Verónica Calderón asegura en su blog que cuando dirija un periódico prohibirá “para siempre el uso de la primera persona en un texto”. Pero lo cierto es que todavía se ve complicado que una mujer alcance el mando de los principales diarios mexicanos, debido al imperante machismo que, ella misma admite, se sigue viviendo en las redacciones. Por no hablar del peligro (de muerte) que los periodistas viven cada día en las calles. A pesar de ello, Calderón se esfuerza cada día por proporcionar al lector información de calidad y en tono social, que se aleje de la censura gubernamental dominante.
¿Te informas a través de la prensa en papel, digital, radio o televisión?
Intento escuchar un informativo de radio al día y leo los periódicos en digital (desgraciadamente, cada vez menos en papel). Consumo muy poca televisión, salvo los 24 horas de EEUU cuando hay un última hora.
¿Qué aprendiste a nivel profesional de tu paso por El País en tu estancia en Madrid?
Fue una experiencia que me cambió para siempre y de la que estoy profundamente orgullosa. Tuve la fortuna de estar en la calle Miguel Yuste en una época difícil, pero rodeada de profesionales que hacían un gran periódico. Aprendí mucho de ellos no solo de periodismo, sino de la vida en sí, y me siento muy contenta de haberlo compartido así en ese momento.
¿Cuál es el panorama actual del periodismo en México?
Desolador. Nuestra frágil democracia no ha conseguido consolidar la información como un derecho básico para el ciudadano y muchas prácticas que eran comunes durante los 71 años que el PRI gobernó a este país sin alternancia se mantienen. Hablamos de los medios que solo subsisten a través de la información oficial, el soborno a periodistas, la autocensura y el autoritarismo. A esto se suma la violencia del narcotráfico que ha crecido precisamente desde que el PRI perdió la presidencia de México, en 2000, y que ha provocado una sangría entre los informadores. El periodista en México se enfrenta a sueldos bajísimos, a jefes que en muchas ocasiones no darán la cara por él, a una sociedad que mira con mucho recelo su trabajo y finalmente a la impunidad en caso de sufrir una amenaza o un atentado. “Te van a matar”, es algo que les dicen a los jóvenes en las facultades de Periodismo en México. Ya se toma como natural que nuestro trabajo sea una garantía de amenazas y eso es tan asumido que la gente te pregunta por qué insistes en ser periodista, si las cosas “son así”. Es muy triste.
¿Es peligroso ser un periodista comprometido con la sociedad y no con el gobierno en México?
Por supuesto. La mayoría de las agresiones en México contra periodistas vienen de funcionarios públicos, según reconocen sus propios datos. El Gobierno es el último interesado en que nuestro trabajo sea respetado. El presidente Peña no ha dado una rueda de prensa en al menos un año (si no es que más tiempo). Los ministros igual. No hay una cultura de información y no hay interés en promoverla.
¿Cuáles son las claves para dedicarse al periodismo social, para ‘contar a la gente lo que le pasa a la gente’, de forma honesta y de calidad?
Ser valiente, ser honesto y aceptar cuando uno se equivoca (que es muchas veces). Una vez que se establece un vínculo de confianza entre el periodista y el lector, es muy difícil que se rompa.
¿Cómo crees que se están adaptando los medios tradicionales al trabajo en digital en tu país? ¿Hay resistencias a cambiar de rutinas y hábitos anteriores?
Totalmente. Diría incluso que no están acostumbrados a que ahora tienen una audiencia que responde. No solo los medios, el propio gobierno. Dato: los únicos dos funcionarios de Peña Nieto que han dimitido lo han hecho porque usuarios de redes sociales les han sorprendido y el escándalo se ha hecho público. Eso habla de lo poco acostumbrados que están.
¿Cuál es la situación actual de la mujer periodista en tu país? ¿Es fácil o complicado encontrar directoras de medios de comunicación allí?
Es muy complicado. Incluso a bote pronto solo recuerdo un ejemplo. Hay un machismo imperante en todo el país y el periodismo no es la excepción. Una mujer que cubre temas de seguridad es raro y mal visto. Basta con revisar las firmas de los principales diarios y de algunas oficinas de medios extranjeros en México para comprobar la ausencia de mujeres en este sentido.
Además de prohibir el uso de la primera persona en un texto, ¿cuáles serían las características que imperarían en el periódico que dirigieses?
Digamos que lo de la primera persona venía a cuento porque me parece que hay una exageración en el papel de “El Periodista” y, salvo cuando realmente somos testigos de cosas totalmente excepcionales, generalmente sobrevaloramos nuestro papel. “Como este periodista les adelantó”, “en ese momento pensé”. ¿A quién rayos le importa? Honestamente solo pediría mucha más humildad y que aprendamos también a reconocer nuestros muchísimos errores. La arrogancia en mi oficio es muy responsable de la crisis por la que estamos pasando, no sólo en México sino en todo el mundo.