Marga Ferrer

¿Qué son las Social Ads?

No se trata de publicidad en medios sociales, como mucha gente cree. Las Social Ads son aquellas formas de realizar este tipo de inserciones en las redes sociales y cuya competencia principal es Google Adwords. Las denominadas también a secas Ads engloban todas las redes sociales que las contemplan: Twitter, Facebook, Instagram, Youtube, Snapchat, Pinterest y LinkedIn. Cada una con su audiencia y su forma de comunicar. No es lo mismo lanzar un anuncio en LinkedIn, donde el público está relacionado de forma profesional, que en Pinterest, conde su busca un target más femenino que le guste la moda y la belleza.

Las Social Ads otorgan una mayor visibilidad a la marca, ya que se puede llegar incluso a públicos más nicho, como sucede en la segmentación que se realiza en Facebook. Además, genera más engagement que Google Adwords, ya que existe un mayor nivel de interacción con el público a través de los comentarios, clics, ‘me gustas’ o el compartir contenido.

Una pregunta que siempre se hace una empresa es si gracias a las Social Ads se pueden generar leads. Esto sucede en función de la estrategia que se lleve a cabo. Para ello, Google Adwords es más efectivo, si bien es cierto que con el recuerdo de marca que generan las redes sociales se puede realizar una compra pasado un tiempo. También se pueden promocionar descuentos o rebajas como sucede en Facebook, con la que existen plantillas en las que se destaca este tipo de acciones para incrementar las ventas.

Asimismo, todo depende del canal en el que se quiera realizar la acción publicitaria. Las cards de Twitter, que vienen a ser creatividades para la promoción de un servicio o producto, son muy originales y pueden alcanzar a mucha gente, pues ofrece varias opciones según los objetivos que se persigan. Pero estas mismas ya se adaptan a Facebook, puesto que promocionando un post y segmentando adecuadamente también se alcanza el target requerido. Además, hay que tener en cuenta que esta red social es la más popular a nivel mundial.

Si se quiere anunciar ropa, complementos o un producto novedoso, Instagram Ads sería la plataforma ideal, ya que es la red social más visual y donde la gente está más dispuesta a dar “me gusta” con imágenes bien trabajadas y llamativas. Además, está creciendo exponencialmente y los influencers más importantes se encuentran en ella.

La plataforma que está generando más contenido publicitario es, sin duda, Youtube. Si primero fueron los spots publicitarios a modo televisivo al inicio de un video, ahora, a los diez minutos, hay un parón para mostrar un anuncio. Aunque no es del agrado de los usuarios, esta red social continúa siendo una la más importante en cuanto a contenido audiovisual y de la que hay que aprovechar todas sus ventajas.

El resto de redes sociales cuentan con un target más específico. Por ejemplo, si se quiere ir a un público joven para anunciar algo muy novedoso se puede optar por Snapchat. Por eso, cuando una empresa invierte en Social Ads debe tener muy claro los objetivos de la campaña, así como el target, el mensaje y el canal que mejor se adecua a sus pretensiones si no quiere tirar el dinero.

Patricia Moratalla

Foto: Marga Ferrer

IRedes

Cómo crear una buena campaña con Facebook Ads

Todos podemos hacer publicidad en Facebook, pero no todo el mundo puede desarrollarla bien. No basta con indicar el presupuesto o si queremos promocionar un post o la página de empresa. Además, con el cambio de algoritmo de Facebook, los alcances orgánicos de las páginas han disminuido, por lo que se recomienda invertir en Ads.

Para no tirar el dinero, os vamos a dar unos ‘tips’ para gestionar de forma correcta una campaña en Facebook Ads:

  • Primero hay que tener claro los objetivos a los que se quiere dirigir la campaña. ¿Atraer nuevos ‘leads’? ¿Generar más tráfico a la web? ¿Conseguir más fans en la página? En función de si se acaba de abrir una página de empresa en Facebook o ya lleva más tiempo, la estrategia va a ser una u otra, por lo que hay que tenerlo muy claro. Cuando se está en Facebook desde hace tiempo, lo ideal sería poder combinar el tráfico y los ‘leads’, mientras que, con menos tiempo, hay que generar “me gustas” para que los alcances vayan creciendo.
  • Para ello, la red social cuenta con 11 tipologías diferentes de objetivos para confeccionar una campaña. Y estos se agrupan en tres categorías: reconocimiento (incrementar la visibilidad), prestigio (provocar interacción) y conversión (generar ‘leads’).
  • A partir de aquí, se conforma una campaña según lo que más interese: una campaña, un conjunto de anuncios y anuncios. En esta infografía que creó el propio equipo de Facebook Business refleja muy bien qué es cada opción:

 

Estructura-campaña-Facebook-Ads

  • El anuncio debe ser atractivo y con pocas palabras, ya que Facebook penaliza una imagen con muchas letras. Incluso se puede jugar con varias creatividades durante la acción para no cansar al usuario de la red social con la misma. De esta manera, además, también se llama más la atención.
  • A la hora de segmentar el anuncio lo más sencillo es hacerlo por sexo, edad y lugar. Es muy importante este paso, ya que nos acerca de forma más eficaz al público objetivo. Pero hay más posibilidades, el llamado Custom Audiencia, que permite importar el público que se tiene en otros canales, principalmente, las plataformas de newsletter. Por ejemplo, si se trabaja con Mailchimp, habréis visto una opción relacionada con Facebook. Con ella, se puede hacer una campaña solo para esta audiencia y, concretamente, a los que abrieron el último correo. Así, les llegará un anuncio que recordaría lo que se quiso transmitir en la campaña de ‘emailing’.
  • Como ya se sabe, Facebook compró Instagram, por lo que ambas Ads están sincronizadas. Una acción que se lance en Facebook puede rebotarse a Instagram y llegar a un mayor número de personas, que muchas veces, sigue el perfil de la marca en ambas redes sociales.
  • Además de las creatividades que se realicen ad hoc para la campaña, hay que aprovechar la importancia del video en Facebook, cuyo protagonismo es absoluto en la red social. Hay que tener en cuenta que los vídeos suponen un incremento de la visibilidad superior al 50% que otro tipo de publicaciones, según la propia red social.
  • En cuanto al presupuesto, actualmente se recomienda invertir algo más en Facebook si la estrategia se centra en esta red social, que es la que concentra el mayor número de usuarios a nivel mundial. El presupuesto se define total o diario y hay un calendario de circulación de la campaña para que se puedan definir las fechas.
  • Si se ha creado un anuncio, aparecerá un sistema de pujas, como se hace en Adwords. Existen dos opciones, una automática y otra manual. Este se fija o por CPM o PPM (coste por mil impresiones) o por CPC (coste por clic) o PPC (puja por clic). Lo ideal es que es que el CPM o CPC se elija para otorgar mayor visibilidad y el CPC, aunque menos masivo, asegura una interacción y, por tanto, puede servir para atraer conversiones.

Muy importante monitorizar todos los días el estado de la campaña o anuncios que se hayan creado. De esta manera se podrá reaccionar si se ve que las KPIs que se hayan establecido no se están cumpliendo. Y al finalizar la campaña se tiene que hacer una evaluación de la misma para saber si se han conseguido los objetivos y si la estrategia ha funcionado o se debe cambiar para la próxima ocasión.

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Publicidad y realidad virtual: cómo vender productos en 360 grados

Publicidad y realidad virtual, un nuevo campo por explorar para el marketing.

Las gafas de realidad virtual son uno de los gadgets tecnológicos de moda. Ya sean los modelos más rudimentarios, que pueden fabricarse en casa con cartones o comprarse por muy poco dinero (1), u otros más completos, sofisticados y (también más caros) vendidos por grandes marcas (2), el objetivo es el mismo: disfrutar de unas imágenes en 360 grados, que permitan al usuario moverse sobre sí mismo descubriendo con su propio rumbo corporal todo aquello que la escena esconde.

 Aunque hasta la fecha la realidad virtual se ha aliado principalmente con la ficción y la información, una tercera vía se abre paso con fuerza entre los usuarios y los productores de contenidos para este formato: la publicidad. De sobra conocidos son los usos de las gafas en videojuegos o películas, así como en informativos y reportajes, en los que el portador observa a su alrededor todo cuanto ocurre: desde una carrera de coches a toda velocidad, el asalto a una nave espacial o un bote de refugiados a la deriva por el Mediterráneo, esta tecnología aporta un realismo y una capacidad de empatizar como no se había visto hasta la fecha.

 Pero, con la publicidad, también se abre un nuevo panorama: usuarios que sabrán, casi en primera persona, cómo funciona y responde un producto. Sus gafas serán sus ojos, y la realidad virtual puede servir para hacer demostraciones fidedignas que logren hacer de aquello que trata de venderse algo realmente atractivo. Según unestudio de la compañía Ericsson (3), dos terceras partes de sus encuestados destacaba de esta tecnología la posibilidad de obtener una mayor y mejor información de los productos que querían comprar por internet para poder saber su desempeño real antes de adquirirlos.

 Y, además de una grata experiencia al usuario, servirá para que anunciantes, agencias y creativos tengan ante sí un nuevo reto generacional: el de adaptarse al formato, convertirlo en atractivo y no espantar a unos potenciales clientes emocionados por la novedad. Este tipo de metrajes se han puesto al alcance de los usuarios de a pie con la posibilidad de subir vídeos en 360 grados a Facebook (4), por lo que el caramelo ya está en la boca de la gente y ahora son los creadores quienes tienen que responder a la altura. El potencial está ahí, sólo hay que aprovecharlo.

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Cómo preparar un buen plan de medios

Ante el boom de la publicidad en redes sociales, no hay que olvidar que los planes de medios siguen siendo una de las maneras más efectiva para insertar de forma correcta y eficaz los mensajes y las creatividades en aquellos espacios que más interesan. Los medios de comunicación siguen gozando de una elevada credibilidad por lo que, en un estrategia de comunicación, una empresa no puede descuidar este ámbito.

En primer lugar, cuando haya que elaborar un plan hay que conocer muy bien los medios de comunicación: los periódicos tanto generalistas como del sector; las revistas en la que se encuentre nuestro target; y los programas de radio y televisión que más interesen. Para conocer la audiencia, se puede echar mano del Estudio General de Medios (EGM). También existen fuentes como Infoadex, que ayuda a conocer el estado de la publicidad en España o como los informes que realiza IAB Spain a nivel de medios on y off y redes sociales. Muchas veces este paso se obvia y, aunque no es tarea fácil, resulta muy útil para saber qué medios elegir dentro del presupuesto que tenemos disponible.

Por supuesto, hay que saber muy bien cuál es el público objetivo al que queremos dirigirnos, ya que puede ser más efectiva una revista especializada que leen los potenciales clientes que un medio generalista, cuya audiencia es mucho más dispersa. Lo mismo sucede a nivel territorial, ya que el público objetivo se puede ubicar en zonas muy concretas, por lo que la publicidad se debería de dirigir a publicaciones más regionales.

El plan de medios debe contener en una tabla, al menos los siguientes puntos: medios (que se puede subdividir en medios regionales, nacionales o por países y por sectores), formato que se va a emplear (1 página, media página, un robapáginas, etc.), número de inserciones, precio general, descuentos (de agencia, por número de inserciones, por ser primera vez, etc.), precio neto (sin IVA), meses o semanas en los que se van a realizar las inserciones y los precios totales. Si es una campaña muy concreta, incluso se puede hacer un timing día por día.

Otro asunto a tener en cuenta en los planes de medios es el GRP (Gross Rating Point), que mide la exposición de un anuncio por cada 100 personas que se consideran público objetivo, por lo que cuanto mayor es, se supone que más impacto debe medir. El GRP se expresa mediante la siguiente fórmula:

            GRP = cobertura (en %) x frecuencia media

Muchos planificadores de medios no suelen incluir este índice ya que no mide la concentración o dispersión de la audiencia y hay que tener en cuenta que en los planes no sólo se incluye la publicidad en papel, sino también online. Por eso, el concepto se ha adaptado y también se habla del GRP digital, si bien es cierto que Internet cuenta con métricas muy avanzadas.

Una vez claros los medios en los que se quiere aparecer toca solicitar los media kit del año vigente en los que se encontraran las tarifas publicitarias tanto si el medio es on como off. De esta manera, nos podemos hacer una idea de los precios en los que se mueven, pero no hay que fijarse en ello: se tiene que solicitar al departamento de comunicación una propuesta realizada ad hoc. Así se consiguen grandes descuentos, incluso del 90%, y los descuentos de agencia. También se puede tener preferencia en la publicación de notas de prensa, así como otras publicaciones gratuitas. Este proceso es arduo, ya que muchas veces no cuadran las propuestas con el presupuesto designado y se convierte en un tira y afloja entre ambas partes hasta que se llega a buen puerto.

Una vez concretado el plan de medios, se debe dejar algo de presupuesto a parte para todo aquello que vaya surgiendo, sobre todo, cuando se confecciona para un año completo. De esta manera, cualquier cosa que se quiera comunicar adicionalmente se puede hacer sin descuadrar el presupuesto ya que se cuenta con un remanente.

¿El (des)crédito de las agencias?

pelotas de tenisNo sé si será a consecuencia de la crisis, que a muchos ha obligado a reinventarse y a lanzarse al emprendimiento empujados por la irresponsabilidad de quienes lo recomiendan desde la cosa pública, pero uno se topa últimamente con una agencia (de comunicación, de publicidad, de marketing…) debajo de cada piedra. Y esto no es una noticia alentadora. Ni mucho menos positiva. Más bien todo lo contrario. Un boom (como todo boom empresarial que se tercie en este país) cuya ruta parece encaminarse hacia el descrédito de las agencias.

Y es que, si el boom inmobiliario, por poner un ejemplo, trajo consigo pisos cada vez peores y más caros, el boom de las agencias lleva aparejado un descenso vertiginoso en la calidad de los servicios prestados. Por cada agencia de confianza encontramos diez agencias creadas al abrigo del emprendimiento y del “a ver qué pasa” o “a ver si engañamos a alguien antes de que se nos vea el plumero”.

Las hay que se venden como especialistas en SEO y son incapaces de posicionarse ellas mismas. Agencias de publicidad muy aparentes (de oficinas de lujo y trajes de raya diplomática) incapaces de prestar con un mínimo de rigor los servicios que anuncian y venden. Como si se quedasen desnudas en cuanto uno deja de estar obnubilado por la fachada. Como si debajo de la americana y la corbata no hubiese más que un maniquí sin alma.

Agencias de comunicación, supuestamente ricas en contactos y especializadas en redes sociales, que venden sus servicios a precios de auténtica ganga a cambio de no actualizar luego durante días las redes de sus clientes. O a cambio de tener a becarios a coste cero, trabajando día, tarde y fin de semana si es menester. Y llevando su ordenador, por supuesto, porque en sus teóricas oficinas sólo hay uno y es para el jefe.

¿Pueden acabar con el crédito de las agencias estas pseudoagencias sin preparación, profesionalidad y conocimientos mínimos para ofrecer servicios a empresas?

Posted by @acordellat
Photo by Marga_Ferrer

Twitter, la jungla del ruido

Gol de Messi. Miles de ‘tuitgoles’ de Messi.
Seis millones de parados. Cientos de miles de tuits.
URGENTE: el rey operado con éxito. Retuiteado exponencialmente.

Soma Comunicación el blogTwitter ha ganado el elemento corpóreo del volumen en los dos últimos años, a la vez que ha alcanzado peso en la capacidad de influencia comercial, como lo ha hecho en la multiplicación de mensajes de manual institucional. Pero la originalidad del tuit de nuevo cuño está de capa caída.

Cada día es más complicado localizar debate constructivo paralelo al de las realidades de comunicado oficial. El debate que tanto embelleció a esta red social no hace mucho tiempo y que sintonizó con el tono crítico de muchos perfiles acostumbrados a no comulgar con los titulares mayoritarios en cuanto que estructurados para persuadir a una masa mostrenca.

La misma masa que vota orientada por los mensajes masticados procedentes de gabinetes y maitines; o la que sólo lee fútbol cuando se habla de deportes; o la que ve un telediario creíble sin intencionalidad subjetiva; o la que hace RT de un minuto y resultado sin aportar una valoración que complemente la actualidad de teletipo; o la que cree a pies juntillas un tuit por haber sido publicado desde la instancia oficial del aparato. Con todo, es algo que forma parte de un proceso lógico. No somos nadie para criticar la vida misma, la que nos creemos a pies juntillas desde siempre.

Pero los partidos políticos, los medios masivos tradicionales, los famosillos oficiales, las grandes marcas, los perfiles influyentes de manual offline tenían que hacerse, tarde o temprano, con el control de una herramienta a priori molesta, movilizadora, cruda, directa y creíble como ha sido Twitter, dominada hasta no hace mucho por otras personas influyentes forjadas dentro de la misma plataforma, desconocidas antes en el offline, con vocación de sumar nuevos argumentos, no de encapsular los mensajes más adecuados en relación a un contexto intencional y tradicional de venta, persuasión o engaño.

Con todo, esos perfiles sobreviven en la jungla del ruido a la par que vehiculan opiniones y argumentos aún con peso, pero con menos carga emocional que los marcados en rojo, los reconocidos, los que han terminado por contaminar las aguas de esa otra argumentación, la que hace pensar por encima de lo impuesto por los aparatos tradicionales del control.

Posted by @os_delgado / Photo by @Marga_FerrerSoma Comunicación

Redes Sociales y Publicidad: Combate cuerpo a cuerpo

OLYMPUS DIGITAL CAMERAZinc Shower estaba preparado este viernes para un combate dialéctico de primer nivel. En un ring de boxeo improvisado en plena sala Intermediae de Matadero Madrid, Paloma Bas, Directora Ejecutiva de Sr. Burns, y Miguel Ángel Rolland ofrecieron una interesante “Pelea de Gallos” en torno a la publicidad y el social media.

Respecto a los límites que debe tener cualquier campaña publicitaria, Paloma Bas los marcó en el respeto a los valores y los derechos humanos. “A partir de ahí, está bien generar polémica para expandir la notoriedad de la marca. Es lícito y ético”. Miguel Ángel Rolland, por su parte, argumentó que es momento de empezar a realizar las campañas que la gente quiere ver: “Hasta ahora la publicidad marcaba tendencia. Ahora las redes sociales hacen tambalearse esas estructuras de poder de las marcas y las agencias, porque éstas no están acostumbradas a escuchar”.

Más extenso fue el debate sobre la presencia de las marcas en las redes sociales. Miguel Ángel Rolland las acusó de no entender esta nueva conversación. “Sólo buscan follows, sígueme y te doy un premio. No se integran en la conversación de la gente, si no que utilizan un canal donde está la gente para generar impactos”. La directora ejecutiva de Sr. Burns apuntó que las marcas “deben entender el social media para dar a los clientes lo que estos buscan. Hay que dar un valor añadido en redes, no repetir de forma mecánica un mensaje comercial y machacón”.

Respecto a la privacidad en estos entornos, Miguel Ángel Rolland señaló hacia una especie de “psicosis” que está haciendo a la gente volver “a los foros y grupos cerrados”. Paloma Bas añadió que al proceso contribuye también el exceso de ruido, lo que nos hace filtrar y cerrar círculos. Para ella, esto no es más que una nueva oportunidad para las marcas “para cambiar el disparo indiscriminado actual por un mensaje que se centre y busque a determinados grupos cualificados, quizás menos numerosos pero que al final van a generar más ROI a largo plazo”.

Para ambos, el futuro de las redes sociales, además de por ese cambio hacia los grupos especializados y menos numerosos, pasa también por una nueva estrategia de las marcas que debe empezar por escuchar a sus usuarios. “Hace no tantos años los directores de marketing se vanagloriaban de no tener ni idea de redes sociales. Hoy eso es impensable, porque una nueva generación está llegando a esos puestos”, concluyó Paloma Bas.

Posted by @acordellat

Publicidad, información y opinión en Twitter

¿Publicidad encubierta en un tuit? ¿Opinión mezclada con información? ¿Cómo separar en 140 caracteres la publicidad, la opinión y la información? Éste es un debate heredado del acontecer y de los soportes tradicionales que hoy llega a los medios sociales tras la publicación sobre el particular de un artículo en El País y de una entrevista a José Luis Orihuela en eCuaderno.

¿Acaso El País no hace publicidad de la propia cabecera cuando comparte un tuit con su logo? ¿No se publicita una empresa que conversa con usuarios y les recomienda un producto de su almacén? ¿No es algo institucionalizado por lo que nadie debería rasgarse las vestiduras? ¿Es menos publicidad cuando un artista habla durante una entrevista en la radio del bar de su amigo en el barrio donde nació? ¿Por qué tendemos a sacar de contexto lo que ocurre en las redes sociales como si éstas fueran una representación ajena o paralela a la realidad? ¿No somos los mismos bajo un soporte que otro? ¿Aplicamos termómetros de credibilidad en función de los soportes? ¿Por qué los medios de comunicación tradicionales no informan de los sucesos internos que acontecen en El Corte Inglés y sí llenan páginas publicitarias con las mejores ofertas de los grandes almacenes?

Se podría continuar planteando más y más preguntas acerca de la idoneidad de publicar tuits de un signo publicitario, informativo o interpretativo. Si alguien quiere ofrecer un camino distinto en estos soportes al que se ha seguido en el ámbito tradicional tendrá que disponer de respuestas para cada pregunta planteada y proceder con variantes sociales al autocontrol del publicista y a la deontología profesional del periodista.

En el caso de los medios de comunicación, habrán de encontrar las fórmulas en sus guías de estilo para que los destinatarios de las informaciones que comparten vía Twitter sepan distinguir entre una intencionalidad y otra.  Para ello pueden limitar el volumen de tuits que publican sus periodistas, no dejarles opinar ni tuitear mensajes que se salgan de la línea editorial (no poniendo a parir a El Corte Inglés, por ejemplo) y, ni mucho menos, publicar un enlace de un medio de comunicación ajeno…

En todo caso, los medios de comunicación antes tendrían que poner en práctica en su representación tradicional lo que promulgan que debería hacerse en los 140 caracteres. Porque queda discordante abrir un periódico y encontrarse numerosos ejemplos de abuso por parte de las cabeceras a la hora de mezclar publicidad, opinión e información como para que cuestionen las dinámicas de intercambio de mensajes y el cariz de los mismos que se comparten en Twitter.

Paradojas…

Posted by @os_delgado Soma Comunicación

 

Artículo relacionado: La opinión y la información en Twitter

La información y la opinión en Twitter

Dentro del abecé de la profesión periodística encontramos la necesidad ética de ofrecer a la audiencia los contenidos separados por secciones y, como praxis deontológica primaria, especificar bien cuándo un espacio publicitario invade uno informativo. Aspecto cualitativo tan importante como discriminar la opinión de la información en aras a favorecer que el criterio y la valoración del receptor sean los que, por encima de la intencionalidad editorial, interpreten el contenido sin engaños.

Este modus operandi se enseña en todas de las facultades de Periodismo para que los futuros periodistas lo emprendan como tic habitual. Pero, ¿cómo separar la información de la opinión en un tweet?, ¿el hashtag es el recurso más periodístico dentro de la red social de los 140 caracteres para conferir al post un carácter de publicidad, de información o de opinión en cada caso?

Cabría abrir un debate dentro de los muchos que ya se han iniciado en relación a las nuevas funciones del periodista en las plataformas digitales y en las redes sociales, particularizándolo en cómo ejercer con los mismos criterios deontológicos que lo ha hecho tradicionalmente cuando comparte un análisis en alto por estos canales. Una buen vía podría ser la de plasmarlo en las hojas de estilo del periodista 2.0 que ya comienzan a circular por redacciones, organizaciones y empresas.

¿Tendría que escribir el hashtag #opinión cuando publicara en Twitter un juicio de valor respecto a algún hecho de actualidad o cuando enlazara a un artículo de opinión, aunque los caracteres escritos en la red social del pajarito estuvieran plasmados en un tono informativo?; Y cuando compartiera el tweet de otro usuario con sus seguidores,  ¿cómo ‘apellidarlo’ para encasillar su contenido en relación a su intencionalidad?

Sin duda, y continuando con el caso de Twitter, 140 caracteres dan para lo que dan, pero jamás han de servir de excusa para caer en la dejadez de las virtudes que se le presuponen al profesional de la comunicación, el más y mejor cualificado para ordenar, contrastar y verificar todo el ruido que se genera a diario en las redes sociales en general y en Twitter en particular.

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Utilidades periodísticas de Twitter
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