1_reivindico13621

El legado de Alejandro Bolaños: honestidad y pedagogía

Hay mil conversores de valor monetario y hasta de palabras para traducir equivalencias de divisas o expresiones de uno a otro idioma. Pero no se ha inventado todavía la aplicación que transforma fenómenos farragosos en explicaciones al alcance de cualquiera con una mínima capacidad de discernimiento. En el mundo del periodismo económico, Alejandro Bolaños Correa (Madrid 1971-2018) consiguió la cuadratura del círculo: poner los conceptos más alambicados al alcance de un lector generalista de perfil medio. El recientemente fallecido periodista de El País siempre consiguió que los fenómenos más complejos resultaran altamente digestivos para el lector y hasta para los alumnos de secundaria y universitarios que trabajaron sus textos para entender el mundo que les rodea. Ese es parte del legado periodístico, económico y hasta histórico que deja el redactor de la sección de Economía del diario de Prisa.

Bolaños cumplía los dos requisitos básicos para ser un transmisor de conocimiento: entender previamente en toda su profundidad aquello que se difunde y acreditar una honestidad intelectual de la que dio prueba en toda su trayectoria. La doble formación académica, como periodista y Licenciado en Económicas, le ayudaron a destripar y servir mascados para el gran público todos los vectores que condicionan conceptos como bono basura, prima de riesgo, banco malo, activos tóxicos y unos cuantos más que a partir de la depresión de 2008 entraron por sorpresa en todos los domicilios de España y acamparon sin pedir permiso. En muchos casos, desahuciaron incluso a los propietarios hipotecados de las viviendas.

Los transmitió con todo el sentido pedagógico del que hizo gala en su trayectoria periodística y sin perder rigor. Su capacidad para contar los entre bastidores de la economía sin atajos le valió el premio internacional de periodismo económico Citi Journalistic Excellence Award. Corría el año 2015. Antes se llevó el premio de periodismo Jaume Vicens Vives. Un galardón con nombre de historiador que ilustra a la perfección cómo Bolaños supo tejer un cordón umbilical entre sus artículos y su tiempo a través de explicar las raíces de los acontecimientos económicos, los porqués. Explicar el presente a partir de entender el pasado. Y explicarlo, analizarlo, diseccionarlo con gran capacidad de análisis, sentido crítico y compromiso social. Desde su militancia humanista pintó las mil caras de la crisis que puso en jaque hace diez años al mismísimo capitalismo financiero y lo hizo sin estridencias. Era su estilo. El sello Bolaños al que siempre fue fiel, desde cualquier lugar y cualquier circunstancia. Desde sus tiempos en la edición de El País en Sevilla, donde inició su singladura profesional.

                                                                                                                                                      Abril Antara

Foto: @marga_ferrer

El legado periodístico de Miguel Ángel Bastenier

El legado periodístico de Miguel Ángel Bastenier

El periodismo despidió el pasado 28 de abril a una leyenda de la profesión. Un plumilla con integridad y coraje que consagró sus últimos 35 años de vida a El País, periódico donde ejerció como subdirector y columnista hasta su muerte. El periodista español Miguel Ángel Bastenier, especialista en información de América Latina, falleció en Madrid con 76 años a causa de un cáncer de riñón.

Bastenier tuvo una dilatada trayectoria profesional. Con casi un cuarto de década, estuvo al frente de un diario catalán escrito en español, Tele/eXprés, que más tarde cerró. Un año más tarde, ejerció como subdirector durante tres años de El Periódico de Catalunya, y luego llegó a El País, donde quedó vinculado hasta su muerte. Fue el mayor experto en política internacional de la prensa mundial y siempre tuvo el firme convencimiento de que el futuro del periodismo era “digital”. Así lo expresaba durante sus clases o ponencias en la Escuela de Periodismo de El País o en la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), donde estuvo impartiendo la docencia durante tres décadas.

Conocedor en profundidad del conflicto de Oriente Medio, se consolidó como una figura referente en el ámbito mundial en informaciones de América Latina y sirvió de maestro a muchas generaciones, que a día de hoy lo recuerdan. Prueba de su valía profesional son los diferentes galardones periodísticos que ganó durante su carrera como, por ejemplo, el Premio María Moors Cabot como reconocimiento a su destacada trayectoria y por contribuir a medrar las relaciones en el continente americano.

Bastenier, además, fue un gran periodista, que se responsabilizó éticamente de sus palabras y de la toma de sus decisiones. Mentor de los periodistas de América Latina, a quien sus compañeros describieron en numerosas ocasiones como “maestro de periodismo con mayúsculas”, demostró que a través de 140 caracteres es posible informar de mensajes claros y concisos, ofrecer titulares y sintetizar hechos noticios. Y lo hizo con las valiosas lecciones que hoy nos quedan de su legado.

Pero este gran profesional no solamente ha dejado huella en el ámbito digital. Sus enseñanzas también han guiado en los últimos años a varias generaciones de periodistas de España y de toda Latino América, siendo una figura clave y probablemente una de las más conocidas en el panorama internacional por su labor. En este sentido, publicó dos libros sobre el conflicto de Israel y otros dos sobre temáticas periodísticas: La guerra de siempre; Palestina-Israel: La casa de la guerra; El blanco móvil; Cómo se escribe un periódico. Asimismo, colaboró con prestigiosos medios internacionales con gran reputación como Libération, Le Monde o The European.

Legado Bastenier

De ahora en adelante, las generaciones venideras le recordarán por su legado periodístico. Lecciones profesionales plasmadas en 140 caracteres, que dejan patente la filosofía y la integridad que deben regir el oficio. “El periodismo declarativo está muerto, porque la gente habla para salir en el periódico. Hay que publicar lo que se calla, que es lo difícil”; “El tweet es el breve del breve, el torrefacto completo, claro y sencillo, de lo que queremos decir”; “La lucha contra los propios prejuicios, que seguro que existen, constituye buena parte de la profesionalidad periodística”; “Los periodistas se dividen en dos categorías: los que son rápidos y los que no son periodistas”; En último término la frontera entre publicable y no publicable la dictan el sentido común y el buen gusto. No hacen falta manuales”; “El mejor periodista es un investigador, pero ni policía, ni juez. Documenta e interpreta el caso, y ahí acaba su función”.

Estos son algunos de los consejos que nos ha dejado este veterano y por los que se ha reconocido su valía profesional a la hora de ejercer el periodismo, porque siempre lo ha hecho bajo el respeto y la ética de la información. Dos parámetros que deben guiar los pasos de un buen periodista.

Hasta siempre, maestro Bastenier.

FOTO : Asociación de Periodistas de Madrid (APM)
Written by: Inma Gabarda