Desenlace liguero, arte, tradiciones y periodismo

logo dearteEl mes de abril coincidente con año de Mundial de fútbol siempre apareja una agenda fuertes emociones para los amantes del deporte rey. Las coberturas informativas de la agencia apuntarán hacia el desenlace del campeonato de Liga BBVA y la final de la Copa del Rey, que coincidirá también con tiempo de tradiciones, viajes, procesiones y romerías propias de Semana Santa.

Asimismo, la atención sobre los actos relacionados con las nuevas plataformas a disposición de los periodistas volverá a ser prioridad Las II Jornadas de Periodismo de Datos y Open Data, que acogen Madrid y Barcelona entre el 24 y el 27 de abril, así como el V Encuentro Periodistas versus Gabinetes, que se celebra en la UCM el 29 de abril, acapararán la atención de Soma Comunicación.

Por último, el arte cobra protagonismo este mes con la inauguración en Madrid, Soria y Medinaceli de la XIII Feria DeArte. Una cita en la que la agencia pondrá el foco, como también en la nueva etapa creativa del artista madrileño Jorge Morgan.

Tanto en las jornadas futbolísticas como en los actos de las fechas festivas más señaladas del calendario, Soma Comunicación ofrece un dispositivo especial bajo demanda para dar cobertura informativa a los hitos que quiera el cliente (medio de comunicación, empresa o institución).

2013 en 13 tuits

Se acerca 2014, así que es tiempo de rememorar y de recopilar lo que ha sido 2013. Desde este pequeño rincón de internet hemos querido hacer el repaso al año que pronto quedará atrás a golpe de tuit. Trece mensajes de 140 caracteres que recuerdan algunas de las noticias que 2013 nos dejará para siempre como legado.

Enero

El primer mes de 2013, entre otras muchas cosas, nos dejó el cuarto Balón de Oro consecutivo para Leo Messi, que superaba de esta forma a Johan Cruyff, Marco van Basten y Michel Platini en número de galardones.

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Febrero

Entre atentados, pruebas nucleares coreanas y la renuncia del Papa Benedicto XVI por razones de salud, ‘Argo‘ se alzaba con la estatuilla a mejor película en la gala de los Oscar.

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Marzo

Posiblemente el mes con más carga informativa del año. El 5 de marzo fallecía en Caracas, a los 58 años de edad y tras 14 de gobierno, el presidente venezolano Hugo Chávez. El 13 de marzo el cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio era elegido Papa y adoptaba el nombre de Francisco.

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Abril

El 15 de abril un atentado terrorista dejaba 3 muertos y decenas de heridos junto a la línea de meta del Maratón de Boston.

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Mayo

El 25 de mayo, el Bayern de Munich de Jupp Heynckes, con el español Javi Martínez en sus filas, se alzaba con la Champions League tras derrotar por 2-1 al Borussia Dortmund en Wembley.

tweetmayo

 

Junio

El 12 de junio se anunciaba oficialmente la entrada de Letonia en el Euro en 2014, convirtiéndose en el miembro número 18 de la unión monetaria europea.

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Julio

El 24 de julio un tren Alvia descarrilaba en Santiago causando la mayor tragedia ferroviaria de España. 79 personas perdieron la vida en aquel día negro.

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Agosto

Siria, que no deja de ser noticia durante todo 2013, vuelve a las primeras páginas tras la muerte de 1400 civiles por un ataque con armas químicas. Una noticia que conmociona al mundo.

tweetagosto

 

Septiembre

El 7 de septiembre en Buenos Aires, Tokyo es elegida como sede para los Juegos Olímpicos de 2020. Madrid volvía a quedarse a las puertas.

tweetseptiembre

 

Octubre

El mundo se cubría la cara de horror y vergüenza tras la muerte de al menos 339 inmigrantes al hundirse la barca en la que intentaban alcanzar la costa de Lampedusa.

tweetoctubre

 

Noviembre

El 29 de noviembre Canal 9 cortaba su emisión tras 24 años de funcionamiento, convirtiéndose en la primera televisión pública en cerrar sus puertas en España.

tweetnoviembre

 

Diciembre

El 5 de diciembre fallecía en  Johannesburgo a los 95 años de edad Nelson Mandela, todo un símbolo mundial de la lucha por las libertades y la igualdad.

tweetdiciembre

 

Posted by @acordellat

 

Cuestión de foco, cuestión de tiempo

ArezzoHay una teoría no escrita (o sí) referida a que lo cercano interesa, y mucho. Cuanto más alejas el foco, menos atención acapara el hecho informativo. De eso siempre se ha aprovechado el emisor (grandes empresas, gobiernos menudos –y menudos-) de mensajes institucionales, como lo ha hecho de la tiranía que significa sugerir la publicación de determinados contenidos bajo la amenaza de dejar aislado del mapa de aplausos dinerarios al receptor (el medio de comunicación).

Son circunstancias con las que siempre han convivido los medios de comunicación, por lo menos en su versión tradicional, cercana, local. Esa misma tiranía es la que, hoy por hoy, les aboca a verse inducidos a tomar decisiones determinantes, que rompen con los modelos heredados del pasado.

Por un lado, han de sopesar cuál es su nuevo ámbito de influencia, hasta dónde han de informar, a quiénes comunicar las novedades, bajo qué representación, en qué canales o plataformas difundir antes los mensajes y repensar la calidad de los contenidos hacia tendencias más especializadas, dibujadas al antojo de la carta de sugerencias de una audiencia cada vez más crítica, dispersa y voraz de la inmediatez que todo lo empapa.

Porque el nuevo foco de la actualidad en teoría la marcan los medios; el problema es la resistencia que son capaces de poner o hasta qué límite pueden aguantar sus maltrechas arcas para soportar una transición que aún permite a las fuentes tradicionales seguir presionando e induciendo contenidos, con todas sus imposiciones, como si no fueran sabedoras de que el contexto hubiera cambiado, apropiándose sin traducción previa de los canales incipientes con el mismo lenguaje de siempre.

Un comportamiento que les sigue funcionando a dichos emisores porque aún sigue habiendo medios cómplices que se resisten a convivir con los sinónimos de comunidades globales y locales, de plasmar la voz de actores de nuevo cuño con capacidad de influencia en sectores silenciados hasta hace dos días, de incluir nuevas formas de financiación amigas de la independencia perdida en el limbo de rotativas ancladas en líneas editoriales vetustas y masticadas.

Con todo, es una cuestión de foco, el mismo que pone las miras en el futuro de una profesión, la periodística, con ganas de recuperar la senda de la credibilidad, de la estabilidad y de la confianza de inversores que respeten el quehacer informativo de los profesionales y el derecho a la información de los lectores.

Posted by @os_delgado

Cuando a los periodistas nos dan calabazas

rupertaUn hecho insólito en mi (breve) trayectoria profesional aconteció hace apenas unos días. Preparaba un artículo acerca de una particular tradición cultural, así que traté de ponerme en contacto con asociaciones que trabajan por su preservación. Era una de esas semanas en las que la agenda se había confabulado en mi contra, de manera que realicé las correspondientes gestiones a última hora – los periodistas cultivamos el arte de vivir al límite –. Por eso mismo, contaba con alguna negativa de antemano: cerrar una entrevista de un día para otro a veces es físicamente imposible, ya que el resto de la humanidad también tiene su propia agenda.

Cuál fue mi sorpresa cuando obtuve dos respuestas poco después de lanzar mi oferta: una afirmativa – gracias a lo cual pude sacar el tema adelante – y otra con una ambigua denegación: decían estar “encantados” de atenderme siempre que garantizase que el contenido y las fotografías fuesen “respetuosos con la tradición” – hasta aquí todo bien –, de manera que se prestaban a leer mi reportaje y asesorarme – “Can you repeat, please?”, pensé –. Creí entender bien que se trataba de una mera revisión del escrito sin ánimo alguno de responder una pregunta, pero de todos modos me decidí a llamar para confirmarlo. Sí, quería desplegar mis dotes de persuasión

Y no sólo me di cuenta de que no tengo tantas como creo – reconozco que esto representó un duro golpe para mi ego –, sino que también hay mucha gente resentida con el periodismo. Me explico: el señor en cuestión afirmaba estar cansado de leer información errónea sobre el asunto en cuestión, ya que en su opinión los periodistas tendemos a usar términos inapropiados para el caso. Esto, en resumidas cuentas, claro. Porque en la realidad todo ello cayó sobre mí en forma de intenso sermón telefónico, el cual tuvo ‘momentazos’ como éste – y cito textualmente –:

–      Me hace mucha gracia cuando decís que os estáis documentando. A ver, ¿en qué se está basando usted?

–      Bueno, justamente estoy llamando a instituciones como la que usted trabaja para obtener información de la mano de profesionales, lo cual me está negando.

La conversación terminó poco después – prometo que fue en un tono muy educado por ambas partes – y acto seguido me vino a la cabeza la reflexión que hoy quiero compartir con vosotros: obviamente, toda persona tiene el derecho a decidir si quiere ser o no ser entrevistada – eso se da por descontado: los periodistas proponemos, no imponemos –, pero considero que los argumentos de este caballero no se sostenían. Básicamente, porque como fuente de información tenía el poder de cambiar esa dinámica que denunciaba.

Como en todo, hay periodistas mejores y peores. Y, como todos, los periodistas tenemos días buenos y malos. No obstante, me atrevo a afirmar que gran parte de mis compañeros de profesión tratan siempre de abordar los asuntos con la mayor diligencia posible. Y sí, habéis leído bien: aunque la mala información abunda, me gusta pensar que los plumillas del ‘lado oscuro’ son minoría. Siento que a veces las experiencias no sean positivas, pero cuando se dice “no” a un periodista se puede estar perdiendo la oportunidad de repartir veracidad o, en todo caso, de proporcionar otra perspectiva a la sociedad.

Con todo, llamadme interesada si queréis, pero os pido que penséis dos veces antes de darle calabazas a un periodista.

PD: Para aquellos que aún guarden reticencias añado que si se publica algo incorrecto, el entrevistado tiene los derechos de réplica y rectificación.

PPD: Las revisiones de los artículos que frecuentemente nos piden a los periodistas tienen una entrada pendiente. “Cuando los periodistas dan calabazas” podría ser un buen título.

Posted by @LaBellver

La letra pequeña de la prensa de papel en los locales (públicos)

quisocoRecuerdo cuando en la carrera se nos diferenciaba a los alumnos de Periodismo entre los conceptos difusión y tirada. El primero hace referencia al número de ejemplares vendidos de un periódico, incluso a la audiencia estimada que alcanza cada uno; mientras que el segundo lo hace al número de diarios que salen de la rotativa en condiciones de ser vendidos. Ambas vertientes han sido utilizadas tradicionalmente por las cabeceras para jugar con la competencia en cuanto a alcance, lectores y repercusión se refiere, abusando incluso de la inocencia de la audiencia real a la hora de aprovecharse de los matices que diferencian a una y otra circunstancia.

El juego de las ventas y de la difusión disfrazada siempre ha justificado lucir mejor tarjeta de presentación frente a anunciantes, instituciones, votantes, amigos y otros simpatizantes de guardar, pero en los tiempos actuales de reinvención de formatos la película ya no cuela, ni por las ventas reales, ni por la audiencia estimada, ni por muchos de los ejemplares que se tiran desde la rotativa (una vez devueltos a la basura, al archivo, a reciclar o a usos más comunes que al de la lectura de las páginas de un periódico).

El termómetro de cuántos lectores leen un periódico tampoco sirve ya para matizar la difusión. Si antes se hacía una estimación de que cada ejemplar lo podían llegar a leer entre 3 y 8 personas; hoy en día es difícil encontrar un periódico; ni siquiera en los sitios donde tradicionalmente mejor se hacían dichas estimaciones, esto es, en los bares. Y no es porque el primer cliente de la mañana lo introduzca discretamente en su bolso, sino más bien porque ya ni siquiera se compra la prensa en estas plazas públicas.

Con todo, hay países a priori más ricos (y con la misma crisis que en España, aunque enmascarada) que conservan la costumbre de ofrecer un abanico de rica miel periodística a sus clientes en los sitios públicos. Quien más, quien menos, encuentra por ejemplo en Italia la posibilidad de leer la prensa local, nacional y deportiva tanto en locales más discretos de poblaciones de menos de 20.000 habitantes hasta en los más vestidos de las capitales de provincia. En el país transalpino todavía se lee la prensa en papel, aunque sea para acceder a letras pequeñas que escapan de la inmediatez digital o del RT, a versiones contrastadas de la vida política ajetreada que todo lo empapa bajo la sombra de Il Cavaliere, o a cotilleos que siempre captan adeptos, sin fecha de caducidad.

Cuesta creer que el enfoque periodístico prevalezca sobre la novedad, pero quizás este ejercicio empírico de vocación antropológica, a pie de campo, pueda hacernos pensar en que no pese tanto la inmediatez como la costumbre; no proyecte tanto interés –que también- el dar primero, sino el reflexionar y contextualizar el hecho informativo; no sea tanto la caducidad, como la calidad de análisis de cuño exclusivo.

Aspectos, matices, picoteo periodístico que posan la lupa en la sociedad en cuanto que lectora de información servida en tazón exprés, con aroma a noticia caducada pero cargada de matices contextualizadores, explicativos, reportajeados.

Posted by @os_delgado

Las plataformas, los periodistas, el poder y las marcas

ESCAPARATESHace un tiempo el semanario digital 360 Grados Press recogió el testimonio de Gerardo  Albarrán sobre el uso que podían dar los periodistas a las diferentes plataformas para ejercer la profesión sin tener que ponerse límites por el desconocimiento de los nuevos lenguajes, hoy ya consolidados.

Precisamente, los periodistas enriquecen el ejercicio autónomo de su cometido, solapado a enfoques especializados para audiencias más segmentadas y fieles a una firma construida por el profesional en su apuesta por tener una reputación online creíble. Y gracias a las nuevas tecnologías; pierden las empresas informativas tradicionales, basadas en modelos obsoletos de captación de inversiones para su subsistencia, hasta el punto de sacrificar la calidad del contenido para conseguir ese fin.

El protagonismo lo tiene la firma más que el nombre de la cabecera. Por eso algunos medios, aunque tarde, han reaccionado y han dado protagonismo al autor de las informaciones, al contenido, a la calidad del enfoque, a la exclusividad de textos alejados del ‘copiapega’.

En este contexto de reinvención consolidada, encontramos dudas paralelas como la planteada por un perfil ajeno a la profesión en una conversación doméstica: ¿los privilegios tradicionales de las instituciones y políticos para con los plumillas también se matizarán? Por ejemplo, esta persona ejemplificó que en Francia los periodistas gozan de una importante rebaja fiscal por el mero hecho de ejercer una profesión considerada por los gobernantes como un elemento “sobornable” dentro de la concepción más tradicional del cuarto poder.

Pero si el concepto tradicional del ejercicio ha cambiado, es de suponer que también se matizarán privilegios como el apuntado u otros que a cualquier periodista que lea estas líneas le vendrán a la cabeza sin necesidad de mirar más allá de nuestras fronteras.

De hecho, las marcas han tomado el mando y son quienes se postulan como mecenas de la construcción de contenido de calidad solapado indirectamente a quien lo paga. Y parece que en este nuevo terreno de juego la independencia del periodista es mayor que la que se les presuponía a los nombres de las cabeceras tradicionales que la practicaban (a aparentaban practicar).

Posted by @os_delgado

Entiendan a los periodistas, por favor

la foto copia 12Actualmente, quien tiene un trabajo es un ser afortunado. Y la suerte le sonríe doblemente cuando, además, éste es remunerado. Por lo menos, así sucede en el periodismo. Y hago un tempranero paréntesis: que conste que, aunque nos centremos en nuestro ámbito para el caso, somos conscientes de que también ocurre en unas cuantas profesiones más. Paciencia, camaradas. Dicho esto:

Bien por tradición o por seguridad, los periodistas tendemos a buscar hueco en los medios consolidados para que nuestro trabajo y nuestra firma lleguen a un público garantizado. Blogs y redes sociales han abierto una brecha en este sentido, pues ya no se precisa de un sello mediático detrás para que una información circule o para crear una marca personal. En cualquier caso, no nos engañemos: el mero hecho de que nuestro nombre figure en una pieza de un medio con arraigo – de esos que hemos leído e, incluso, estudiado durante años – representa una dosis de éxtasis para nuestro ego que pocas experiencias pueden igualar. Sí, el mundo nos ha hecho así, ¿qué le vamos a hacer?

Conscientes de ello, y de que cuentan con una estructura más afianzada que otras plataformas, muchos medios aprovechan para tender la mano a los profesionales de la información sin nada más a cambio que eso mismo: una mano vacía. Y, encima, parece que tenemos que darles las gracias por habernos dejado la puerta abierta, cuando ellos son los primeros que nos necesitan para funcionar. Pero no quiero aburrir a los lectores con una nueva entrada acerca de nuestro grito de guerra #gratisnotrabajo – el cual no debemos olvidar en el gremio, por supuesto –, sino que me gustaría hacerles reflexionar más allá.

Recientemente, leí este artículo titulado Las prácticas no remuneradas y la cultura del privilegio están arruinando el periodismo. Aunque lo recomiendo en su totalidad, me gustaría destacar el siguiente párrafo: «Por tanto, ¿por qué usted, el lector, debería preocuparse por unas prácticas no remuneradas en trabajos que no quiere? Éstas han perjudicado sobremanera el tejido del periodismo y han cambiado la forma en que los temas son contados y la calidad del producto que usted consume a diario».

Lo cierto es que ha llegado un momento en que la figura del becario no puede estar más menoscabada: estos pobres inocentes no sólo aceptan unas prácticas gratis con la promesa de recibir una formación, sino que muchas veces ésta consiste en aprender a buscarse la vida por su cuenta, ya que desde el primer minuto les exigen responder como si de uno de los trabajadores en nómina se tratase. Eso sí, ellos, respaldándose en una experiencia previa que en muchos casos es mínima o nula y por amor al arte, claro.

Como muchos habréis notado, la tendencia se está extendiendo por las redacciones en su conjunto. Porque, compañeros, nadie es intocable hoy en día. Así, no sólo la sombra de los despidos en serie se cierne sobre todos nosotros, sino también suceden inesperadas rebajas de sueldo, exigen que nos convirtamos en máquinas multitarea o nos proponen interesantes colaboraciones por módicos e insultantes precios.

Con todo, entre la situación de los recién llegados y la de los veteranos, el periodismo no puede ser lo que un día fue. Por eso, creo que los periodistas deberíamos asumir que nuestro sueño en los grandes medios ya no es tan importante y, también, aprender que no dependemos exclusivamente de ellos. En definitiva, toca hacerse valientes y emprender individual o colectivamente. Y es en esto, querido lectores, en lo que nos podéis ayudar mucho: confiad más en las pequeñas alternativas, publicitad la calidad cuando la encontréis y, por favor, no seáis reacios a pagar por lo que os guste. Porque la inversión inicial puede correr de nuestra cuenta, pero llevar adelante un  proyecto y seguir realizando buena información no es sencillo ni, mucho menos, barato.

En fin, no quiero abusar más de vuestra atención. Me conformo con saber que hoy pensaréis en que los periodistas – como todo mortal – necesitamos parné para comer. Próximamente, reclamaré vuestra comprensión respecto de los arrestos y los golpes impunes que también recibimos en el ejercicio de nuestra profesión, los cuales merman un derecho común: el de la libertad de información. Pero, como os he dicho, hoy no quiero abusar.

Posted by @LaBellver

Algunas ventajas periodísticas de Google+

SOMA GPlusLa red social de Google nació hace casi dos años bajo el mismo escepticismo con el que aún hoy muchos early adopters y perfiles influyentes lo abordan. Con todo, G+ llegó para quedarse y para superar los tópicos que se han generalizado en la red, del estilo que es una ciudad fantasma o una gasolinera de lujo en medio del desierto. De ahí la apuesta que ha hecho por integrar todos los servicios en una misma plataforma y de condicionar el uso de cualquiera de ellos a un paso necesario por esta singular red social que fomenta la exploración «posicionadora» y cuyo potencial periodístico se hace evidente en algunas de las siguientes prestaciones:

Enfoques y fuentes. Google+ es una potente herramienta de búsqueda, de exploración social, de contactos, de fuentes distintas  a las tradicionales (incluso a las surgentes de otros canales sociales). Asimismo, el periodista, en cualquiera de las secciones en que se ubique dentro de la plataforma, puede clasificar su valiosa agenda de contactos segmentada (círculos), conservar las búsquedas que emprenda por categorías, personajes, comunidades o hangouts y jerarquizar posteriormente la intensidad de actualizaciones para una lectura sin ruido relacionada con las novedades de su área de especialización.

Audiencia a la carta. Tanto el profesional de la comunicación que trabaje su propio canal especializado en el ámbito digital como el plumilla que trabaja en un medio tradicional o para varias cuentas desde una agencia de RRPP y contenidos, encuentra en Google+ la posibilidad de mantener un trato cara a cara con los destinatarios potenciales de sus mensajes. Gracias a la segmentación que posibilita la plataforma para conversar, compartir, opinar o publicar novedades, una buena estrategia de dinamización de contenido puede conseguir dar con la audiencia adecuada sin generar ruido entre otros perfiles a los que no interese la información.

Tertulia periodística. Para los amantes del medio radiofónico, cada vez más musculado frente a las amenazas que la historia le ha ido atribuyendo y de las que ha salido siempre airoso, Google+ da un paso más al permitir retransmisiones en directo y con imágenes de debates especializados con los actores que protagonizan determinado sector, en tiempo real y sincronizado vía Youtube. Con un poco de imaginación, sentido común y una buena agenda de contactos, el periodista puede convocar un debate de calidad con prescriptores adecuados. Si, además, lo sabe dinamizar previamente y generar expectación a través del propio canal o de otros donde esté presente obtendrá el beneplácito de la audiencia. Como guinda, podrá escribir una síntesis o crónica del resultado y publicarlo en su blog o medio (digital o tradicional).

Posted by @360gradospress

Periodistas, ¿emprendedores?

img_14805No, no es sencillo emprender. Tampoco lo ponen fácil las distintas administraciones. La burocracia es el enemigo público de siempre pero disfrazado de crisis. Ser recaudador del fisco no es algo que agrade a nadie. Pagar igualmente aun sin haber cobrado las facturas, tampoco. Prevenir los riesgos laborales  y someterse a sesiones interminables de papeleos cargados de obligaciones, derechos, compromisos y otras recetas de guardar en letra grande y pequeña, lo mismo. Olvidar el sentido ocioso de los domingos o abandonar las tareas básicas del hogar, un plato de mal gusto.

No, no es sencillo emprender. Menos todavía si la formación del emprendedor está alejada de la gestión y administración de empresas. O si el perfil del nuevo empresario es “más de letras que de ciencias”. Y si encima es una persona poco organizada, que habitualmente no apunta las cosas, no usa agenda o tiene un sentido del orden un poco difuso, más difícil todavía. Tampoco es fácil si desconoce el significado de palabras como pignorar, factoring, financiación denegada… O de cualquier otro vocablo empleado en la España de la crisis para darte con la puerta en las narices.

No, no es sencillo emprender.  Y si encima eres plumilla, más difícil todavía.  Pero si el reto nace de un grupo de periodistas, de amigos, de compañeros de carrera, de afectados por un ERE tradicional… y prueban en equipo una apuesta especializada, de contenido de calidad en cualquiera de sus modalidades de financiación (la mejor, tirar de bolsillo propio), quizás la espita del éxito se abra de manera buscada (que no inesperada).

¿Quién prueba?

Libros de periodismo tradicional

la foto copiaNo es extraño que el periodista de trinchera conserve celosamente en alguna estantería, caja o vitrina los libros que marcaron su etapa de estudiante en la facultad, antes de que la transición de soportes se impusiera y convirtiera en paja gran parte del contenido de esos títulos.

Con todo, algunos mantienen la vigencia del consejo, del contexto, del matiz deontológico y de las reglas de juego periodísticas, virtudes que se ubican por encima de las plataformas en que se ejerza hoy en día la profesión.

Títulos tradicionales que mantienen la magia aleccionadora en el contexto actual de efervescencia digital, de medios sociales, de inmediatez demandada a gope de tuit o de retransmisiones del todo desde la nada de un smartphone, de comunicadores permanentes a la búsqueda de una reordenación de las reglas del juego informativas.

De la colección de joyas periodísticas tradicionales que, a nuestro entender, conservan la vigencia prescriptora de buena praxis periodística rescatamos en este Día del Libro los siguientes títulos:

Para entender la radio, de Arturo Merayo

La columna periodística: teoría y práctica, Fernando López Pan

Los cínicos no sirven para este oficio, Ryszard Kapuściński

Curso general de redacción periodística, José Luis Martínez Albertos

Estilo y géneros periodísticos, Josep Maria Casasús y Luis Núñez Ladevéze

Abierta dejamos la espita del post para que añadáis los títulos que os hayan marcado en vuestra trayectoria periodística.

¡Feliz Día del Libro!