Crowdfunding para periodistas

El crowdfunding o micromecenazgo, es decir, la obtención de financiación a través de un colectivo de personas que contribuyen con pequeñas sumas de dinero para apoyar un proyecto vía Internet, ha llegado también al mundo del periodismo con unos resultados muy satisfactorios.

En estos tiempos de crisis (también de la profesión), en los que hay que sacar cada céntimo hasta de debajo de las piedras para arrancar cualquier iniciativa, este sistema se está convirtiendo en una alternativa para poder sufragar el lanzamiento de artículos en particular, publicaciones, medios de comunicación o, incluso, para fundar una nueva organización.

Hoy existen infinidad de mediadoras, páginas dedicadas a servir como soporte para que las ideas periodísticas lleguen a materializarse y que han recaudado billones de dólares para todo tipo de proyectos. En concreto, tres campañas europeas lograron hace pocos años más de un millón de euros cada una para iniciar su funcionamiento: De Correspondent (Holanda), Krautreporter (Alemania) y El Español (España).

Campañas para quienes tienen “algo de community manager en las venas”

Pero no solo iniciativas a mediana o gran escala han tenido éxito. También a pequeña. La periodista Mercè Molist (@mercemolist), especializada en Internet, comunidades virtuales y seguridad informática, por ejemplo, ha financiado un reportaje (consiguió dinero para un viaje a un congreso de seguridad informática) y una investigación más amplia que ha cristalizado en el libro Hackstory.es (obtuvo 6.000 euros y se pagó seis meses de trabajo a media jornada para indagar acerca de la historia de los hackers españoles).

La clave en ambos proyectos ha sido cerrar el coto a un público concreto, ya que le fue fácil hacer publicidad de su idea en sus sitios de reunión y crear un feedback muy efectivo. “Ellos me conocían de antes, sabían que cumplo lo que prometo y que trabajo bien, así que saldría algo bien hecho; había un elemento de confianza que considero de vital importancia para el éxito del ‘crowdfunding’”, comenta Molist.

La periodista añade que “estas campañas no son difíciles si sabes moverte por la red y tienes algo de community manager en las venas”, aunque también confiesa que pueden llegar a agotarte. “Te piden estar a tope el tiempo que dura el proceso de recaudación, pero solo con ese alto grado de implicación se consigue una cantidad importante de dinero”. También cree que el futuro del periodismo está en estas iniciativas puntuales, porque considera que la mayoría de periódicos que han querido lanzarse al mercado gracias al crowdfunding han seguido dos caminos: hacia el fracaso debido a que sus lectores “no les pagan eternamente” o hacia otros tipos de financiación “de los que huían”.

Pinceladas de crowdfunding para periodistas

Con todo, es importante tener claros los puntos a seguir antes de empezar una campaña que pueda ser de interés. Como consejos cabe destacar:

Cuál es el sitio ideal, tanto para el proyecto como para la audiencia objetivo. Investigar las páginas, leer su letra pequeña y pedir consejo de personas que hayan pasado por la misma experiencia puede ser un buen recurso.

Cómo se cuenta. El ‘discurso de venta’ debe ser claro, convincente, conciso y creativo para lograr conectar con los posibles donantes. Se recomienda incluir un video como parte de la descripción del proyecto, que sea corto, de calidad y en el que se describan con transparencia los objetivos.

Cómo conectar con la audiencia potencial. Para crear comunidad, se pueden pedir contribuciones ‘en especies’ para quienes no desean donar dinero: alojamiento gratuito mientras se viaja para producir el artículo, voluntarios para colaborar con temas logísticos o ayuda con contactos y recursos.

Cómo promocionar la idea. Las redes sociales son ideales para conseguir que la iniciativa llegue al mayor público posible. También es interesante hablar con otros periodistas, blogueros y organizadores que puedan potenciar la difusión.

Cómo organizar la campaña. Planear cada paso previo, desde los tuits que se van a lanzar hasta el presupuesto, los ‘premios’ para los contribuyentes y el nivel de trabajo necesario, puede ser una buena forma de no dejar nada al azar.

Tener los pies en el suelo. Es importante estimar cuánto tiempo y trabajo supondrá mantener la iniciativa en movimiento y, una vez sabido, duplicarlo, ya que el esfuerzo continúa una vez arrancado, por ejemplo, el artículo: contacto con los donantes para que sepan cómo se gasta el dinero y cuál es su impacto, trabajo con diseñadores para presentar el proyecto de manera cautivadora, etc.

Imagen: Rocío Lara

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