El periodista Juan Luis Sánchez (@juanlusanchez) bajó hace cinco años a la trinchera de la información más humana y comprometida para preguntar a los manifestados del “movimiento 15-M” por sus opiniones y, más importante todavía, por sus sentimientos. Un periodismo que hasta la fecha se había hecho muy poco en el país y cuya esencia ha encadenado a un medio digital independiente, eldiario.es, del que es subdirector y cofundador, con el que pretende reconectar con una sociedad que considera que “ha perdido la confianza en los periodistas”.
¿Cómo se consigue emprender el camino del periodismo independiente a través de eldiario.es en los tiempos de crisis económica, política y periodística que se vivían en 2012?
En lugar de necesitar grandes inversiones para montar un medio, requieres de una fórmula para reconectar con una sociedad que ha perdido la confianza en los periodistas. Se trata de volver a tener relación directa con ella a través de la tecnología.
¿Cuáles crees que fueron las claves de la repercusión en medios de todo el mundo que tuvo tu cobertura del “movimiento 15-M”? ¿Qué era importante destacar de él a pie de calle a nivel periodístico?
El 15-M fue algo novedoso y rico para el trabajo periodístico, con muchas historias de calado que contar. Al tener conexión con la primavera árabe, fue un acontecimiento que llamó mucho la atención y de ahí parte de su repercusión en todo el mundo. Estaba conectado con la crisis y encajaba en el guion internacional. La principal clave fue el poder dinamizar periódicamente: tuitear, enlazar crónicas de compañeros y las tuyas propias con otros medios, subir videos y videos de forma continua, etc. Todo ello se hacía poco hasta la fecha y se consigue visibilidad. En este movimiento había mucho periodista sin esa esencia ni espontaneidad en su trabajo. Yo trataba de guiar a los manifestados por sus opciones y sensaciones.
¿Qué ha supuesto el mundo digital para el trabajo del periodista multitarea y para la profesión?
Internet aporta nuevas herramientas para construir nuevos mensajes en el trabajo periodístico, con nuevos ritmos, sin grandes empresas detrás. Sobre todo, gracias a las redes sociales. La Red muestra un escenario de periodistas mal pagados pero con mucha repercusión. Eso debería hacer reflexionar a los grandes medios. Deberíamos unirnos todos para renovar el sistema de comunicación básico y hacer algo bueno y con calidad, sin grandes inversiones, más sencillo, más libre.
¿Cuál es el futuro cercano de los medios tradicionales en España? ¿Cómo conseguirán sobrevivir?
Hay una complicación fuerte antes de aprovechar mejor internet como soporte al completo: librarse del lastre de la industria periodística. Aun así, surgen nuevos sistemas para poder trabajar, nuevos proyectos, pero siempre está latente el problema empresarial y el modelo de negocio de los medios tradicionales, que se cae. Me preocupa que sobreviva mucho que sobreviva la información y que los periodistas cobren en condiciones por su trabajo, pensando cuál es el nuevo modelo digital que nos vaya a dar de comer.
¿Es posible la transparencia en la comunicación política? ¿Cómo pueden las instituciones políticas lograrla y qué supone para el ciudadano?
La transparencia es la nueva objetividad. Es un mito, pero también un estímulo positivo para lograr una nueva cultura de datos en el contexto político a la que puedas acceder y ver si te mienten o no. Se trata de uno de los valores modernos de la comunicación política, casi panacea de progreso.
¿Cuál es la situación actual del reporterismo de conflictos y paz a nivel internacional? ¿Y visto desde los medios españoles?
Mala, muy precaria. No hay manera de que los medios se relacionen correctamente con los freelance, ya que en los medios solemos tratar a un reportero igual que a un colaborador en Madrid y no es lo mismo. Además, ellos afrontan riesgos innecesarios y desmesurados (a veces se toman un viaje al extranjero como unas vacaciones, acudiendo casi sin experiencia) que no hacen ningún favor al reporterismo.