Llevan la misma “coletilla” y su configuración resulta muy similar, pero Google Ads y Facebook Ads se pueden (y deben) emplear para fines distintos en función en la estrategia que siga una marca. La publicidad en Internet sigue creciendo a costa de los medios tradicionales. De hecho, para el próximo año, las previsiones apuntan a que su presupuesto se incrementará en un 8,2%, siendo el de las redes sociales de un 8%. Por tanto, el dinero que los anunciantes destinen tanto a la publicidad tanto en Google como en Facebook va a continuar su tendencia ascendente.
Sin embargo, muchas veces surge la duda de cuál es la mejor plataforma a la hora de lanzar una campaña, ¿Google Ads o Facebook Ads? Las dos son excelentes para poder dar a conocer los productos o generar conversiones. De todas formas, las diferencias que entrañan hacen que los anuncios puedan tener más o menos éxito en función de dónde se lleven a cabo y los objetivos establecidos.
La diferencia está clara -uno es un buscador y otro es una red social-, por lo que la manera en la que los usuarios las emplean es distinta. Parece una obviedad, pero como la estructura resulta muy parecida (campaña-conjuntos de anuncios-anuncios) y cuentan con funciones semejantes (objetivos, segmentación, pujas), en ocasiones no se sabe muy bien cuál proporcionará mejores resultados. Por tanto, hay que partir de la base de que en Google la gente accede para buscar algo, es decir, acomete una acción; mientras, en Facebook, los anuncios van surgiendo sin que haya que realizar nada en especial. Por ello, el buscador suele obtener unos resultados más certeros, por lo que se recomienda cuando el objetivo consiste en generar ventas o leads.
Además, hay que tener en cuenta que, al día, se realizan 3.500 millones de búsquedas solo en Google Chrome. Mientras, Facebook aglutina en torno a 2.300 millones de usuarios, según cifras de principios de 2019. Ahora bien, si el objetivo consiste en una mayor notoriedad y visibilidad, las cifras que proporciona Facebook de alcance son muy mayores porque la aparición de anuncios no depende de la búsqueda que se realice, sino del público que se haya definido.
En este sentido, Facebook Ads también es aconsejable para aquellas marcas que quieren microsegmentar a su audiencia. Solo hay que recordar que dar un like a una determinada publicación ya queda registrado en la plataforma e implica la asignación de algún tipo de insight. Además, tanto el píxel de Facebook como la creación de públicos personalizados y similares ayudan a definir aún más el target al que se quiere dirigir el negocio.
Asimismo, si se cuenta con poco presupuesto para la ejecución de una campaña, Facebook Ads supone una herramienta más adecuada. ¿El motivo? Su CPC es más bajo, por lo que se puede optimizar mejor el dinero. Y esto no merma en la calidad ni en el resultado final. Google cuenta con un sistema de pujas que influye mucho más en el peso de los anuncios, por lo que se necesita de una inversión mayor. De hecho, con Facebook puedes comenzar por poco más de un euro.
A todo esto hay que añadir que desde Facebook se pueden gestionar las campañas en el feed de Instagram y efectuar los Stories. Y, previsiblemente, cuando se instaure, los anuncios de WhatsApp Business. En definitiva, en función de los objetivos, presupuesto y público objetivo una plataforma será más adecuada para unas campañas que la otra, solo hay que definir bien qué se quiere, cómo y a quién hay que dirigir el anuncio.