Un reconocimiento al periodismo “con cabeza y con corazón”, al periodismo “de personas para personas”. Es la síntesis que ofrece el director general de la ONCE, Ángel Sánchez, sobre el espíritu de los Premios Tiflos de periodismo, que han sido entregados en su XX edición. La convocatoria correspondiente a 2018 acaba de convocarse. Estos galardones reconocen los trabajos que mejor exalten los valores relacionados con la integración de las personas con discapacidad, además de hacer pedagogía sobre la necesidad de suprimir las barreras físicas y mentales que en ocasiones impone la sociedad, más allá del indudable avance legal que se ha producido en la supresión de las barreras arquitectónicas. En estos galardones se valoran especialmente aquellas publicaciones que subrayen el valor de la superación individual o colectiva de todos los obstáculos que frenan el desarrollo personal y social de las personas con alguna discapacidad.  Los Tiflos han conseguido consolidarse en estas veinte ediciones hasta alcanzar un acreditado prestigio en el mundo de la comunicación. Se trata de unos galardones dotados con 9.000 euros para los ganadores de cada una de las categorías: prensa escrita, radio, televisión y periodismo digital. Suele decirse que hay premios que enaltecen al premiado y premiados que otorgan categoría al premio. Del mismo modo hay galardones periodísticos que por su planteamiento honran al periodismo en su enfoque más social y, por tanto, más transformador. El servicio público no es una etiqueta ni un lugar común que se adjunta de oficio al periodismo; es su auténtica esencia en tanto que el periodista y los medios de comunicación gestionan en cierto modo la concesión del derecho constitucional a la información que asiste a todos los ciudadanos. Servicio público, es, por encima de todo, poner el poder de influencia y de generar opinión pública (la fuerza motriz que impulsa buena parte de las decisiones políticas) al servicio de las causas de los más débiles. En este sentido, premios como los Tiflos contribuyen a mantener el alma genuina y la esencia del periodismo como motor de igualdad y progreso social.  En la XX edición de estos galardones el jurado premió distintas publicaciones y reportajes difundidos por El Mundo de Castilla y León, El Español, Radio San Sebastián (Cadena Ser) y Cuatro TV. Entre los trabajos reconocidos figura El sueño de Pere, un reportaje que refleja cómo un niño invidente narra como si de una retransmisión de radio se tratara, el fútbol de su equipo favorito. En radio, resultó ganador el tema Javier y Dover, de Mikel Huarte, que muestra cómo una persona ciega disfruta de un partido de pelota vasca con su perro guía. En el apartado de Prensa Digital resultó galardonado el trabajo titulado Madrid, 25 baños públicos para 3 millones de personas: la ciudad que abandona a los enfermos de colon. El autor, Daniel Ramírez García-Mina relataba en El Español el día a día de dos jóvenes, Amaranta y Miamar, se enfrentan a la dificultad de la escasez de servicios públicos en una urbe como Madrid. Las bases publicadas por la organización establecen que los trabajos que quieran optar a estos reconocimientos en su edición de 2018 deberán haber sido publicados entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de este año. Los trabajos podrán presentarse hasta el 25 de enero de 2019. Deberán remitirse por triplicado al consejo general de la la Organización Nacional de Ciegos, concretamente a la dirección de comunicación e imagen, en Calle la Coruña, 18, 28020 de Madrid. En el envío hay que hacer constar, además, la inscripción Premios Tiflos de Periodismo.

Premios Tiflos: la cara social del periodismo

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Un reconocimiento al periodismo “con cabeza y con corazón”, al periodismo “de personas para personas”. Es la síntesis que ofrece el director general de la ONCE, Ángel Sánchez, sobre el espíritu de los Premios Tiflos de periodismo, que han sido entregados en su XX edición. La convocatoria correspondiente a 2018 acaba de convocarse. Estos galardones reconocen los trabajos que mejor exalten los valores relacionados con la integración de las personas con discapacidad, además de hacer pedagogía sobre la necesidad de suprimir las barreras físicas y mentales que en ocasiones impone la sociedad, más allá del indudable avance legal que se ha producido en la supresión de las barreras arquitectónicas. En estos galardones se valoran especialmente aquellas publicaciones que subrayen el valor de la superación individual o colectiva de todos los obstáculos que frenan el desarrollo personal y social de las personas con alguna discapacidad.

Los Tiflos han conseguido consolidarse en estas veinte ediciones hasta alcanzar un acreditado prestigio en el mundo de la comunicación. Se trata de unos galardones dotados con 9.000 euros para los ganadores de cada una de las categorías: prensa escrita, radio, televisión y periodismo digital. Suele decirse que hay premios que enaltecen al premiado y premiados que otorgan categoría al premio. Del mismo modo hay galardones periodísticos que por su planteamiento honran al periodismo en su enfoque más social y, por tanto, más transformador. El servicio público no es una etiqueta ni un lugar común que se adjunta de oficio al periodismo; es su auténtica esencia en tanto que el periodista y los medios de comunicación gestionan en cierto modo la concesión del derecho constitucional a la información que asiste a todos los ciudadanos. Servicio público, es, por encima de todo, poner el poder de influencia y de generar opinión pública (la fuerza motriz que impulsa buena parte de las decisiones políticas) al servicio de las causas de los más débiles. En este sentido, premios como los Tiflos contribuyen a mantener el alma genuina y la esencia del periodismo como motor de igualdad y progreso social.ƒ

En la XX edición de estos galardones el jurado premió distintas publicaciones y reportajes difundidos por El Mundo de Castilla y León, El Español, Radio San Sebastián (Cadena Ser) y Cuatro TV. Entre los trabajos reconocidos figura El sueño de Pere, un reportaje que refleja cómo un niño invidente narra como si de una retransmisión de radio se tratara, el fútbol de su equipo favorito. En radio, resultó ganador el tema Javier y Dover, de Mikel Huarte, que muestra cómo una persona ciega disfruta de un partido de pelota vasca con su perro guía. En el apartado de Prensa Digital resultó galardonado el trabajo titulado Madrid, 25 baños públicos para 3 millones de personas: la ciudad que abandona a los enfermos de colon. El autor, Daniel Ramírez García-Mina relataba en El Español el día a día de dos jóvenes, Amaranta y Miamar, se enfrentan a la dificultad de la escasez de servicios públicos en una urbe como Madrid.

Las bases publicadas por la organización establecen que los trabajos que quieran optar a estos reconocimientos en su edición de 2018 deberán haber sido publicados entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de este año. Los trabajos podrán presentarse hasta el 25 de enero de 2019. Deberán remitirse por triplicado al consejo general de la la Organización Nacional de Ciegos, concretamente a la dirección de comunicación e imagen, en Calle la Coruña, 18, 28020 de Madrid. En el envío hay que hacer constar, además, la inscripción Premios Tiflos de Periodismo.

Abril Antara

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“Ante una cámara lo importante es ser fiel a tu información”

Tómbola fue uno de los grandes acontecimientos de la televisión de los años 90. Tanto que su formato se ha replicado en infinidad de cadenas de televisión con un éxito, casi siempre, arrollador, desde Salsa Rosa hasta Sálvame. La responsable de la idea original de este programa de periodismo social y de corazón fue la periodista Carmen Ro que, a su vez, ha dirigido y presentado diversos programas de esta temática y ha sido tertuliana en otros más. Actualmente colabora en La 1, en RNE y en el diario digital Vozpópuli y se encuentra inmersa en la presentación de su primera novela, Mientras tú no estabas.

¿Cómo definirías el buen periodismo?

Da igual la evolución de los medios, que a veces es involución. Lo que define el buen periodismo siguen siendo los mismos atributos de siempre: infinita curiosidad, veracidad y atrevimiento.

¿Cuáles son los momentos más especiales que has vivido en tu carrera profesional y cuáles desearías vivir?

Tengo la suerte de haberme movido mucho a lo largo de mi carrera y, por lo tanto, los momentos especiales son abundantes. Si tengo que escoger alguno empezaría por el principio: en el arranque de Antena 3 Televisión, yo aún no había terminado la carrera y me eligieron para presentar los boletines informativos. Cuando se encendió el piloto de la cámara me sentí por primera vez periodista. Los momentos que desearía vivir en un futuro prefiero no elegirlos. Que me sorprendan, pretendo seguir moviéndome.

¿Qué han supuesto los soportes digitales para evitar el anclaje de medios tradicionales como la prensa, la radio y la televisión en desactualizadas formas de dirigirse a su público y de responder a sus necesidades?

Los soportes digitales están aportando mucha novedad a la forma de comunicarse. La inmediatez y la pluralidad son excelentes y vertiginosas.

¿Qué se debe tener en cuenta para enfrentarse al micrófono o a la cámara de televisión y dar una información en directo clara y de calidad?

Ante una cámara o un micrófono lo importante es ser fiel a tu información. Lo demás viene solo, al menos con el tiempo.

Viviste en primera persona el despegue de un canal de televisión de referencia como es hoy Antena 3. ¿Fue complicado en aquella época emprender un camino tan monopolizado como el de la televisión? ¿Hoy crees que sería más fácil lograrlo?

La puesta en marcha de Antena 3 Televisión la recuerdo como un momento maravilloso. Complicado sí, pero memorable. Inigualable. Éramos muy jóvenes y con muchas ganas de hacer una nueva televisión. Una televisión tan nueva como nosotros mismos. ¿Repetirlo en estos tiempos? No sé si los chavales de 20 años de ahora tienen tanto empuje como el que teníamos antes, la verdad.

Fuiste la creadora y directora del mítico Tómbola. ¿Cómo nació esta idea y de qué manera crees que ha transcendido ese formato hasta la actualidad televisiva?

Creé el formato de Tómbola a partir de un programa de debates de actualidad que yo estaba dirigiendo en Canal 9 en aquella época. En una semana concreta saltó una noticia sobre un pleito judicial por revelación de secretos entre Isabel Preysler y una empleada del hogar que había trabajado para ella. Hasta ese momento la información que yo manejaba era siempre de informativos. La crónica social me era ajena y desconocida por completo. Cuando vi el interés tan desmesurado que despertaba el pleito de la Preysler, comprendí que había que hacer un debate sobre el derecho a la intimidad de los famosos y lo hice. Aquel debate con famosos y periodistas de la prensa del corazón alcanzó una cuota del 48,8% de share. Los directivos de la televisión valenciana me pidieron que creara un programa de esas características y me inventé Tómbola.

¿Qué comparten un buen artículo o reportaje sobre política y sobre corazón o sociedad?

Si un trabajo periodístico, ya sea escrito, radiofónico o televisivo, es realmente bueno, da igual que verse sobre la política o la crónica social.  Lo importante es realizar honestamente el ejercicio del periodismo; lo demás es espectáculo.

Con el auge de la blogosfera en el ámbito de la moda en los últimos años, ¿crees que en España se está haciendo un buen trabajo periodístico sobre esta materia?

La moda e internet a veces nos llevan a vicios poco periodísticos.

Hace pocos meses que has presentado tu primera novela, Mientras tú no estabas. ¿Qué puedes contarnos sobre este libro? ¿Cómo ha sido el proceso de realización?

La novela tiene un pie en el homenaje a una estrella de cine española borrada de la historia y otro pie en el relato de una mujer cuya ambición se llama libertad. Cuando descubrí a Conchita Montenegro, esa actriz española que triunfó en Hollywood en los años 30, que enamoró a Chaplin, embelesó a Buster Keaton y fue el gran amor de Leslie Howard, el galán de Lo que el viento se llevó, supe que tenía que escribir su fabulosa y, a la vez, trágica vida. El proceso de creación de mi novela ha sido muy ameno, pues he vivido inmersa en esos maravillosos años 30 de Hollywood y en esos oscuros y enigmáticos años 40 de España, las décadas y lugares donde transcurre Mientras tú no estabas.

¿Cuál es el último libro escrito por un periodista que has leído y que recomendarías?

El último libro que he leído de una periodista es A menos de cinco centímetros. Y el próximo libro que voy a leer es Carmen, la rebelde, de la periodista Pilar Eyre. Son mis dos recomendaciones.

Por @casas_castro