de Europa” y publica un vídeo donde se pueden observar las calamidades que están padeciendo cerca de 2.000 personas en naves abandonadas de Serbia. Todos ellos denuncian las políticas que impiden normalizar la entrada legal al país de estas personas.

Fotos: ACNUR