“La comunicación humanitaria, en terreno, te permite no perder el norte”

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El periodista y trabajador humanitario Miguel Ángel Rodríguez (@Marodriguez1971) ejerce su profesión desde la reflexión y la verdad más desnuda para medios como El País y vive de lleno la realidad de los conflictos armados y las catástrofes climatológicas como responsable de Comunicación Externa y de la Unidad de Comunicación en Emergencias (UCE) de Cruz Roja española.

¿Cómo defines la profesión de periodista?

La profesión de tratar de contar la verdad, pese a todo.

¿Qué aporta a un profesional de periodismo de paz realizar labores de comunicación humanitaria?

La comunicación humanitaria, en terreno, te permite no perder el norte y volver a focalizar, constantemente, tu objetivo concreto: cambiar o mejorar las cosas. O, en su defecto, no tratar de empeorarlas.

¿A qué nivel abre la mente ante el mundo haber estado presente en terremotos como el de Marruecos o en guerras como la de Irak?

Trabajar en conflictos armados, terremotos, epidemias, tsunamis o cualquier otra emergencia, de alguna forma, te supone un bofetón que te sitúa plenamente en tu realidad. Valoras mucho más las cosas que creemos normales o dadas por hecho como, por ejemplo, tener la fortuna de leer un cuento a tus hijas todas las noches, hijas a las que, a la mañana siguiente, llevarás al cole. Parece una gilipollez, pero no todo el mundo es tan afortunado. Y no hay que irse muy lejos, más bien, mirar incluso en nuestro barrio, en nuestro vecindario.

¿Qué momentos te impactaron más en alguno de esos acontecimientos?

Positivamente te impacta, al menos en mi caso, la resiliencia de las víctimas, esa capacidad de levantarse y volverse a construir, cuando lo has perdido todo, o a todos. Tenemos un manantial interno de ayudar que siempre emerge en situaciones límite. Durante el tsunami del Sur de Asia de 2004 conocí a una mujer mayor indonesia que había perdido a 108 familiares, 108. Le quedó un pequeño terreno que donó para hacer un orfanato para las víctimas del tsunami. A esto me refiero. Negativamente me afecta la situación de niños y de niñas que, por haber nacido unos metros más allá, o acá, lo van a tener muy complicado, pese a las ayudas que puedan recibir puntualmente. Duele también perder a amigos.

¿Cuáles son las claves para realizar periodismo humanitario y de paz y transmitirlo de manera interesante y de calidad al lector?

Tratar de aplicar siempre las máximas del periodismo, especialmente en lo que se refiere a la veracidad de la información (antes hablábamos de ‘contrastar’ fuentes; ahora luce más hablar de ‘verificación); exprimir las posibilidades que te brindan las tecnologías de la información, las nuevas narrativas, las Redes Sociales, y, sobre todo, tener capacidad de empatía con las víctimas. Sí, lo que el reportero polaco Kapuściński definía como ‘ser un buen ser humano para poder ser un buen periodista’.

¿Siguen existiendo esos periodistas de raza que entran en el conflicto para informar desde el origen como antes?

Creo, francamente, que estamos ante una de las mejores generaciones de reporteros y de reporteras de terreno. La pena es que, muchos de ellos, no son reconocidos, no cuentan con el apoyo de sus empresas o trabajan para medios extranjeros.

Por @casas_castro

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