Hubo un tiempo en el que todo sobre la economía estaba en unas páginas de color salmón que se encontraban en la parte central del periódico. Sí, en papel. Hubo un tiempo en el que no sabíamos qué es la prima de riesgo, la deuda pública o la cláusula suelo. Hubo un tiempo en el que nos permitimos ignorar la economía y nadie insistió en explicárnosla.
Por eso en los últimos años el periodismo económico ha tomado la posición social que requiere para que no solo los más poderosos tengan acceso a un conocimiento que dirige nuestras vidas. Desde que comenzó la crisis, y de eso ya hace unos cuantos años, los medios de comunicación han inundado sus contenidos de resultados económicos, de las declaraciones de los propietarios de banca y de cómo la economía está relacionada con los casos de corrupción.
El periodista económico sabe de lo que habla. Entiende los entresijos del sistema económico. Pero eso no asegura que lo que cuenta sea leído o entendido. Los elementos clave para que la información económica llegue a todo el público son:
Lenguaje entendible. Es necesario evitar conceptos difíciles, la jerga propia del sector, los anglicismos o los modismos. Comunicar y explicar conceptos nuevos con las palabras propias del público.
Los datos interesan. Hay veces que se tiende a pensar que la opinión pública se cansa de ver números o porcentajes. Los datos son el pilar en torno al cual se elabora la información y han de llegar al público para que consiga un entendimiento completo.
Manejar el poder del poder. Muchas de las fuentes de información de un periodista económico son empresas, administraciones o personas que tienen mucho poder. Gestionan grandes capitales, multinacionales y toman decisiones que afectan a un número muy grande de personas. Pero el periodista ha de mantener su posición frente a la posible influencia que estos quieran realizar sobre los medios de comunicación.
La economía también son personas. Nuestra vida gira alrededor de cuestiones económicas y por eso el periodista ha de convertir la información en algo real. Acercar los datos, las conclusiones de un informe o las últimas estadísticas al día a día de la sociedad con el fin de que cualquiera pueda empatizar con esa información y aceptarla como suya.
El contexto ayuda a aprender. Dado que la información económica puede ser complicada en algunos momentos pero clave para que la sociedad comprenda lo que ocurre y lo que puede llegar a ocurrir, es responsabilidad del periodista económico contextualizar los datos. Los antecedentes a un hecho establecen su origen y ayudan a entender sus causas, a la vez que aportan ideas de cuál puede ser su evolución.
Cuando parece que la crisis económica puede que comience a tomarse un respiro, quizás habría que plantearse cómo los periodistas económicos van a mantener nuestra atención sobre esta información. Para que nada nos vuelva a pillar por sorpresa.