¿Es posible abandonar las redes sociales?

¿Se puede huir de las redes sociales? ¿Qué representan y cómo? ¿Cuál es el papel que desempeña una persona en estas plataformas? ¿Qué plataformas son las que se pueden considerar redes sociales? ¿Estamos acertados o equivocados cuando nos referimos a ellas como concepto novedoso? ¿Lo están quiénes cierran sus perfiles en determinados canales temporal o permanentemente?

El País Tecnología publicó el 12 de noviembre de 2015 Exiliados de las redes sociales, un artículo que analiza la decisión de varias personas de abandonar su presencia activa en redes sociales como Facebook, Instagram o Whatsapp en beneficio de una mejor calidad de vida, menos dependiente de dispositivos electrónicos, más de carne y hueso.

Pero, ¿y si no entramos en si son decisiones acertadas o equivocadas las de estas personas y fijamos la atención en si realmente es posible huir de las redes sociales? Entendidas como puntos de encuentro entre perfiles más o menos afines, ya sea por cercanía personal, familiar o laboral, las redes sociales quizá hayan existido siempre, aunque la movilidad, la democratización de la accesibilidad a internet y el desarrollo tecnológico han intensificado las relaciones sociales a la par que las herramientas de comunicación digital se han puesto al alcance de todos.

Antes, las redes sociales eran (sólo) las cafeterías de las universidades, los bares del barrio, los casinos, los estadios de fútbol, los comedores escolares, los simposios, los pasillos del Congreso…; y, después –a partir de los 90- los foros, los blogs… Y tenían la repercusión o el alcance hiperspecializado, hiperlocalizado o hiperinteresado de quienes estaban in situ en dichos lugares o de los que participaban en conversaciones o comentaban su opinión sobre determinadas cuestiones y afinidades. Y éstas se hacían extensibles a más gente por el comentario, la narración de la experiencia en grupos externos a los mismos o porque se convertían en noticia, llegaban a un tablón de anuncios o se resumían en un folleto informativo sobre las cuestiones conversadas. Incluso algunas saltaban a la palestra cuando de lo particular se llegaba a lo general gracias a un titular que se difundía por plataformas informativas tradicionales o por las ya incipientes digitales antes de la llegada del smartphone.

Redes sociales configuradoras igualmente de corrientes de opinión, de posicionamiento a favor o en contra de cuestiones más populistas o especializadas. Redes sociales como la tiranía del qué dirán que, en núcleos más pequeños, siempre ha condicionado el comportamiento de las personas para evitar salirse de la norma impuesta por los líderes de opinión de la tradición, de quienes han marcado protocolos para quedar bien o mal ante el resto de parecidos. ¿Quién ha conseguido huir de esos clichés?

Quién lo ha conseguido sin que se le tache de, por lo menos, raro o distinto del “buenismo” que se practica hoy en la expresión digital actual de esas redes sociales tradicionales del qué dirán. Por ejemplo, en Twitter, donde cada cual procura publicar la mejor versión de sí mismo en relación a tendencias reputacionales de opinión que quedan bien ante su público, su comunidad, la gente que clasifica a los demás porque sean más partidarios de una tendencia, más justos, más ecuánimes, más apolíticos… o porque condenen las cuestiones al compás de lo que mejor pega decir.

Queda, pues, un margen de maniobra por recorrer a priori bastante amplio como para que la decisión de dejar las redes sociales sea libre o unidireccional. No es algo que dependa de un gesto individual, ya que vivimos en sociedades. Quizá sí se dejen las redes sociales en su representación más novedosa, la de las plataformas que están marcando este primer tercio del siglo XXI. Pero, como dijo Iñaki Gabilondo en una entrevista en 360 Grados Press coincidiendo con la edición de iRedes de 2015, “el ser humano está transformándose” y estas redes sociales como las entendemos ahora son una parte de la gotita de agua en el océano de las transformaciones sociales que están por llegar”.

¿Cómo serán las redes sociales dentro de 70 años?

Posted by @os_delgado

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