Los nuevos periodistas, las nuevas hornadas que fluyen de las facultades de Periodismo y de Comunicación en tiempos de crisis sanitaria de la Covid-19, vuelven a poner el foco entre la teoría que reciben en los centros universitarios y la práctica con la que se encuentran al terminar sus estudios, con el emprendimiento como salida opcional al muro de ofertas laborales. Como ocurrió en 2008 con la crisis económica que salpicó sobremanera a la profesión y a los medios de comunicación, los futuros y los nuevos periodistas acaparan otra vez los interrogantes sobre lo que les puede deparar el futuro más próximo.

Antes de que comenzara la crisis, con todo, pudimos asistir a brotes verdes de ilusión reflejados en casos como los que imparte la doctora Elvira García de Torres en el UCH-CEU con sus alumnos de periodismo digital. Bajo un concepto eminentemente práctico, la profesora retó a sus alumnos a defender ante un jurado de profesionales externo sus proyectos de fin de asignatura. Proyectos con enfoque claramente pragmático, que exigían un trabajo en equipo y una prospección de posibilidades de ponerlos en marcha.

En la agencia tuvimos la oportunidad de conocer en primera persona algunos de ellos, como una aplicación para gestionar las plazas libres en las bibliotecas de la Facultad, un portal de información medioambiental con testimonios alejados de la oficialidad o un medio especializado en sucesos desde una óptica diferente a como se abordan estas informaciones en los medios tradicionales.

Ejemplos esperanzadores de cómo se puede hacer reflexionar a los alumnos o de cómo destapar el talento oculto de los nuevos periodistas sobre el contexto real que se encuentran al finalizar sus estudios. De la necesaria experiencia imposible, la que se puede adquirir partiendo desde cero con un proyecto comunicativo debajo del brazo o con una idea especializada de hacia dónde conducir la firma profesional de los nuevos plumillas.

A buen seguro, tras la crisis sanitaria de la Covid-19 se dibujará un panorama de nuevo tan cargado de incertidumbres como el que se planteó con la crisis de 2008, subrayado por todas las asociaciones profesionales de periodistas. Un escenario que vendrá acompañado del aliento oficial de los gobiernos para que los nuevos o los viejos profesionales que se queden sin empleo se aventuren a emprender.

Surgirá así, una cantera oficial forzada de emprendedores tan peligrosa como el desconocimiento de las normas financieras y de las trabas que se encuentra un profesional no formado en los menesteres de la gestión y de los números. Porque la oficialidad querrá maquillar las cifras de desempleo con impulso de medidas emprendedoras que, mal entendidas o mal practicadas, pueden significar planteamientos erróneos que solo beneficien a la estadística y nunca a los osados que den el paso.

Por eso, ante las crisis, ideas como la apuntada en este post; tanto para la formación como para la puesta en marcha de nuevos proyectos periodísticos. Que no podrán ser entendidos sin una disminución de riesgo, sin una comprensión de las reglas de juego financiero, sin un plan a corto y medio plazo (de largo no podemos hablar) y sin el análisis real de hacia dónde van los periodistas, haca dónde pueden ir y bajo qué criterios, normas y recursos pueden aventurarse a emprender.