¿No os ha pasado que os piden amistad en Facebook y no sabéis de quién se trata? En algunos casos, siquiera tenéis amigos en común. ¡Mucho cuidado! Porque aceptar perfiles desconocidos en redes sociales es un factor que aumenta el riesgo de sufrir ciberataques e, incluso, caer en posibles casos de ciberacoso.
Aceptar a gente que no conocemos en redes sociales se ha convertido en un riesgo, ya que no se sabe quién se encuentra al otro lado del ordenador. Pueden suceder situaciones similares a como cuando se abre un e-mail que está infectado con un virus ‘troyano’ que se instala en el ordenador.
Por tanto, desde empresas de ciberseguridad como S2Group alertan que añadir perfiles desconocidos es una práctica muy peligrosa, sobre todo, en cuanto a menores se refiere. Pero también a adultos: existen casos de usuarios que aparecen en su estado como “casados” y que acaban siendo chantajeandos tras obtener información íntima.
“La posibilidad que ofrecen algunos de estos entornos de hablar en privado, antes de ser “amigos”, permite que algunas personas vayan cogiendo confianza con el posible atacante. Posteriormente se envían solicitud de amistad y ahí es cuando éste puede comenzar a utilizar información sensible que ponga en riesgo al usuario. Algunos ejemplos son conseguir su e-mail y enviarle documentos que contengan virus o, directamente, chantajearle si ha conseguido que le enviara alguna foto comprometida”, señala Rafael Rosell, director comercial de la empresa de ciberseguridad.
Además de ponerse en riesgo a uno mismo, también puede afectar al resto de contactos, ya que pueden acceder a los amigos. Éstos llegan a aceptar estos perfiles tras ver que cuentan con amigos en común.
En este sentido, Rosell destaca que el hecho de otorgar a desconocidos nuestra confianza “al permitirles entrar en nuestro reducido círculo de amistades, les proporciona una buena coartada para atacar, a su vez, a todo nuestro círculo. Ellos, ahora, le dan un plus de confianza a ese nuevo contacto que nos pide que le aceptemos, en base a un número de amigos comunes. Por lo tanto, con esta actitud tan irreflexiva, estamos poniendo en peligro a todo nuestro círculo de amistades “reales”, incluso a nuestros hijos”, destacó Rosell.
Según S2Group, además de estar expuestos a un posible ciberacoso, otros de los riesgos asociados pueden ser:
- Ataques físicos. Es posible que se produzcan al conocer a través de las redes sociales los hábitos de vida del usuario (lugares que visita, a qué hora, etc.)
- Mayor exposición de los sistemas. Al confiar en esa persona podemos abrir cualquier documento que nos envíe y que éste contenga ‘malware’ que infecte e inutilice nuestro ordenador, tablet o smartphone. Algunos ejemplos son los virus troyanos o acciones de ‘ransomware’ (“secuestran” el equipo bloqueándolo y muestran en pantalla un mensaje que obliga a pagar una cantidad para poder volver a utilizarlo).