El estudio de los medios de comunicación y el periodismo en las escuelas fue una de las propuestas de la última edición de la Federación de Asociaciones de la Prensa en España (FAPE). Esta materia se impartiría en la ESO y tendría como principal objetivo que los jóvenes conocieran los conglomerados que hay detrás de aquello que ven en los programas de televisión, canales de radio o periódicos online –de papel los que menos-. También se explicaría el trato que se da a la información, qué es noticia y que no lo es, y el porqué de esta decisión.
Pero, sobre todo, los periodistas que componen la FAPE buscan que los jóvenes sean capaces de distinguir las noticias reales de los simples bulos. Buscan que, a partir del estudio de los Códigos Deontológicos que impone la Comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología del Periodismo, los estudiantes sean capaces de desarrollar sus propios juicios sobre la realidad que les rodea. Pero, ¿quién es esta comisión que señala aquello que se supone correcto y lo que no?
Este órgano tiene como principal función velar por el control interno de la profesión periodística, desde la autonomía y la independencia. Y es que, no se ha de olvidar, que la profesión periodística en la democracia implica un compromiso social con la libertad de los ciudadanos y con el desarrollo de los derechos fundamentales de estos a través de la libertad de información y de expresión. Así, la Comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología del Periodismo se compromete a “mantener, colectiva e individualmente, una intachable conducta en cuanto se refiere a la ética y la deontología de la información”.
La Comisión está integrada por personas, empresas y entidades pertenecientes a los campos del periodismo, del derecho, al mundo académico y a otras actividades relevantes de la vida social, todos ellos buscan proteger la esencia del periodismo y del periodista.
Sharon Reguera
Foto: Marga Ferrer