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En este artículo recopilamos cinco regalos interesantes con los que nos ganaremos la gratitud de los periodistas de nuestro entorno. ¡Sorpréndeles con cultura y tecnología!
Lote de libros: un buen periodista no puede desatender jamás la lectura, porque de hecho ese es el material del que construirá su carrera profesional. A los periodistas se les puede medir por las lecturas que atesoran, un poco en la línea de lo que dejó dicho el inmenso Jorge Luis Borges: “Que otros se jacten de las páginas que han escrito; a mi me enorgullecen las que he leído”.
En ese sentido, un regalo interesante con el que complacer a un periodista en estas fechas navideñas puede –y casi debe– ser un buen lote de libros periodísticos, vivencias en primera y tercera persona que sumarán en el imaginario de nuestro querido profesional. Pero, ¿qué libros? Bien: en esta entrada del blog de Soma ya hicimos la labor de recopilar los 5 mejores textos periodistas con los que obsequiar a un colega de vocación.
Grabadora digital: el periodista de calle puede sobrevivir a base de una libretilla y una memoria prodigiosa, o puede tirar de grabadora y despreocuparse de perder información. Especialmente cuando se explora de manera habitual el arte de la entrevista. La grabadora puede llegar a convertirse en una extensión del periodista, con lo que este regalo será muy apreciado por el profesional de la información.
Justificada su función, ¿conviene adquirir una analógica o una digital? Los románticos dirán que siempre es mejor lo primero, pero hay dos handicaps que les contradicen: en primer lugar ya apenas se fabrican grabadoras analógicas, por lo que encontrar un de este tipo llevará mucho más tiempo y dinero. En segundo lugar, la grabadora digital tiene más capacidad, saca mejor calidad de audio y suele presentar menos fallos. Resumiendo: es más útil en todos los sentidos.
Tablet y teclado enrollable: lejos quedan ya los tiempos en los que periodistas se dejaban los dedos en las míticas Olivettis. Hoy la máquina de escribir ha sido sustituida por el omnipresente portátil, y el folio en blanco es un documento digital con un cursor vertical que parpadea incesante reclamando su ración de palabras. El periodista actual está enganchado a su portátil, incluso cuando se dedica a cubrir hitos en lugares dispersos.
En este último caso, una buena solución pasa por transportar una pantalla relativamente pequeña –una tablet– y un teclado enrollable que quepa en casi cualquier lugar. La combinación de pantalla y teclado es un regalo sofisticado, útil y algo costoso: el periodista te lo agradecerá.
Smartphone con cámara potente: el periodismo actual es tecnológico, social y muy visual. Las limitaciones logísticas de antaño han quedado resueltas con una herramienta potentísima y muy práctica llamada teléfono móvil. Hoy se informa a través de imágenes y vídeos instantáneos, se informa en el diario de turno pero también en las redes sociales.
El periodista no puede desatender esta parcela del periodismo actual, porque de hecho el canal muchas veces es el mensaje. Un periodista que no maneja con agilidad su teléfono móvil, es un móvil que se ha quedado obsoleto. ¿Y cuál es el primer y entrañable paso que daremos próximamente para saltar al siglo XXI? ¡Recibir un smartphone de nuestros seres queridos en estas navidades!
The Newsroom: Se han hecho muchas series sobre periodistas a lo largo de la historia, pero pocas son tan estimulantes como esta obra maestra del gran Aaron Sorkin. Las tres temporadas de The Newsroom son una bocanada de idealismo reconfortante con el que renovar las fuerzas en una profesión a menudo ingrata. Sorkin nos dice que el periodismo íntegro no ha muerto, que hoy es más importante que nunca y que de hecho esa integridad será el último tablón de madera al que asirnos en medio de la tempestad.
Si tienes un periodista renegado en tu entorno, regálale las tres temporadas de The Newsroom. Es una forma bonita de animarle a que siga luchando por su vocación.
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