Una de las consecuencias de la crisis económica ha sido, sin duda, el descenso de profesionales en la redacción de los medios de comunicación. Este hecho ha influido directamente en que los periodistas especializados tengan que cubrir más temáticas y puedan dedicar menos tiempo a profundizar en las fuentes y en las investigaciones.
El periodismo ambiental ha sido víctima de esta situación. Los periodistas ambientales han trabajado mucho durante muchos años para que esta información fuera reconocida como cualquier otra sin caer en el ecologismo, ideología con la que muchos compañeros han confundido esta especialidad. Y las circunstancias han borrado del mapa los suplementos ambientales de las grandes cabeceras del país, como El Mundo, El País o ABC.
Las Asociación de Periodistas Ambientales (APIA) trabaja por fortalecer la profesión celebrando un congreso cada dos años en el que se destacan iniciativas y se dialoga sobre la importancia de mantener el medio ambiente en la agenda de los medios. El Premio Nacional de Medio Ambiente ha sabido reconocer esta labor. Gustavo Catalán (El Mundo), Silvia García (Antena 3), Javier Grégori (Cadena Ser), Antonio Cerrillo (La Vanguardia), José María Montero Sandoval (Canal Sur) o Arturo Larena (Efe) son algunos de los periodistas que han recibido esta mención.
Son personas que durante años han dedicado todo su esfuerzo a formarse para luego informar con precisión. La información medioambiental no desaparece porque no genere anunciantes en los medios de comunicación. Las negociaciones climáticas internacionales, los desencuentros geopolíticos originados por recursos naturales o las normativas que afrontan la presión de las multinacionales continuarán día a día y la sociedad necesita periodistas que conozcan el contexto para informar rápida y adecuadamente.