Las plataformas, los periodistas, el poder y las marcas

ESCAPARATESHace un tiempo el semanario digital 360 Grados Press recogió el testimonio de Gerardo  Albarrán sobre el uso que podían dar los periodistas a las diferentes plataformas para ejercer la profesión sin tener que ponerse límites por el desconocimiento de los nuevos lenguajes, hoy ya consolidados.

Precisamente, los periodistas enriquecen el ejercicio autónomo de su cometido, solapado a enfoques especializados para audiencias más segmentadas y fieles a una firma construida por el profesional en su apuesta por tener una reputación online creíble. Y gracias a las nuevas tecnologías; pierden las empresas informativas tradicionales, basadas en modelos obsoletos de captación de inversiones para su subsistencia, hasta el punto de sacrificar la calidad del contenido para conseguir ese fin.

El protagonismo lo tiene la firma más que el nombre de la cabecera. Por eso algunos medios, aunque tarde, han reaccionado y han dado protagonismo al autor de las informaciones, al contenido, a la calidad del enfoque, a la exclusividad de textos alejados del ‘copiapega’.

En este contexto de reinvención consolidada, encontramos dudas paralelas como la planteada por un perfil ajeno a la profesión en una conversación doméstica: ¿los privilegios tradicionales de las instituciones y políticos para con los plumillas también se matizarán? Por ejemplo, esta persona ejemplificó que en Francia los periodistas gozan de una importante rebaja fiscal por el mero hecho de ejercer una profesión considerada por los gobernantes como un elemento “sobornable” dentro de la concepción más tradicional del cuarto poder.

Pero si el concepto tradicional del ejercicio ha cambiado, es de suponer que también se matizarán privilegios como el apuntado u otros que a cualquier periodista que lea estas líneas le vendrán a la cabeza sin necesidad de mirar más allá de nuestras fronteras.

De hecho, las marcas han tomado el mando y son quienes se postulan como mecenas de la construcción de contenido de calidad solapado indirectamente a quien lo paga. Y parece que en este nuevo terreno de juego la independencia del periodista es mayor que la que se les presuponía a los nombres de las cabeceras tradicionales que la practicaban (a aparentaban practicar).

Posted by @os_delgado

Entiendan a los periodistas, por favor

la foto copia 12Actualmente, quien tiene un trabajo es un ser afortunado. Y la suerte le sonríe doblemente cuando, además, éste es remunerado. Por lo menos, así sucede en el periodismo. Y hago un tempranero paréntesis: que conste que, aunque nos centremos en nuestro ámbito para el caso, somos conscientes de que también ocurre en unas cuantas profesiones más. Paciencia, camaradas. Dicho esto:

Bien por tradición o por seguridad, los periodistas tendemos a buscar hueco en los medios consolidados para que nuestro trabajo y nuestra firma lleguen a un público garantizado. Blogs y redes sociales han abierto una brecha en este sentido, pues ya no se precisa de un sello mediático detrás para que una información circule o para crear una marca personal. En cualquier caso, no nos engañemos: el mero hecho de que nuestro nombre figure en una pieza de un medio con arraigo – de esos que hemos leído e, incluso, estudiado durante años – representa una dosis de éxtasis para nuestro ego que pocas experiencias pueden igualar. Sí, el mundo nos ha hecho así, ¿qué le vamos a hacer?

Conscientes de ello, y de que cuentan con una estructura más afianzada que otras plataformas, muchos medios aprovechan para tender la mano a los profesionales de la información sin nada más a cambio que eso mismo: una mano vacía. Y, encima, parece que tenemos que darles las gracias por habernos dejado la puerta abierta, cuando ellos son los primeros que nos necesitan para funcionar. Pero no quiero aburrir a los lectores con una nueva entrada acerca de nuestro grito de guerra #gratisnotrabajo – el cual no debemos olvidar en el gremio, por supuesto –, sino que me gustaría hacerles reflexionar más allá.

Recientemente, leí este artículo titulado Las prácticas no remuneradas y la cultura del privilegio están arruinando el periodismo. Aunque lo recomiendo en su totalidad, me gustaría destacar el siguiente párrafo: «Por tanto, ¿por qué usted, el lector, debería preocuparse por unas prácticas no remuneradas en trabajos que no quiere? Éstas han perjudicado sobremanera el tejido del periodismo y han cambiado la forma en que los temas son contados y la calidad del producto que usted consume a diario».

Lo cierto es que ha llegado un momento en que la figura del becario no puede estar más menoscabada: estos pobres inocentes no sólo aceptan unas prácticas gratis con la promesa de recibir una formación, sino que muchas veces ésta consiste en aprender a buscarse la vida por su cuenta, ya que desde el primer minuto les exigen responder como si de uno de los trabajadores en nómina se tratase. Eso sí, ellos, respaldándose en una experiencia previa que en muchos casos es mínima o nula y por amor al arte, claro.

Como muchos habréis notado, la tendencia se está extendiendo por las redacciones en su conjunto. Porque, compañeros, nadie es intocable hoy en día. Así, no sólo la sombra de los despidos en serie se cierne sobre todos nosotros, sino también suceden inesperadas rebajas de sueldo, exigen que nos convirtamos en máquinas multitarea o nos proponen interesantes colaboraciones por módicos e insultantes precios.

Con todo, entre la situación de los recién llegados y la de los veteranos, el periodismo no puede ser lo que un día fue. Por eso, creo que los periodistas deberíamos asumir que nuestro sueño en los grandes medios ya no es tan importante y, también, aprender que no dependemos exclusivamente de ellos. En definitiva, toca hacerse valientes y emprender individual o colectivamente. Y es en esto, querido lectores, en lo que nos podéis ayudar mucho: confiad más en las pequeñas alternativas, publicitad la calidad cuando la encontréis y, por favor, no seáis reacios a pagar por lo que os guste. Porque la inversión inicial puede correr de nuestra cuenta, pero llevar adelante un  proyecto y seguir realizando buena información no es sencillo ni, mucho menos, barato.

En fin, no quiero abusar más de vuestra atención. Me conformo con saber que hoy pensaréis en que los periodistas – como todo mortal – necesitamos parné para comer. Próximamente, reclamaré vuestra comprensión respecto de los arrestos y los golpes impunes que también recibimos en el ejercicio de nuestra profesión, los cuales merman un derecho común: el de la libertad de información. Pero, como os he dicho, hoy no quiero abusar.

Posted by @LaBellver

Algunas ventajas periodísticas de Google+

SOMA GPlusLa red social de Google nació hace casi dos años bajo el mismo escepticismo con el que aún hoy muchos early adopters y perfiles influyentes lo abordan. Con todo, G+ llegó para quedarse y para superar los tópicos que se han generalizado en la red, del estilo que es una ciudad fantasma o una gasolinera de lujo en medio del desierto. De ahí la apuesta que ha hecho por integrar todos los servicios en una misma plataforma y de condicionar el uso de cualquiera de ellos a un paso necesario por esta singular red social que fomenta la exploración «posicionadora» y cuyo potencial periodístico se hace evidente en algunas de las siguientes prestaciones:

Enfoques y fuentes. Google+ es una potente herramienta de búsqueda, de exploración social, de contactos, de fuentes distintas  a las tradicionales (incluso a las surgentes de otros canales sociales). Asimismo, el periodista, en cualquiera de las secciones en que se ubique dentro de la plataforma, puede clasificar su valiosa agenda de contactos segmentada (círculos), conservar las búsquedas que emprenda por categorías, personajes, comunidades o hangouts y jerarquizar posteriormente la intensidad de actualizaciones para una lectura sin ruido relacionada con las novedades de su área de especialización.

Audiencia a la carta. Tanto el profesional de la comunicación que trabaje su propio canal especializado en el ámbito digital como el plumilla que trabaja en un medio tradicional o para varias cuentas desde una agencia de RRPP y contenidos, encuentra en Google+ la posibilidad de mantener un trato cara a cara con los destinatarios potenciales de sus mensajes. Gracias a la segmentación que posibilita la plataforma para conversar, compartir, opinar o publicar novedades, una buena estrategia de dinamización de contenido puede conseguir dar con la audiencia adecuada sin generar ruido entre otros perfiles a los que no interese la información.

Tertulia periodística. Para los amantes del medio radiofónico, cada vez más musculado frente a las amenazas que la historia le ha ido atribuyendo y de las que ha salido siempre airoso, Google+ da un paso más al permitir retransmisiones en directo y con imágenes de debates especializados con los actores que protagonizan determinado sector, en tiempo real y sincronizado vía Youtube. Con un poco de imaginación, sentido común y una buena agenda de contactos, el periodista puede convocar un debate de calidad con prescriptores adecuados. Si, además, lo sabe dinamizar previamente y generar expectación a través del propio canal o de otros donde esté presente obtendrá el beneplácito de la audiencia. Como guinda, podrá escribir una síntesis o crónica del resultado y publicarlo en su blog o medio (digital o tradicional).

Posted by @360gradospress

La importancia de la cualificación periodística

El contenido hoy en día discurre por los cauces tradicionales y por las comunidades online bajo representaciones diversas, en las que no siempre la calidad, la credibilidad o la confianza del lector están garantizadas. El papel del periodista en este capítulo es necesario para ordenar esa realidad construida entre todos pero sin un orden, sin una intencionalidad informativa, sin el necesario apoyo del contraste, del criterio deontológico o de la presentación sintética del acontecer.

Nadie mejor que un profesional de la comunicación cualificado para ejercer la responsabilidad de ordenar todo ese mostrenco informativo para presentárselo a la misma audiencia de la que fluyen los mensajes de una forma valorativa, relexiva, contextualizada y veraz. Afrontamos tiempos de sobrecarga de información, de transición de soportes periodísticos, de dudas sobre la viabilidad del concepto tradicional de empresa informativa; pero de lo que la sociedad no debe tener dudas es de la capacidad del periodista para traducirles los hechos que marcan nuestro día a día.

Posted by @os_delgado

Periodistas, ¿emprendedores?

img_14805No, no es sencillo emprender. Tampoco lo ponen fácil las distintas administraciones. La burocracia es el enemigo público de siempre pero disfrazado de crisis. Ser recaudador del fisco no es algo que agrade a nadie. Pagar igualmente aun sin haber cobrado las facturas, tampoco. Prevenir los riesgos laborales  y someterse a sesiones interminables de papeleos cargados de obligaciones, derechos, compromisos y otras recetas de guardar en letra grande y pequeña, lo mismo. Olvidar el sentido ocioso de los domingos o abandonar las tareas básicas del hogar, un plato de mal gusto.

No, no es sencillo emprender. Menos todavía si la formación del emprendedor está alejada de la gestión y administración de empresas. O si el perfil del nuevo empresario es “más de letras que de ciencias”. Y si encima es una persona poco organizada, que habitualmente no apunta las cosas, no usa agenda o tiene un sentido del orden un poco difuso, más difícil todavía. Tampoco es fácil si desconoce el significado de palabras como pignorar, factoring, financiación denegada… O de cualquier otro vocablo empleado en la España de la crisis para darte con la puerta en las narices.

No, no es sencillo emprender.  Y si encima eres plumilla, más difícil todavía.  Pero si el reto nace de un grupo de periodistas, de amigos, de compañeros de carrera, de afectados por un ERE tradicional… y prueban en equipo una apuesta especializada, de contenido de calidad en cualquiera de sus modalidades de financiación (la mejor, tirar de bolsillo propio), quizás la espita del éxito se abra de manera buscada (que no inesperada).

¿Quién prueba?

Libros de periodismo tradicional

la foto copiaNo es extraño que el periodista de trinchera conserve celosamente en alguna estantería, caja o vitrina los libros que marcaron su etapa de estudiante en la facultad, antes de que la transición de soportes se impusiera y convirtiera en paja gran parte del contenido de esos títulos.

Con todo, algunos mantienen la vigencia del consejo, del contexto, del matiz deontológico y de las reglas de juego periodísticas, virtudes que se ubican por encima de las plataformas en que se ejerza hoy en día la profesión.

Títulos tradicionales que mantienen la magia aleccionadora en el contexto actual de efervescencia digital, de medios sociales, de inmediatez demandada a gope de tuit o de retransmisiones del todo desde la nada de un smartphone, de comunicadores permanentes a la búsqueda de una reordenación de las reglas del juego informativas.

De la colección de joyas periodísticas tradicionales que, a nuestro entender, conservan la vigencia prescriptora de buena praxis periodística rescatamos en este Día del Libro los siguientes títulos:

Para entender la radio, de Arturo Merayo

La columna periodística: teoría y práctica, Fernando López Pan

Los cínicos no sirven para este oficio, Ryszard Kapuściński

Curso general de redacción periodística, José Luis Martínez Albertos

Estilo y géneros periodísticos, Josep Maria Casasús y Luis Núñez Ladevéze

Abierta dejamos la espita del post para que añadáis los títulos que os hayan marcado en vuestra trayectoria periodística.

¡Feliz Día del Libro!

Tics del periodismo tradicional en gabinetes institucionales

Gabinete de prensa Soma Comunicación“Queremos hacer una entrevista a…”. En ese momento, el periodista que se encuentra al otro lado del teléfono deja de escuchar a su colega y, como un teleoperador de compañía telefónica con la chuleta de respuestas a preguntas frecuentes en la mano, responde: “Mándame la petición por correo electrónico –hasta hace unos días incluso por fax-, la descripción del medio de comunicación, la radiografía de la primera comunión del compañero que la va a hacer y las preguntas que le quiere plantear a nuestro ilustrísimo y honorable protagonista. Muchas gracias y estamos en contacto”.

Con el grado de hipérbole, sorna e ironía necesarios para asimilar sin ponernos demasiado serios este modus operandi heredado del pleistoceno periodístico, del ansia de control institucional por todo lo que se publica, de la ignorancia de ese flanco tradicional de la profesión en relación a la apertura de enfoques, fuentes y recursos cualificados que se obtienen a través del ámbito digital, planteamos una rutina que, muy a pesar de los que desde esos ámbitos gritan por la supervivencia del periodismo en formato de comunicado institucional que reza sobre lo que es políticamente correcto para los profesionales de la comunicación,  es habitual encontrar todavía cuando un periodista solicita una entrevista a otro periodista.

A veces se escucha el sonido del eco del búnker o el del rodillo oficial con el que todo lo quieren impregnar los gabinetes institucionales, incluso con su desembarco como elefantes en cacharrería en la fluidez e inmediatez informativas de los canales sociales. Cuando realmente se olvidan de que el cambio de mentalidad tradicional que ha salpicado los medios tradicionales también ha de comenzar a implementarse en su funcionamiento ordinario. No es tanto estar también con el mismo tic ahora en estas plataformas, sino cambiar la mentalidad y adaptarla, por el bien de sus representados e instituciones, a la frescura de los nuevos tiempos.

De lo contrario, comunicarán formatos de relación con los medios de comunicación ajenos a las rutinas que abren las nuevas plataformas periodísticas, las nuevas fuentes, los nuevos enfoques, las nuevas realidades alejadas de los tambores oficiales y con mayor carga informativa y con más calidad que la que pueden seguir ofreciendo desde ese comportamiento retrógado los gabinetes institucionales mal adaptados a la segunda década del siglo XXI.

Foto: Instagram 360gradospress

La importancia de la fotografía de prensa

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Fotografía de prensa

Fotógrafos de prensa en una cobertura.

La fotografía periodística es clave para la contextualización del acontecer, tanto desde el punto de vista de la cobertura que realiza el profesional a pie de campo, en lugares donde va a rescatar la instantánea o fotonoticia, como en los puntos a donde son convocados los profesionales de la comunicación para informar sobre un acto, evento o rueda de prensa.

Desde el lado del convocante, contar con un fotógrafo profesional de prensa será una de las cuestiones que habrá de incluir en la planificación estratégica de comunicación del evento. Un particular anecdótico para muchos y que no ha de ser pasado por alto porque el lenguaje fotoperiodístico alimenta con calidad el contexto informativo y la proyección de un cuidado por la imagen de la marca o cliente en el hecho noticiable.

Es por ello que los gabinetes de prensa o las agencias que ofrecen el servicio de oficina de prensa externo han de tener en cuenta que de nada sirve tener muy bien trazadas todas las guías de la planificación en la relación mantenida con los medios de comunicación si cuando les remiten la nota de prensa, el dossier o el resumen de la convocatoria, éstos no van acompañados de unas fotografías de calidad y ‘publicables’.

Por muy bien que estén redactados los ejes informativos que han protagonizado la convocatoria, si se acompañan de una fotografía de mala calidad periodística, la fuerza prescriptora del contenido puede verse condicionada.

El apellido de la fotografía ha de ser calidad periodística y, en la medida de lo posible, se ha de encomendar a un fotoperiodista con experiencia en medios de comunicación porque nadie mejor que él para saber los encuadres de la noticia, la iluminación adecuada, el peso de las imágenes para tener calidad publicable, la inmediatez con la que las redacciones necesitan el material gráfico o el encuadre que mejor informa del hecho noticiable.[/fusion_builder_column][/fusion_builder_row][/fusion_builder_container]

Contenido WordPress para periodistas

Aquí os dejamos la presentación que utilizó Óscar Delgado en el taller de WordPress para Periodistas que impartió para la Unió de Periodistes Valencians en la Facultad de Filología y Comunicación de la Universitat de València el pasado lunes 4 de marzo de 2013.

Las diapositivas recogen los puntos 1 y 3 del taller y corresponden al aspecto más cualitativo de la tarea del periodista en la plataforma WordPress, con el valor añadido de su firma, agenda, influencia y calidad redaccional como principales armas para ganarse un hueco especializado en la blogosfera.

Antes, y como elemento primordial de su labor, el profesional de la comunicación ha de fijarse una hoja de ruta que contemple los objetivos que pretende alcanzar con su bitácora, la audiencia a la que quiere dirigirse, como quiere posicionar su identidad profesional en el ámbito digital y, entre otros aspectos, con qué periodicidad va a medir si las pretensiones iniciales van encajando con la evolución e incidencia alcanzadas por sus artículos publicados.
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Los puntos 2 y 4 del programa (configuración de WordPress.org, SEO/SEM y monetización), recogido en la primera diapositiva, fueron impartidos por Javier Cebrián y Dani Ortega respectivamente.[/fusion_builder_column][/fusion_builder_row][/fusion_builder_container]

Esto no rueda entre la prensa

img_16315Uno de los momentos cruciales en cualquier periodista en formación que se precie es cuando toca afrontar la primera cobertura a solas. Generalmente – o, por lo menos, así fue en mi caso –, una rueda de prensa suele plantearse la prueba de fuego perfecta según los mentores. Por ello, la orden de acudir a alguna convocatoria no tarda en llegar. Estar a tiempo en el lugar adecuado es la cuestión causante del primer sudor frío. Ya una vez ubicados en el terreno, toca lidiar con ese sentimiento de principiante frente al resto de profesionales. En algunos casos, la paranoia llega hasta el punto de creer que pueden leer en tu cara que es tu primera vez. Quizá, la presión por tomar bien las notas y dar con la parte clave de la declaración sean las preocupaciones más delatadoras. Sea como fuere, con más o menos soltura, la gran mayoría superamos la prueba. Así, en la segunda y tercera cita la ilusión ya se entremezcla con algo de aplomo. Sin embargo…

Sin embargo, pocas ruedas más tarde, la realidad nos sacude: salvo contadas excepciones, estos encuentros son de lo más mecánico. Asistir, escuchar, tomar nota y darle forma al llegar a redacción. Se trata del primer desencanto con dicho concepto, el cual puede ser mucho más acusado si la experiencia se ha escrito en el ámbito de la política. Tener que seguir el evento a través de un monitor, innovación acuñada recientemente por el presidente del Gobierno – muchas gracias, Mariano, te has lucido – no es más que la punta del iceberg de los espectáculos que organizan los partidos políticos en materia de comunicación.

Aparte de todo ello, y como muchos estaréis pensando, el colmo del desengaño es otro: las ruedas de prensa sin preguntas. Sí, esa práctica que se contradice por definición – para quienes no lo tengan claro, decir que la prensa no es una masa abstracta, sino un grupo de profesionales experimentados en recabar información planteando cuestiones – y que de un tiempo a esta parte ha sido tendencia en determinados sectores. Da la sensación de que algunos callan al periodista como si se quitasen una piedra del zapato. “Aquí hay algo que me molesta. ¡Fuera!”, dirán en ambos casos. Parecen ignorar que los periodistas tenemos más vida que un pedrusco y podemos responder por otros medios, como no acudir a su llamada. En otras palabras: les podemos negar esa ansiada atención mediática, vaya.

Más allá de esto, en relación a las ruedas de prensa también cabría destacar esa extendida creencia de panacea. “Quiero lanzar un mensaje o promover mi empresa, así que convoco a los medios – que es coser y cantar – y arreglado”, piensan unos cuantos. Si aún no se habían dado cuenta, siento comunicarles que no es así. Los periodistas no caemos en cualquier cebo – o, por lo menos, lo intentamos –, sino que precisamos de un gancho certero. Y si antes ya nos esforzábamos por ser selectivos, mucho más ahora, que los miembros de la redacción escasean cada vez más y es físicamente imposible estar en todo.

Quede claro que no quiero significar que las ruedas de prensa no sirven para nada, ni mucho menos pretendo abanderar un movimiento a favor de su desaparición. Por el contrario, considero que esta práctica puede ser muy útil si se plantea adecuadamente: abordar una cuestión de interés público, igualdad de condiciones para todos los medios, posibilidad de preguntar a los ponentes… De hecho, cuento en mi breve experiencia con algunas de esas excepciones que apuntaba al principio. No sé si es relevante, pero matizo que la mayoría correspondientes al ámbito de la cultura. En cualquier caso, como siempre, esta no es más que mi modesta opinión. Hubiese convocado una rueda de prensa para compartirla, pero dudo que os hubiese dejado preguntar (guiño, guiño).

Posted by @LaBellver – Photo by @Marga_Ferrer