El periodista José Manuel Rodríguez (@josemanuelrodos) ha dedicado toda su trayectoria profesional a resolver problemas y crear oportunidades para las empresas, desde internet y las redes sociales. Además, está especializado en desarrollo de audiencia, negocio y producto digital. Actualmente trabajo en consultoría, formación y contenidos como freelance, como él mismo afirma, “siempre buscando la excelencia creativa“.
¿Cómo defines la profesión de periodista?
Esa es una buena pregunta, porque no tiene una respuesta sencilla ahora mismo. Es decir, el periodismo para mí es contar historias que importan, es la base de nuestro trabajo y el valor de nuestra profesión de cara a la sociedad. Pero el término periodista ahora abarca más que antes porque implica que uno no solo tiene que saber contar historias para desenvolverse en esta industria. Ahora son necesarias competencias complementarias que en algunos casos son cada vez más importantes. Si trabajas en digital (que a fin de cuentas reúne vídeo, audio, texto, etc., todo lo que se puede hacer en cuanto a narrar algo) es recomendable que sepas de analítica, redes sociales, SEO, multimedia, etc. No a nivel experto, evidentemente, pero sí de forma que puedas entenderte con los especialistas en esas áreas y saber cómo tu trabajo puede estar mejor empaquetado para llegar a la audiencia que esperas que tenga.
¿A qué está llevando en la actualidad la transformación digital a las empresas?
Cada vez estoy menos de acuerdo con el término ‘transformación digital’. Prefiero hablar de ‘transformación cultural’, porque de lo que hablamos es de cambiar las culturas internas de las redacciones a través de la tecnología, sobre todo. Y esa es una tarea muy ardua, porque hay gente que se ha quedado al otro lado de la brecha y no quiere o no puede saltar. Y son precisamente las personas que más cobran en no pocas ocasiones, y eso en parte hace que las nuevas tengan salarios más bajos, adaptados a la nueva realidad de ingresos inciertos del sector. Todos estos procesos son largos y en realidad no tienen que llevar a nada. Esto es, la transformación cultural debería ser una dinámica permanente e iterativa que permita a las organizaciones estar preparadas para adaptarse a un entorno cambiante como el que vivimos. El objetivo no es llegar a algo, sino evolucionar de forma constante para que no te cojan a traspiés los cambios profundos en el ecosistema informativo que se van dando en muy poco tiempo. Quien mejor resume esto es Sun Tzu en ‘El arte de la guerra’, cuando recuerda que el ejército que llega antes al campo de batalla puede descansar, y el último tiene que pelear en cuanto aparece, con lo que lo hace agotado y frente a un rival fresco. En términos de adaptaciones al entorno, creo que las empresas pueden transformarse por convicción (sé que es lo que debo hacer y estratégicamente me conviene porque lo veo venir) o por obligación (no me queda otro remedio). En ambos casos el problema es el tempo: hacerlo demasiado pronto y quedarte solo en un escenario que no cambia contigo en la primera opción, o llegar el último a un entorno en el que las oportunidades se han agotado para ti en la última.
¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de plantearse arrancar un negocio 100% digital?
En este negocio ya solo puedes competir en dos ámbitos concretos: el nicho o la escala. Es decir, ser especializado en algo y hacerlo muy bien, como para que los lectores de esa temática se suban a bordo y puedas obtener una publicidad más cara por ese nivel de segmentación, o bien gracias a ingresos por usuarios en base a suscripción o membresía; o sumar mucho tráfico y que eso te permita rentabilizar volumen con publicidad más barata e intentar ingresos por usuario de otro modo. Hay otras opciones de ingresos (marketing de afiliación, eventos, acuerdos de explotación de contenidos con plataformas, etc.), pero diría que lo esencial es saber qué puedes hacer respecto a publicidad y usuarios. Dicho esto, para arrancar necesitas un buen plan, una financiación interesante (normalmente se habla de que empatar cuentas en el tercer año está bien) y gente dispuesta a tirar del carro contigo, porque el comienzo de todos los proyectos es complicado y requiere sacrificios.
¿Qué te aporta el trabajo freelance frente a formar parte de una plantilla?
Ser autónomo es en mi caso una elección más basada en mis ambiciones personales que en las profesionales. Es decir, quería tener un mayor control de mi vida y de mi tiempo, darme mayor margen para aprender otras cosas y, además, me mudé de ciudad. Actualmente trabajo en consultoría, formación y contenidos y hay meses mejores que otros, como en el caso de cualquier persona que trabaje por su cuenta. Creo que es importante tener claro qué puedes ofrecer, a qué clase de clientes y, sobre todo, establecer tus límites en cuanto a lo que no quieres hacer. Esto último me parece casi lo más importante.
¿Qué están suponiendo las redes sociales para los periodistas de hoy en el ejercicio de su trabajo?
Sobre todo, sirven como escaparate directo para llegar a tu audiencia sin pasar por el medio en el que trabajas o incluso sin trabajar para ninguno. Hay muchos casos exitosos de profesionales que han creado su comunidad en base a una identificación con su forma de entender este trabajo. Eso tiene repercusiones buenas y malas, porque esta es una profesión donde el ego predomina y tener una cierta cantidad de seguidores en redes sociales puede envanecer fácilmente. Pero lo bueno es que un profesional ya puede tener una voz más allá del medio que le pague y ser respetado y conocido por ella.
¿Cuál es el futuro de los jóvenes que estudian actualmente Periodismo en las facultades? ¿Qué oportunidades no deben dejar pasar?
El futuro es incierto para todos, los que vienen y los que estamos. Este sector se va transformando después de un proceso de redimensión a la baja causado por una doble crisis (económica y de transición al digital) y hay muchos factores en el aire que determinarán los próximos años. Yo les recomiendo que vean sus estudios en Periodismo como un punto de partida para crecer sobre él e incorporar distintas capacidades que les pueda hacer empleables en roles que hoy no manejan como opciones y que les haga estar preparados para ser los profesionales que los medios demanden mañana.