No ha hecho falta estar pendiente de la agenda para darse cuenta de que Twitter ha cumplido 5 años. Desde hace días, los tweets al respecto han corrido como la pólvora, al mismo ritmo que se han publicado en papel numerosos artículos dirigidos a explicar las bondades y las maldades de la red social de los 140 caracteres.
Precisamente, muchas de las líneas publicadas al respecto han focalizado su punto de atención en explicar para el público en general, tanto el usuario habitual como el neófito y el que ni siquiera se ha planteado estar en Twitter, en qué consiste eso del microblogging. Al hacerlo, no les ha quedado más remedio a sus autores que referirse a hitos, tendencias y usuarios vinculados al uso de esta red social de los últimos 365 días más que a sus primeros años. Porque para explicárselo a un perfil de lector no especializado en la materia, la mejor vía que los autores de los escritos han encontrado ha sido mediante los ejemplos ilustrados por el último año en la vida del pajarito azul.
Por eso habría que trazar una historia de Twitter basada en un cuatro más uno. Los cuatro primeros años de una hipotética emisión en pruebas de los que han impulsado esta red social y el año en el que las celebridades, los periodistas de renombre, los programas de radio y de televisión y el resto de manifestaciones tradicionales de periodismo han convertido a Twitter con su presencia y publicidad indirecta en un nuevo foco de atención de masas.
La masificación y la atomización de Twitter han significado que el último de los cinco años sea más representativo que ninguno de los otros cuatro y que el salto del 2.0 al 1.0 haya sido más evidente que nunca. Los románticos de esta red social se habrán mostrado reticentes, los gurús defenderán que esto se veía venir y los que la defenestraban de inicio ahora se erigen en voceros de sus virtudes. Pues eso, felicidades Twitter.