“Si quieres coger un corte de voz de fulanito antes de la rueda de prensa te recomiendo que avises a zutano, le lleva sus cosas”. “Un titular así no dice nada nuevo, dale la vuelta con el enfoque que planteas en el subtítulo”. “Esta agenda la tengo desde hace 24 años, vale su peso en oro; si miras en la ‘s’ encontrarás el contacto directo de mengano. Yo no te lo he dado”. Frases y coletillas como estas podrían formar parte de una colección imaginaria de consejos proyectados por una figura en peligro de extinción en las redacciones de los medios de comunicación: la del referente.

El referente de una redacción siempre ha sido el periodista que más experiencia acumula, ya sea en alguna sección concreta o en varias, sin que juegue necesariamente por ello un papel destacado en la jerarquía de puestos de responsabilidad del medio. El referente es aquella figura que sabe resolver una crisis interna cuando acontece un suceso inesperado o un acontecimiento extraordinario, es quien siempre tiene el contacto a mano de quien puede ser fuente fundamental y destacada (en relación al medio de la competencia) en la exposición de argumentos informativos; también es el periodista que acompaña –muchas veces sin quererlo, sin saberlo o aparentando no querer hacerlo con un gesto torcido o una aseveración ácida- en el aprendizaje a los nuevos plumillas.

Nuevos plumillas que aprovechan los meses estivales para la realización de prácticas en medios de comunicación. Y son, precisamente, ellos los que más necesitan el papel del referente, ése que conoce la fontanería de la profesión, los protocolos de comportamiento tanto dentro como fuera de la redacción, el estilo más directo, con menos todismos, y siempre al grano de la novedad; el que sabe cómo vender un tema en la mesa de redacción; al que conocen hasta en el último rincón de la empresa, partido político o institución de turno; el que sabe convertir en titular un amasijo de adjetivos mal traídos; el que extrae un corte de voz al protagonista más reticente a facilitar declaraciones; el que conoce las manías y las horas de sueño del resto de redactores del medio…

Los periodistas del futuro necesitan de referentes; los medios de comunicación pierden calidad si se quedan sin referentes; la sociedad carece de referencias informativas contrastadas sin estos referentes; los poderes fácticos no ven proyectada su agenda con valoración interpretativa sin el concurso de los referentes; los nuevos protagonistas de la actualidad caminarán sin brújula en sus redes sociales sin los ejemplos de los referentes. Con todo, y tristemente, es una figura en peligro de extinción.

Las prejubilaciones, la cosificación de las redacciones, el ‘cambio una nómina de referente por el mismo precio que dos nuevas nóminas’, la crisis de los medios tradicionales y la propia incapacidad de los mismos para haberla previsto y abordado en convivencia con las nuevas plataformas; incluso el papel renegón de muchos de estos referentes para con las nuevas tecnologías, están condicionando que el referente se quede en eso, en un elemento romántico al que apelar cuando se produce una pausa a destiempo en el trajín informativo de una redacción.

Referentes de los medios de comunicación: simplemente, gracias.

Posted by Óscar Delgado