Publicidad, información y opinión en Twitter

¿Publicidad encubierta en un tuit? ¿Opinión mezclada con información? ¿Cómo separar en 140 caracteres la publicidad, la opinión y la información? Éste es un debate heredado del acontecer y de los soportes tradicionales que hoy llega a los medios sociales tras la publicación sobre el particular de un artículo en El País y de una entrevista a José Luis Orihuela en eCuaderno.

¿Acaso El País no hace publicidad de la propia cabecera cuando comparte un tuit con su logo? ¿No se publicita una empresa que conversa con usuarios y les recomienda un producto de su almacén? ¿No es algo institucionalizado por lo que nadie debería rasgarse las vestiduras? ¿Es menos publicidad cuando un artista habla durante una entrevista en la radio del bar de su amigo en el barrio donde nació? ¿Por qué tendemos a sacar de contexto lo que ocurre en las redes sociales como si éstas fueran una representación ajena o paralela a la realidad? ¿No somos los mismos bajo un soporte que otro? ¿Aplicamos termómetros de credibilidad en función de los soportes? ¿Por qué los medios de comunicación tradicionales no informan de los sucesos internos que acontecen en El Corte Inglés y sí llenan páginas publicitarias con las mejores ofertas de los grandes almacenes?

Se podría continuar planteando más y más preguntas acerca de la idoneidad de publicar tuits de un signo publicitario, informativo o interpretativo. Si alguien quiere ofrecer un camino distinto en estos soportes al que se ha seguido en el ámbito tradicional tendrá que disponer de respuestas para cada pregunta planteada y proceder con variantes sociales al autocontrol del publicista y a la deontología profesional del periodista.

En el caso de los medios de comunicación, habrán de encontrar las fórmulas en sus guías de estilo para que los destinatarios de las informaciones que comparten vía Twitter sepan distinguir entre una intencionalidad y otra.  Para ello pueden limitar el volumen de tuits que publican sus periodistas, no dejarles opinar ni tuitear mensajes que se salgan de la línea editorial (no poniendo a parir a El Corte Inglés, por ejemplo) y, ni mucho menos, publicar un enlace de un medio de comunicación ajeno…

En todo caso, los medios de comunicación antes tendrían que poner en práctica en su representación tradicional lo que promulgan que debería hacerse en los 140 caracteres. Porque queda discordante abrir un periódico y encontrarse numerosos ejemplos de abuso por parte de las cabeceras a la hora de mezclar publicidad, opinión e información como para que cuestionen las dinámicas de intercambio de mensajes y el cariz de los mismos que se comparten en Twitter.

Paradojas…

Posted by @os_delgado Soma Comunicación

 

Artículo relacionado: La opinión y la información en Twitter

Deja tu comentario