Cuando una empresa decide comunicar sus hitos, avances y aportes a la sociedad o a su sector es fundamental alinear ese afán con los distintos departamentos, con sus fortalezas informativas y con las oportunidades que el calendario brinda para que adquieran notoriedad. Para ello, antes de lanzarse a ciegas a hacerlo, es necesario trabajar con criterio estratégico, conocimiento de la audiencia a la que se dirige y sentido de empatía hacia quiénes serán los destinatarios de los mensajes que fluyan de la organización. En este sentido, se pueden tener en cuenta algunas claves estratégicas de comunicación para las empresas como las que recogemos en este artículo
Definir objetivos. Estos no serán otros que los propios de la empresa, los que vengan definidos por sus valores, por sus indicadores y por la importancia jerárquica que se les dé. A partir de ahí, se enmarcarán en dinámicas de ‘antes, durante y después’, que permitan hacer un seguimiento de las acciones que se definan para obtener el rendimiento deseado.
Perfilar oportunidades de repercusión. Repercusión en tanto que notoriedad para la audiencia a la que la organización quiera transmitir qué mensajes, con qué tono, con cuánta carga de novedad o con la singularidad que defina cada oportunidad para conseguir conectar con clientes, proveedores o personas externas a la empresa.
Identificar receptores. Para lo cual, la estrategia previa al lanzamiento de cualquier campaña o departamento de comunicación habrá de identificar claramente quiénes serán el objeto del impacto. Algo que se conocerá a partir de la segmentación que hagamos en función de los intereses y de la ubicación geográfica de los destinatarios; así como de los soportes que estos consumen cuando acceden a contenidos relacionados con la actividad de la empresa o de su sector.
Evaluar el retorno. En el ‘después’ de los hitos que contenga la planificación estratégica es donde, con más o menos profusión temporal, con mayor o menor frecuencia de análisis de la repercusión obtenida por su puesta en práctica, será lo que permita evaluar el retorno obtenido para la empresa. Retorno cuantitativo, a partir de la notoriedad obtenida, de la audiencia impactada y de las ventas cosechadas gracias a su implementación. Como retorno cualitativo, por el refuerzo de intangibles de los valores corporativos o del sentimiento positivo aparejado a la marca o empresa consecuencia de la puesta en marcha de la estrategia.