Herramientas innovadoras para periodismo de trinchera

Lenguajes de la comunicación digital

La comunicación digital se ha abierto paso en un panorama 3.0, en el que hemos tenido que adaptarnos a la velocidad de la luz porque continuamente está evolucionando. La hipertextualidad, las imágenes, los audios e infográficos han ido ganando terreno en las rutinas periodísticas, siendo cada vez más implementados por los periodistas y los medios de comunicación.

Por esa razón, es importante que los profesionales de la comunicación controlen estos lenguajes como cualquier otra técnica de la profesión, pues el público va en busca, cada vez más, de una mayor participación en los escenarios donde la comunicación 3.0 irrumpe. Pero para poder dominar esta disciplina, es necesario conocer en qué principios se fundamenta y estos son los siguientes: hipertextualidad, interactividad y multimedialidad.

La hipertextualidad consiste en vincular un texto con otro para aportar una información completementaria, a la que el lector tiene la potestad de acceder por distintas vías siguiendo un camino no secuencial. Se trata de un recurso utilizado sobre todo para contextualizar o explicar el tema abordado, una forma de hacer partícipe al público de contenidos relacionados de forma amigable, que se utiliza actualmente en todos los textos publicados en la red. En este sentido, la hipertextualidad es una variable que permite analizar la madurez y la calidad de la práctica de periodismo digital.

Otro parámetro fundamental por la, cada vez, mayor participación por parte de los usuarios en cuanto a la selección de contenidos, es la interactividad. Con este recurso se permite que el usuario escoja qué desea ver, qué rol quiere tomar para realizar su lectura de una historia. La interactividad como proceso comunicativo entre las personas pretende crear un diálogo de doble dirección, donde los mensajes fluyen de forma bilateral. Una práctica que se consigue a través de herramientas como las plataformas sociales Twitter, Facebook, Instagram o chats, foros, correos electrónicos, entre otros.

El último lenguaje más empleado por los periodistas digitales y que reina en las redes sociales es la multimedialidad, por su carácter amigable e interactivo que atrapa a los usuarios. De hecho, según CISCO, en 2017 el tráfico de vídeos online se triplicará y 1 minuto de video vale igual que 18 millones de palabras, según el Dr. James McQuivey de Forrester Research.

De estos datos se desprende la necesidad innata de saber cocinar, preparar y servir elementos multimedia de interés para la audiencia, que permitan ilustrar mejor las historias. Lo mismo ocurre con las imágenes banales, los novedosos infográficos y los curiosos Gifs, que desde hace años tienen acaparada la atención de quienes leen, escuchan e interactúan con los medios de comunicación. Por ello, el periodista del siglo XXI tiene una nueva misión, la de aportar sentido al contenido, construyendo el acontecimiento como se ha hecho siempre, pero con la premisa de incorporar elementos que faciliten una mayor comprensión del mismo.

Written by: @InGabarda
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“En esta profesión se puede ser brutalmente competitivo, pero nunca un cínico”

El periodista Dicky del Hoyo (@zuloko) supura lecciones de periodismo por cada poro de su piel. Y ello lo da cada experiencia laboral, cada puerta cerrada y abierta (la siguiente), cada noticia cubierta, cada fuente entrevistada. Está especializado en comunicación corporativa, nuevas tecnologías de la información, redes sociales y relaciones públicas y fue uno de los pioneros en el mundo de la blogosfera, cuando abrió su propio espacio en la red allá por el pleistocénico año 2001, como él mismo recuerda.

¿Cuál es el atractivo que le encuentras a la profesión de periodista?

El atractivo que le encuentro a la profesión periodística es que, si quieres ser un buen periodista, cada día debes reinventarte, aprender elementos nuevos, estar muy atento a las novedades y, sobre todo, no me canso de repetir lo que dijo Kapuściński: “para ser buen periodista hay que ser buena persona”. En esta profesión se puede ser brutalmente competitivo, pero nunca un cínico o un mal compañero. La experiencia me ha enseñado que uno de los mejores activos que puede atesorar un periodista es tener buena reputación para el resto de sus compañeros.

¿Cuáles son las claves para realizar la comunicación corporativa de una empresa de forma eficaz y de calidad?

En primer lugar, creo que es importante conocer bien al cliente, definir su mensaje y establecer una relación de absoluta confianza. El dircom de una empresa es uno de los puestos más sensibles para la buena marcha de una organización. Aquellos que dejan, por ejemplo, su comunicación en redes en manos de aficionados (el primo, el cuñado, Peláez que, aunque trabaja en logística es muy listo con el ordenador, etc) deberían tener reservado un círculo del Infierno de Dante. Yo no concibo hacer comunicación de algo que no me creo, de una cuenta que vaya en contra de mis valores. Coincido en que todas las empresas, organizaciones y personajes públicos deben tener la posibilidad de que sus acciones, méritos, deméritos o situaciones de crisis sean comunicadas de la mejor manera posible. Y hacerlo bien supone tener una buena agenda de periodistas que sepan que cuando levantas el teléfono lo que le vas a “vender” no es mercancía averiada, que eres honesto con lo que cuentas y que si en algún momento las tornas cambian y la situación pasa a ser una comunicación de crisis también estás listo para contestar y dar explicaciones. Y saber contarlo, tener un mínimo de habilidad en la escritura, en la forma y el fondo. Y eso lo da la práctica y las muchas lecturas. Mis amigos, profesores de las facultades de periodismo, se quejan amargamente de estudiantes ágrafos que nunca han comprado, ni por supuesto leído, un periódico. Mal vamos. En mi trayectoria profesional he llevado la comunicación de cuentas pequeñas y grandes, de empresas y departamentos gubernamentales y si hay algo que los periodistas agradecen, y que siempre te lo hacen saber, es que estés dispuesto a coger el teléfono en cualquier momento, no sólo cuando sea conveniente a tus intereses. Y la honestidad en tu respuesta. No digo que todo se pueda ni se deba contar en cualquier momento, pero tu interlocutor debe saber que cuando puedas se lo explicarás y que no le estás engañando.

¿Qué han supuesto las redes sociales y las nuevas tecnologías para el aumento del alcance y de las posibilidades del periodismo de actualidad?

Soy nativo digital desde más de lo que me gustaría reconocer. Está claro que a nivel histórico la irrupción de las nuevas tecnologías supuso un enorme shock para el periodismo tradicional del que todavía nos estamos recuperando. Los primeros damnificados fueron los periodistas de mi quinta que no supieron reciclarse y que acabaron, y están acabando, como dinosaurios atascados en un pozo de brea. Y luego llegó el gran cataclismo de la monetización de los contenidos que hizo que cerraran decenas de cabeceras y medios. Eso en lo negativo. En el aspecto positivo creo que los medios digitales le han dado inmediatez al periodismo, cosa que es buena. Me imagino los grandes acontecimientos históricos retransmitidos con las herramientas actuales y hubiera sido asombroso haber estado en la Belle Alliance de Waterloo con un Smartphone con streaming en directo y lanzando tuits. Por otra parte todavía estamos buscando la fórmula que otorgue rigor a esa inmediatez y a esas nuevas plataformas digitales. Que el periodismo digital esté en la pelea del clickbait no dice mucho de su rigor. No obstante veo con esperanza iniciativas digitales que recuperan el reportaje largo y la investigación.

¿Es la blogosfera una buena plataforma para que los periodistas hagan llegar de forma más cercana y rápida la información periodística a los lectores?

Aposté por tener un blog profesional en el pleistocénico año, para los blogs, del 2001. Me ha proporcionado infinitas satisfacciones e incluso sirvió como plataforma para lanzar una exclusiva informativa de la que me siento muy orgulloso: la injusticia que se cometió con la familia del joven Enaitz Iriondo y que cambió la percepción social ante las víctimas de accidentes de tráfico. Creo que todo periodista debería tener un blog, y reitero un blog. Es bueno para un profesional de la información estar en Twitter o Facebook. Te da muchas pistas y visibilidad, pero las plataformas mutan y quizás no estén mañana. La bitácora es tu casa virtual, que has pagado y que nadie te puede arrebatar. Es bueno utilizarla para ampliar los contenidos que por su formato no caben en los medios tradicionales, para dar un punto de vista más personal a determinadas informaciones o para crear una identidad digital más elaborada. Para eso y para más.

En un mundo cada día más digital y audiovisual, ¿seguirán teniendo cabida medios tradicionales como la radio en un futuro periodístico a largo plazo?

La radio es un medio con mucho futuro. No sé en qué formato oirán radio los oyentes de dentro de un siglo. Quizás sea algo diferente a las actuales emisiones o a los podcast, pero siempre habrá una persona que necesite sentirse acompañada por una voz en la distancia, pero a la vez cercana, que le proporcione información y algo más.

¿Crees que tiene suficiente presencia el periodismo cultural en los medios generalistas o que es un ‘lujo’ de calidad más reservado a los medios especializados?

La presencia cada vez más exigua de la cultura en los medios es un reflejo de la importancia que a la misma se le da desde la sociedad o por nuestros políticos. Y creo que es un error. La buena información cultural es sexy y vende. Sólo tenemos que ver los medios anglosajones para comprobar que a la cultura allí se le da espacio y les proporciona prestigio y lectores. No obstante, reitero, estamos en un momento de cambio de modelo, los grandes grupos de comunicación de nuestro país no tienen claro cuál es modelo. Se optó en su día, de forma algo ingenua, por no decir que insensata, por no cobrar los contenidos en Internet.  Ahora dar la vuelta hacia la cultura del pago va a ser complicado. Si a eso unimos que las plataformas van a mutar, que están cambiando, es un momento de desconcierto general. Lo viejo está moribundo y lo nuevo no acaba de nacer.

¿Alguna cosa más que desees añadir?

El primer día de la carrera mi primer profesor nos dijo, a los casi 300 nuevos alumnos de periodismo que estrenamos aula: “de todos ustedes, unos cincuenta acabarán la carrera, de esos cincuenta diez encontrarán trabajo, y de esos diez, uno o dos, con suerte, trabajarán de periodista”. Quiero decir a los periodistas y a los futuros periodistas que el periodismo lleva siglos en crisis, pero que siempre serán necesarios periodistas. Los periodistas necesitamos hacernos valer como generadores e intermediarios de la información de calidad. Pero ahí está la clave, en la calidad, el rigor, y eso no se consigue sin trabajo, aprendizaje continuo, sentido común y mucho esfuerzo. El periodismo es vida porque, en ocasiones, cuenta la vida, otras nos cuesta la vida y, gaudeamus igitur, es más vida que la propia vida. ¡Viva el periodismo!

Written by David Casas (@casas_castro)
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Sandra Crucianelli: “El periodismo de datos no es sólo para la élite”

Sandra Crucianelli es unas de las precursoras de la enseñanza y el ejercicio del periodismo de investigación y precisión, así como de las matemáticas aplicadas a la profesión periodística. Su dilatado bagaje le llevó a fundar en 2008 www.SoloLocal.Info, un proyecto diseñado y desarrollado para investigar el gobierno de la ciudad argentina de Bahía Blanca, desde donde publica historias que implican conversión de archivos, análisis en hojas de cálculo y visualizaciones. Es autora del libro Herramientas digitales para periodistas y docente del primer curso masivo online de periodismo de datos en español y  a lo largo de su carrera ha recibido varios premios internacionales como reportera investigadora, entre los que destacan un galardón de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), una beca de la Fundación Reuters, y en su país, el Premio Bienal de la Asociación Médica Argentina. En Soma Comunicación hemos hablado con ella sobre esta nueva modalidad de periodismo y su aplicación en los medios convencionales a medio plazo.

¿Qué es el periodismo de datos?

Es el mismo periodismo de investigación que se ha hecho siempre, pero con herramientas diferentes y un caudal de información enorme. A partir de mucha información, que a veces es tan grande que no cabe en una hoja de cálculo y de herramientas como Google Fusion Tables o Tableau Public, se inicia la búsqueda de noticias. Luego hay un tercer elemento que también marca la diferencia con respecto al periodismo tradicional y es la incorporación del programador al equipo de noticias.

¿Qué metodología de investigación utilizas cuando trabajas con bases de datos?

Las investigaciones periodísticas comienzan generalmente de la misma manera, planteándonos una hipótesis que puede ser por afirmación o interrogación. A partir de esa hipótesis se hacen análisis de datos, se cruzan variables, se ponen esas cifras sobre un mapa, se hacen cálculos. Luego llegan las conclusiones que pueden confirmar la hipótesis o refutarla. Vivo en una ciudad pequeña, que está a casi 700 kilómetros al sur de Buenos Aires, donde los medios de comunicación son entre medianos y pequeños y no hay grandes recursos para equipos de datos. Mi marido y yo hacemos todo en sololocal.info: la descarga de datos, la extracción, el análisis y la subida de los sets a la plataforma.

Cuando comenzamos ni siquiera sabíamos que estábamos haciendo periodismo de datos y usábamos sistemas para graficar como Manyeyes. Ese sería un periodismo de esta modalidad con recursos mínimos, porque aunque muchos piensan que sólo es para las élites y que únicamente pueden hacerlo los que tienen un programador, un analista de sistemas, un minero de datos, un experto en seguridad informática, un experto en web scraping, no es así. Aunque si bien es cierto que se requieren habilidades específicas, hay distintos niveles y al final todo depende de los recursos humanos que tenga cada medio de comunicación.

¿Qué beneficios aporta al periodismo el big data?

Primicias y prestigio, si la investigación está bien hecha desde el principio.

sandra-crucianelli-¿Consideras que el periodismo de datos será una disciplina masiva a mediano plazo?

No creo que se masifique en Latinoamérica a mediano plazo ni que todos los medios lleguen a realizar este tipo de práctica, pero sí considero que un creciente número de periodistas y medios de comunicación se dedicarán a esto. De hecho, conozco un periodista argentino, Andy Tow, que ya produce contenidos de periodismo de datos y los publica en su blog. Es un buen ejemplo de cómo una persona sola, apartada de un medio, puede producir contenidos basados en datos. Creo que van a surgir muchas iniciativas personales como la de él o como la mía misma, reformando sololocal.info.

¿Crees que los medios deberían de invertir en esta modalidad del periodismo para descubrir más hechos?

Sería interesante que apostaran porque no siempre se requieren herramientas de pago y difíciles de usar. Es más, en el  último libro que acabo de publicar, Herramientas Digitales para Periodistas’ (segunda edición), recomiendo cuáles son las más útiles para utilizar en los trabajos periodísticos. Las he seleccionado teniendo en cuenta tres ejes: que sean gratuitas, que estén en línea porque en muchas redacciones los periodistas no pueden descargar los programas y que estén en español.

¿Suponen las redes sociales una buena fuente de datos?

Por lo general, no. Las mejores fuentes son las bases de datos y sitios de Open Gov. Hay muchas iniciativas en inglés, pero hay dos que recomiendo mucho: Data Drive Journalism y Nieman Lab. También aconsejo el Medialab-Prado de España y los medios que tengo identificados por hacer proyectos de datos: ProPublica, The New York Times,Washington Post y LA Times. En Latinoamérica, La Nación de Costa Rica, La Nación de Argentina y Folha y O Estado de Brasil. Estos medios están guiando el camino hacia dónde nos dirigimos.

Teniendo en cuenta el ritmo al que evoluciona la tecnología, ¿hacia dónde crees que nos dirigimos?

Imposible decirlo y el que diga que lo sabe miente, porque es una probabilidad (cualquiera que sea) imposible de medir.

Written by: @InGabarda
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“En el mundo audiovisual es preciso ser ágil y ameno en los datos”

Elsa González (@ElsaGlezDiaz) lleva seis años al mando de la lucha por la defensa de los derechos y deberes de los periodistas españoles desde la Federación de Asociaciones de Periodistas Españoles (FAPE). Pero la trayectoria de la periodista madrileña recorre también años de trabajo incansable en diarios, emisoras de radio y medios culturales, cuya dedicación profesional ha sido reconocida por premios como el del Club Internacional de Prensa.

¿Cómo definiría una buena práctica periodística?

La que se atiene a los hechos, investiga, contextualiza y los cuenta con ética y calidad.

¿Qué han supuesto Internet y las redes sociales para el desarrollo y evolución del trabajo de los periodistas?

Mucho, porque constituyen fuentes informativas rápidas y de primer orden. Pero no confundamos las redes sociales con el trabajo profesional del periodista, cuyos principios no han variado.

Con una gran trayectoria en medios radiofónicos como la que posee, ¿cuáles son las claves para elaborar una pieza para radio desde la calidad y la ética periodística?

Realmente los mismos que en cualquier otro soporte. Pero en el mundo audiovisual es preciso esmerarse en la claridad, ser ágil, ameno y reiterativo en los datos para que calen en el receptor de la información, así como introducir testimonios que generen mayor credibilidad y ofrezcan vivencia al relato.

¿Cuál es la labor que realiza la FAPE para ayudar a proteger los derechos y las responsabilidades de los periodistas españoles?

La federación agrupa a las asociaciones de periodistas distribuidas por toda la geografía española. Conoce los problemas de la profesión de primera mano y, como organización mayoritaria, actúa ante la Administración, el poder político y económico y la propia ciudadanía como referente. La FAPE denuncia intromisiones a la libertad de información, así como las dificultades que puedan hallar los periodistas en el ejercicio profesional. Formamos parte de la Federación Internacional de Periodistas y tenemos una vinculación formal con la Aspciacion de Periodistas Latinoamericanos. Además, al órgano ético de la FAPE, la Comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología, puede acudir cualquier persona o entidad que se sienta afectada por una información emitida desde un medio de comunicación. Es decir, defendemos y trabajamos por la ética periodística.

¿Cuál es el panorama actual de los derechos de los periodistas españoles?

La Ley garantiza nuestro trabajo en libertad, pero las presiones existirán siempre. Eso denota también que poseemos capacidad de influencia y que tiene eco nuestro trabajo, pero la precariedad actual de la clase periodística nos hace más vulnerables.

¿Y el periodismo cultural? ¿Tiene la relevancia que se merece en las páginas de la prensa española?

Precisamente en la prensa escrita es donde mejor se mantiene. Sí considero que debería gozar de mayor peso específico, en general, en todos los soportes informativos. En cualquier caso, el periodismo es reflejo de la sociedad en la que vivimos y debe ser la propia ciudadanía la que demande esa faceta que nos enriquece a todos. Y que yo, desde luego, valoro enormemente.

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IFA será la capital nacional del marketing online y el e-commerce

marketing online alicante

La Institución Ferial Alicante (IFA) se convertirá durante el 30 de septiembre en la capital nacional del marketing online y el e-commerce con motivo de la celebración del Congreso Eccomaster. Doce maratonianas horas en una larga jornada que reunirá en un mismo espacio a expertos, profesionales y aficionados a estas dos disciplinas que podrán aprender, disfrutar y aportar, cada uno en la medida de sus posibilidades, del conocimiento que todos los asistentes pondrán a disposición los unos de los otros.

Repartidos entre ponencias, talleres y territorios especializados, las más de 800 personas que se espera que asistan podrán absorber el know-how de algunos de los casos de éxito de negocios online más sonados de los últimos años. Desde Hawkers y su revolución en el mundo de las gafas de sol hasta la modernización de la distribución de materias primas tradicionales, en el caso de turronesydulces.com, muchos serán los casos concretos y metodologías de trabajo analizados de aquellas empresas y start-ups online que han encontrado en internet su ámbito de actuación y razón de ser.

También habrá espacio para los aspectos técnicos. Expertos en posicionamiento SEO, en herramientas como Adwords, HTML5, Shopify o WordPress darán los mejores consejos para lograr algunos de los objetivos comunes, independientemente del sector en el que trabajen, de cualquier negocio digital: aumentar la visibilidad, mejorar la experiencia del usuario, potenciar la usabilidad de una web y, en definitiva, cualquiera de las prácticas de inbound marketing que una empresa puede llevar a cabo para consolidar su cuota de mercado en internet.

Algunos de los nombres más destacados del sector del marketing online se darán cita en este evento, con un programa de actividades ininterrumpidas a lo largo de todo un día en el que, con distintos formatos y métodos de aprendizaje, unos y otros podrán convertir esta jornada en un impulso a sus habilidades y conocimientos para desarrollar negocios desde un ordenador.

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“La escritura suma a mi vida nuevas formas de ver y comprender el mundo”

Si vais algún día a casa de Roser Amills (@roseramills), tal vez la encontréis sentada delante de su escritorio, pensando historias a conciencia y con un cajón con tierra mallorquina a sus pies para recordar de dónde viene. La escritora y periodista sigue este romántico ritual para crear a través de la escritura y verter en el papel lo mejor de ella. Su último retoño es La bachillera (Ifeelbook, 2016), un libro que cuenta la historia de una mujer del siglo XIX avanzada a su tiempo que se rebela ante el orden establecido entre las trifulcas con franceses refugiados, crueldad, pasiones y celos en los albores de las guerras carlistas.

De formación filológica, ¿cómo te iniciaste en el mundo del periodismo?

Cuando estaba en segundo de carrera (Filología Románica) me ofrecieron un puesto en Grupo Zeta como de correctora ortotipográfica para la revista Woman. Era una sustitución por maternidad, y cuando terminé me ofrecí para escribir yo artículos y entrevistas. La directora me dijo que sí, y ya no paré: fui redactora, jefa de redacción y, posteriormente, directora de muchas revistas.

¿Qué te atrajo de esta profesión?

Me di cuenta de que, si te gusta contar cosas, el periodismo ofrece la posibilidad de escribir a diario. Y, además, con el aliciente de aprender a sintetizar, a escribir con la máxima claridad y a perder el miedo a la página en blanco: ¡el mundo está repleto de historias!

Has tocado principalmente radio y, como comentabas, revistas de toda índole. ¿Con qué te quedas?

Me gusta comunicar y, por eso, me es indiferente la vía de acceso a las personas. He hecho radio con mucho placer, porque es un medio mágico y lleno de excelentes profesionales (ahora estoy en Cadena Ser con Toni Marín en un programa nocturno), pero la prensa escrita y la televisión también me encantan. Y las redes sociales (mi canal de YouTube, mis podcasts o los tuits que comparto a diario) también me aportan muchas satisfacciones.

¿Qué te da y qué te quita la escritura literaria?

La escritura literaria me permite concentrarme mucho más, pues es un trabajo de muchos meses. No me quita nada, al contrario: suma a mi vida nuevas formas de ver y comprender el mundo: cuando investigo un personaje nuevo es como si sumara su vida a la mía.

¿Cómo te planteas la escritura de un libro?

Tengo un cajón con tierra mallorquina a mis pies que me ayuda a recordar de dónde vengo, mis raíces. Escribo concentradísima y, por eso, durante los meses de más trabajo apenas salgo de casa y me convierto en una ermitaña: es necesario para sumergirme en cada historia de verdad. El arranque de cada novela es diferente, pero influyen mucho las situaciones que vivo para inspirarme. Las historias, como ya dije antes, están en todas partes.

En tu bibliografía destacan dos temas muy conectados: el amor y el sexo. ¿Cómo te gusta abordarlas como escritora?

El amor es el elemento que aglutina todas las partículas del universo, ¡nada menos! Y el sexo es la chispa que nos ha traído al mundo a cada uno de nosotros (nuestros padres lo practicaron para fabricarnos). Por tanto, son las dos fuerzas más sagradas, primigenias y valiosas, y así las contemplo en cuanto escribo.

¿Qué nos puedes contar acerca de La bachillera?

Tendemos a pensar que los modernos somos nosotros. En esta novela, basada en personajes y sucesos reales, desvelo un poquito, hasta donde puedo, lo modernísimos que fueron nuestros antepasados y, sobre todo, las circunstancias de las mujeres (tomo a una como protagonista, mallorquina como yo, porque echo de menos mi isla casi a diario) que se atrevieron a hacer lo que les vino en gana cuando las circunstancias eran mucho peores a las actuales. Para que nos digamos que, si ellas pudieron, nosotros también. Para que se nos bajen los humos hípster y recordemos de dónde venimos. Siempre viene bien.

¿Qué tienes tú de ‘bachillera’? ¿Está la lectura entre tus grandes aficiones?

Siempre me identifico con los protagonistas que elijo para mis novelas y todo lo que llame la atención de La bachillera forma parte de mí, para bien y para mal. Tiene mis defectos, mis pasiones, mis virtudes. ¿O era al revés y en realidad yo ya era La bachillera antes de escribir esta novela y simplemente lo he confesado con esta novela? Espero que le suceda lo mismo a quien lea esta novela. Todos tenemos mucho de los grandes personajes de la literatura. De eso se trata, de re-conocernos en ellos y aumentar nuestra vida. Leyendo.

Written by David Casas (@casas_castro)
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‘Periodismo de mandarina’ no es un libro de viajes

El periodista Javier Fariñas (@JavierFMartin), redactor jefe de la revista Mundo Negro (@mundo_negro) y profesor en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Comunicación de la Universidad San Pablo CEU, cuenta que hace algunos años, en su primer día de clase con sus alumnos, se le ocurrió plantar delante de los pupitres una mandarina que previamente había pelado delante de sus ojos. La abrió, separó los gajos y pidió que le contaran esa fruta en cinco líneas. Prácticamente todos hablaron de su olor, sabor y textura sin haberse acercado a ella. Ello lo derivó a la profesión periodística para explicar que no debemos conformarnos con lo que nos enseñan o vemos de lejos, sino que hay que “preguntar, oler, probar y destripar la realidad hasta contarla sin atisbo de duda”.

De esta sencilla anécdota surgió el título de su libro Periodismo de mandarina, el making off de su trabajo como periodista durante años: las historias que han quedado fuera de sus reportajes, crónicas y relatos de lugares, relegadas al cuaderno de notas. Se ha preocupado por dar voz a pueblos, gentes y situaciones que habitualmente no tienen cabida en los medios de comunicación por no ser lo suficientemente ‘influyentes’ a pesar de sí ser importantes, como considera, lo que le supone un profundo malestar con la profesión.

Los asesinados por Boko Haram, aunque importantes, eran mucho menos influyentes que los de la revista satírica Charlie Hebdo, por lo que nos volcamos en hablar de unos y silenciamos a los otros”, afirma Fariñas, que añade: “nos inquieta la seguridad de nuestro territorio y pasamos por alto preguntarnos por qué miles de personas quieren atravesar el Mediterráneo, saltar vallas o jugarse el pellejo en cayucos”.

El periodista destaca de todos esos países que ha visitado y que le han marcado un rasgo común: la voluntad de sus hombres y mujeres para tirar de una vida no siempre fácil a causa del hambre (Burundi), de un terremoto (Haití), de una guerra reciente (Bosnia y Herzegovina), de la presencia de un territorio radical (Filipinas), de determinadas vicisitudes políticas o históricas (Venezuela o Cuba) o de la injusticia debida a los países que “solo tienen como objetivo acaparar, acaparar y acaparar” (los migrante que llegan hasta una valla que saltar, una frontera que cruzar o un mar que atravesar).

El suyo no es un libro de viajes, sino de personas. “En este punto se igualan los bosnios con los cubanos, con los filipinos, con los burundeses. Lloran y ríen por igual. Lloran y ríen por lo mismo. Y en ese marco, los que tenemos la vida más fácil, tenemos mucho que aprender. Por eso nos cuesta tanto ver a Aylan muerto en la orilla. O a los que atraviesan una Europa fría en lo climatológico y en lo humano para huir de Siria en guerra. Nos duele verlo porque es, objetivamente, una realidad dura. También porque nos interpela, nos tira de las orejas”, asegura Fariñas, que brinda la responsabilidad a los medios de comunicación que “ofrecemos el ‘menú informativo’ que la ciudadanía quiere, y el que interesa a la clase dirigente; un discurso demasiado cómodo a veces, que garantiza seguridades, que evita inconvenientes, que no perturba la paz de la zona rica y acomodada en la que nos encontramos”.

Written by David Casas
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Eugenio Viñas: “Lo que verdaderamente genera tráfico es el contenido de calidad”

Eugenio Viñas es uno de los periodistas pioneros en estrategia Social Media. Allá por el 2009 comenzó con un grupo de amigos informáticos desarrollando una red de blogs con contenidos periodísticos basada en el posicionamiento SEO en un momento muy diferente al actual. En cuestión de horas, gracias a su estrategia digital, conseguían posicionarlos mejor que los grandes medios de comunicación, que no atendían esta cuestión. El éxito de esa red de blogs llevó a Valencia Plaza a contactar con él, por Twitter, y ficharlo para su redacción como responsable de Cultura, así como de su posicionamiento online en buscadores (SEO) y Social Media Manager desde 2011. Hablamos con él sobre la profesión, el paradigma actual y los retos a los que se enfrenta el periodismo.

Cada vez proliferan más medios digitales que no dependen de un medio tradicional, ¿por qué crees que se está dando este fenómeno?

Se basa en la estructura económica. Hablando de negocio puramente, es un negocio que siempre ha estado sujeto a leyes de origen industrial y su acceso al mercado ha sido siempre limitado. Esto ha propiciado que Internet haga con el periodismo lo mismo que hace con otros frentes, desmontar todo y romper mercado abriéndolo a operadores infinitos. Por eso, es normal que actualmente haya mucha gente capacitada para hacer este oficio, pues se están haciendo mejores contenidos que nunca, pensados para un eje digital.

¿Qué parámetros crees que condicionarán el futuro de los medios digitales?

La movilidad tecnológica. Hace 10 años Myspace era una multinacional gigante, la primera red social de calado internacional que generaba unos tráficos económicos impresionantes y, a día de hoy, está absolutamente desaparecida. Digo esto porque hay que entender que vivimos en un estadio de movilidad tecnológica muy distinto al vivido por nuestros compañeros. Pero más importante que esto es saber que si algo genera visitas y tráfico es el contenido de calidad y para generarlo, yo que soy un absoluto enamorado del oficio, considero que se consigue con investigación, recursos y mucho amor propio por la profesión, porque el periodismo está por encima de todo. Y si queremos generar audiencia lo más importante es que hagamos buenas noticias, que estén bien elaboradas, contadas, que sean verdaderamente influyentes, por supuesto que estén contrastadas, y que tengan el mayor número de recursos técnicos y humanos para conseguirlo.

¿Dista mucho la calidad de un medio actual digital de la de uno tradicional?

Los grandes medios cada vez tienen más peso en Internet. Están convencidos moralmente de que su camino pasa por ahí en 2016. Les ha costado unos 15 años aceptarlo pero saben que su posición de marca sirve para ello. Me sorprende que los medios tradicionales cada vez tengan más peso, porque ellos son los primeros que han denigrado sus marcas a través de las redes sociales y sus contenidos. No existe ningún medio tradicional de referencia de los años 90 que no se haya abandonado o abrazado la basura de publicar noticias irrelevantes, sin contrastar o exentas de interés periodístico. Es muy curioso como los medios digitales son mucho más respetuosos con su imagen, por ejemplo, grandes medios a nivel nacional como El Confidencial o Vozpópuli cuidan mucho su marca, pese a que tienen que generar mucho tejido de audiencia para mantener las monumentales redacciones que tienen. No obstante esto, las grandes cabeceras todavía tienen un gran peso en internet y siguen siendo prescriptoras de marca.

Existe la convicción de que Internet es un medio donde sólo tiene cabida la noticia, y no el periodismo de análisis o interpretativo.

Por supuesto que sí tiene cabida y sobre todo aunque no lo parezca, medios como los citados anteriormente o Valencia Plaza, asumen que una parte de su recorrido económico es invertir en convencer a la gente de que se puede hacer periodismo de calidad diariamente en un formato digital y de que el canal no tiene nada que ver con el resultado. Pero, ¿está calando en la sociedad que un periodista digital ofrezca contenido de calidad, siendo gratis o con una cuota de pago, cuando todavía no ha salido en la calle? Yo creo que se está demostrando que sí, porque somos capaces de generar calidad. De hecho, poco a poco se está rompiendo la percepción o la idea que se tenía de que un medio de comunicación online es sinónimo de fusilar la noticia, ser un repositorio de agencias, etc.

Se dice que con el periodismo ciudadano la profesión ha quedado relegada a un segundo plano, ¿qué opinas?

Yo no creo en el periodismo ciudadano, porque considero que si una persona graba un vídeo y lo cuelga, lo que ha hecho es un vídeo. Aunque su valor periodístico será muy alto seguramente, porque nos ayuda a visualizar algo que ha sucedido en una sociedad evidentemente audiovisual, no es periodismo.

¿Qué puede aportar el periodismo en la red que no pueda hacer un medio tradicional?

El periodismo en la red es mucho más enriquecedor o de mayor impacto a la hora de transmitir noticias porque podemos aportar gráficos, interactivos, música, vídeos, podcast, interacción social, ampliación de fuentes a partir de una primera noticia que se va enriqueciendo con testimonios posteriores, hasta videojuegos. Con lo cual es un lugar mucho más interesante y desarrollado, siempre que haya recursos para aprovecharlo, que el medio de comunicación tradicional que obviamente es unidireccional.

Ahondando más en la profesión periodística, ¿cómo explicarías la evolución entre un periodista tradicional y uno digital?

La profesión periodística en España sigue siendo muy romántica por la gente que de verdad tiene vocación por su oficio. Aunque tenemos pocos referentes de la cultura popular como puede ser el caso del año pasado de la película Spotlight, donde alguien cuenta de manera fácil a la gente, más o menos, lo que sería un trabajo de investigación, la dedicación y el esfuerzo que supone sacar una historia adelante. En este sentido, creo que el periodista de antes y el de ahora tiene los mismos valores: mucha inquietud, supeditar su vida personal a la profesional porque sabe que no va a tener suficientes historias sin llevarse por delante una parte muy considerable de su vida, porque este oficio supone mucha dedicación y esfuerzo. Pero para mí ha sido muy emocionante ver cómo profesionales del ámbito tradicional se han ido adaptando a las nuevas formas. Han aceptado que reciclarse no es un mantra, sino una obligación, porque tienen que estar constantemente activos en el cambio de ritmos y en la lectura de otro tipo de contenidos, al igual que en el uso de otros canales. A partir de ahí, en esencia, creo que lo que seguimos haciendo es muy parecido al oficio que se podía hacer en España desde los años 20 porque se necesita la misma pasión y entrega, tener colmillo para pelear una noticia, habilidad con las fuentes y para escribir, que hace 30 años. Los canales cambian y es cierto que la movilidad tecnológica e inseguridad laboral influyen muy fuertemente en el periodista de hoy pero por lo demás, los valores son iguales.

¿Qué opinas del periodismo móvil y de que los periodistas estén utilizando herramientas como esta para contar historias y enriquecer los hechos?

Las herramientas nunca trascienden el tiempo del periodista, éste lo trasciende los contenidos de calidad y su buen oficio, pero que lo haga en Snapchat, Instagram Stories, con un palo selfie o cualquier otra herramienta para mí tiene un valor transitorio. Lo que hace es estimular a una audiencia, y lo que hacemos es lo que se ha hecho siempre en el oficio, meter las narices allá donde se puede contar historias. Yo puntualmente he utilizado diversos canales para contar algún hecho pero son estaciones de paso, porque lo importante es que la historia esté siempre bien desarrollada periodísticamente.

Según tu dilatada experiencia, ¿cuáles son las claves para generar contenido exitoso en la red?

Contenidos de calidad, inéditos, contrastados y contrastables, enriquecedores, cortos, sintéticos, eficaces y con capacidad de generar crítica y un interés mayor por el tema que se está abordando.

¿Qué ventajas saca un periodista del uso de Twitter?

Es un lugar donde yo me inspiro mucho y me asomo a muchas conversaciones interesantes, a las que no tengo acceso. Por tanto, me enriquece mucho, casi como un escaparate, porque yo veo pasar cosas y después las interpreto. Digamos que Twitter puede desencadenar o lanzar alguna conversación o tema interesante pero no puede ser la única fuente para desarrollar un tema, desde luego no lo es.

¿La rapidez con la que transmitimos la información está haciendo que no se contrasten bien la fuentes?

La pelea por la rapidez, desde mi punto de vista, sólo le pertenece a la persona que está justo donde está sucediendo el hecho en cualquier ámbito y puede contarlo en un tweet o un periscope, y a quien tiene muchísimos recursos para tener a un equipo humano en las últimas horas, es decir, los grandes medios. Pero en el caso de los medios regionales me parece un completo absurdo pelear por la última hora, porque es una competición donde hay muchos periodistas esperando y supone una pérdida de recursos. Por tanto, este apartado informativo considero que le pertenece a los grandes medios.

Por último, ¿cómo ves en un futuro el periodismo y a qué retos nos enfrentamos?

Los grandes grupos editoriales están atenazados porque han ido pasando a manos de empresas financieras y éstas buscan rentabilidad. Este binomio en 2016 es algo complejo, porque para que un periódico sea rentable hay que invertir en innovación y recursos humanos. Entonces, los grandes medios tienen que aprender a ser rentables sin dejar de hacer el producto de calidad que hacen pero en el mundo de la explosión digital. Para ello, los medios tienen la tarea de consolidarse como estructuras económicas viables, que permitan el desarrollo del trabajo periodístico y contenidos sin ningún problema.

Written by @InGabarda
Photo by Eva Máñez / @valenciaplaza
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Marketing olfativo: posicionamiento a través de la nariz

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Hay olores que están directamente ligado a nuestros recuerdos. El del café con tostadas por las mañanas, la tierra mojada, los lápices con los que coloreábamos en el colegio, la brisa marina o campestre del pueblo de nuestros abuelos, nuestra comida favorita. El olfato es el primer sentido que nos conecta con la supervivencia, permitiendo a los recién nacidos seguir el rastro de hormonas para llegar al pecho de su madre, y hay estudios que afirman que incluso ya de adultos tiene un mayor peso en nuestro recuerdo que la vista. ¿Pero qué es el marketing olfativo?

La relación directa de la nariz con nuestra amígdala cerebral adelanta el peligro de condiciones insalubres o peligrosas, pero también contribuye a una inmensa sensación de bienestar. La industria perfumera lleva siglos sacando provecho de ello. En sus orígenes, como forma de enmascarar la difícil higiene de los que vivieron en épocas pasadas; hoy en día, como signo de distinción y marca personal. Posicionamiento, al fin y al cabo, por lo que se puede asegurar que el marketing olfativo existe desde mucho antes de que se definiera como tal.

No es extraño por todo ello que algunos negocios comenzaran a poner tanto énfasis en el olor de sus locales como forma de atraer clientes y lograr tanto permanencia como fidelidad. De la misma forma que la industria alimentaria aplica aditivos aromáticos a sus productos, muchas tiendas se pusieron manos a la obra con el objetivo de configurar la atmósfera más placentera para sus potenciales compradores. Grandes tiendas como Abercrombie & Fitch están entre los pioneros de la creación de una experiencia sensorial total que atrapa al visitante en sus pasillos, haciendo de la compra un espectáculo que entra por los ojos, los oídos y, por supuesto, la nariz. Igualmente, cadenas de alimentación juegan con la proyección deliberada de la fragancia de sus bebidas o platos estrella tanto en el interior de su establecimiento como hacia el exterior del mismo.

La fórmula se ha extendido de tal forma que es difícil encontrar centro receptor de clientes que pretenda influir en la generación de un entorno favorable a la compra que no cuide estos detalles. Los estudios de mercado y los muestreos tratan de identificar qué olor se adecua más a las características de su clientela, creando una importante actividad alrededor en la que participan desde especialistas en perfumería, mercadotecnia o psicólogos a, por supuesto, fabricantes de los más innovadores ambientadores que recrean el más inverosímil de los escenarios imaginables. Se puede asegurar que hoy, más que nunca, compramos con la nariz.

Photo by Marga Ferrer
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Redes sociales y depredación humana

El diario El Mundo publicaba recientemente datos sobre la histórica reducción de presencia de la gente en las redes sociales y preguntaba si la tendencia se podría deber a un hartazgo latente de las personas hacia estas plataformas. Precisamente, un tuit de Laura Bellver me ponía en la pista del escrito referido, inspirador a la vez de esta reflexión entre filosófica, antropológica y darwiniana.

En torno al tuit y al artículo, como en otras muchas realidades sociales, la respuesta que se me ofrece dar a la incógnita que plantea el rotativo pasa por un contundente ‘sí’, el ser humano termina cansándose de todo lo que depreda. Porque, ya sea en modo offline o en online, tendemos a abordar los hechos y las cosas con ansia, con apropiación casi indebida, con voracidad de pecado capital, con autoridad sobre quien llega un poco después, con prepotencia hacia quien estaba mejor antes, con la torpeza del elefante de la cacharrería, con la suciedad de quien arroja residuos sin pensar en el otro, con la contundencia de quien tiene poder, dinero, recursos –públicos o privados-, con la cobardía del anonimato, con el ‘autocontrol’ de la publicidad, con el escándalo de la exhibición, con la falta de lectura para seguir unas instrucciones básicas, sin empatía, sin humildad, sin consecuencias (aparentes).

Plataformas que sufren como la cala virgen que en un principio era de la naturaleza, que a mitad de periodo comenzó a ser pisada por el hombre, que con el paso de los siglos fue habitada por unos pocos, que con el devenir de los años quedó ocupada por cemento esporádico, que con las semanas se puso de moda y comenzó a saturarse, y con los días se contaminó hasta que, en unas pocas horas, la mano del ser humano la devastó.  ¿Por hartazgo –como pregunta El Mundoo por abuso? ¿Por sostenibilidad o por explotación indebida? Por depredación, porque el ser humano primero descubre, luego se fascina y después se va como llegó, sin mirar atrás, a la búsqueda de un nuevo ámbito propicio para desplegar su acción incansable, inagotable, inconformista. Depredadora.

En las redes sociales -que caracterizan en sí mismo el comportamiento del hombre en comunidades- tal y como han sido conocidas durante la última década; en esas plataformas con nombres de Twitter, Facebook, Instagram, Pinterest, etcétera, el ser humano que llegó primero lo hizo con el disfraz de early adopter, rol que prestó a entornos afines por amistad o por profesionalidad, que a su vez ejercieron influencia y notoriedad por encima de las plataformas tradicionales y que se equipararon en autoridad a los actores sociales de siempre: a los futbolistas, políticos, actores y otras celebrities de guardar.

Notables de segundo tiempo que, al dar el paso de desembarcar en dichas plataformas, arrastraron a una masa mostrenca de fans, de seguidores, de militantes, de detractores y de desinformadores que encontraron en estas canchas del ruido social la mejor oportunidad para dilapidar, aplaudir, manipular con altavoces de una potencia global, con apellidos de tendencias en forma de #, la posibilidad de hacerse notar, de invadir intimidades o de gritar anónimamente insultos irreverentes.

Lo hicieron por encima de lo sostenible, de las conversaciones productivas, del respeto, de la comunicación bidireccional, de lo políticamente incorrecto… Y con “buenismo”, con lecciones de vida, con autoritarismo, con lo que queda bien o mal decir, con el silencio impuesto por la prudencia excesiva aconsejable en un entorno cada vez más hostil, menos auténtico, predispuesto a dilapidar en plaza pública opiniones contrarias a lo que la masa ruidosa creía conveniente.

Hasta ese desembarco en la cala de las redes sociales de dichos perfiles famosos y de los rebaños de ruido que los acompañaban en cualquiera de las manifestaciones o plataformas en que estuvieran presentes, el rollito Social Media molaba tanto que la fascinación parecía, insólitamente, eterna. Pero no, la depredación pisó el terreno de estas plataformas hasta dejar de ser partidos de ida y vuelta, hasta llegar a unos cuantos minutos de publicidad como los de la televisión, hasta no conversar más allá de la mirada del vecino más cercano, hasta decir basta.

Las plataformas que han sostenido el concepto redes sociales durante la última década parecen alcanzar hoy índices de contaminación que, en el corto plazo, desvelan un abandono de usuarios. Esta cala comienza a estar hormigonada. Pero el ser humano descubrirá, gracias a la nueva comunidad global surgida de las posibilidades tecnológicas y a las nuevas plataformas que se deriven de ella, nuevos parajes naturales/sociales que depredar. Porque en esa comunidad global que hemos creado somos así. Y lo seremos hasta que nos extingamos. O no.

 

Reflexión darwiniana by @os_delgado / @360gradospress
Photo by @Marga_Ferrer