El periodismo no es una profesión sencilla. Sobre todo, para vivir de ella. Y eso lo sabe muy bien José Manuel Atienza (@jmatencia), director de contenidos de SER Málaga. Como él mismo dice, “se trabaja mucho, casi nadie se hace rico y cuesta bastante hacerse un hueco medianamente confortable”. A pesar de ello, Atienza lo considera uno de los mejores oficios del mundo.

¿Con qué frase definirías la profesión periodística?

Hay muchas, pero me gusta especialmente una clásica, que se atribuye a George Orwel, por lo que significa de referente ético: “periodismo es publicar lo que alguien no quiere que publiques. Todo lo demás son relaciones públicas”. También me gusta una reflexión de Eugenio Scalfari, que fue director y fundador del diario La Repubblica de Italia. Es una sencilla y dice así: “periodista es gente que le dice a la gente lo que le pasa a la gente”.

¿Cuál es la salud actual del periodismo en nuestro país?

Más de 12.000 periodistas han perdido su empleo desde la crisis. Si nos atenemos a este dato, el estado de salud de este oficio es comatoso. Se han perdido empleos y los que se han creado son muchísimo más precarios. El periodismo ha tenido tres crisis conjuntas: la crisis económica, la crisis de los propios medios por el mayor cambio tecnológico que se ha producido nunca y la crisis de las propias empresas periodísticas que, desde la llegada de Internet, no terminan de encontrar un modelo económico rentable. Dicho esto, que muestra un panorama muy complicado, posiblemente asistimos a la vez a la época de la historia del mundo donde más información recibimos al día y donde más accesible es la información para todo el mundo. Conjugar ambas cosas es el santo grial de este oficio: hacer buena información y que haya gente dispuesta a pagar por la calidad de los contenidos. Cuando eso ocurre, mejorará mucho el estado de salud del periodismo. Mientras llega, seguimos buscando la fórmula con muchas dificultades y bastantes errores.

¿Qué caracteriza al periodismo de cercanía que realizas en Málaga a través de las ondas hertzianas? ¿Tiene el periodismo local un público más fiel que el nacional?

He trabajado en medios provinciales, pero también en medios nacionales. Y llevo defendiendo toda mi vida que no hay un periodismo de provincias y un periodismo nacional. Hay exclusivamente buen periodismo. Y una historia bien contada es buena si es realmente interesante y está bien relatada, con independencia de que su protagonista viva en Málaga, Madrid o Berlín. A la gente le gusta que le cuenten buenas historias y esas están en todos sitios. Luego hay un periodismo de proximidad: la gente quiere saber quién le gobierna, pero también le gusta saber, cuando se levanta por la mañana, cómo está la circulación en la carretera que le lleva a su trabajo. No se trata de fidelidad, sino de complementariedad. En un mundo donde la información está cada día más globalizada y donde en segundos sabemos lo que pasa en cualquier parte del mundo, un ciudadano también quiere saber lo que ocurre en su ciudad, su barrio. Soy un enorme defensor de la información local. Para algunos grandes medios puede ser la gran baza con la que apoyarse frente a otros grandes medios. La posibilidad de ofrecer una buena información de cada sitio donde tiene implantación.

¿Qué tiene la radio que no tengan otros formatos periodísticos a la hora de comunicar?

Tiene la inmediatez. Y alguien me podría decir que ahora están las redes e internet para competir. Y es verdad, pero no todo lo que se hace en las redes es periodismo. Los periodistas saben priorizar las informaciones, ofrecer contenidos de calidad y desbrozar la verdad entre tantas mentiras. La radio además es un medio muy innovador. Se hacen cosas distintas y originales. Informa y, además, entretiene. Y, sobre todo, no lo digo yo, lo dicen los estudios, sigue siendo un medio muy creíble para los ciudadanos. La gente cree mucho lo que se dice por la radio.

¿Qué suponen las redes sociales para el trabajo de periodista en la actualidad? ¿Más ayuda que vía de desinformación?

Ahora mismo es imposible sustraerse de este fenómeno que ha cambiado la forma que tenemos de comunicarnos. Para cualquier periodista es esencial, aunque posiblemente menos de lo que a veces creemos. Sirve para testar el estado de opinión, aunque muchas veces configura un estado de opinión que no tiene que ver mucho con la realidad. El gran problema de las redes sociales, como en el gran problema de la sociedad actual, es que la mentira y las noticias falsas lo ha inundado todo y no existen mecanismos de control suficientes para pararlas. Con el tiempo he aprendido a ser enormemente cuidadoso con los retuits que hago y con la información que enlazo, con las personas que sigo y a los que no les hago caso alguno: busco primero tener la certeza de que lo que voy a poner o a retuitear es verdad. Y admito que muchas veces no me resulta fácil este cometido.

¿Qué mensaje les darías a los estudiantes que llenan hoy las aulas de Periodismo en las facultades de nuestro país? ¿Hay futuro para ellos?

Hay un futuro que no es fácil. Pero es que el futuro no es fácil para nadie. Nunca el mundo ha cambiado tanto en tan poco tiempo. Nos ha tocado vivir la mayor revolución de la historia de la humanidad, con oficios que desaparecen y con la aparición de otros trabajos que todavía ni siquiera tienen nombre. El periodismo es un oficio para gente vocacional, para gente lista y para gente espabilada. Es muy difícil ser periodista porque no se te ocurra nada mejor que ser. Se trabaja mucho, casi nadie se hace rico y cuesta bastante hacerse un hueco medianamente confortable. Claro, que para los que nos gusta, es uno de los mejores oficios del mundo. Somos, en cierta medida, los escribanos del día a día. Y eso es un absoluto privilegio.

Por @casas_castro