Vivimos en la sociedad de la imagen, un elemento que se ha convertido en el principal protagonista en las campañas de comunicación y marketing. El consumo de videos se incrementó entre 2015 y 2016 en un 155% gracias a los Smartphone y a la velocidad 4G y generan un 90% más de interacciones que otro tipo de publicaciones, según la web Trecebits. Así pues, la fotografía y el vídeo se han convertido en los reyes en las redes sociales, de hecho, los algoritmos de Facebook o de Google premian aquellos contenidos que los han integrado.
Las empresas son conscientes de la importancia de introducir la imagen y, sobre todo, el video, en sus estrategias. Sirve para dar al conocer al cliente los principales rasgos de una marca de un solo vistazo, por lo que consigue captar la atención y generar un mayor engagement. Además, la forma rápida en la que se puede compartir, e incluso viralizar, en redes sociales ayuda a que la visibilidad y la notoriedad de la compañía sea mucho mayor.
El experto y formador en video marketing, Pepe Romera, comenta que esta modalidad “es mucho más que hacer un vídeo y subirlo a redes sociales. Lo que diferencia a una campaña de éxito a menudo no es el presupuesto, sino la estrategia”. De ahí que saber los objetivos, el público objetivo, el mensaje y las acciones que se van a desarrollar sea fundamental para lograr el éxito.
Los consejos para hacer vídeo marketing pueden ser muy variados, ya que no existe una fórmula adecuada. De hecho, es complicado lograr que se convierta en viral, si bien es cierto que, normalmente, se aúnan componentes como la originalidad, la apelación a los sentimientos, el humor y la sorpresa.
El vídeo hay que pensarlo bien, con un guión bien construido a través de un storytelling, y que sea atractivo para la audiencia a la que se quiere dirigir. Además, hay que plantearlo según la plataforma en la que se va a compartir, bien sea Youtube o la web de la empresa.
CEI Escuela de Diseño ofrece a su alumnado una serie de consejos para que un vídeo tenga éxito. Explicamos algunos:
- Evitar fechas de caducidad; es decir, que el vídeo sea atemporal para que pueda su durabilidad sea mayor.
- Tener claros los objetivos. La llamada a la acción, el mensaje, el ‘claim’ o el mensaje debe quedar claro desde el principio y ser recordado de forma fácil.
- La marca debe aparecer cuanto antes “firmando” la pieza audiovisual. Sin agobio, pero debe acompañar el transcurso del vídeo. Por ejemplo, se puede incluir una “mosca”.
- Transcribir los vídeos para mejorar el SEO, utilizando las palabras clave que se quieren posicionar.
- Pensar en las personas. Es, al fin y al cabo, a quienes nos dirigimos. Por tanto, se pueden añadir subtítulos para mejorar la experiencia de una persona con discapacidad auditiva, para personas que no hablen nuestro idioma o para a aquellos que no escuchan el sonido al tener la plataforma en silencio.
Como consejo, Romera añade que hay que medir el impacto que se genera a través del vídeo. “Medirlo todo es imprescindible”, afirma. Por ejemplo, si es publicado en Youtube hay que acceder a sus analíticas para conocer si ha gustado o no, a quiénes o cuándo. Una acción que hay que practicar también cuando se comparte en el otras redes sociales como Twitter, Facebook o Instagram.