El contexto actual de universalización del acceso móvil a internet -a la carta, hiperespecializado y bidireccional- ha modificado la relación tradicional entre los emisores, las fuentes y los receptores de la información. Hoy, además del contenido, el rey es el destinatario de los mensajes, que deja de ser un receptor pasivo para convertirse en un demandante de información de calidad, de una atención adecuada y protagonista en la relación que le une al emisor; en un prescriptor sectorial capaz de dinamizar sentimientos aparejados a una cabecera, marca o corporación; e incluso en fuente con carácter testimonial de los hechos relacionados con el acontecer especializado al que se refiera el contenido puesto a su disposición en estos canales.
Dicho panorama aconseja a las marcas disponer de algo más que de un mero escaparate de productos y servicios en ámbitos online. Independientemente del perfil, sector o finalidad de la mercantil, el contenido en sus canales web y sociales propios ha de erigirse en pieza fundamental del entramado que adopte en su planificación estratégica y de la toma de decisiones encaminada a posicionarse en su ámbito como referente.
Las empresas tienen hoy la capacidad de ser medios de comunicación especializados gracias al contenido de calidad periodística que incorporen en sus páginas web como valor añadido solapado a su vocación corporativa. Una inversión con retorno que, ulteriormente, pone en el objetivo al consumidor o a las empresas de sus sectores (B2C/B2B), con un mayor grado de especialización o de traducción de conocimiento a partir de un sentido del servicio público o de atención al cliente responsables, en el que el contexto informativo cuenta. Tanto como el convertirse, a partir de una apuesta decidida por el contenido propio de calidad, en fuentes para medios y blogs, referentes para proveedores y en recursos de comunicación interna para los propios trabajadores.
Y tu empresa, ¿tiene su medio de comunicación?