El contenido y saber adaptar las posibilidades del dispositivo a la historia. Estos son los dos imprescindibles del periodismo móvil de calidad, según valora la periodista Ana I. Bernal-Triviño (@anaisbernal), que habla a sus alumnos de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) sobre cómo aprovechar las nuevas tecnologías para informar adecuadamente. Bernal-Triviño también escribe para ElDiario.es y Público y saca tiempo para dar rienda suelta a su talento como ilustradora en 1000historias.
¿Cómo defines el periodismo en pocas líneas?
El periodismo, para mí, solo puede ser periodismo si cumple una función social. El resto es publicidad, es propaganda, es estar manejados por el poder. El periodismo tiene el deber de señalar, de denunciar, de dar voz a los que no la tienen, de provocar cambios, de vigilar y cuestionar el sistema cuando falla. El problema es que ahora incluso defender los mismos derechos humanos o derechos fundamentales de nuestra Constitución parece un acto radical, porque así se ha transmitido desde los medios. La ausencia justo de periodismo es lo que hace consolidar la corrupción, la reducción de derechos y la represión. Y eso, que parece poca cosa, es lo que puede afectar nuestras vidas para siempre.
¿Cuáles son las claves para hacer periodismo móvil eficaz y de calidad?
Lo bueno del periodismo móvil es que te lanza a la calle, te aleja de la mesa y del despacho y te pone en contacto con otras compañeras y compañeros. Las claves para hacer buen periodismo móvil ni siquiera son en un 100% tener el móvil último modelo y todos los accesorios disponibles. Puedes hacer buen periodismo móvil con un dispositivo Android, con tu aplicación nativa de vídeo y registrando el sonido con el micrófono del auricular. Lo que hace buen periodismo móvil es el contenido y saber adaptar las posibilidades del dispositivo a la historia. Detectar que hay coberturas muy especiales que se adaptan a la perfección al periodismo móvil, como los directos o las manifestaciones, por ejemplo. O situaciones de difícil accesibilidad, o porque resulta menos violento para un entrevistado hablar al móvil que a una cámara tradicional. Desde la Universitat Oberta de Catalunya organizamos el #MOJOBCN, el primer encuentro con experiencias de periodismo móvil en España y pusimos sobre la mesa las experiencias de periodistas en sus coberturas.
¿Qué han aportado las herramientas digitales al trabajo de periodista?
Permiten hacer mejores narrativas de las noticias, experimentar, hacer llegar el mensaje de formas más creativas, adaptadas a nuevos dispositivos y a nuevas formas y hábitos de lectura. Y, junto a eso, otro aporte importantísimo es que ha permitido desarrollar estas nuevas narrativas e incluso proyectos periodísticos a un coste muy bajo. Son medios que han aprovechado conocer todos estos avances de herramientas de cualquier tipo para crear su medio, para desarrollarlo e, incluso, para salvar distancias como no tener un espacio físico donde encontrarse el equipo (con el ahorro económico que ello supone). En conclusión, estas herramientas digitales han promovido, sobre todo, innovar. Tanto en nuevos medios como en nuevas narrativas.
¿Qué nos puedes contar acerca de tu libro Herramientas digitales para periodistas?
Empecé a descubrir en publicaciones extranjeras cómo se usaban de forma habitual herramientas periodísticas y comencé a ver si se aplicaban en nuestro país. Y me parecía necesario hacer un libro que fuese más allá de una recopilación sencilla de herramientas. Por una parte, que se clasificaran por las tareas que como profesionales realizamos: organización, edición y difusión de la información y, dentro de esa estructura, por necesidades. Y, por otro lado, que contase con la voz de los profesionales que las utilizaban. En qué momento decidieron incorporarlas a sus trabajos y por qué, además de mostrarnos en qué noticias las usaban y qué ventajas y aporte daban a la información. Era como la parte práctica a todas esas herramientas.
¿Es posible contar una información en tan solo 280 caracteres de Twitter? ¿Qué hay que tener en cuenta para conseguirlo?
Depende de la información. Es como si hablásemos de titulares. ¿Podemos contar una información en un titular a cinco columnas de un diario impreso? Es otra limitación de espacio. Probablemente no toda, pero sí lo más importante, que para eso es un titular. Eso es Twitter. Esa misma destreza y ejercicio de titular bien es lo positivo de esta red social. A partir de ahí, ¿se puede contar más? Por supuesto, de la misma manera que en prensa, visualmente, existen espacios para destacar más o menos otros contenidos de la información. En el caso de Twitter hice una investigación donde mostraba la adaptación de géneros periodísticos a la red social. A eso se suma la creación de hilos. Soy muy defensora de los hilos. La gente pocas veces hace clic en un enlace, pero sí lee un hilo. Soy defensora de los hilos porque quienes usan Twitter ya dejaron atrás la época del blog, asimilan la nueva narrativa de esta red y es una forma eficaz de trasladar el mensaje. La gente decide si abrir el hilo o no y permite hacer una crónica de un hecho de una forma rápida y eficaz.
¿Cuál es el estilo de tus ilustraciones?
La verdad es que solo dibujo cuando siento que tengo la necesidad de hacerlo. Y empecé también porque mi hermana me regaló un Samsung Galaxy Note, que tiene un lápiz incorporado para dibujar. Porque nunca he tenido opción a dibujar en ordenador con lo que conlleva. Por eso siempre digo que el móvil me cambió la vida, laboralmente. Empecé por dibujar a Lorca, que era el protagonista de algunos de mis artículos en prensa más leídos y la gente comenzó a pedirme libretas, mochilas y tazas de lo que iba dibujando. Es un estilo más basado en símbolos, en conceptos clave.
¿De qué manera dibujas palabras en tus ilustraciones? ¿Qué te gusta transmitir a través de ellas?
Me gusta insistir en ideas que puedan provocar la reflexión y el análisis. Por eso junto al dibujo me gusta siempre destacar alguna frase, muy directa, que sea como un toque para quien la lea y que le lleve más allá de lo que yo pueda representar en la imagen. Ahora quiero desarrollar una línea con mensajes más feministas, basados en los artículos que he publicado más hasta ahora sobre este tema.
¿Qué recibe un usuario cuando solicita uno de tus cuentos personalizados? ¿De qué manera narras a través de ellos?
1000historias fue un proyecto que creé hace dos años, cuando los medios no me dejaban escribir, porque cuando trabajas desde Málaga, fuera del circuito de Madrid, publicar cuesta muchísimo. Como me gusta escribir decidí que la gente me contara su historia y yo le diese forma en libros personalizados. Es un regalo que dura para siempre, un relato vital de las vidas de las personas más allegadas y queridas para nosotros, acompañadas de fotografías y de collages simbólicos personalizados que yo misma realizo. Lo más emocionante de este proceso son las clientas que vuelven, que hacen más encargos para otros familiares o incluso aquellos casos en los que el libro han sido para padres y para abuelas y para pedir matrimonio. El hecho de vincular a 1000historias con una de las partes y personas más queridas de sus vidas ha sido lo más emocionante.
¿Algo más que desees añadir?
La necesidad de un periodismo que luche por la igualdad, de un periodismo que no blanquee ni a maltratadores, ni agresores, ni corruptos, ni fascistas, ni racistas. Que todos los medios de comunicación asuman que tienen también una función educativa, que tienen que señalar las injusticias y crear una opinión pública en defensa de nuestros derechos y valores para crecer como una sociedad madura en la que nos respetemos y donde no se fomente el odio y en la que realmente el conocimiento nos permite ser personas libres y tomar decisiones responsables democráticamente.