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“Hablar por hablar es lo que marca la diferencia entre una buena pieza y otra que no deja huella”

La eterna cuestión periodística, también llevada al mundo del Derecho: ¿es mejor un abogado con nociones de periodismo para escribir sobre política y tribunales o a la inversa? En el caso de Beatriz Talegón (@BeatrizTalegon), su especialización (algo que destaca y subraya) se da en ambos campos. Actualmente es editora general de Diario 16 y colabora con medios como TV3, Cuatro, El Plural, La República, El Obrero o El Nacional.

Qué mejor ocasión que esta, en el Día de la Mujer, para charlar con ella sobre política, Derecho, tertulias, escritura periodística e, incluso, música y fotografía.

¿En qué ayuda a un periodista la formación en Derecho a la hora de analizar y de escribir sobre política?

Cuando tenía que elegir itinerario a la hora de estudiar en la universidad tuve muchas dudas. Siempre había querido estudiar Filosofía, pero también me atraía mucho el ámbito de la comunicación y del trabajo social. Finalmente, por cuestiones casuales, decidí estudiar Derecho pensando que sería una herramienta fundamental para cualquier cuestión en mi vida. Y así fue. El estudio del Derecho te aporta seguridad, conocimiento del entorno en todas las facetas imaginables y, desde luego, con el periodismo encaja a la perfección. Sobre todo, cuando te dedicas al análisis político, como es mi caso, conocer las normas, los ordenamientos jurídicos y el funcionamiento de la legislación es clave para poderlo explicar de la mejor manera posible. Un periodista al fin y al cabo ha de trasladar información y explicarla. Siempre es muy útil conocer de una materia para poder entenderla y así transmitirla correctamente.

¿Cómo valoras el panorama actual de la política de nuestro país de cara a las elecciones de abril? ¿Cómo se está comunicando a través de los medios generalistas?

La comunicación no está en su mejor momento en cuanto a la calidad que se está ofreciendo a la ciudadanía. Es una herramienta fundamental en un estado democrático, puesto que constituye un pilar fundamental para que pueda configurarse una opinión pública adecuada, que debe conformarse siempre en base a información veraz y a opiniones que tengan argumentos fundamentados. Por desgracia actualmente contamos con posibilidades que nunca antes habían existido: las nuevas tecnologías nos permiten acceder a la información de manera casi ilimitada. Sin embargo, la falta de rigor y los intereses que se esconden detrás de las líneas editoriales están generando una cantidad de “información” inexacta, manipulada e interesada que hace imposible conformarse una opinión en base a datos y a hechos contrastados. Es peligroso porque el riesgo de manipulación es muy elevado. Y esto, de cara a los comicios que se han anunciado tiene muchos riesgos y muy elevados. Blanquear formaciones que en realidad esconden intereses muy peligrosos para la convivencia o criminalizar opciones que apuestan por una mayor democratización es la principal evidencia que estamos viendo en estos tiempos. Y la consecuencia directa: el aumento y el auge de la extrema derecha. ¿Por qué? Precisamente por la falta de información veraz y por los grupos de poder que precisamente se benefician de la presencia de estas formaciones en cuanto a lo que su acceso al poder se refiere. Les financian, les apoyan, les dan voz en los medios y les blanquean para generar aceptación. En ese momento estamos y no pinta bien el futuro inmediato en lo que al acceso a la información veraz se refiere.

¿Qué no puede faltar y qué puede sobrar en un artículo de opinión de un medio generalista?

Para hacer un artículo de opinión que perdure en el tiempo, que sea de utilidad para los lectores y que sirva para una reflexión colectiva es importante informarse antes de escribirlo. Buscar datos, buscar distintas perspectivas y tratar de aportarle al lector una idea clara de tu postura. Sobre todo, argumentada, bien argumentada, aportando todos los datos que sea posible, sin llegar tampoco a aburrir ni abrumar. Es importante, al menos en mi opinión, que el lenguaje se adecúe al público al que te quieres dirigir: no caer en tecnicismos, intentar que la lectura sea amena y no olvidar qué mensaje quieres dar, manteniendo siempre la coherencia y un hilo argumental entre todos los artículos que publicas.

¿Cuáles son las claves para participar en una tertulia política para televisión a nivel periodístico y ‘no morir en el intento’?

Para mí es clave hablar siempre con educación y sin faltar el respeto de los demás tertulianos. No entrar en las provocaciones, a no ser que realmente tengas previsto dejar en evidencia algún argumento de manera contundente. Es sencillo que, si no estás acostumbrado, te apabullen y pierdas tus posibilidades de hablar (depende de la tertulia, del moderador, de los contertulios); en España es habitual que las tertulias no estén orientadas a aportar información sino a aportar disputas y la sensación de polarización. Esto, por ejemplo, en otras cadenas no se produce y es un placer tanto para el tertuliano como para el espectador poder hablar de manera tranquila, tener tiempo suficiente para elaborar tus respuestas y aportaciones y con un buen moderador, puedes realizar una aportación que sea realmente útil. Pero has de estar preparado para cualquier tipo de contexto y normalmente lo habitual es que sean terrenos hostiles donde no te dejarán hablar, tratarán de alterarte, de despistarte, de poner en tu boca lo que no has dicho y de poner sobre la mesa información incorrecta para que hables sobre ella sin percatarte de los errores capciosos.

Cómo músico, ¿deja tiempo el periodismo y la abogacía para desconectar con la música?

Hace tiempo que quiero poder sentarme al piano durante un par de horas seguidas. Hace meses que quiero conseguir unas partituras concretas para poderlas estudiar (Nora Jones). Pero, sinceramente, es algo que vas aparcando y que al final nunca llega. Estudié muchos años de piano, y si en aquellos tiempos me hubieran dicho que pasaría meses enteros sin tocar, no me lo habría creído (hablo de aquellos tiempos en los que estudiaba una media de dos o tres horas al día). Pero el trabajo, los hijos y las estancias fuera de casa hacen que la música, tan necesaria, nunca encuentre su momento. Y es una pena. La música te sirve para desconectar esas partes del cerebro que tienes normalmente hiperactivas; activas otras partes, conectas otros sentidos. Buscas sonidos, sensaciones. Lo que hago de un tiempo a esta parte, y también lo echo de menos porque querría hacerlo más de lo que lo hago, es cantar con Carlos, mi pareja, que es músico. Pero ahora que tenemos peques, por las noches procuramos ya no hacer ruido. Así que es una tarea pendiente la de retomar las notas. La música te conecta con otras personas, con sentimientos, con emociones. Es muy positivo tener esta vía de escape. La fotografía es otra herramienta que me permite evadirme y volar, pero me ocurre lo mismo: hace años que tengo pendiente poner en marcha mi cuarto oscuro. Allí el tiempo pasa, vuela, y con la luz roja todo es diferente.

¿Qué mensaje darías a aquellos y a aquellas estudiantes que llenan las facultades de Periodismo en la actualidad? ¿Hay cabida para ellos en el panorama laboral de la profesión?

Les animaría a especializarse en temas concretos. Los que consideren, y todos los que les llamen la atención. Falta gente que hable de cosas que saben. Hablar por hablar es lo que marca la diferencia entre una buena pieza de información y otra que no deja huella. Les pediría que, sobre todo, mantengan el pilar de la coherencia y la honestidad, como a cualquier otra persona, pero asumiendo la responsabilidad que su trabajo conlleva para construir una sociedad más democrática, mejor informada y, por tanto, más libre. Les propondría que vivieran mucho. Que conocieran distintas realidades y que relativizasen todo antes de escribir manejados por líneas editoriales de las que desconocen sus verdaderos entresijos.

Por @casas_castro
Foto de EFE/Paz Val

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Trece años de comunicación necesaria

8 de marzo: las comunicadoras paramos

Las comunicadoras paramos el 8 de marzo. Bajo este lema y su correspondiente hashtag, las periodistas mujeres han convocado una concentración en Madrid a las 13 horas para reivindicar la igualdad en un sector que se ceba con ellas.

Así pues, bajo el paraguas del Día Internacional de la Mujer y los actos que se van a llevar a cabo, #LasComunicadorasParamos pretende ser el altavoz de las periodistas y se suma tanto al derecho a la huelga como a la manifestación habitual del 8 de marzo con el título “Por un periodismo digno y femenino”.

La precarización de los trabajos, el acoso y el maltrato en los puestos laborales y la lucha por una comunicación libre y con perspectiva de género son tres de los aspectos que #LasComunicadorasParamos va a exponer durante el Día de la Mujer. Este movimiento entre las periodistas se inició el año pasado con un manifiesto que firmaron más de 8.000 profesionales de distintos medios, así como freelance.

Además, según el último informe anual de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) presentado a finales del año pasado, seis de cada 10 parados periodista son mujeres. Este estudio incluye, por primera vez, un capítulo específico sobre la situación de las mujeres en el sector. De hecho, el director del estudio, Luis Palacio, concluyó en la presentación del informe que los datos de la encuesta reflejan que “sí existe un factor de discriminación hacia las mujeres”.

También indicó que las féminas son las que más trabajan como autónomas y las que menos optan a un contrato fijo. “El porcentaje de mujeres que tienen salarios inferiores es mayor que el de los hombres”, afirmó Palacio.

Por ello, iniciativas como #LasComunicadorasParamos resultan necesarias en la profesión periodística, cuya precarización la padecen en mayor medida las mujeres. Los datos lo corroboran, pero el día a día de las mujeres periodistas deja entrever esa discriminación en aspectos como las tertulias, que estás masculinizadas, el acoso o el techo de cristal tan difícil de sobrepasar.

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Betty French Jarmusch, pionera del periodismo de sociedad

La historia de Periodismo, como la Historia en general, parece estar hecha por hombres. Pero la figura femenina, por fin, comienza a reivindicarse con nombres como el de Betty French Jarmusch, pionera del periodismo de sociedad, y que falleció recientemente.

Fue la primera mujer en escribir crítica teatral y cinematográfica en un periódico estadounidense, el Akron Beacon Journal de Ohio, que aún sigue publicándose. Fue en los años 40 del siglo pasado y tan solo tenía 20 años. Además, también dirigió la propia sección de espectáculos del diario, algo poco usual en la época.

En un mundo de hombres, su talento deslumbró en la crítica que hizo a ‘Un tranvía llamado deseo’, obra protagonizada por Marlon Brando en Broadway, a los maravillosos conciertos de Duke Wellington o a la afamada boda de Humphrey Bogart y Lauren Bacall que tuvo lugar en Ohio. También redactó ensayos sobre cine, artículos para revistas e incluso el guión de una película que nunca se rodó. Y llegó a entrevistar a Ginger Roberts, Wallace Beery o Artie Shaw.

Tras conocer a su marido, Robert Jarmusch, en 1948, Betty French se casó y dejó el periodismo. Tuvo tres hijos que, según explica el Akron, dos se dedican al cine y una al periodismo. De hecho, uno de ellos, Jim Jarmusch, el más conocido, ha querido reconocer y destacar la influencia que su madre tuvo durante su vida.

Según el periódico en el que trabajó, su muerte se produjo el pasado 15 de noviembre, con 96 años, aunque hasta Navidad su familia no lo hizo público. Así, se queda huérfana una parte importante de la historia del Periodismo y, concretamente, del estadounidense. “No hubo discusión sobre el papel de las mujeres en el cine, o el periodismo, cuando Betty French comenzó su carrera pionera en el Akron Beacon Journal. Simplemente no estaban involucrados, no se hicieron preguntas”, indica un obituario sobre la periodista.