La fuerza de la fotografía de calidad

La pandemia nos ha dejado tanto sin palabras como con numerosas imágenes para siempre. Con todo, ha reforzado la fuerza de la fotografía de calidad y la necesidad de encontrar la autenticidad de lo recurrente en el ámbito profesional. Especialmente, en aquellos nichos que han conseguido hacer frente a situaciones rocambolescas, insólitas, nuevas o deslocalizadas.

Si bien los eventos, encuentros, actos públicos o presentaciones corporativas con la covid-19 se han circunscrito a ámbitos online, sin la convocatoria, el reclamo del networking cara a cara o la promoción in situ de productos, servicios o medidas; las empresas han necesitado adaptar sus tarjetas de presentación, reforzar sus versiones online o ahondar en la difusión de contenidos de calidad a través de sus propias plataformas.

En esta línea, la inversión en imágenes de calidad, hechas por profesionales del fotoperiodismo o de la fotografía publicitaria, ha sido una línea de trabajo que ha reportado un retorno para las mercantiles que lo han realizado o lo solicitan, ya sea a través de sus departamentos de comunicación y marketing o de otras áreas del organigrama.

En el contexto de la pandemia, los valores esenciales, tanto intangibles como tangibles, han reflotado como herramientas básicas para la comunicación de los productos y servicios de las empresas, instituciones o marcas. Lo básico como elemento de conexión con los segmentos a los que se dirigen. Los valores primarios como sentimiento aparejado a un producto o servicio. Y, en esta línea, las fotografías como representación esencial de la nueva comunicación.

Fotografías de las personas que forman parte de la organización; fotografías genéricas de sus productos o servicios; fotografías inspiradoras de su actividad; fotografías del contexto en que se dan las circunstancias de producción o de generación de ideas; fotografías de momentos clave para la conexión con los clientes; fotografías para las redes sociales que sean auténticas, las propias de la compañía, por encima de instantáneas manoseadas procedentes de bancos de imágenes usados por otras tantas firmas sin un sello de identidad propio.

Reclamar un servicio profesional de fotografía es una acción que, además, refuerza los valores esenciales de las corporaciones, en la línea de la responsabilidad social, de la transparencia de los procesos que trabajan y de la plasmación de apuestas por la calidad y de preocupación por quien está al otro lado.

Apostar por la fotografía de calidad y l@s fotográf@s que los desempeñan es creer en un sello propio con el que llegar a clientes, medios de comunicación y con el que trabajar una marca en los canales sociales, blog o web de las empresas.

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Formación online

3 años ago

Como dice mi profesor, una fotografía buena, tiene vida. Un saludo.

titulo manipulador de alimentos

3 años ago

Hola! Cuanta razón tienes con lo de fotografía de calidad. Todo el mundo piensa que puede hacer buenas fotografías y hay una gran diferencia.

Https://carnet-de-manipulador-de-alimentos.com/

3 años ago

Excelente post.

Carnet manipulador de alimentos

3 años ago

Las imágenes de calidad muestran una historia..