Periscope y la falta de autoestima del periodismo

Cada vez que aparece una nueva herramienta digital o aplicación sale a la palestra la gran duda: ¿estamos ante el fin del periodismo? ¿Puede hacer el periodismo ciudadano las labores del periodismo?

Uno de los últimos ejemplos es Periscope, la aplicación de Twitter para emitir vídeos en directo. Y así, lo que en un primer momento se concibe como una herramienta periodística pasa rápidamente a poner en cuestión la necesidad o no del periodismo.

La pregunta trampa es la siguiente: “Si cada uno de nosotros podemos emitir contenidos, ¿para qué necesitamos periodistas? ¿Puede el quinto poder llevarse por delante al cuarto? Lo recurrente de este debate pone de manifiesto el complejo de inferioridad que tiene hoy en día la profesión de periodista.

Pero, ¿esto es realmente así? ¿Qué le pasa al periodismo para que demuestre tanta inseguridad y no sea capaz de mantener el tipo cada vez que le sale un competidor más joven, más guapo y más simpático?.

El periodismo sigue el ritmo que marca la sociedad: todo se cuenta de forma cada vez más rápida, más breve, más sencilla. Y así, poco a poco, los profesionales de la información caemos en nuestra propia trampa y acabamos llorando por las noches cada vez que nuestros lectores nos “engañan” con el periodismo ciudadano.

Recopilar, sintetizar, jerarquizar y contextualizar la información es la función del periodismo. No es lo mismo que narrar lo que está ocurriendo en un momento y en un lugar.

La información de calidad no puede ser sustituida, por eso es importante que nosotros seamos los primeros que respetamos nuestro trabajo, así el resto también lo hará.

Ofrecer contenidos de calidad es la única manera de diferenciarse. El periodista, si hace bien su trabajo, no debe estar celoso. Sería más inteligente mantener con el periodismo ciudadano una relación abierta y sin compromisos.

 

Posted by @AngelaBelotto

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