De la figura de la persona encargada de las relaciones públicas y su misión en el seno de una empresa. A priori, y desde fuera, el papel que cumple puede ser menos intensa o participativa en la acción estratégica de la entidad. Especialmente por la concepción que el imaginario colectivo pueda tener de los roles de su dedicación. Más relacionados con la concepción tradicional de organizaciones, la cultura e, incluso, el ocio.
El PR o relaciones públicas de una compañía habrá de reciclar constantemente su agenda de contactos y las de los directivos de la compañía, mantener una estrategia en ámbitos públicos y privados, detectar prescriptores y detractores, medir el sentimiento aparejado a tal o cual lanzamiento o proyecto de la compañía, y establecer una línea estratégica y una agenda para la recepción de oportunidades encaminadas a la visibilidad productiva en canales, foros y espacios de interés.
Asimismo, mantener el pulso informativo de la firma en medios de comunicación en relación a sus objetivos estratégicos y temporales; anticiparse a situaciones o escenarios de crisis; sumar ideas para la buena y mejor repercusión de la actividad de su empresa en foros y eventos relacionados con el sector; conocer enfoques mediáticos en consonancia con el campo de especialización y conocimiento de los productos y servicios; o delimitar las prioridades, los cauces y las vías de comunicación para la mejor imagen de marca de la entidad. La agenda de oportunidades detectadas desde su propia actividad y la confluenbcia de ésta con la del resto de departamentos de la organización, marcará el pulso de la estrategia mes a mes de su labor.
La preparación de todos los escenarios y funciones descritas, convertirán la figura del PR de la empresa en un pivote clave entre los ámbitos decisorios, la praxis de la estrategia comercial y su armonización con los recursos materiales y humanos encaminados a conseguir objetivos de repercusión productiva de la propia actividad empresarial.