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Técnicas de locución para comunicadores

La voz es el vehículo de la palabra, la principal herramienta para la comunicación y saber utilizarla aporta credibilidad y confianza a nuestro discurso. Siguiendo esta directriz ha arrancado el pasado miércoles (hasta el 19 de febrero) el XII Curso ‘Técnicas de voz y locución para radio y televisión”, organizado por la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) y destinado a profesionales de la información.

María Ruiz del Árbol e Isabel Albar, directoras de Eduvoz (@eduvozformacion) y encargadas de impartir el curso, declaran que en él los periodistas, de manera totalmente práctica, aprenden a utilizar la voz correctamente y técnicas de locución de respiración, vocalización, articulación, dicción, entonación y velocidad, encaminadas a leer bien y en su registro todo tipo de textos periodísticos para medios audiovisuales.

Con estos ejercicios se pueden evitar fallos como las respiraciones ruidosas y fuera de tiempo, que no se oigan los finales de las frases, acentuar mal las palabras, el típico “tonillo” de informativo, hacer sinalefas, leer muy rápido o excesivamente lento, o no otorgar credibilidad a la noticia.

Un curso que está viniendo muy bien no solo a periodistas que se enfrentan al trabajo delante de un micrófono, sino también a aquellos que utilizan el teléfono o la conversación cara a cara como herramienta (por ejemplo, quienes trabajan en agencia de comunicación o en gabinete de prensa). “Estas técnicas les pueden servir para mejorar su expresión en público y la comunicación interpersonal con los clientes y con otros colegas de profesión”, aseguran las directoras de Eduvoz.

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Una nueva asociación de defensa del periodismo plural

Siempre es motivo de alegría conocer el nacimiento de un grupo destinado a la protección del trabajo intelectual de los periodistas y de sus derechos como profesionales. Es el caso reciente de la asociación Pi i Margall, que ha surgido en Barcelona con el firme propósito añadido de “reivindicar la convivencia y la concordia entre catalanes y la de estos con el resto de españoles”, según su presidente, Sergio Fidalgo.

También señala que “los medios de comunicación reflejan una Cataluña en la que parece que todos” sean independentistas, por lo que, añade, “es necesario un contrapunto” y trabajar para que todos puedan hacer oír su voz. Un panorama periodístico que considera hoy en este ámbito “un campo de combate” y hace hincapié en la necesidad de profesionales de la información que denuncien “los abusos de los medios públicos de todos los catalanes“.

Una iniciativa por la reflexión periodística

La asociación Pi i Margall se presenta como un lugar de encuentro y de referencia para los periodistas y escritores que “comparten una misma idea del periodismo serio, riguroso, documentado y crítico, con el objetivo de promover un modelo comunicativo reflexivo, coherente, plural y de calidad, tanto en el ámbito público como en el privado”.

Desde ella van a realizar informes de la situación o el estado de la prensa anual, a conceder premios que pongan en valor los contenidos de calidad de un periodista o de un medio que comparta los fines del grupo, a realizar foros, seminarios, simposios y publicación de libros, y a manifestar la posición de la entidad ante cualquier hecho de importancia para ellos.

Pi i Margall, el intelectual de la pluralidad

La asociación eligió el nombre Pi i Margall, presidente del poder ejecutivo de la I República Española, entre otros motivos porque “fue partidario de una España plural y uno de los intelectuales representativos del pensamiento más avanzado de la segunda mitad del siglo XIX“. Defendió en 1873 la Constitución española, que no llegó a aprobarse, y por sus ideas sufrió censura, cárcel y exilio.

Foto: Catalunya Press

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El uso (erróneo) de la ortografía en los medios de comunicación

El célebre escritor Azorín decía que “el idioma -el castellano- llega a ser para nosotros como un licor que paladeamos, y del cual no podemos ya prescindir”. El problema es cuando esa bebida espirituosa la mezclamos con otros alcoholes y le añadimos demasiados hielos, que puede que ya no sepa tan bien.

Esos fallos y excesos se convierten en faltas de ortografía en el momento en el que los trasladamos a muchos medios de comunicación. Según la Fundación del español urgente, Fundéu (@fundeu), que trata de “detectar errores y dudas habituales para ofrecer consejos y recomendaciones que ayuden a evitar los primeros y a resolver las segundas”, la mayoría se debe a equivocaciones o a simples erratas.

Pero, ¿cómo se permite que un desliz en la escritura o en la locución (previamente redactada) de una noticia pueda ser emitido o publicado cuando ha podido pasar por la lente de tantos ojos avispados? Por un lado, porque la velocidad del trabajo del periodista, “siempre bajo presión”, como indica el equipo de consulta, le impide hacer las revisiones necesarias de sus piezas. Por otro, y más importante si cabe, porque “la crisis se ha llevado por delante, con los recortes, muchos puestos en las redacciones” y, entre ellos, los de quienes se encargaban de la corrección y edición de los textos.

Problemas humanos y económicos que, en muchas ocasiones (y cuando el periodista se preocupa por ello con tiempo), se quedan en simples, pero socorridas, dudas (naturales) de la lengua y que Fundéu trabaja por solucionar. Las que más les trasladan, según afirman, son las relacionadas con extranjerismos (sobre todo, anglicismos) y con la búsqueda de alternativas en español.

Pero también otras más concretas como las diferencias entre por que, por qué, porque y porqué, entre a sí mismo, así mismo y asimismo o entre sino y si no; sobre el uso de mayúsculas; las faltas de concordancia (por ejemplo, las mejor vestidas, no las mejores vestidas); la supresión de preposiciones (por ejemplo, la mayoría de los candidatos, no la mayoría de candidatos), o la grafía de nombres extranjeros (por ejemplo, Varufakis, mejor que Varoufakis).

Lo que ha llegado en los nuevos diccionarios

Además, con la renovación de las grandes obras académicas en los últimos años, se han incluido algunas novedades que ya están trayendo quebraderos de cabeza a los profesionales de la comunicación. En el ámbito de la ortografía, ha suscitado polémica la introducción de la eliminación de la tilde en términos como guion y truhan y la posibilidad de hacerlo incluso en contextos ambiguos en la palabra solo y en los demostrativos (este, esta, etc.), o la tendencia a prescindir de mayúsculas, de las que se consideraban ‘de respecto’, en términos como rey o papa.

Cambios “de los que los periodistas deben estar informados”, bajo el apoyo de las recomendaciones diarias de Fundéu, para elaborar contenidos de calidad que sirvan de ejemplo ortográfico para lectores interesados en la buena escritura.

Foto: Marga Ferrer