Los profesionales de la comunicación trabajan entre bambalinas, detrás de los focos, tras el objetivo de una cámara, entre teclas, letras, palabras, titulares, comunicados, convocatorias, notas informativas, mensajes, tuits, posts, artículos, entrevistas, reportajes, instantáneas, encuadres, enfoques, pautas, argumentarios, relatos, briefings, planificaciones estratégicas y narrativas.
Trabajan en silencio, invisibles, entregados. Con sentido de compañerismo, con disciplina de equipo, con referencias, corporativismo, empatía, anticipación, seguridad y responsabilidad.
Se integran en equipos de comunicación preexistentes, crean nuevos departamentos, favorecen localizar y realzar la cara noticiable de quienes apuestan por comunicar, se ponen en el lugar de los destinatarios de las informaciones y de los que las reciben antes de publicarlas, dinamizarlas o compartirlas.
Conocen las rutinas de profesionales de otros ramos hasta la especialización, que comunican de mil y una maneras, revestida de contenidos al albur de oportunidades llegadas desde el calendario de la vida, la actualidad, el marketing, la actividad empresarial, la agenda sectorial o la indefectible rueda cíclica que centrifuga con protagonistas, ladillos, titulares, entradillas, hashtags, georreferencias, etiquetas, dosieres o portadas.
Soma Comunicación cumple 13 años. Desde el espléndido silencio que inspira la menina de la foto que ilustra el post. Una instantánea simbólica, la primera que utilizó la agencia para decir ‘hola’ al mundo aquel 7 de julio de 2008. Un pellizco silencioso captado por Marga Ferrer, socia fundadora y reflejo cotidiano de la invisibilidad que revierte en luz, taquígrafos y protagonismo para los clientes de #somasland.
Gracias a las personas que confiaron, que confían y que confiarán en esa metodología de trabajo que sitúa al que recurre a servicios de comunicación en el centro de sus retos.
¡Viva San Somín!