Un 3 de mayo más el calendario viene marcado por el Día de la Libertad de Prensa, una fecha en la que se recuerda a la sociedad la importancia que tiene estar informada por profesionales. Unos medios de comunicación sin mordazas, con periodistas que ejerzan libremente pese a quien pese, es sinónimo de estar en una democracia avanzada. Sin embargo, en pleno siglo XXI, ciertas amenazas se ciernen sobre la libertad de prensa en España.

Uno de los puntos que más preocupan son las fake news, un tema que se ha abordado en este blog en numerosas ocasiones. Las noticias falsas desinforman a la ciudadanía y acaban desautorizando el periodismo, ya que se disfrazan de noticias o se dan como ciertas en portales web de dudosa reputación profesional. Este peligro hace que la libertad de prensa quede anulada al no lograr su propósito: informar a la sociedad de los hechos de la forma más objetiva posible.

La manera más eficaz de combatirlas es a través de un periodismo de calidad en el que se cuiden tanto los contenidos como a los profesiones, pues estos sufren una implacable precariedad laboral. Esto también pasa por un nuevo modelo financiero, que ayude a una mayor independencia y a incrementar los niveles de mejora de empleo de sus personas. Periódicos como The New York Times ha conseguido sortear la crisis que viven los medios de comunicación tras no saber adaptarse a Internet, con un aumento tanto de suscriptores como de contratación de periodistas. Y todo ello gracias a realizar un exquisito y cuidado periodismo de calidad.

Para combatir las fake news, han surgido plataformas impulsadas por periodistas para verificar las informaciones. Incluso algunos medios de comunicación se han dedicado a contratar los datos que vertían los partidos políticos durante la campaña electoral del 28A, la cual, todo sea dicho, se ha visto salpicada por numerosas noticias falsas por parte de algunos candidatos.

Al hilo de las elecciones, también se ha visto otra amenaza a la libertad de prensa. Un partido político ha asegurado que cerraría medios de comunicación públicos y privados. En sus mítines, de hecho, la gente abucheaba a algunos periodistas que acudían a cubrirlo e incluso se llegó a vetar la entrada de ciertos profesionales de la información.

A todo ello se unen situaciones de indefensión de los periodistas que trabajan en nuestro país, como la que se vivió en Baleares. Un juez ordenó la confiscación de los móviles personales y los documentos de compañeros del Diario de Mallorca y de las agencias EFE y Europa Press, que estaban investigando un caso de corrupción.

Ante todas estas amenazas, la libertad de prensa debe ser reivindicada más que nunca este 3 de mayo. Pero hoy y todos los días debería de ser recordada, ya que, como se viene clamando desde hace tiempo, “Sin periodismo no hay democracia”. Este derecho de la sociedad que no puede existir si los periodistas se encuentran con tantos obstáculos para trabajar.