Un contexto como el actual, con una crisis sanitaria insólita y unas perspectivas económicas globales diferentes a la previsión oficial marcada por cualquier autoridad financiera, pide a gritos un poco de ingenio. Nadie tiene el bálsamo de Fierabrás para reinventarse, adaptarse o comenzar una nueva etapa con la situación como eje de su iniciativa, pero el común denominador para salvar el contexto puede estar ubicado, en buena medida, en el ámbito online.
Es hoy cuando las plataformas digitales pueden servir a las personas, a las empresas y al mercado en esencia para interactuar en clave constructiva. Es cuando se puede hacer más efectivo que nunca que tras las campañas, las profesiones, las marcas, las mercantiles, los políticos, las agencias, los clubes de fútbol,… hay personas. Personas de verdad que saben comunicar lo mejor de sí mismas, la esencia profesional que las hace excelentes y con capacidad para sumar a disciplinas ajenas a su cualificación.
En esa línea de trabajo colaborativo con mentalidad global puede ubicarse la ventana abierta a la inspiración, en el tablero online y en el tejido social que lo sostiene. Hoy, más que nunca, tenemos a nuestra disposición la tecnología para exprimir buenas ideas: para nuestros clientes, para los que no conocemos pero que nos pueden aportar y nosotros a ellos, para las personas que desconocen que tienen una valía, para los que la tienen silenciada, para los que critican en clave destructiva sin saber lo constructivo que es su antónimo, para los que huyen del eslogan para escuchar al destinatario del mensaje, para los que creen en una repercusión positiva de la parte del acontecer que manejan, para los que desconfían de que podemos salir de esta situación renovados, enriquecidos, en equipo.
El contexto es difícil de dibujar, pero tenemos lápices y artistas de sobra para roturar el lienzo en blanco. Herramientas digitales, redes sociales, webinars, conocimiento compartido, campañas de comunicación online que suman esfuerzos multidisciplinares, talento y más talento, tan latente como manifiesto.
Confiemos en esa vía para marcar una nueva era en la comunicación y en la interrelación personal. Habrá un nuevo escenario más sencillo si cada profesional empatiza con las posibilidades y limitaciones del otro.