Catorce años de ¡viva San Somín!

La perspectiva de una trayectoria, de un antes y un después, de aciertos y de errores, traza un marco nuevo cada año, un motivo para el análisis y una visión evolutiva de cómo ha cambiado el mundo de la comunicación, del marketing y del periodismo. Hoy, 7 de julio de 2022, Soma Comunicación cumple 14 sanfermines y, como marca la tradición, aprovechamos para reflexionar y dar sentido a la celebración de lo que para esta agencia bautizamos como San Somín.

Cuando decidimos embarcarnos en un proyecto por entonces emprendedor, 2008 no aconsejaba hacerlo, ya que reinaba un contexto de crisis acuciante. Quizás desde el prisma actual, en el que estamos marcados por la incertidumbre de una inflación de dos dígitos y una guerra en el corazón de la gran Europa, se nos va olvidando que aquel año de hace catorce veranos el contexto no era mucho más halagüeño.

Con todo, pusimos en marcha la agencia de comunicación, con el ánimo de sumar periodismo a la comunicación, de aportar a las empresas el punto de vista de los medios de comunicación, sus rutinas, sus enfoques, y dotarlas de perchas informativas con las que conectar con estos indicadores.

Al mismo tiempo, la profesión de periodista comenzó a vivir su particular crisis, con 30.000 nuevos graduados en España al año y cientos de despidos y ERE de forma paralela, lo que no vaticinaba mucha salud. Especialmente porque comenzaba entonces una transición más que evidente desde fuera de los medios hacia lo digital. Una realidad que no percibieron las cabeceras, que daban la espalda a los nuevos hábitos de acceso a la información de la población y, sobre todo, a las redes sociales. Porque en 2008 Twitter comenzaba a irrumpir con fuerza, aunque más para profesionales de otros sectores que para los especialistas en comunicación o para los periodistas, que encontraban una amenaza en estos canales más que una nueva plataforma para ejercer la profesión y conectar con las audiencias.

Soma Comunicación detectó la fortaleza de la herramienta y su capacidad para conectar desde la virtualidad a personas en encuentros de carne y hueso favorecedores del networking. Y lanzó en 2009 la primera edición del Horchata and Twitts, que vivió un recorrido alucinante hasta la última edición celebrada hasta la fecha, en 2017.

Con todo, no fue hasta 2010 cuando los medios comenzaron a tomarse en serio las redes sociales. Por aquel año, en diciembre, hubo en España una huelga de controladores aéreos que significó un antes y un después para Twitter en su relación con los actores de la comunicación, tanto institucionales como mediáticos. Aena abrió su cuenta de Twitter para informar a los miles de pasajeros anclados en los aeropuertos españoles, en pleno puente de la Constitución, sobre la incidencia de la huelga.

Twitter comenzaba a ser el canal de información más inmediato también porque ese año el smartphone comenzó su periplo universal, dejó de ser un capricho de 2007 en modo iPhone, para ofrecer un mercado democratizado en el que, quien más, quien menos, tenía un dispositivo móvil con conexión 3G (ahora ya tenemos en el horizonte el 6G) con capacidad para utilizar las redes sociales y para navegar por internet.

En 2010 nació también Instagram, una aplicación de fotografía móvil con filtros y con georeferencias que impulsó una nueva forma de comunicarse con las comunidades online. Y en esta década también irrumpieron otros recursos verticales como Pinterest, la red social del lifestyle, de los amantes de la moda, del interiorismo, de la fotografía, de las infografías… Y otras muchas que nacieron y se quedaron en el camino, como Foursquare, Gowalla, Yelp, Quora,… hasta completar un cuadro como el que tenemos actualmente, en el que toda la sociedad utiliza las redes sociales.

Con todos sus defectos y virtudes, con todo el ruido que ello significa, con la dificultad de favorecer estrategias de dinamización orgánicas sin recurrir al pago de campañas para conectar con audiencias cada vez más abrumadas por el exceso de información circulante, por los perfiles falsos, las fake news, por la manipulación o por el aterrizaje como mostrenco indolente de todo el aparato institucional y político en unos canales que, en un principio, servían más para hacer networking y conectar posibilidades de negocio o informativas, como servicio de prensa, que para emponzoñar el tablero.

Hay muchas aristas que analizar en ese tablero de la comunicación y el marketing. Pero para eso habrá más ‘san somines’. De esta vuelta, de esta mirada atrás a vuelapluma nos quedamos con lo especial que es poder analizar un trozo de la intrahistoria de esta vertiente profesional desde la experiencia, desde la suerte de haber sido y seguir siendo protagonistas del trayecto. Queremos más y seguiremos informando, claro, para nuestros colegas, los medios de comunicación; como para las audiencias especializadas de nuestros clientes, en modo B2B o B2C, en el metaverso, a pie de campo o en foros especializados, en ferias y eventos, en desayunos informativos o en tertulias digitales. Sí, seguiremos informando. ¡Por muchos años más! ¡Viva San Somín!

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