¿Se puede promocionar un nuevo destino turístico en relación a las bondades y fortalezas de su referente mayor más cercano? ¿Qué valores intangibles asociados al mayor se localizan con riqueza en el menor? ¿Es posible practicar acciones transversales de comunicación para que la experiencia y las virtudes de un destino se complementen con las aportaciones que le brinde el segundo? Las respuestas son afirmativas.
Como caso práctico, traemos la acción promocional emprendida por Turisme Carraixet, destino complementario a la ciudad de Valencia. La nueva marca abarca la zona de huerta de la zona metropolitana del norte de la capital del Turia, con los productos de proximidad agrícolas, rutas teatralizadas, experiencias en bicicleta y promoción de los platos que se cocinan con las materias primas de kilómetro cero en los restaurantes de la zona, que se han unido en un club denominado Tastem l’Horta.
Así, el turista que visita Valencia tiene la opción de pasar una jornada junto a la ciudad marcada por las tradiciones vinculadas a la singularidad de un territorio hortano pegado a la urbe que ha sabido mantener las costumbres y las tradiciones seculares de la agricultura de proximidad y de las personas unidas a lo que producen. Asimismo, la cercanía con las playas y con el patrimonio histórico que brindan los cascos urbanos de cada municipio, aportan el valor añadido a los intangibles del almuerzo, la cultura y el folclore del enclave.
Desde el punto de vista de la comunicación, las fortalezas referidas permiten escenificar mediante experiencias a pie de campo las virtudes del destino, con degustaciones gastronómicas, difusión de guías turísticas de autor y encuentros entre periodistas, chefs, bloggers, agricultores, comerciantes, cicloturistas y fuerzas vivas de la ubicación en parajes singulares enriquecidos por acciones de marketing creativo y noticiable.