Twitter Media: la nueva

Twitter Media: la nueva “guía” de la red social destinada a los editores

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Con el objetivo de fidelizar siempre más a sus clientes, la famosa red social Twitter ha lanzado una nueva herramienta destinada a los editores y a los profesionales de la comunicación: Twitter Media, una pagina web programada para ayudar a sus usuarios sacar el mejor potencial de las posibilidades que propone la plataforma.

La empresa dio a conocer la noticia a través de un post en su blog, donde Kay Madati, vicepresidente y jefe de contenido, explica los objetivos principales de esta funcionalidad innovadora.

La pagina propone una multitud de consejos publicados en forma de artículos, para que los editores lleguen a un público mayor con más rapidez. Twitter Media se centra en cuatro categorías, que incluyen editores de deporte, de entretenimiento, de actualidad y creadores de contenidos como bloggers, youtubers, influencers o fotógrafos.

Cada sección dispone de sus propias herramientas y contenidos dedicados, que guían y facilitan el trabajo de los editores en la red social, explicándoles entre otros cómo hacer un live en Twitter, alcanzar nuevas audiencias o cómo crear contenidos que atraen a sus seguidores.

Así, en el sector del periodismo, Twitter Media ofrece interesantes recomendaciones en cuanto a la realización de coberturas en vivo de noticias de última hora en la red social, consejos para implicar más a sus audiencias en las informaciones, y herramientas que ayuden a los profesionales de la comunicación y de redacción a contar historias en Twitter.  En breve llegará una verdadera fuente de información de gran utilidad para todos los que quieren mejorar su eficacia en la utilización de una de las redes sociales más famosa del mundo, y en la que la gran mayoría de los medios y empresas tienen presencia.

Twitter Media se actualizará continuamente para ofrecer las últimas herramientas, contar las historias de compañías innovadoras, e informar a los editores sobre sus mejores servicios y trucos.

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Tendencias y retos del Periodismo para 2017

El año que acabamos de cerrar no ha sido un buen momento para los medios escritos en España. Según el último informe del Estudio General de Medios (EGM), que abarca de febrero a noviembre de 2016, la evolución de la penetración de los diarios se sitúa en 26,5%, tres puntos por debajo del mismo periodo del año anterior. Esta tendencia descendente se ve también en suplementos y revistas, así como en la televisión. La radio es el único medio tradicional que se mantiene. Mientras, el porcentaje de penetración en Internet continúa al alza.

Por tanto, el Periodismo se enfrenta en este 2017 a una serie de tendencias y retos para tratar de mantener y fidelizar a los lectores e, incluso, incrementarlos. La solución se encuentra en abordar un modelo de negocio que sea capaz de aunar la parte digital con el papel con el fin de no descuidar ninguna de las dos esferas. Durante este año, el Periodismo se enfrentará a estos seis puntos:

1.- Las noticias y reportajes de calidad, de pago en Internet. El director de Financial Times, Jon Slade, ha señalado que este año se espera que haya un incremento de contenidos muy trabajados para cuyo acceso se realice una suscripción Premium. De hecho, lo compara con la industria de la música, que ha hecho algo similar con los grandes grupos. “Premium también cuenta con un beneficio editorial: permite profundizar a la audiencia principal en el corazón de las áreas de su interés, en aquellos asuntos que pueden ser demasiado ‘esotéricos’ para un lector más generalista”, explica.

2.- Medios cada vez más locales. Dado que Internet lo abarca todo, los medios de comunicación locales van a cobrar un mayor protagonismo a lo largo de este año. Este tipo de información, con historias más cercanas, huye de la generalidad que muestran los grandes medios de comunicación y de la ‘infoxicación’ de la Red. Estos medios aparecen tanto en papel como digital. Un ejemplo es Baandú, una app realizada por periodistas que cuenta las noticias de localidades de Valencia.

3.- Videos en directo. Esta tendencia ha marcado 2016 y durante este año vamos a ver cómo se consolida. Distintas redes sociales, como Facebook y Twitter, ya permiten las retransmisiones en video, por lo que los periodistas pueden emplear este tipo de herramientas cuando tengan que cubrir una noticia. El video en directo aún tiene que avanzar mucho y comenzarán a surgir más aplicaciones ad hoc.

4.- Realidad virtual. Este aspecto, más que ser una tendencia, es un auténtico reto para el Periodismo. ¿Cómo se puede emplear? Uno de los planteamientos radica en que los usuarios puedan conocer una noticia de primera mano a través de este tipo de herramientas, pero aún hay que ver cómo hacerlo. The New York Times ha comenzado en este sentido con los videos de experiencias 360º.

5.- Seguir la pista a Snapchat. Durante 2016 muchos medios, como CNN, se lanzaron a la aventura de la red social del fantasma, a la que hay que seguir muy de cerca. Otras redes sociales, como Instagram, han copiado algunos de sus señas de identidad, como el ‘Stories’. Snapchat va a seguir evolucionando durante este año, tanto a nivel publicitario como a la hora de comunicar noticias.

6.- Interactuar. Se trata de los asuntos más importantes dentro de la filosofía de la web 2.0. Y, aunque parezca que es un aspecto interiorizado, a los medios de comunicación aún les falta mucho recorrido para interactuar con su público, bien sea a través de una mensajería instantánea como Telegram o de las redes sociales. Con hacer un barrido por alguna de las cuentas de Twitter de los medios de comunicación se ve que prácticamente no interactúan, un aspecto que cada vez es más demandado por la audiencia.

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Aplicaciones móviles para periodistas

Desde hace unos años ha surgido una nueva forma de consumir información, la misma que ha cambiado el modo de comunicar de los periodistas. Atrás quedan los modelos informativos planos y unidireccionales de las redacciones físicas. En su lugar, las nuevas tecnologías han dado paso a un diálogo entre el lector y el profesional, permitiendo así una narrativa digital, mucho más dinámica y palpable. Si bien es cierto que los camarógrafos y fotógrafos continúan haciendo sus labores capturando hechos noticiosos, ahora también se ayudan de herramientas 2.0 para contarlo, como son Instagram, Facebook, Snapchat o Storify.

El nuevo periodismo trae consigo un gran abanico de opciones para los periodistas, que tienen la ardua tarea de seguir creando contenidos de calidad día tras día, pese a los tiempos dificiles que corren. Y es que el auge de los smartphones y el uso creciente de las tablets, junto a las redes sociales, han propiciado que cualquier ciudadano pueda formar parte del sistema informativo y aportar sus historias en forma de tweet o post dentro de un blog. De modo que, al profesional no le queda otra alternativa que reinventarse y hacer lo que mejor se le da, extraer información de los canales que tiene a su disposición y rentabilizar sus recursos técnicos para aportar una mayor calidad a su trabajo periodístico.

Para hacerlo no sólo se apoya de las nuevas fuentes mediáticas y bibliograficas que Internet le brinda, sino que también emplea otras herramientas para ofrecer un valor añadido, como son las aplicaciones móviles más empleadas por los profesionales de la comunicación. Desde Tendenciasmag realizan un ranking de las apps más útiles para los periodistas, destacando aquellas que permiten archivar páginas web para leerlas posteriormente sin conexión, como son Instapaper, Read it later y Evernote, pensada para trabajar en equipo.  Una practicidad que se asemeja a la ofrecida por Flipboard,  como apunta Media-tics, la herramienta que permite crear una revista personalizada con contenidos personalizados.

Desde el punto de vista de que el periodismo continúa al servicio de la sociedad, es importante destacar la app multiplataforma Storify, empleada por grandes medios de comunicación en todo el mundo para compartir historias de componente social de forma dinámica en la red, mediante textos, imágenes, vídeos e incluso gifs. Se trata de una manera de dar voz a los ciudadanos y de informar sobre temas polémicos que suscitan el interés de los lectores.

Lo mismo que Story Maker, más pensada para comunicar sucesos en zonas de conflicto, como Irak o Siria. Mediante esta herramienta los periodistas redactan sus piezas informativas, las suben a una sección y las publican, con la ventaja de que incluye la geolocalización, que permite ver dónde te encuentras en el momento. Posteriormente, se puede difundir por otros canales como YouTube o WhatsApp. Otra ventaja que presenta con repecto a las otras es que presenta un itinerario de formación, diseñado por el Centro Internacional para Periodistas.  Se trata, según apuntó uno de sus impulsores, Brian Conley, de la “primera herramienta móvil enfocada a mejorar la capacidad de cualquier persona para crear periodismo multimedia mediante su teléfono móvil”.

Cobertura en streaming

Para transmitir audio e imagenes en vivo lo mejor es recurrir a Bambuser, Facebook Live, Instagram y Periscope porque ofrecen grabaciones más duraderas que Snapchat o Vine, que ofrecen un contenido más efímero. Al contrario que estas, que son perfectas para cubrir un evento, una maratón, una manifestación, una rueda de prensa, un pleno o cualquier otro hecho noticioso. Todos estos recursos le permiten al periodista apoyar su relato con gráficos audiovisuales que lo dotan de realismo.

 

periodismo móvil

Qué papel ocupa el periodismo móvil en la actualidad

El periodismo ha consistido desde siempre en contar historias dentro y fuera de la redacción, no obstante el escenario actual dibuja un nuevo modelo debido a los avances en tecnología y a la inmediatez de la información. Lo que antes tardaba días en llegar, ahora llega en un segundo por la red.  Y un segundo es justo lo que necesita un periodista para informar sobre un hecho acontecido, a través de su móvil.

Los medios de comunicación han adaptado sus rutinas de trabajo a este vertiginoso cambio. Los titulares de prensa han pasado a 140 caracteres en Twitter y los medios alimentan sus canales con información de última hora, lo más reciente y viva posible para hacerla llegar a la sociedad. Lo que ha llevado a los profesionales de este oficio a exprimir al máximo las posibilidades de los servicios periodísticos.

En este sentido, las nuevas tecnologías son un valor añadido para el periodismo ya que permiten expresar una información en diferentes plataformas, con un mayor atractivo para la audiencia. El despliegue de medios ha proporcionado, por tanto, una mayor calidad técnica al material informativo, que siempre ha estado supeditado a la importancia del hecho noticioso. Tanto es así que los periodistas han adaptado sus contenidos a las herramientas disponibles en el mercado para enriquecer la información. De esa forma, son cada vez más visibles en los medios vídeos cortos explicativos, gráficos interactivos, incluso aplicaciones sociales que recogen de forma fragmentada una historia, como es el caso de storify.

Renovarse o morir

Un dicho manido pero completamente cierto. Los profesionales de la comunicación tienen que reciclarse y actualizar sus conocimientos en este constante cambio, donde la velocidad la marcan las nuevas tecnologías. Y es que los datos son devastadores, en internet se generan cada 60 segundos 433.000 tuits. Una cantidad ingente de información que deja al periodista la labor más importante,  la de seleccionar, reproducir y producir nuevos contenidos interesantes para la sociedad. Una tarea que ya se realizaba en los medios tradicionales pero que ahora con la saturación de información ha cobrado más peso, si cabe.

Nicolas Becquet, experto i-reporter instauró hace algunos años lo que denominó el Kit de reportero total. Entre sus recomendaciones incluía el móvil, la tablet, smartphones y múltiples accesorios, que tienen ahora un lugar importante ya que disponen de resoluciones y ópticas de gran rendimiento. Asimismo, algunas apps como storymaker o bambuser también tienen un papel importante en este nuevo rumbo del periodismo.

StoryMaker: Es una nueva aplicación de código abierto que tiene el objetivo de crear fácilmente historias en vídeo para después compartirlas con seguridad.

-Bambuser: se popularizó en Egipto y Siria con las protestas de la Primavera Árabe. A través de esta aplicación se hicieron llegar imágenes del bombardeo de la ciudad de Homs y por ello fue bloqueado por el gobierno. Una herramienta intuitiva, fácil de usar que permite sincronizar tu cuenta de twitter.

-Snapchat: Aunque todavía prematuro para los medios españoles, ya alcanza mejores cifras que Twitter o Facebook. De hecho, medios consolidados como la CNN, The New York Times, Cosmopolitan o National Geographic ya la utilizan para llegar a los más de 100 millones de usuarios activos diarios que tiene Snapchat actualmente.

Written by @ingabarda
Photo by @Marga_Ferrer

 

 

Re(nuevo) periodismo

Marga Ferrer, Soma ComunicaciónEn ocasiones me pregunto en qué momento los periodistas perdimos el norte. Y cada vez lo hago con más frecuencia, lo cual me preocupa tanto como el mismo fondo de la cuestión. ¿Cuándo decidimos que la exclusiva importaba más que la privacidad de una persona? ¿Quién dijo que informar a toda costa era mejor que esperar a contrastar? ¿Por qué caemos en la irresponsabilidad en nuestro ejercicio por la absurdamente célebre consigna del “estuvimos allí”? Y los interrogantes podrían continuar.

Parece que gran parte de los medios generalistas – por no decir prácticamente todos – viven inmersos en un viciado torbellino de actualización constante. Sí, el modo de consumir noticias ha cambiado, especialmente con motivo de las redes sociales y de la inmediatez que éstas imprimen. Tanto es así que, por ejemplo, los casos de difamación han aumentado un 23% en el Reino Unido durante el último año, según un informe de Thomson Reuters. ¿Pero debemos dejar que estos nuevos tiempos en la demanda afecten a la calidad de la oferta?

Recientemente, devoré las páginas de La banda que escribía torcido, un libro que relata la aparición del denominado Nuevo Periodismo en Estados Unidos a lo largo de los años sesenta y setenta, con sus luces y sus sombras. La obra, en concreto, habla de referentes como Tom Wolfe, Gay Talese o Hunter S. Thompson, entre otros. Inestables, excéntricos y alocados. Todos cometieron infinidad de errores, pero entre sus aciertos se cuentan las mejores piezas del periodismo escrito del siglo XX, logrando imponer un saber hacer diferente al que les precedió en los medios para los que trabajaron.

Quizá, podemos tomar ejemplo, hacer acopio de ‘rebeldía’ – si es que ése es el término correcto – e imponer otro ritmo en las redacciones. Lo esencial no es tanto ser los primeros como ser los mejores y para eso las prisas nunca fueron buenas. Del mismo modo que algunas situaciones críticas en la vida, determinadas coberturas prueban la profesionalidad del sector. Hace poco que éste ha suspendido con matrícula de honor en España.

¿Esperamos a que llegue una nueva hornada de ‘plumillas torcidos’ o empezamos a hacerlo bien desde ya?

Posted by @LaBellver

Periodismo, me aburres

Foto: Marga Ferrer, Soma ComunicaciónCuando empecé a estudiar periodismo, allá por el lejano 2002, lo hice con la convicción de que era una profesión dinámica, divertida y que ofrecía un valor añadido a la sociedad. Casi 12 años después de aquello no sólo es que mi percepción haya cambiado. Eso sería lo de menos. Lo más trágico es que ha llegado un punto en el que el periodismo me aburre, tanto como periodista como en mi vertiente de consumidor de información.

Siempre fui más de escribir que de perseguir la noticia. Quizás porque las noticias que tenía que perseguir no me interesaban. A veces tengo la sensación de que hubiese estado bien unir las dos vertientes: escribir sobre noticias que me interesaran lo suficiente como para implicarme en ellas. Pero eso pocas veces se ha dado. Y, de todas formas, no deja de ser algo muy personal. Unas sensaciones muy mías y difícilmente extrapolables a otros compañeros de profesión.

Lo que sí que es innegable es que el periodismo de hoy en día aburre. Salvo contadas excepciones (en la mayoría de los casos de revistas y diarios, muchos de ellos online, de nuevo cuño y con poco peso entre el gran público), el periodismo que muestran los medios de comunicación me parece rancio y caduco. Hasta el punto de preferir estar desconectado de la realidad antes de estar informado (por decir algo) por ellos.

Tenemos grandes cabeceras nacionales que titulan todas igual, como si posicionarse de otra forma estuviese prohibido. Tenemos redacciones llenas de periodistas que se pasan el día sentados en sus sillas. En parte porque no hay dinero para desplazamientos y en parte porque en la España del siglo XXI sigue estando muy bien visto el presentismo, particularmente si es delante de un ordenador. Así que las noticias brillan por la ausencia de vida y los diarios (especialmente sus versiones online) se llenan de chorradas varias que al cabo de los días se demuestran falsas. Supongo que es lo que la gente demanda, así que para qué vamos a contrastar los datos…

Tenemos parrillas televisivas y horas de primetime llenas de personas que se quieren hacer pasar por periodistas de raza y se hacen llamar tertulianos. Debates políticos con mucho grito y cero contenido. Gente que sentada en una mesa redonda y con una tablet en la mano nos quieren hacer creer que saben mucho y que tienen la solución a todo, aunque realmente no saben nada, ni siquiera qué mérito han hecho para estar ocupando esas sillas.

Tenemos secciones de deportes de informativos convertidas en programas del corazón. 30 minutos seguidos de tonterías varias sin ninguna información. Y tenemos informativos que pierden 10 de sus minutos hablando de los souvenirs de la proclamación del nuevo Rey mientras medio mundo se desangra en un fuego cruzado sin sentido. Tenemos, al fin y al cabo, un periodismo aburrido que, quizás, es el que merecemos. Aunque no se parezca en nada a la idea que yo tenía en 2002 de la profesión. Aunque quizás ya sea demasiado tarde para plantearme estas cosas.

posted by @acordellat

Mi favorito, tu favorito en Twitter

La moda del Vinilo. Discos Oldies. Marga Ferrer / Soma comunicaci—n¿Qué uso damos a los tuits que guardamos como favoritos? Dicha forma de conservar los mensajes ha experimentado en los últimos meses una evolución en la finalidad que el usuario le concede al hecho, convertido más en gesto hacia un tercero que en una utilidad referencial que usar en el corto o medio plazo.

Si en un principio los favoritos se generaban principalmente para poner en cola una información o enlace para una posterior lectura cuando el tiempo lo permitiera; o para conservar unas declaraciones o un instante histórico; o para configurar una colección de ‘tuits de peso’ -referencias que emplear en presentaciones a modo de ejemplos de tuits bien o mal planteados-; o para conservar los mensajes de un evento, acto o campaña; o para leer al detalle su contenido para compartirlo más tarde sin hacer un RT a ciegas…; parece que la tendencia de uso de este recurso ha virado hoy más hacia el formalismo o hacia el guiño de simpatía regalado a un tercero sin necesidad de prolongar una conversación o de mencionar en el TL a esa persona que ha tuiteado algo sobre nosotros o ha mencionado nuestro nick.

Una tendencia de uso. esta última, que termina por imponerse a las anteriores y que ha incrustado mucho ruido en la colección de favoritos de los usuarios en Twitter. Como también ha reducido el número de interacciones y aplacado conversaciones potenciales a golpe de 140 caracteres. Así, cuando nos sumergimos en los favoritos de los usuarios, más allá de localizar tuits o enlaces de interés, encontramos miles de mensajes acumulados, caducos por el paso del tiempo y por el olvido del guiño o del gesto educado efectuado en el momento de ‘favoritearlos’.

Y tú, ¿qué uso das a los favoritos en Twitter?

posted by @os_delgado
photo by @Marga_Ferrer

Twitter, la jungla del ruido

Gol de Messi. Miles de ‘tuitgoles’ de Messi.
Seis millones de parados. Cientos de miles de tuits.
URGENTE: el rey operado con éxito. Retuiteado exponencialmente.

Soma Comunicación el blogTwitter ha ganado el elemento corpóreo del volumen en los dos últimos años, a la vez que ha alcanzado peso en la capacidad de influencia comercial, como lo ha hecho en la multiplicación de mensajes de manual institucional. Pero la originalidad del tuit de nuevo cuño está de capa caída.

Cada día es más complicado localizar debate constructivo paralelo al de las realidades de comunicado oficial. El debate que tanto embelleció a esta red social no hace mucho tiempo y que sintonizó con el tono crítico de muchos perfiles acostumbrados a no comulgar con los titulares mayoritarios en cuanto que estructurados para persuadir a una masa mostrenca.

La misma masa que vota orientada por los mensajes masticados procedentes de gabinetes y maitines; o la que sólo lee fútbol cuando se habla de deportes; o la que ve un telediario creíble sin intencionalidad subjetiva; o la que hace RT de un minuto y resultado sin aportar una valoración que complemente la actualidad de teletipo; o la que cree a pies juntillas un tuit por haber sido publicado desde la instancia oficial del aparato. Con todo, es algo que forma parte de un proceso lógico. No somos nadie para criticar la vida misma, la que nos creemos a pies juntillas desde siempre.

Pero los partidos políticos, los medios masivos tradicionales, los famosillos oficiales, las grandes marcas, los perfiles influyentes de manual offline tenían que hacerse, tarde o temprano, con el control de una herramienta a priori molesta, movilizadora, cruda, directa y creíble como ha sido Twitter, dominada hasta no hace mucho por otras personas influyentes forjadas dentro de la misma plataforma, desconocidas antes en el offline, con vocación de sumar nuevos argumentos, no de encapsular los mensajes más adecuados en relación a un contexto intencional y tradicional de venta, persuasión o engaño.

Con todo, esos perfiles sobreviven en la jungla del ruido a la par que vehiculan opiniones y argumentos aún con peso, pero con menos carga emocional que los marcados en rojo, los reconocidos, los que han terminado por contaminar las aguas de esa otra argumentación, la que hace pensar por encima de lo impuesto por los aparatos tradicionales del control.

Posted by @os_delgado / Photo by @Marga_FerrerSoma Comunicación

La letra pequeña de la prensa de papel en los locales (públicos)

quisocoRecuerdo cuando en la carrera se nos diferenciaba a los alumnos de Periodismo entre los conceptos difusión y tirada. El primero hace referencia al número de ejemplares vendidos de un periódico, incluso a la audiencia estimada que alcanza cada uno; mientras que el segundo lo hace al número de diarios que salen de la rotativa en condiciones de ser vendidos. Ambas vertientes han sido utilizadas tradicionalmente por las cabeceras para jugar con la competencia en cuanto a alcance, lectores y repercusión se refiere, abusando incluso de la inocencia de la audiencia real a la hora de aprovecharse de los matices que diferencian a una y otra circunstancia.

El juego de las ventas y de la difusión disfrazada siempre ha justificado lucir mejor tarjeta de presentación frente a anunciantes, instituciones, votantes, amigos y otros simpatizantes de guardar, pero en los tiempos actuales de reinvención de formatos la película ya no cuela, ni por las ventas reales, ni por la audiencia estimada, ni por muchos de los ejemplares que se tiran desde la rotativa (una vez devueltos a la basura, al archivo, a reciclar o a usos más comunes que al de la lectura de las páginas de un periódico).

El termómetro de cuántos lectores leen un periódico tampoco sirve ya para matizar la difusión. Si antes se hacía una estimación de que cada ejemplar lo podían llegar a leer entre 3 y 8 personas; hoy en día es difícil encontrar un periódico; ni siquiera en los sitios donde tradicionalmente mejor se hacían dichas estimaciones, esto es, en los bares. Y no es porque el primer cliente de la mañana lo introduzca discretamente en su bolso, sino más bien porque ya ni siquiera se compra la prensa en estas plazas públicas.

Con todo, hay países a priori más ricos (y con la misma crisis que en España, aunque enmascarada) que conservan la costumbre de ofrecer un abanico de rica miel periodística a sus clientes en los sitios públicos. Quien más, quien menos, encuentra por ejemplo en Italia la posibilidad de leer la prensa local, nacional y deportiva tanto en locales más discretos de poblaciones de menos de 20.000 habitantes hasta en los más vestidos de las capitales de provincia. En el país transalpino todavía se lee la prensa en papel, aunque sea para acceder a letras pequeñas que escapan de la inmediatez digital o del RT, a versiones contrastadas de la vida política ajetreada que todo lo empapa bajo la sombra de Il Cavaliere, o a cotilleos que siempre captan adeptos, sin fecha de caducidad.

Cuesta creer que el enfoque periodístico prevalezca sobre la novedad, pero quizás este ejercicio empírico de vocación antropológica, a pie de campo, pueda hacernos pensar en que no pese tanto la inmediatez como la costumbre; no proyecte tanto interés –que también- el dar primero, sino el reflexionar y contextualizar el hecho informativo; no sea tanto la caducidad, como la calidad de análisis de cuño exclusivo.

Aspectos, matices, picoteo periodístico que posan la lupa en la sociedad en cuanto que lectora de información servida en tazón exprés, con aroma a noticia caducada pero cargada de matices contextualizadores, explicativos, reportajeados.

Posted by @os_delgado

Twitter y su «favorito secreto»

índiceSiete son los años que cumplirá Twitter el próximo mes de marzo… ¿Llegará a esa hipotética mayoría de edad con síntomas de agotamiento? Desde siempre, y solapado al concepto innovador que ha lucido la red social de los 140 caracteres, el pajarito azul ha sido símbolo de hogar para influyentes, gurús, seudogurús, expertos en todo y sabiondos de nada; un vehículo de expresión en el que muchos se sentían con el privilegio de estar en un entorno del que la mayoría que no había probado el sabor de los tuits ni disfrutaba ni entendía.

Prescriptores, geeks, periodistas, iluminados, emprendedores, famosos, blogueros, advenedizos y probadores de todo lo que suena a prescripción, novedad o tecnología camparon a sus anchas por los recovecos de la red social de microblogging. Lo hicieron a velocidad de crucero y consiguieron sentirse especiales en un círculo ‘desvirtualizante’ y ‘desvirtualizador’, rodeados de la magia especial de lo que significaba pertenecer a un club virtual de explicadores paralelos al acontecer, a golpe de tuits.

Hasta que la representación más oficialista de la realidad, la misma que había discurrido por cauces tradicionales en paralelo a la interpretación sincronizada de los miles de tuits diarios publicados por aquellos que huían de versiones impuestas, aterrizó como elefante en cacharrería en los 140 caracteres. Cuentas institucionales, mensajes oficialistas, comunicados inertes, últimas noticias descontextualizadas, globos sonda, robots del marketing programado, compradores y vendedores de followers, aplicaciones en diferido ladronas de conversaciones, cuentas oficiales en vez de nombres propios… Nada nuevo más que la expresión de la realidad tradicional en tuits que difuminaron la línea paralela trazada en un principio por quienes habían encontrado el oasis de la representación de otros aconteceres distintos a los pautados por gabinetes de prensa, grandes empresas, cabeceras tradicionales, teletipos enlatados y otros desmentidos de guardar del colorín colorado.

La comunidad probadora que creció de forma deslocalizada, coincidiendo eventualmente cara a cara en eventos desvirtualizadores, quedó difuminada como lo había estado antes de la llegada de Twitter, sumergida y confundida por el ruido de la maquinaria oficial. El mismo ruido que ya se apoderó en su momento de las ondas, del papel, de la televisión… Porque la información es poder y el poder siempre ha necesitado controlar la información.

Y ahora, ¿qué? –se preguntaron muchos de ellos-. ¿Cómo iban a sentir el sabor de la diferencia jugando en el mismo campo que toda la sociedad? ¿Qué tendrían que hacer para saborear de nuevo la exclusividad de pertenecer a un círculo roturador de tendencias, de aplicaciones, de diferencias respecto a la “masa”?

El vaticinio lanzado por algunos apunta a la moda de dejar de usar Twitter como símbolo de rebeldía o de extraña distinción respecto al “vulgo tuitero”. Otros señalan a una suerte de “zona VIP” o de pago que recuperará el sentido de pertenencia exclusiva que sintieron aquellos que lo probaron en sus dos, tres o cuatro primeros años de existencia. Quién sabe…

Javier Marías, el magnífico escritor que sigue anclado a su máquina de escribir, publicó en EPS el pasado 9 de diciembre un artículo donde describía el sinsabor que le queda a alguien cuando le roban el tesoro – «favoritos secretos» (sic) – de pertenecer a un pequeño círculo conocedor de un gran artista, de un buen escritor… que de repente es abordado por la mayoría y deja la sensación en el primero de frustración por perder la exclusiva de su buen gusto.

«Cuando esos “favoritos secretos” dejan de ser lo segundo, nuestra reacción es mezquina y ridícula, lo reconozco. Lejos de alegrarnos de que por fin el mundo celebre a quien desde nuestro punto de vista lo merecía hace ya tiempo, nos sentimos traicionados, y no es raro que, al ver cómo se populariza y vulgariza la figura admirada, nos alejemos injustamente de ella y aun cesemos en nuestra devoción»*.

¿Está Twitter dejando de ser el «favorito secreto» de muchos?

*(Javier Marías, ‘La zona fantasma’. El fin de todo secreto. EPS, 9 de diciembre de 2012).
Posted by @360gradospressSoma Comunicación