Ahora que los exámenes de Selectividad han terminado y que muchos posibles estudiantes de Periodismo dudan entre escribir o no “Grado en Periodismo” en las hojas de matrícula de las universidades, me siento en la obligación de animarles a hacerlo, si es que de verdad les gusta esto de contarle a la gente lo que le pasa a la gente. A pesar de todo.
Entrar a la facultad de Periodismo y a las pocas clases escuchar que la carrera no tiene mucha salida es de lo más habitual. Oír a los propios profesores desalentar a los estudiantes, algo común. Comentar entre los compañeros lo acertado o no de haber elegido esta carrera en vez de cualquier otra, también algo recurrente.
¿Realismo o pesimismo? -me preguntaba yo-. Con el tiempo, los vaticinios de los profesores y las dudas de los colegas, efectivamente, han cristalizado en una realidad bastante incierta y sin perspectivas de recuperación… pero, ¡sólo nos faltaba a los estudiantes y a los recién graduados sumirnos en ese pesimismo!
El periodismo es una profesión que cada vez va a tener un papel más relevante en el mundo online. La sobreabundancia de información que circula por internet situará inevitablemente al periodista como sello de garantía de, al menos, la veracidad de sus publicaciones. Pero para consolidarse en esa posición de referencia primero tiene que hacerse valorar. Y eso empieza por abandonar un periodismo cada vez más precario, con menos recursos y, consecuentemente, sin valor añadido y sin personalidad distintiva.
Por suerte no son pocos los medios y los periodistas que se empeñan en combatir esta deriva y apostar por un producto de calidad. A estos medios y a estos periodistas es a los que los estudiantes deben tomar como ejemplo.
También por suerte, todavía existen profesores que sí insuflan dosis de optimismo a los alumnos: profesores/profesionales del sector que de verdad sienten pasión por la comunicación y que tienen vivo el gusanillo del periodismo. Y es que a la postre, se trata de una cuestión de actitud.
Yo no tengo ni la más mínima duda: si volviese atrás en el tiempo y tuviese la oportunidad de elegir de nuevo qué carrera estudiar, cogería el bolígrafo y escribiría: “Periodismo”, ¡y lo anotaría con una sonrisa en la boca! Al mal tiempo, buena letra.