Libros de periodismo tradicional

la foto copiaNo es extraño que el periodista de trinchera conserve celosamente en alguna estantería, caja o vitrina los libros que marcaron su etapa de estudiante en la facultad, antes de que la transición de soportes se impusiera y convirtiera en paja gran parte del contenido de esos títulos.

Con todo, algunos mantienen la vigencia del consejo, del contexto, del matiz deontológico y de las reglas de juego periodísticas, virtudes que se ubican por encima de las plataformas en que se ejerza hoy en día la profesión.

Títulos tradicionales que mantienen la magia aleccionadora en el contexto actual de efervescencia digital, de medios sociales, de inmediatez demandada a gope de tuit o de retransmisiones del todo desde la nada de un smartphone, de comunicadores permanentes a la búsqueda de una reordenación de las reglas del juego informativas.

De la colección de joyas periodísticas tradicionales que, a nuestro entender, conservan la vigencia prescriptora de buena praxis periodística rescatamos en este Día del Libro los siguientes títulos:

Para entender la radio, de Arturo Merayo

La columna periodística: teoría y práctica, Fernando López Pan

Los cínicos no sirven para este oficio, Ryszard Kapuściński

Curso general de redacción periodística, José Luis Martínez Albertos

Estilo y géneros periodísticos, Josep Maria Casasús y Luis Núñez Ladevéze

Abierta dejamos la espita del post para que añadáis los títulos que os hayan marcado en vuestra trayectoria periodística.

¡Feliz Día del Libro!

Redes Sociales y Publicidad: Combate cuerpo a cuerpo

OLYMPUS DIGITAL CAMERAZinc Shower estaba preparado este viernes para un combate dialéctico de primer nivel. En un ring de boxeo improvisado en plena sala Intermediae de Matadero Madrid, Paloma Bas, Directora Ejecutiva de Sr. Burns, y Miguel Ángel Rolland ofrecieron una interesante “Pelea de Gallos” en torno a la publicidad y el social media.

Respecto a los límites que debe tener cualquier campaña publicitaria, Paloma Bas los marcó en el respeto a los valores y los derechos humanos. “A partir de ahí, está bien generar polémica para expandir la notoriedad de la marca. Es lícito y ético”. Miguel Ángel Rolland, por su parte, argumentó que es momento de empezar a realizar las campañas que la gente quiere ver: “Hasta ahora la publicidad marcaba tendencia. Ahora las redes sociales hacen tambalearse esas estructuras de poder de las marcas y las agencias, porque éstas no están acostumbradas a escuchar”.

Más extenso fue el debate sobre la presencia de las marcas en las redes sociales. Miguel Ángel Rolland las acusó de no entender esta nueva conversación. “Sólo buscan follows, sígueme y te doy un premio. No se integran en la conversación de la gente, si no que utilizan un canal donde está la gente para generar impactos”. La directora ejecutiva de Sr. Burns apuntó que las marcas “deben entender el social media para dar a los clientes lo que estos buscan. Hay que dar un valor añadido en redes, no repetir de forma mecánica un mensaje comercial y machacón”.

Respecto a la privacidad en estos entornos, Miguel Ángel Rolland señaló hacia una especie de “psicosis” que está haciendo a la gente volver “a los foros y grupos cerrados”. Paloma Bas añadió que al proceso contribuye también el exceso de ruido, lo que nos hace filtrar y cerrar círculos. Para ella, esto no es más que una nueva oportunidad para las marcas “para cambiar el disparo indiscriminado actual por un mensaje que se centre y busque a determinados grupos cualificados, quizás menos numerosos pero que al final van a generar más ROI a largo plazo”.

Para ambos, el futuro de las redes sociales, además de por ese cambio hacia los grupos especializados y menos numerosos, pasa también por una nueva estrategia de las marcas que debe empezar por escuchar a sus usuarios. “Hace no tantos años los directores de marketing se vanagloriaban de no tener ni idea de redes sociales. Hoy eso es impensable, porque una nueva generación está llegando a esos puestos”, concluyó Paloma Bas.

Posted by @acordellat

Claves para triunfar en el emprendimiento social

OLYMPUS DIGITAL CAMERAFrancisco Polo, director de Change.org España, ha explicado en su conferencia en la jornada inaugural de la primera edición de Zinc Shower las motivaciones que le llevaron a fundar Actuable luego fusionada con la plataforma de peticiones más importante a nivel mundial, la estadounidense Change.org, y ha dado una serie de pautas para todo aquel que quiera introducirse con posibilidades de éxito en el mundo del emprendimiento social.

En primer lugar, según Francisco Polo, es vital conocer el problema que se quiere resolver. En el caso de Actuable, él sabía que había mucha gente con motivación para cambiar cosas y solicitar cambios a las administraciones, pero tenían un handicap. No existía ninguna plataforma online realmente buena y preparada para soportar peticiones que conllevarían mucho tráfico hacia las mismas.

Una vez localizado y conocido el problema, toca buscar una solución para el mismo. En su caso, una plataforma potente capaz de dar cobijo a toda esa gente interesada en demandar cambios a las instituciones. Por último, había que buscar un modelo de negocio. De ahí la figura del emprendimiento social, que une todo lo bueno de las empresas con un fin social. En su caso, buscó financiación en ONG’s ofreciendo a Actuable como plataforma para que ellas difundieran sus actividades e iniciativas y les sirviera para llegar a nuevos socios y colaboradores.

No hacen falta socios. Ni dinero. Actuable, siguiendo con el ejemplo, nació con un presupuesto inicial de cero euros y se convirtió en la mayor plataforma de Europa a nivel social. “Hay que luchar por tus sueños, pero a la vez hay que tener los pies en el suelo para ver las piedras del camino”. Palabra de emprendedor de éxito. Palabra de Francisco Polo.

Posted by @acordellat

Tics del periodismo tradicional en gabinetes institucionales

Gabinete de prensa Soma Comunicación“Queremos hacer una entrevista a…”. En ese momento, el periodista que se encuentra al otro lado del teléfono deja de escuchar a su colega y, como un teleoperador de compañía telefónica con la chuleta de respuestas a preguntas frecuentes en la mano, responde: “Mándame la petición por correo electrónico –hasta hace unos días incluso por fax-, la descripción del medio de comunicación, la radiografía de la primera comunión del compañero que la va a hacer y las preguntas que le quiere plantear a nuestro ilustrísimo y honorable protagonista. Muchas gracias y estamos en contacto”.

Con el grado de hipérbole, sorna e ironía necesarios para asimilar sin ponernos demasiado serios este modus operandi heredado del pleistoceno periodístico, del ansia de control institucional por todo lo que se publica, de la ignorancia de ese flanco tradicional de la profesión en relación a la apertura de enfoques, fuentes y recursos cualificados que se obtienen a través del ámbito digital, planteamos una rutina que, muy a pesar de los que desde esos ámbitos gritan por la supervivencia del periodismo en formato de comunicado institucional que reza sobre lo que es políticamente correcto para los profesionales de la comunicación,  es habitual encontrar todavía cuando un periodista solicita una entrevista a otro periodista.

A veces se escucha el sonido del eco del búnker o el del rodillo oficial con el que todo lo quieren impregnar los gabinetes institucionales, incluso con su desembarco como elefantes en cacharrería en la fluidez e inmediatez informativas de los canales sociales. Cuando realmente se olvidan de que el cambio de mentalidad tradicional que ha salpicado los medios tradicionales también ha de comenzar a implementarse en su funcionamiento ordinario. No es tanto estar también con el mismo tic ahora en estas plataformas, sino cambiar la mentalidad y adaptarla, por el bien de sus representados e instituciones, a la frescura de los nuevos tiempos.

De lo contrario, comunicarán formatos de relación con los medios de comunicación ajenos a las rutinas que abren las nuevas plataformas periodísticas, las nuevas fuentes, los nuevos enfoques, las nuevas realidades alejadas de los tambores oficiales y con mayor carga informativa y con más calidad que la que pueden seguir ofreciendo desde ese comportamiento retrógado los gabinetes institucionales mal adaptados a la segunda década del siglo XXI.

Foto: Instagram 360gradospress

La importancia de la fotografía de prensa

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Fotografía de prensa

Fotógrafos de prensa en una cobertura.

La fotografía periodística es clave para la contextualización del acontecer, tanto desde el punto de vista de la cobertura que realiza el profesional a pie de campo, en lugares donde va a rescatar la instantánea o fotonoticia, como en los puntos a donde son convocados los profesionales de la comunicación para informar sobre un acto, evento o rueda de prensa.

Desde el lado del convocante, contar con un fotógrafo profesional de prensa será una de las cuestiones que habrá de incluir en la planificación estratégica de comunicación del evento. Un particular anecdótico para muchos y que no ha de ser pasado por alto porque el lenguaje fotoperiodístico alimenta con calidad el contexto informativo y la proyección de un cuidado por la imagen de la marca o cliente en el hecho noticiable.

Es por ello que los gabinetes de prensa o las agencias que ofrecen el servicio de oficina de prensa externo han de tener en cuenta que de nada sirve tener muy bien trazadas todas las guías de la planificación en la relación mantenida con los medios de comunicación si cuando les remiten la nota de prensa, el dossier o el resumen de la convocatoria, éstos no van acompañados de unas fotografías de calidad y ‘publicables’.

Por muy bien que estén redactados los ejes informativos que han protagonizado la convocatoria, si se acompañan de una fotografía de mala calidad periodística, la fuerza prescriptora del contenido puede verse condicionada.

El apellido de la fotografía ha de ser calidad periodística y, en la medida de lo posible, se ha de encomendar a un fotoperiodista con experiencia en medios de comunicación porque nadie mejor que él para saber los encuadres de la noticia, la iluminación adecuada, el peso de las imágenes para tener calidad publicable, la inmediatez con la que las redacciones necesitan el material gráfico o el encuadre que mejor informa del hecho noticiable.[/fusion_builder_column][/fusion_builder_row][/fusion_builder_container]

Contenido WordPress para periodistas

Aquí os dejamos la presentación que utilizó Óscar Delgado en el taller de WordPress para Periodistas que impartió para la Unió de Periodistes Valencians en la Facultad de Filología y Comunicación de la Universitat de València el pasado lunes 4 de marzo de 2013.

Las diapositivas recogen los puntos 1 y 3 del taller y corresponden al aspecto más cualitativo de la tarea del periodista en la plataforma WordPress, con el valor añadido de su firma, agenda, influencia y calidad redaccional como principales armas para ganarse un hueco especializado en la blogosfera.

Antes, y como elemento primordial de su labor, el profesional de la comunicación ha de fijarse una hoja de ruta que contemple los objetivos que pretende alcanzar con su bitácora, la audiencia a la que quiere dirigirse, como quiere posicionar su identidad profesional en el ámbito digital y, entre otros aspectos, con qué periodicidad va a medir si las pretensiones iniciales van encajando con la evolución e incidencia alcanzadas por sus artículos publicados.
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Los puntos 2 y 4 del programa (configuración de WordPress.org, SEO/SEM y monetización), recogido en la primera diapositiva, fueron impartidos por Javier Cebrián y Dani Ortega respectivamente.[/fusion_builder_column][/fusion_builder_row][/fusion_builder_container]

Esto no rueda entre la prensa

img_16315Uno de los momentos cruciales en cualquier periodista en formación que se precie es cuando toca afrontar la primera cobertura a solas. Generalmente – o, por lo menos, así fue en mi caso –, una rueda de prensa suele plantearse la prueba de fuego perfecta según los mentores. Por ello, la orden de acudir a alguna convocatoria no tarda en llegar. Estar a tiempo en el lugar adecuado es la cuestión causante del primer sudor frío. Ya una vez ubicados en el terreno, toca lidiar con ese sentimiento de principiante frente al resto de profesionales. En algunos casos, la paranoia llega hasta el punto de creer que pueden leer en tu cara que es tu primera vez. Quizá, la presión por tomar bien las notas y dar con la parte clave de la declaración sean las preocupaciones más delatadoras. Sea como fuere, con más o menos soltura, la gran mayoría superamos la prueba. Así, en la segunda y tercera cita la ilusión ya se entremezcla con algo de aplomo. Sin embargo…

Sin embargo, pocas ruedas más tarde, la realidad nos sacude: salvo contadas excepciones, estos encuentros son de lo más mecánico. Asistir, escuchar, tomar nota y darle forma al llegar a redacción. Se trata del primer desencanto con dicho concepto, el cual puede ser mucho más acusado si la experiencia se ha escrito en el ámbito de la política. Tener que seguir el evento a través de un monitor, innovación acuñada recientemente por el presidente del Gobierno – muchas gracias, Mariano, te has lucido – no es más que la punta del iceberg de los espectáculos que organizan los partidos políticos en materia de comunicación.

Aparte de todo ello, y como muchos estaréis pensando, el colmo del desengaño es otro: las ruedas de prensa sin preguntas. Sí, esa práctica que se contradice por definición – para quienes no lo tengan claro, decir que la prensa no es una masa abstracta, sino un grupo de profesionales experimentados en recabar información planteando cuestiones – y que de un tiempo a esta parte ha sido tendencia en determinados sectores. Da la sensación de que algunos callan al periodista como si se quitasen una piedra del zapato. “Aquí hay algo que me molesta. ¡Fuera!”, dirán en ambos casos. Parecen ignorar que los periodistas tenemos más vida que un pedrusco y podemos responder por otros medios, como no acudir a su llamada. En otras palabras: les podemos negar esa ansiada atención mediática, vaya.

Más allá de esto, en relación a las ruedas de prensa también cabría destacar esa extendida creencia de panacea. “Quiero lanzar un mensaje o promover mi empresa, así que convoco a los medios – que es coser y cantar – y arreglado”, piensan unos cuantos. Si aún no se habían dado cuenta, siento comunicarles que no es así. Los periodistas no caemos en cualquier cebo – o, por lo menos, lo intentamos –, sino que precisamos de un gancho certero. Y si antes ya nos esforzábamos por ser selectivos, mucho más ahora, que los miembros de la redacción escasean cada vez más y es físicamente imposible estar en todo.

Quede claro que no quiero significar que las ruedas de prensa no sirven para nada, ni mucho menos pretendo abanderar un movimiento a favor de su desaparición. Por el contrario, considero que esta práctica puede ser muy útil si se plantea adecuadamente: abordar una cuestión de interés público, igualdad de condiciones para todos los medios, posibilidad de preguntar a los ponentes… De hecho, cuento en mi breve experiencia con algunas de esas excepciones que apuntaba al principio. No sé si es relevante, pero matizo que la mayoría correspondientes al ámbito de la cultura. En cualquier caso, como siempre, esta no es más que mi modesta opinión. Hubiese convocado una rueda de prensa para compartirla, pero dudo que os hubiese dejado preguntar (guiño, guiño).

Posted by @LaBellver – Photo by @Marga_Ferrer

Contenido, contenido y contenido

Soma ComunicaciónCuando llega el momento de planificar una campaña de comunicación online, el punto de partida sobre el que pivota toda acción es el contenido. Da nada sirve contar con elementos creativos y promocionales solapados a nuestros objetivos si la estrategia online que ponemos en práctica para alcanzarlos no contempla la proyección pautada de un contexto informativo de calidad.

Crear contenido de calidad pasa por no dejar nada en manos de la improvisación; por orquestar una buena agenda de contactos que permita acceder a datos de interés relacionados con el sector objetivo,  por documentar cada acción para que la información tenga peso; por planificar los canales en los que difundiremos el contenido;  por moderar las reacciones suscitadas entre el hecho difundido y los receptores de los mensajes; por evaluar la repercusión de los esfuerzos; y por medir el peso de la acción en relación a los objetivos generales de la campaña.

Contenido, contenido y contenido a disposición de planes de comunicación cuya misión ha de saber emprender con las mejores garantías un perfil periodístico. Porque es ahí donde los periodistas más pueden aportar en la transición hacia su reinvención profesional y establecer el punto de partida o de inflexión para dar un giro de calidad al ruido que presenciamos actualmente en internet.

Posted by @somacomunicacio / Photo by  Soma Comunicación

Twitter y su «favorito secreto»

índiceSiete son los años que cumplirá Twitter el próximo mes de marzo… ¿Llegará a esa hipotética mayoría de edad con síntomas de agotamiento? Desde siempre, y solapado al concepto innovador que ha lucido la red social de los 140 caracteres, el pajarito azul ha sido símbolo de hogar para influyentes, gurús, seudogurús, expertos en todo y sabiondos de nada; un vehículo de expresión en el que muchos se sentían con el privilegio de estar en un entorno del que la mayoría que no había probado el sabor de los tuits ni disfrutaba ni entendía.

Prescriptores, geeks, periodistas, iluminados, emprendedores, famosos, blogueros, advenedizos y probadores de todo lo que suena a prescripción, novedad o tecnología camparon a sus anchas por los recovecos de la red social de microblogging. Lo hicieron a velocidad de crucero y consiguieron sentirse especiales en un círculo ‘desvirtualizante’ y ‘desvirtualizador’, rodeados de la magia especial de lo que significaba pertenecer a un club virtual de explicadores paralelos al acontecer, a golpe de tuits.

Hasta que la representación más oficialista de la realidad, la misma que había discurrido por cauces tradicionales en paralelo a la interpretación sincronizada de los miles de tuits diarios publicados por aquellos que huían de versiones impuestas, aterrizó como elefante en cacharrería en los 140 caracteres. Cuentas institucionales, mensajes oficialistas, comunicados inertes, últimas noticias descontextualizadas, globos sonda, robots del marketing programado, compradores y vendedores de followers, aplicaciones en diferido ladronas de conversaciones, cuentas oficiales en vez de nombres propios… Nada nuevo más que la expresión de la realidad tradicional en tuits que difuminaron la línea paralela trazada en un principio por quienes habían encontrado el oasis de la representación de otros aconteceres distintos a los pautados por gabinetes de prensa, grandes empresas, cabeceras tradicionales, teletipos enlatados y otros desmentidos de guardar del colorín colorado.

La comunidad probadora que creció de forma deslocalizada, coincidiendo eventualmente cara a cara en eventos desvirtualizadores, quedó difuminada como lo había estado antes de la llegada de Twitter, sumergida y confundida por el ruido de la maquinaria oficial. El mismo ruido que ya se apoderó en su momento de las ondas, del papel, de la televisión… Porque la información es poder y el poder siempre ha necesitado controlar la información.

Y ahora, ¿qué? –se preguntaron muchos de ellos-. ¿Cómo iban a sentir el sabor de la diferencia jugando en el mismo campo que toda la sociedad? ¿Qué tendrían que hacer para saborear de nuevo la exclusividad de pertenecer a un círculo roturador de tendencias, de aplicaciones, de diferencias respecto a la “masa”?

El vaticinio lanzado por algunos apunta a la moda de dejar de usar Twitter como símbolo de rebeldía o de extraña distinción respecto al “vulgo tuitero”. Otros señalan a una suerte de “zona VIP” o de pago que recuperará el sentido de pertenencia exclusiva que sintieron aquellos que lo probaron en sus dos, tres o cuatro primeros años de existencia. Quién sabe…

Javier Marías, el magnífico escritor que sigue anclado a su máquina de escribir, publicó en EPS el pasado 9 de diciembre un artículo donde describía el sinsabor que le queda a alguien cuando le roban el tesoro – «favoritos secretos» (sic) – de pertenecer a un pequeño círculo conocedor de un gran artista, de un buen escritor… que de repente es abordado por la mayoría y deja la sensación en el primero de frustración por perder la exclusiva de su buen gusto.

«Cuando esos “favoritos secretos” dejan de ser lo segundo, nuestra reacción es mezquina y ridícula, lo reconozco. Lejos de alegrarnos de que por fin el mundo celebre a quien desde nuestro punto de vista lo merecía hace ya tiempo, nos sentimos traicionados, y no es raro que, al ver cómo se populariza y vulgariza la figura admirada, nos alejemos injustamente de ella y aun cesemos en nuestra devoción»*.

¿Está Twitter dejando de ser el «favorito secreto» de muchos?

*(Javier Marías, ‘La zona fantasma’. El fin de todo secreto. EPS, 9 de diciembre de 2012).
Posted by @360gradospressSoma Comunicación

Cobertura descafeinada

ACTO CENTRAL DE COMPROMIS EN EL PARQUE DE CABECERA, ASISTE LLAMAZARESUna conversación mantenida en la propia agencia Soma Comunicación el pasado miércoles día 16 de enero ha inspirado esta entrada. Que me haya decidido a publicarla no es cuestión de autobombo, sino de casualidad, pues justo este fin de semana presencié un exponente esclarecedor de lo comentado. Pero vayamos por partes:

Iniciábamos el turno vespertino cuando se terció hablar de los informativos de televisión. Acababa de estallar el dato de los 22 millones que el extesorero del PP, Luís Bárcenas, tuvo en cuentas suizas y todos los presentes apuntamos un mismo hecho: la cadena pública no abordó esta información hasta transcurridos unos 20 minutos de la primera edición de sus informativos. Obviamente, fue nostalgia y no sorpresa lo que se respiró en el ambiente, ya que tuvimos la certeza de que esto no hubiese ocurrido así no hace mucho tiempo.

En cualquier caso, ahora las cosas son como son. Bien es cierto que a partir del día siguiente la apertura de los informativos de TVE vino de la mano de las reacciones y nuevas informaciones al respecto de este tema, pero también es verdad que la importancia de una cuestión no viene dada únicamente – aunque sea un aspecto fundamental – por su emplazamiento en la escaleta, sino que factores como la duración y el tratamiento influyen en ello. Pues bien, haciendo una media de todos ellos, la gestión de las basuras – sí, tal cual – gozó de mayor relevancia en la edición dominical. Tanto fue así, que la pieza del día de los corresponsales de Alemania, Estados Unidos y China no trató de recabar impresiones internacionales acerca de la presente situación política de España, sino de cómo se recicla en las respectivas vecindades de estos rincones del mundo.

Con esto no quiero decir que la cuestión de los residuos sea nimia, pues creo firmemente en lo fundamental de la concienciación ciudadana en este sentido con vistas a preservar nuestro entorno – los más desconfiados podríais inspeccionar las bolsas que tiro a los correspondientes contenedores para comprobar que no estoy haciendo uso de hipocresía –. No cuestiono siquiera su aparición en el telediario, pero… ¿Realmente merece semejante cobertura en comparación con otros temas que nos conciernen actualmente? Si me permitís caer en un juego de palabras fácil, diría que hay otras “basuras” – por emplear un término fino – a las que prestar mayor atención.

El caso es que la sensación al ver esta información me teletransportó a las pasadas Navidades, cuando los míticos reportajes acerca de las compras previas a citas como Nochebuena y los precios de los alimentos en el mercado se sucedieron en bucle durante días. Tampoco quiero significar que deban desaparecer estas noticias de la programación, pero una vez más me pregunto: ¿es necesario reiterarlas hasta la saciedad a pesar de que es más de lo mismo todos los años y de que hay otros asuntos de actualidad en danza?

Muy a mi pesar, e indiferentemente al calendario, esta dinámica informativa se repite una y otra vez. ¡Ojo! No sólo en la pública, ya que las banalidades inundan los informativos de todas las cadenas de televisión. Generalmente, a modo de pieza anecdótica al final de la dosis informativa, por eso de no dejar un pésimo sabor de boca. Quizá, estigmatizo más al ente público porque nos tenía “malacostumbrados” a algo mejor. Sea como sea, tengo la esperanza puesta en venideras coberturas. Porque para descafeinado ya tenemos el café, ¿no creéis?

Posted by @LaBellver