Mario E. Moreno (@ciberviviente) es uno de los principales precursores del sector online en Chile, desde que en 1999 abrió la primera agencia digital del país, CiberEspacio, en la que guio a las empresas en el inhóspito mundo de Internet. Hoy está especializado en omnicanalidad, Big Data y gamificación y se considera un ‘ciberviviente’, al haber conseguido sobrevivir al desequilibrante crecimiento exponencial del marketing digital.

¿Qué te atrajo en su día del mundo digital para querer dedicarte a él?

Cuando tuve que escoger el tema de mi tesis para publicista venían llegando a Chile los primeros computadores multimedia. Me llamó tanto la atención que decidí que mi tesis debía ser la campaña de una empresa que ofrecería Multimedia como técnica de comunicación, capacitación y venta a empresas de distintos rubros. Conseguí el cliente y armamos la campaña junto a compañeros tesistas, más el auditorio de mi universidad para realizar, como parte complementaria a la tesis de grado, el Primer Seminario de Multimedia en Chile en agosto de 1993. La cobertura de medios fue tal que llegaron visitantes de todo el país y pude reunir en una misma exposición a todos los exponentes de multimedia del momento, entre ellos: IBM, Microsoft, Silicon Graphics y Sound Blaster. Uno de los expositores (Francisco Rada) me invitó a trabajar en su incipiente productora CD Multimedia. Mi jefe sería un especialista norteamericano que quería producir títulos en CD ROM y acepté de inmediato. Un año después comenzó a sonar Internet en mi país y el software Adobe PageMill me cautivó, lo adopté de inmediato. Me dije a mí mismo: “Internet es el futuro, mi futuro” y aquí estoy, ciberviviendo.

¿Qué experiencia te ‘acredita’ como ‘ciberviviente’?

La palabra “ciberviviente” la creamos en mi agencia, tras sobrevivir a la crisis de las ‘.com’ (año 2000), como pioneros de lo digital en Chile. Nuestros clientes fueron, inicialmente, casi todas las empresas que querían emprender en Internet. Así atendimos una decena de emprendimientos locales al amparo de ENDEAVOR y otras internacionales como TERRA y STARMEDIA. La baja en NASDAQ les pegó fuerte y, como en Chile aún la publicidad es vista como un gasto y no como una inversión, les recortaron abruptamente los presupuestos. Muchas quebraron y nosotros los perdimos como clientes, pero seguimos adelante reorientando la estrategia comercial, sacando fuerzas internas que veían con entusiasmo a empresas como Google. Con todo esto, me puedo sentir un ‘ciberviviente’.

¿Qué te llevó a crear la primera agencia digital de Chile en 1999?

A finales del año 1997, un nuevo gerente comercial de CD Multimedia me sumó a la reunión con la empresa VTR, hasta hoy el más importante operador de televisión por cable, para apoyarlo porque el potencial nuevo cliente traía un proyecto que mencionaba Internet y como yo era el único obsesionado con el tema en la empresa, requería de mi apoyo. VTR quería lanzar su servicio de Internet vía cable en Chile, proyecto al que llamó transitoriamente X98. Escuché en silencio y con entusiasmo al gerente francés de la empresa, mientras pensaba que era esta la oportunidad para lanzarnos como empresa de lleno a Internet. Cuando terminó de exponer su proyecto, pensé que era momento de hablar, pero antes de poder hacerlo, el nuevo gerente exclamó: “Gracias, pero Internet es una moda y como toda moda va a pasar. El futuro son los CD ROM”. Me quedé congelado, de una pieza. puesto que yo pensaba absolutamente todo lo contrario. Me dio las gracias, sin poder hablar. Me despedí del cliente y bajé a fumar un cigarrillo. En la calle, vi salir al gerente de VTR, alcé una mano saludando, se acercó y me dijo con acento francés: “Noté que no estabas de acuerdo con la visión de tu jefe. ¿Te sientes capaz de hacerlo tú? Quizás sea momento de que emprendas. Piénsalo.” Estiró la mano y me dio su tarjeta. Lo llamé al día siguiente, le conté que había renunciado a mi trabajo y que me interesaba trabajar en el proyecto. Así, VTR se convirtió en mi primer cliente y X98 pasó a llamarse VTR Superinternet. Entonces fundé formalmente CiberEspacio. VTR como primer cliente fue clave. Hice alianzas con otras agencias que querían hacer lo mismo que yo, presenté mis credenciales a otras empresas que buscaban presencia en internet, capté cliente y, lo más importante, pude conocer una red de profesionales y personas entusiastas y capaces muchos de los cuales son hoy en día quienes lideran la industria digital en Chile.

¿Fue arriesgado?

Lo más riesgoso fue dejar mi trabajo en la productora de CD y emprender en algo nuevo, pero al calor del fuego de la juventud no se siente frío ni temor. Lo más difícil de vender soluciones digitales en esa época, incluso me atrevo a decir que hasta hoy algunas empresas tienen el mismo dilema, fue que la puerta de entrada era TI, los que se enfrascaban en tecnologías, lenguajes, formatos. procesos que más que acelerar o potenciar cambios frenaban todo. Como publicista siempre he creído que la puerta de acceso al crecimiento digital/tecnológico de las empresas está en el marketing.

¿Cuál es el panorama actual del mundo digital en Chile al compararlo con su situación 18 años atrás cuando empezaste?

Tecnológicamente estamos a la vanguardia. No hay que convencer a nadie de que internet sigue siendo el futuro y los medios digitales el mejor punto de contacto con los clientes y las audiencias, sin embargo, aún hay brechas y visiones radicalmente distintas. En Chile aún no se puede pensar en campañas o acciones masivas 100% digitales, porque no toda la población tiene acceso a internet. Solo hay nichos que lo permitirían. Aunque cada día la brecha es menor, la visión tecnológica de algunas industrias, empresas o tomadores de decisiones dentro de ellas siguen frenando un crecimiento que podría ser aún mayor, porque ven la tecnología y lo digital como un fin en sí misma y no como un recurso para alcanzar un fin superior, que, por lo general, tiene que ver con el bienestar de la sociedad. Aún quedan Industrias como la de los medios de comunicación y el gobierno aferrados a formatos tradicionales, agencias que se dicen digitales y lo único que hacen es producir banners, landing pages y post porque sí, sin esforzarse en responder: ¿qué decir? ¿a quién se lo digo? ¿cuándo es el mejor momento para decírselo? ¿por qué plataforma se lo digo? Si en el pasado hubo que evangelizar sobre Internet y páginas web, hoy la misión es que las empresas logren dimensionar la importancia de la omnicanalidad y de conocer a sus clientes, promover la incorporación del Big Data en la toma de decisiones y en las estrategias de marketing y de comunicación.

¿Qué debe contener una pieza publicitaria para atraer al espectador sin perder de vista la calidad?

La clave está siempre en el mensaje y aquí hay que hacer la diferencia entre el reason why de un artista versus el de un publicista. Esta frase se la repito a todos mis estudiantes en la sala de clases: el artista plasma sus propios sentimientos en la obra y no los del espectador; el publicista debe plasmar los sentimientos del espectador, no los suyos. La pieza debe contener un mensaje (escrito, visual, auditivo, táctil, olfativo, sensorial, como sea) que lo refleje, lo represente, le hable, le haga sentido en el momento exacto. Allí precisamente está la importancia de la omnicanalidad y conocer a la audiencia.

¿Cuáles son las claves para hacer marketing digital de calidad?

Para hacer marketing digital de calidad hay que quitarle la palabra digital y ponerse a hacer marketing, no olvidar que en el formato que sea la idea central es agregar valor a la marca, al consumidor y a uno mismo. La clave es pensar globalmente, y actuar localmente (glocal).

Como ‘growth hacker’, ¿qué opinas sobre el uso de técnicas alegales dentro de vuestro trabajo?

Estoy convencido de que es la profesión del futuro. Tenemos una mirada distinta e integral, lo que nos permite entregar soluciones únicas y muy efectivas. Hacker, en lo personal, es una palabra que me encanta. Siempre me ha gustado, sobre todo, porque tiene ese matiz anarquista propio de internet. Tanto hacker como anarquía son palabras estigmatizadas por la sociedad. Se le dice hacker al pirata informático que quiere hacer daño cuando en realidad es el que se divierte y puede ayudarnos, sobre todo, a evaluar e incorporar medidas de seguridad a nuestros proyectos digitales (los malos son los crackers). Se le dice anarquista al caos, cuando en realidad anarquía significa libertad (los malos son los antisociales). Personalmente técnicas alegales dentro del trabajo no he incorporado jamás.

¿Cuáles son las experiencias online que has desarrollado de las que te sientes más satisfecho?

Son varias, sin embargo, vibro con dos tipos de experiencias online: las tremendamente masivas y las de micronichos. Los extremos me traen. En mi carrera profesional me ha tocado experimentar ambas: desde campañas presidenciales, programas de televisión en vivo, foros económicos, eventos culturales mundiales y clubes de fidelización hasta cookies para brindar experiencias ultra personalizadas.

Por @casas_castro