Las cosas pequeñas tienen la entidad de las grandes si se observan desde el prisma del curioso, con la voracidad del reportero clásico, hoy postergado a papeles idílicos en la gran pantalla. Pisar la calle es algo que la profesión periodística ha dejado de sentir desde que comenzó la era del uso y abuso de los gabinetes de prensa. Refritos pasados por agua, realidades interesadas abastecen redacciones somnolientas, amaneradas, a la espera de la llegada del despacho de agencias o del comunicado oficial con el que alimentar oficialidades encubiertas de rumores telefónicos.
Para reportajes no hay tiempo y, si se encuentra, quedan relegados a espacios diáfanos dentro de la lógica piramidal periodística, aparcados en suplementos inauditos que poco invitan al redactor a ofrecer profusión de detalles, enlaces, datos o información útil para que la gente de la calle, la misma que lee más allá del periodista de la competencia o del pingüino disfrazado de político, pueda alimentar su espíritu crítico sin apedrear al vecino por ver los contenidos de la cabecera con línea editorial enemiga.
360 Grados Press nace (nació) con la vocación de enfocar la atención periodística en los humanos en cuanto que protagonistas de la realidad, de lo cotidiano, de lo local, de lo cercano por lejano y de lo lejano por cercano. Visiones curiosas de la verdad que vivimos al rodearnos de similares en una sociedad maniatada por los sonidos de guerra que llegan desde las versiones oficiales de la vida, desde los partidos políticos, los grandes clubes de fútbol, las macroempresas, los dinosaurios de la mentira y las grandes productoras de espectáculo.
Creemos que hay otra forma de ver las cosas, sabemos que existen detalles que se nos escapan, cuyo interés radica en el que aplican sus personajes al construir situaciones, diseñar con criterio, compartir el deporte en su versión menos competitiva, escribir con el placer del que quiere fomentar el debate.
Aportamos este granito de arena semanal con la satisfacción de que se erija en un intento por aumentar la voz del silencio, aquella de los que nunca salen en los periódicos. Creemos en la profesión periodística sin cortapisas, sin esclavitudes, al servicio de los ratos de ocio de esos ojos que descansan ahora sobre estas letras y que, esperamos, vuelvan a leernos con cariño.
(Publicado el 26 de septiembre de 2008, en el nº1 de 360gradospress)