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Inbound Marketing, mucho más que una moda

El Inbound Marketing está más de moda que nunca. Ninguna campaña se puede concebir hoy en día sin las estrategias que ofrece, relacionadas, sobre todo, con la creación de contenidos. Estas técnicas, como la confección de textos ad hoc para medios de comunicación, se llevan haciendo desde hace años. Y, con la consolidación de Internet, han cobrado mucha más importancia.

Las acciones que se llevan a cabo con el Inbound Marketing atraen al consumidor de una manera más natural, captando su atención a través de un artículo, un ebook de descarga gratuita, presencia en redes sociales o el SEO. De esta manera, una compañía logra un mayor tráfico a su web y un mejor posicionamiento, las principales preocupaciones de los directivos de marketing, según el último informe de la agencia internacional de marketing Hubspot sobre el Estado del Inbound 2017.

En el estudio, se concluye que los profesionales del marketing encuestados consideran en su mayoría que las oportunidades de venta que genera el Inbound Marketing “son las mejores”

El informe señala también que las empresas “se centran en mejorar el SEO de sus sitios web, en generar más contenido para que sus blogs tengan visibilidad en los motores de búsqueda y en crear contenido interactivo”. De hecho, el posicionamiento se encuentra en primer lugar en la preocupación que tienen empresas en los cinco continentes.

Asimismo, el informe de Hubspot señala que, en la actualidad, el desafío más grande al que se enfrenta el marketing “es generar tráfico y oportunidades de venta, seguido de demostrar el ROI e identificar la tecnología adecuada para sus necesidades”. Los comentarios de los encuestados muestran que tienen que hacer frente a un gran número de problemas, desde encontrar la mejor estrategia de conversión en redes sociales hasta analíticas y la contratación de los mejores empleados.

Los profesionales que participaron también comentaron que las campañas de Inbound “generan más ROI en comparación con las campañas de outbound (acciones que venden en un sentido único como la publicidad)”, si bien es cierto que matizan que no saben o no pudieron calcular exactamente dicho retorno de la inversión. Por tanto, si los equipos de marketing no miden esta variable será imposible tratar de comprobar y evaluar los resultados de las campañas.

Por otro lado, comentan que el contenido generado en vídeo se ha convertido en el formato que mejor resultado ofrece. Explican este crecerá cada vez más y a muchos profesionales les preocupa no estar adaptados a su idiosincrasia. Por su parte, las redes sociales, en las que miles de millones de personas pasan mucho tiempo, son el foco de las empresas, pues deben estar ahí; pero ven cómo cada cierto tiempo cambia un algoritmo o sale una nueva red social. “Los profesionales del marketing tienen muy poco control sobre la experiencia que ofrece cada plataforma, así que cada vez es más difícil comprobar el ROI, incluso cuando saben que deben estar presentes en las redes sociales”, afirman en el informe.

Ante todos los cambios que acucian al sector, muchos profesionales optan por invertir su tiempo en canales emergentes de mayor escala, ya que la audiencia se va trasladando a estas redes, como sucede con Snapchat. No obstante, los contenidos los suelen distribuir en las grandes redes, como Youtube, Facebook o Instagram.

Experiencia de una periodista en la cobertura de un festival musical

Experiencia de una periodista en la cobertura de un festival musical

El periodismo ofrece una gran posibilidad de opciones para especializarse y si eres melómano puedes apostar por la cobertura de festivales musicales, que actualmente se encuentran en pleno apogeo. El verano abre paso al FIB, el Rototom Sunsplash, el Arenal Sound, el Tomorrowland, el Low Festival o el Sonorama, entre un gran repertorio.

La época estival es por excelencia, donde más eventos de este tipo se celebran, además de una ventana perfecta para respirar un poco de aire y escapar de la rutina periodística. Cambiamos la redacción por el recinto de las actuaciones; el ordenador por la cámara o la grabadora, y la mesa de la oficina por la que nos habilitan en la zona de prensa para escribir nuestra crónica o noticia. Se respira compañerismo en la sala. Hay muchos periodistas, redactores, fotógrafos y algún que otro cámara de televisión, pero ante todo reina el buen rollo entre la profesión, acompañado de la ilusión y el cansancio.

Lo más farragoso es siempre la acreditación. Hay que pedirla con tiempo y cuando te la conceden los trámites burocráticos obligan a identificarte en una zona dispuesta para esa labor y demandar también photopass para acceder a la zona del foso, en caso de que seas cámara, donde se pueden tomar imágenes con una serie de directrices, que marca en ocasiones el propio artista. Lo normal. Pero nada de ello importa cuando puedes disfrutar de los directos de músicos de renombre a escasos metros e incluso compartes espacio con algunos de ellos, lo que te da pie a conversar y conocerles mejor fuera de escena.

Pero a pesar de estas indudables ventajas, lo cierto es que cubrir un festival de música es extenuante, al contrario de lo que la gente piensa. Cuando comienza una actuación, todos los periodistas se aproximan raudos al foso para escoger un buen sitio, desde el que poder capturar el mejor momento, sin que eso suponga un impedimento para el trabajo de los compañeros. Difícil pero no imposible. Los fotógrafos se mueven sin parar, algunos se agachan para no molestarte y colarse en tu plano. Mientra, los redactores aguardan en un extremo lateral para captar con todo lujo de detalles el momento que están presenciando, con el objetivo de transmitirlo después en su crónica y llevar al lector a ese preciso instante mediante palabras. Un reto fascinante.

Posteriormente a las actuaciones, es el momento de localizar a los representantes de los artistas o a los propios organizadores del evento para cerrar entrevistas con los músicos y enriquecer tu pieza informativa con sus declaraciones. Nos conceden como mucho diez minutos y hay que sintetizar. Les formulamos todas las preguntas que consideramos de interés para nuestro público, además de las habituales, cómodas, como se llaman comúnmente en el oficio, para romper el hielo.

¡Conseguido! Tenemos todos los ingredientes para cocinar nuestro crónica o noticia, pero falta algo. Hay que impregnarse del ambiente para describirlo con la mayor exactitud posible, así que procedemos a meternos en la vorágine de personas y fanáticos. Observamos a nuestro alrededor y vemos expresiones que nos llaman la atención, escuchamos gritos, sentimos emociones y nos empapamos de todo para después volcarlo.

Finalizado el evento, los hay que se refugian en la sala de prensa para escribir su crónica o los que la dejan reposar junto a las emociones a flor de piel para el día siguiente. Personalmente, me gusta comunicar al momento y las redes sociales nos brindan la posibilidad de hacerlo, mediante Stories Instagram, un vídeo directo o un tweet de 140 caracteres para retransmitir la actuación. De esta manera, es más fácil hacer partícipes a los lectores de la experiencia vivida.

Inma Gabarda
Photo by: Adrián Morote (FIB)