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Publicidad y realidad virtual: cómo vender productos en 360 grados

Publicidad y realidad virtual, un nuevo campo por explorar para el marketing.

Las gafas de realidad virtual son uno de los gadgets tecnológicos de moda. Ya sean los modelos más rudimentarios, que pueden fabricarse en casa con cartones o comprarse por muy poco dinero (1), u otros más completos, sofisticados y (también más caros) vendidos por grandes marcas (2), el objetivo es el mismo: disfrutar de unas imágenes en 360 grados, que permitan al usuario moverse sobre sí mismo descubriendo con su propio rumbo corporal todo aquello que la escena esconde.

 Aunque hasta la fecha la realidad virtual se ha aliado principalmente con la ficción y la información, una tercera vía se abre paso con fuerza entre los usuarios y los productores de contenidos para este formato: la publicidad. De sobra conocidos son los usos de las gafas en videojuegos o películas, así como en informativos y reportajes, en los que el portador observa a su alrededor todo cuanto ocurre: desde una carrera de coches a toda velocidad, el asalto a una nave espacial o un bote de refugiados a la deriva por el Mediterráneo, esta tecnología aporta un realismo y una capacidad de empatizar como no se había visto hasta la fecha.

 Pero, con la publicidad, también se abre un nuevo panorama: usuarios que sabrán, casi en primera persona, cómo funciona y responde un producto. Sus gafas serán sus ojos, y la realidad virtual puede servir para hacer demostraciones fidedignas que logren hacer de aquello que trata de venderse algo realmente atractivo. Según unestudio de la compañía Ericsson (3), dos terceras partes de sus encuestados destacaba de esta tecnología la posibilidad de obtener una mayor y mejor información de los productos que querían comprar por internet para poder saber su desempeño real antes de adquirirlos.

 Y, además de una grata experiencia al usuario, servirá para que anunciantes, agencias y creativos tengan ante sí un nuevo reto generacional: el de adaptarse al formato, convertirlo en atractivo y no espantar a unos potenciales clientes emocionados por la novedad. Este tipo de metrajes se han puesto al alcance de los usuarios de a pie con la posibilidad de subir vídeos en 360 grados a Facebook (4), por lo que el caramelo ya está en la boca de la gente y ahora son los creadores quienes tienen que responder a la altura. El potencial está ahí, sólo hay que aprovecharlo.

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“La dependencia de la publicidad institucional prostituye el periodismo”

El periodista Agustín Rivera (@agustinrivera) trata de buscar y contar historias desde que empezó su carrera profesional en Diario 16. Desde entonces ha pasado por El Mundo como corresponsal en Tokio y enviado especial a 14 países y por El Confidencial, donde es delegado de Andalucía desde 2009. Además, es doctor en Periodismo y profesor asociado de la Universidad de Málaga. También ha escrito dos libros basados en una investigación periodística: El Cortijo andaluz. Treinta años de subvenciones, enchufismo y despilfarro (La Esfera de los Libros, 2012) y Manuel Alcántara, la edad de oro del boxeo. 15 asaltos de leyenda (Libro del K.O., 2014), junto a Teodoro León Gross.

¿Por qué decidiste ser periodista y qué te ha dado esta profesión?

Es vocacional. Desde pequeño quería serlo y tenía claro que deseaba estar en los sitios importantes y contar historias. Pude conseguirlo y, hoy en día, lo sigo haciendo.

Te defines como un periodista “que busca y cuenta historias”. ¿Cuál ha sido las que más te ha emocionado o la que más te ha costado dar?

Recuerdo cuando hice la cobertura para Diario 16 del 50º aniversario de la bomba atómica sobre Hiroshima. Tenía apenas 23 años y fue una experiencia bastante dura por conocer a algunos de sus supervivientes y su museo. Ello me impulsó a seguir contando noticias humanas. Este tipo de envíos internacionales te los permite el trabajar en medios grandes, además de poder trabajar en diferentes áreas y no anquilosarte.

¿Qué te ha aportado como periodista ser enviado especial a diversos países de los cuatro continentes?

Salir de una ciudad no muy grande como Málaga, te abre mucho la mente. De hecho, a todo periodista joven le recomiendo salir fuera para conocer otras lenguas y culturas y crecer en la profesión. Supone un valor añadido con respecto a otros compañeros que no se mueven fuera.

¿Cuál es el panorama de la prensa en Andalucía, y en Málaga en concreto?

Desde que empecé en los noventa como corresponsal en Málaga de la edición andaluza de El Mundo hasta ahora, que llevo siete años como delegado en Andalucía de El Confidencial, la situación política y socioeconómica ha cambiado mucho. En estos siete años he visto a tres presidentes de la Junta de Andalucía y hacer prensa en esta comunidad no es fácil, porque hay un “cortijo andaluz”, como indico en mi libro, que condiciona mucho el trabajo, sobre todo, la dependencia de la publicidad institucional, que prostituye el periodismo.

¿Qué sacaste en claro de tu investigación en El cortijo andaluz? ¿Y al compararlo con la situación actual?

La alternancia política es muy buena y Andalucía debe tenerla, aunque no sea obligatoria, para que haya más transparencia y apertura de ventanas, a pesar del riesgo de la inestabilidad que siempre se tiene por el cambio. En los ayuntamientos en los que se ha dado esta alternancia, tanto del PSOE como del PP, ha habido un cambio muy positivo en sus gestiones. Pero si, a nivel autonómico, los votantes quieren que siga el PSOE, con o sin Susana Díaz, que así sea. Además, el PP no es todavía suficientemente fuerte aquí, y Ciudadanos tampoco.

¿Cuáles son las claves para que una noticia se haga con calidad y no pierda interés?

Que haya un interés humano, que afecte al mayor número de personas posible y que esté muy bien contada y verificada. Es mejor tardar dos horas más en entregar un texto que hacerlo de forma precipitada e incompleta o incorrecta.

¿Cómo te enfrentas al miedo al folio en blanco a la hora de arrancar la escritura de un libro o de una noticia?

Más que miedo al folio en blanco, lo tengo al titular en blanco, porque es lo que más llama la atención y lo que más se lee. En cuanto lo tengo, además de los primeros párrafos, ya me quedo tranquilo. El vértigo todavía lo tengo y es bueno porque te genera dudas y ver las cosas desde diferentes puntos de vista. Es importante no aburrirte a ti mismo con lo que escribes para que no suceda lo mismo con el lector.

¿Alguna cosa más que quieras añadir?

No estamos en una edad negra para el periodismo, sino de oro. La crisis está en las empresas periodísticas, pero es un momento fantástico para estudiar periodismo y para ejercer. No hay tanto empleo como antes, pero quien es bueno en el periodismo, puede hacer cosas interesantes. Es una profesión maravillosa e imprescindible para que los ciudadanos tengan una información veraz y solvente.

Entrevista de @casas_castro
Foto de Carlos Díaz (El Mundo), tomada del blog agustinrivera.com
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“El País de los Estudiantes” enciende las rotativas

Tras dieciséis años de recorrido, el programa que acerca el periodismo a los jóvenes en las aulas, vuelve a las redacciones de los colegios para contar la actualidad, de la mano de los estudiantes. Un proyecto innovador para los docentes que cuenta con el apoyo de la comunidad educativa y que surge como una herramienta para “fomentar todos esos valores, y también la interacción entre profesores y alumnos”, explica Pedro Zuazua, director de comunicación del periódico El País. “Cuanto mejores sean nuestros lectores del futuro, mejores serán nuestros medios”, recalca.

Como todo gran medio de comunicación, “defiende un modelo de sociedad a través de sus páginas, que incluye a personas con capacidad crítica, interés por comprender lo que sucede en el mundo e inquietudes culturales”, señala Zuazua.

Se trata de un programa gratuito dirigido a la docencia. A través de su web www.estudiantes.elpais.com, alumnos y profesores pueden registrarse y acceder a una sencilla  herramienta de maquetación y a diferentes materiales didácticos que les permiten desarrollar su propio periódico, bien como proyecto transversal con otros docentes, o como herramienta para el desarrollo de una asignatura.

Este programa ayuda a los estudiantes a dar rienda suelta a su expresión escrita, así como conocer de primera mano el mundo del periodismo. A través de la literatura y el debate periodístico, comparten su visión del mundo sobre la actualidad y convierten las aulas en auténticas redacciones de periódico, ejerciendo una labor de reporteros, fotógrafos, maquetadores, diseñadores y redactores.

Una vez presentados los proyectos, son evaluados por un jurado profesional compuesto por periodistas de El País que seleccionan los mejores de cada comunidad y, de entre ellos, los ganadores. El periódico premia a los tres mejores a nivel nacional y a los mejores trabajos especiales en nueve categorías: mejor reportaje, mejor sección en inglés, mejor entrevista, fotografía, tira cómica, publicidad de concienciación, premio Endesa a la mejor crítica cultural y mejor videoblog.

Pedro Zuazua admite que cuando comenzaron el proyecto pensaban que tendría buena acogida, pero se sorprenden cuando echan la mirada atrás y observan las cifras globales de su trayectoria, que se resumen en 15.600 periódicos, más de 33.000 colegios y en torno a 100.000 equipos compuestos por más de 470.000 estudiantes.

El objetivo que se ha perseguido desde el principio con esta iniciativa es, según explican sus promotores, “acercar el periodismo a las aulas y formar futuros lectores con criterio y amplitud de miras, así como fomentar la interacción en las aulas. Y aproximar la profesión periodística a los chicos desde otra perspectiva, por supuesto”.

Para ello, la labor que desempeñan los profesores, como actores principales, es fundamental. Cabe destacar el alto nivel de los equipos que participan porque “cada año encontramos historias que se podrían publicar perfectamente en El País, admite Zuazua.

Y es que, son buenos tiempos para el periodismo, pese a la crisis experimentada. Después de pasar por unos años de cierta inseguridad dada la velocidad a la que cambiaba el mundo de la comunicación, “el periodismo se encuentra en un momento óptimo, con más lectores que nunca y experimentando permanentemente con nuevas narrativas para estar más cerca de nuestras audiencias. Hemos aprendido mucho en estos años”, concluye Zuazua.

Written by: @ingabarda
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“Alguien que piense como periodista y actúe como tal es esencial”

El periodista Gabriel Jaraba (@GabrielJaraba) afirma que “el ejercicio del periodismo en la actual sociedad de la comunicación, que es por definición una sociedad compleja, obliga al periodista a una formación más extensa y sólida”. Educación, una de las patas que sostienen su propia carrera profesional desde la Universidad Autónoma de Barcelona, donde anima a sus alumnos y a todo aquel comunicador que desee una puesta a punto en su profesión en materia de ‘ciberperiodismo’ a seguir creciendo y aprendiendo para mejorar como periodistas.

¿Qué es importante tener en cuenta a la hora de desarrollar la profesión de periodista en un medio tradicional o digital?

Tanto en uno como en otro, hacer de periodista y no de otra cosa. Si hemos de hacer periodismo, eso quiere decir que hemos de trabajar con información. Y nuestra misión como periodistas es trasladar a nuestro público información veraz, con las fuentes debidamente contrastadas para asegurar su verificación; información contextualizada, para que sea debidamente comprendida e interpretada; información relevante, cuya difusión sea pertinente en términos de actualidad, es decir, que “sea noticia”. Al hacer esto, aseguramos el cumplimiento de nuestra responsabilidad principal: administrar el derecho a la información, del que son titulares todos los ciudadanos y no únicamente los periodistas. Pero tanto si hacemos de periodistas como si llevamos a cabo otras tareas comunicacionales, lo que marcará la diferencia siempre será: producir y publicar contenidos de calidad; contenidos con valor añadido para el lector, espectador u oyente; contenidos que diferencien a nuestro medio en términos de calidad, credibilidad e interés; contenidos por los cuales, si es el caso, valga la pena pagar. Todo lo demás es ruido innecesario y tráfico intrascendente.

¿De qué manera trata de “promover y entrenar la creatividad como una manera de vida y de realización personal y transpersonal”?

Me interesa la creatividad como el modo en que se expresa el aprendizaje. Creo en el aprendizaje continuo como forma de vida, pues el profundo cambio cultural y ‘civilizacional’ que estamos empezando a vivir nos obliga a estar en cambio constante, asimilando no sólo nuevos conocimientos, competencias y habilidades, sino adaptándonos a transformaciones cuyo ritmo y profundidad pueden ser intensos. La creatividad es una facultad común a todos los seres humanos, mediante el ejercicio de la cual realizamos nuestra adaptación al medio, que es la clave de la supervivencia y la evolución. Cada vez hallaremos menos seguridades y refugio en la repetición de formas superadas de hacer y de vivir, y nuestra realización como seres humanos nos va a demandar la capacidad de vivir en lo imprevisto y actuar dentro de lo inesperado. Ese modo de vivir va más allá de lo personal, pues tiene implicaciones que superan los límites de nuestra propia persona: se refieren a la preservación de la ecología del planeta, a la construcción de una conciencia planetaria común por parte de los seres humanos como especie y al desarrollo de una vida espiritual que no se refiere solamente a lo trascendente, sino a lo más depurado del arte y de la cultura.

¿Cómo ayuda el estudio de una ciencia como la psicología en el trabajo de periodista?

Un periodista es por definición una persona enormemente curiosa y, por tanto, debería de ser natural que incorporase a su profesión saberes de otros campos de conocimiento. La psicología puede ayudar al periodista a reflexionar sobre las motivaciones de las personas, a comprender las mentalidades de los grupos sociales e, incluso, a prever ciertos comportamientos.

¿Qué trata de acercar a sus alumnos acerca del funcionamiento y uso del ciberperiodismo actual?

En primer lugar, que entiendan que ciberperiodismo no es otra cosa que periodismo. En segundo, que lo que marca la diferencia no es la tecnología y las rutinas de su utilización, sino las realidades sociales y comunicacionales a las que da forma. En tercero, que lo que hace de alguien un periodista no es un título o una habilidad concreta, sino una manera de pensar y una actitud. Alguien que piense como periodista y actúe como tal es esencial en cualquier entorno, ciberperiodístico o no, y será ello lo que determine su futuro desempeño en la profesión. El ciberperiodismo es, por encima de todo, escritura periodística. Se escribe con letras, pero también con imágenes y sonidos. Los medios digitales, en contra de lo que muchos creen, obligan a una escritura de mayor calidad y precisión, y su lectura, más rápida y volátil, demanda del periodista mayor capacidad de captar la atención del lector y de mantenerla. No hay pues ciberperiodismo sin dominio de la escritura periodística, y nadie aprende a escribir bien si no lee mucho.

¿Cuán importante ha sido la inclusión del uso de las redes sociales en el trabajo diario de los periodistas?

De entrada, les ha hecho ser conscientes de que hay un público ahí afuera, que los lectores, oyentes o espectadores no son una audiencia meramente pasiva, sino que reacciona, actúa y efectúa opciones. Luego, les ha permitido conectar directamente con ese público, interactuar con él e, incluso, hallar una difusión para sus noticias y contenidos que puede alcanzar lugares hasta entonces inéditos. Por último, les ha hecho atisbar que hoy día un medio de comunicación sólo puede vivir en un ecosistema comunicacional que lo trasciende, que ya no se puede considerar en términos de audiencia sino de red social humana, de interacción constante de intercambio de opiniones e informaciones. Sería bueno que, además, los periodistas fuesen capaces de hallar en esas interacciones datos y fuentes válidas de las que pudieran surgir noticias, de conocer mejor la realidad social y humana que les rodea, de percibir mejor las preferencias del público. Y, sobre todo, que acertaran a no tratar al público con paternalismo o, por el contrario, sometiéndose a un dictado de gustos que siempre tiende a la baja calidad.

¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de arrancar una investigación periodística ya sea para utilizar en medios de comunicación o en docencia universitaria?

Por encima de todo, que la investigación se plantee como respuesta a una pregunta. Una pregunta que sea pertinente, relevante para el interés general y que encierre respuestas posibles que pueden aportar algo nuevo, descubrir algo que no se sabe y producir conocimiento. Todo periodista es un investigador, pues el periodismo es un método de interpretación sucesiva de la realidad social. Una vez determinada la pregunta o preguntas, es necesario acotar el campo de estudio, para tratar de que la investigación sea manejable y los resultados, identificables y contextualizables con claridad. En el caso de investigar para los medios, la investigación debe ser un trabajo periodístico de cariz noticioso, que pretenda descubrir algo que no sólo se desconoce, sino que hay alguien que no tiene interés en que se sepa, y que su descubrimiento es de interés público.

¿Cuál es el panorama actual del periodismo que se realiza en televisión en Cataluña? ¿Y al compararse a nivel nacional?

En Cataluña, el periodismo de calidad se centra en TV3, Televisión Española-Cataluña y, en parte, en 8 TV. Es un periodismo demasiado dependiente de las agendas políticas y declaraciones, pero ese es un mal común a todos los medios en toda España. TV3 tiene una tradición de reportajes y de documentales informativos y de investigación de gran calidad, y la tertulia de actualidad de 8 TV supera en su género a las de las televisiones públicas. Comparado esto con las cadenas de alcance nacional encontramos más diversidad temática, de géneros, de puntos de vista y una calidad en la producción y realización, puesto que las cadenas privadas nacionales, a excepción de lo que hace Jordi Évole, parecen instaladas en actitudes rutinarias que favorecen la tendencia a ocuparse excesivamente de temas de sucesos o de corazón y de personajes famosos o curiosos.

¿Qué diferencias encuentra entre la prensa catalana que se realizaba en la época en la que ejercía su profesión en este tipo de medios y la actual en términos de calidad?

Dígase lo que se diga, la prensa catalana de los años 60 y 70, cuando empecé a trabajar en ella, era una porquería, como toda la prensa española: no hay prensa de calidad bajo una dictadura. Todo lo que ha venido después no ha sido más que una mejora. El inicio de la transición desencadenó el enorme potencial que encerraba el sector, y aparecieron nuevos medios y empresarios innovadores que consiguieron en muchos casos que la información fuera negocio. Los problemas actuales en el sector de la información vienen de la desorientación de las empresas, el desánimo de los profesionales y la falta de comprensión de las nuevas realidades socio comunicacionales. Es una situación tan extraña que en ella se pide a los periodistas que se pronuncien sobre el modelo de negocio y a los empresarios, sobre los contenidos. La información debe volver a centrarse y a admitir de una vez que no es posible que los periódicos se limiten a publicar noticias del día anterior que todo el mundo conoce por la televisión e internet, que las televisiones hayan sustituido a Hola!, Diez Minutos y Lecturas en su línea de contenidos y que Twitter y Facebook no son demonios que disminuyen la calidad de los medios, sino que es la propia baja exigencia de sus gestores la que lo hace.

¿Alguna cosa más que desee añadir?

El ejercicio del periodismo en la actual sociedad de la comunicación, que es por definición una sociedad compleja, obliga al periodista a una formación más extensa y sólida. La tarea de la comunicación ha sido siempre la de informar, entretener y formar, y ahora estas tres misiones están aún más acentuadas. Un periodista es, quiéralo o no, un educador social. La práctica de la comunicación va de la mano con la preocupación por la educación, más allá de la escuela y la formación reglada, pero que las incluye. Y el periodista tiene la facultad de proponer y de abrir nuevos horizontes al público, descubrirle nuevas posibilidades, otros modos de hacer y de vivir. Eso explica mi preocupación por la educación y por la vida creativa. Estamos a las puertas de un verdadero tsunami, un cambio global de civilización tras el cual no reconoceremos la mayor parte de lo que hoy es la comunicación, la cultura, la educación y el trabajo. Debemos prepararnos para vivir en un nuevo mundo que no pertenece al futuro, sino que ya se cuela en el presente. Corazones cálidos, mentes claras, actitudes dinámicas, capacidad de aceptar el cambio y de crear nuevas realidades. Porque las desigualdades escandalosas, injusticias insoportables y opresiones aberrantes que viven hoy amplios sectores de la humanidad se van a agudizar aún más y de nuestra respuesta adecuada depende la supervivencia de las personas y del planeta que habitan.

Written by @casas_castro
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Aplicaciones móviles para periodistas

Desde hace unos años ha surgido una nueva forma de consumir información, la misma que ha cambiado el modo de comunicar de los periodistas. Atrás quedan los modelos informativos planos y unidireccionales de las redacciones físicas. En su lugar, las nuevas tecnologías han dado paso a un diálogo entre el lector y el profesional, permitiendo así una narrativa digital, mucho más dinámica y palpable. Si bien es cierto que los camarógrafos y fotógrafos continúan haciendo sus labores capturando hechos noticiosos, ahora también se ayudan de herramientas 2.0 para contarlo, como son Instagram, Facebook, Snapchat o Storify.

El nuevo periodismo trae consigo un gran abanico de opciones para los periodistas, que tienen la ardua tarea de seguir creando contenidos de calidad día tras día, pese a los tiempos dificiles que corren. Y es que el auge de los smartphones y el uso creciente de las tablets, junto a las redes sociales, han propiciado que cualquier ciudadano pueda formar parte del sistema informativo y aportar sus historias en forma de tweet o post dentro de un blog. De modo que, al profesional no le queda otra alternativa que reinventarse y hacer lo que mejor se le da, extraer información de los canales que tiene a su disposición y rentabilizar sus recursos técnicos para aportar una mayor calidad a su trabajo periodístico.

Para hacerlo no sólo se apoya de las nuevas fuentes mediáticas y bibliograficas que Internet le brinda, sino que también emplea otras herramientas para ofrecer un valor añadido, como son las aplicaciones móviles más empleadas por los profesionales de la comunicación. Desde Tendenciasmag realizan un ranking de las apps más útiles para los periodistas, destacando aquellas que permiten archivar páginas web para leerlas posteriormente sin conexión, como son Instapaper, Read it later y Evernote, pensada para trabajar en equipo.  Una practicidad que se asemeja a la ofrecida por Flipboard,  como apunta Media-tics, la herramienta que permite crear una revista personalizada con contenidos personalizados.

Desde el punto de vista de que el periodismo continúa al servicio de la sociedad, es importante destacar la app multiplataforma Storify, empleada por grandes medios de comunicación en todo el mundo para compartir historias de componente social de forma dinámica en la red, mediante textos, imágenes, vídeos e incluso gifs. Se trata de una manera de dar voz a los ciudadanos y de informar sobre temas polémicos que suscitan el interés de los lectores.

Lo mismo que Story Maker, más pensada para comunicar sucesos en zonas de conflicto, como Irak o Siria. Mediante esta herramienta los periodistas redactan sus piezas informativas, las suben a una sección y las publican, con la ventaja de que incluye la geolocalización, que permite ver dónde te encuentras en el momento. Posteriormente, se puede difundir por otros canales como YouTube o WhatsApp. Otra ventaja que presenta con repecto a las otras es que presenta un itinerario de formación, diseñado por el Centro Internacional para Periodistas.  Se trata, según apuntó uno de sus impulsores, Brian Conley, de la “primera herramienta móvil enfocada a mejorar la capacidad de cualquier persona para crear periodismo multimedia mediante su teléfono móvil”.

Cobertura en streaming

Para transmitir audio e imagenes en vivo lo mejor es recurrir a Bambuser, Facebook Live, Instagram y Periscope porque ofrecen grabaciones más duraderas que Snapchat o Vine, que ofrecen un contenido más efímero. Al contrario que estas, que son perfectas para cubrir un evento, una maratón, una manifestación, una rueda de prensa, un pleno o cualquier otro hecho noticioso. Todos estos recursos le permiten al periodista apoyar su relato con gráficos audiovisuales que lo dotan de realismo.

 

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IFA en 2016: un año de marketing y visibilidad para empresas

Se termina 2016 y la provincia de Alicante ha vuelto a tener en su Institución Ferial la referencia como polo de atracción de eventos. Más de una veintena de convenciones han jalonado un calendario congresual fuertemente vinculado al tejido empresarial y turístico de Alicante: el aeropuerto provincial ha batido su mejor registro histórico al sobrepasar los 12 millones de visitantes y la creación de empresas en Alicante recupera el ritmo, con un aumento de más del 35% sólo en el pasado mes de agosto apuntalan el éxito de una infraestructura, IFA, que también se beneficia de esta inercia alcista.

 Entre eventos específicos en industrias potentes como el motor (Expocar, Feria de la Motocicleta, Caravaning) o la restauración (Gastro Alicante) y otros más minoritarios, la propia institución ha logrado aglutinar en sus dos pabellones a miles de personas a lo largo de este 2016. Muchos de ellos, de hecho, han registrado récords de asistencia con el doble beneficio implícito, tanto para la organización como para quien le cede el espacio.

 Una buena muestra es Expocachorro, que un lustro después de su primera edición sigue atrayendo hasta IFA a los amantes de los perros y otros animales de compañía. Más de 11.000 personas han visitado la feria, de carácter marcadamente familiar, que ha superado sus registros de visitantes del año pasado en un 44%. Según los datos facilitados por la Institución Ferial, un 100% de los expositores manifestó al término de la convención su interés por volver el año siguiente, y hasta un 85% del público dijo marcharse de ella esperando volver un año más tarde.

También Firauto se batió a sí misma, doblando en visitantes a Expocachorro (hasta 24.000) y con un aumento del 30% respecto a la pasada edición, tras casi cuatro décadas de actividad. Mejores cifras de ventas, mayor satisfacción general de profesionales y asistentes y unos datos que aumentan progresivamente sin estancarse pese a los muchos años de actividad marcan el tono de la recuperación general, que en eventos de este tipo -con la inversión que requieren por todas las partes- puede palparse.

Prácticamente cada celebración supone un ejemplo en sí mismo, pero hay un telón de fondo común a todos ellos: utilizar como sede un escenario como el que proporciona IFA supone una acción de marketing en sí mismo. La visibilidad aportada por una institución con más de 50 años de actividad y destacada en el panorama nacional por su concurrencia y buen nivel lleva inherente un sello de calidad profesional. La apuesta por lo contrastado es mutua, con muchas ferias que repiten en el calendario año tras año y que aportan valor a lo que ya se viene haciendo durante décadas en los dos pabellones y miles de metros cuadrados aprovechables que brinda la Institución Ferial de la provincia.

 

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“Muchos medios han olvidado su función al servicio de la sociedad”

Aunque por poco acabó metida en una facultad de arquitectura, Naiara Reig (@naiarareig) asegura que nació “curiosa e indecisa y con un millón de palabras atropelladas” en su cabeza que “se peleaban por salir cada vez que tenía delante una hoja en blanco”. Y solo pudo canalizar sus deseos creativos más internos convirtiéndose en periodista. Actualmente lo hace como freelance desde París y ha sido editora de la versión en español de la revista de periodismo participativo Cafébabel.

¿Qué te motivó a enfrascarte en el complicado mundo del periodismo?

Siempre me apasionó escribir, contar historias. Supongo que en un momento dado supe que quería convertirlo en una profesión y vi en el periodismo una reunión de todo aquello a lo que yo quería dedicarme. Creo que, al final, muchos acabamos respondiendo lo mismo a este tipo de preguntas.

¿Cómo defines el buen periodismo?

El periodismo es a la vez una herramienta y un termómetro para cualquier sociedad. El buen periodismo es aquel que muestra al mundo historias que habían permanecido escondidas y que merecen ser contadas, el que comprueba sus fuentes, el que no se deja arrastrar por influencias económicas. A día de hoy parece cada vez más complicado, pero un buen periodismo es fundamental para mantener una democracia sana.

¿Cuál es el panorama actual del periodismo francés? ¿Y al compararlo con el español?

A decir verdad, la situación del periodismo (y de la profesión de periodista) en ambos países es bastante similar. Si bien es cierto que los salarios franceses son más elevados (el sueldo mínimo se sitúa en torno a los 1.500 euros brutos), la mayoría de los empleos que se ofertan son muy precarios, con contratos por horas, de formación o como freelance. También son muchos los medios de comunicación que han tenido que reajustar sus plantillas, igual que ha sucedido en España durante los últimos años.

¿Es más sencillo ser periodista en París que en España?

No es más sencillo, especialmente para los periodistas extranjeros, sobre todo, por motivos prácticos como el idioma o el desconocimiento inicial del panorama comunicativo en Francia. Lo que sí es más sencillo, probablemente, sea empezar. Por ejemplo, en Francia unas prácticas sin ningún tipo de remuneración son impensables y tampoco está permitido ocupar el mismo puesto por becarios de forma continuada (a más de un medio de comunicación español se le aguaría la fiesta con este sistema). Por otra parte, puede que sí resulte más sencillo ejercer la profesión en según qué situaciones, ya que la profesión de periodista es mucho más respetada en Francia de lo que pueda serlo en España.

¿Qué circunstancias laborales tendrían que darse para que regresaras a España a ejercer tu profesión?

El periodismo en España sufre una crisis de identidad en la que muchos de los medios han “olvidado” su función como herramienta al servicio de la sociedad y esto ha derivado en una crisis de credibilidad mucho mayor. Hemos entrado en una espiral en la que los grandes medios son quienes controlan la información y los pequeños tienen que hacer malabarismos para sobrevivir. Habría que hacer grandes cambios, por ejemplo, a nivel legislativo, para recuperar la buena salud del periodismo en España y, teniendo en cuenta la situación política y económica en nuestro país, estos cambios aún tardarán en llegar. En mi caso, no me planteo volver a corto plazo.

¿Qué supone para tu carrera y para tu continua formación como periodista haber trabajado en una revista de periodismo participativo tan significativa como Cafébabel?

Ser la editora de la versión en español de Cafébabel fue el equivalente a tomar un curso acelerado en gran cantidad de ámbitos diferentes. Desde los aspectos más prácticos, como aprender lo que supone trabajar en un entorno internacional, con compañeros de más de seis países y una red de colaboradores que se extiende por toda Europa, hasta aquellos más abstractos pero igualmente importantes, como la importancia del tratamiento de la información en la construcción de la identidad europea. Creo que todos aquellos que pasamos por Cafébabel tenemos la suerte de comprobar de primera mano lo comprometidos que están los jóvenes europeos y las ganas que tienen de hacerse oír.

¿Cuáles son las ventajas y los inconvenientes del trabajo de freelance?

La principal ventaja es la capacidad (al menos, en teoría) de escoger tus propios temas y gestionar tu tiempo como consideres. Aunque la realidad es que la mayoría de trabajos como freelance no están bien pagados y obligan al periodista a trabajar una cantidad de horas que posteriormente no se ven reflejadas en el sueldo, y a hacerlo en multitud de proyectos diferentes. De hecho, ya son muchos los medios que han dejado de ofertar puestos temporales o fijos en favor de puestos como freelance, en los que el periodista cobra por pieza. Y, francamente, lo que pagan muchos medios españoles (algunos de ellos entre los más importantes) es para reír por no llorar.

Si ahora tuvieras 18 años, ¿volverías a decidirte a estudiar la carrera de Periodismo?

Sí, sin duda. No es una profesión fácil, pero no se me ocurre ninguna otra en la que habría podido reunir semejante cantidad de información sobre tantas materias diferentes y de experiencias enriquecedoras, tantos ámbitos distintos en los que trabajar. Es duro, pero creo que los periodistas nunca dejamos de aprender sobre el mundo y para eso creo que nos metimos en este lío.

Written by @casas_castro
Digitalización periodística en el siglo XXI

De la digitalización periodística

Los medios impresos afrontan, una década después de cuando quizás tendrían que haber comenzado a planteárselo más que caer en el error de mirar hacia otro lado, una transición hacia la digitalización periodística de sus redacciones. Y lo hacen preguntándose por qué abordar antes, el huevo o la gallina; o, lo que es lo mismo, a qué atienden con prioridad: a la edición en papel o a la digital; o si hacen piezas adhoc para una y para otra versión de las informaciones; para esos dos ritmos de vigencia que brinda la actualidad servida pensando en una audiencia móvil o la que se proyecta todavía a los que, aún teniendo móvil, conservan el hábito secular de leer el periódico con su desayuno continental.

En paralelo, la sociedad sí se ha transformado, y desde mucho antes. Por lo menos, lo ha hecho progresivamente y con una década de adelanto sobre las maquinarias mostrencas que ahora se plantean cómo recuperar el aliento perdido. Porque la empresa informativa tradicional ha querido ver una amenaza en las nuevas herramientas de comunicación que ha utilizado la sociedad desde la universalización del Smartphone. Ha preferido en la última década, coincidiendo con el nacimiento de Twitter, de Instagram, de Snapchat, de Pinterest, de Youtube o de la consolidación de la figura del bloguero, proyectar la falsa creencia de que todo este entramado pertenecía a una moda pasajera, o que no respondía a los criterios profesionales que se le presuponen al medio tradicional, o que las redes sociales sólo han sido cauces para el desprestigio de la figura del periodista; o que los blogs han sido plataformas de comunicación baratas sin la creencia del periódico tradicional.

Un camino renegón al que ahora se enfrentan por obligación. El tiempo les ha quitado la razón. Las audiencias a las que dirigen sus noticias están más que familiarizadas con las nuevas plataformas y conviven con ellas. Por lo que, si esos lectores saben “latín”, a los periódicos nos les queda más remedio que proyectar el “latín” en los formatos, bajo la nueva inmediatez, en contexto al tiempo que toca vivir y con la cualificación actualizada de los profesionales que desempeñan brillantemente el ejercicio de la profesión periodística en sus redacciones. Porque, que a nadie se le escape, los plumillas y el resto de profesionales que componen el elenco de trabajadores de un medio tradicional, no son los culpables –como mucho en casos aislados alentados por el corporativismo-, sino más bien cómplices necesarios de la empresa informativa para la que trabajan.

Adentrados ya, pues, en el proceso de digitalización de los periódicos. ¿Quién tiene preferencia, la redacción “del digital” o la redacción “del papel”? ¿Cómo se consigue aunar el trabajo del profesional sin que tenga que trabajar doble? ¿Cuántas noticias tienen “cuerpo” para alimentar la edición del diferido o la del día después? ¿No es hora de pensar sólo en digital, en la inmediatez, en la convivencia con las herramientas sociales asumidas por el imaginario colectivo? ¿No ha llegado el momento de que el papel recoja la reflexión, el reportaje, la profundidad o el contexto histórico como antes nunca lo había practicado, en exclusiva? ¿No es importante que el periodista tenga nociones de marketing digital para conectar mejor con su audiencia lectora?

El proceso, que tendría que haber comenzado en paralelo casi al practicado por los early adopters en la primera década del siglo XXI, está siendo traumático, especialmente para las redacciones de los periódicos locales. Es aquí, en el ámbito de lo cercano, donde la expresión de esta transición hacia lo digital, hacia la conversación de tú a tú con la audiencia lectora, afronta su punto más delicado. Los grandes grupos regionales son conscientes del reto y están haciendo los deberes –más vale tarde que nunca- para que 2017 traiga muchos titulares táctiles.

Posted by Óscar Delgado
Photo by Marga Ferrer
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Cinco libros de periodismo para regalar en Navidad

libros-de-periodismoSe acerca la Navidad y vuelve a la palestra la eterna duda sobre qué regalar. Un libro suele ser una buena idea pero, para no caer en las novelas clásicas o en los recurrentes best-seller del momento, conviene innovar. Un buen recurso pueden ser los libros de periodismo: reflejan algún aspecto de la realidad, el lector se empapa de historias que podrían ser la suya y de un estilo narrativo que tiende a evitar las florituras para limitarse a actuar como testigo de la información. Cinco propuestas:

‘Nos vemos en esta vida o en la otra’ – Manuel Jabois. El periodista del diario El País cuenta con su particular elocuencia la vida de Gabriel Montoya antes y después de los atentados del 11-M en Madrid. Montoya fue el primer condenado por este ataque terrorista, así como el único menor de edad implicado. Una historia cruda y directa en la que no faltan drogas, violencia y traición en los bajos fondos de Asturias, de donde salieron los explosivos que los terroristas utilizaron para asesinar a 191 personas.

‘El combate’ – Norman Mailer. El 30 de octubre de 1974, bajo el amparo de la férrea dictadura que gobernaba Zaire por entonces, Muhammad Ali y George Foreman se enfrentaron en uno de los combates de boxeo más ilustres de la historia. Una brillante y extensa crónica del evento y los días previos al mismo que sirve para comprender la sociedad africana, al megalómano dictador Mobutu y un deporte con poco respaldo mediático. Literatura y periodismo de alta calidad, tanto para amantes del boxeo como para aquellos que lo desconocen.

‘Voces de Chernóbil’ – Svetlana Alexievich. Hace tres décadas, un accidente nuclear convirtió la región ucraniana de Prípiat en el escenario de una de las principales catástrofes medioambientales de la historia. En este libro, cuya autora fue galardonada con el Premio Nobel de Literatura en 2015, hablan quienes lo vivieron. A través de uno de los más extendidos géneros periodísticos, la entrevista, Alexievich narra la historia de lo sucedido aquel ya lejano abril de1986 y las consecuencias que tuvo para quienes vivían allí.

‘Sarajevo’ – Alfonso Armada. Uno de los más famosos reporteros de guerra españoles desgrana minuciosamente la guerra de Bosnia. En este libro se recopilan los artículos publicados por el periodista, que enviaba desde el frente, junto con las reveladoras anotaciones que hacía en su propio diario personal. Una manera de conocer día a día el avance de un conflicto sanguinario que asoló los Balcanes a principios de los 90, ilustrado con fotografías de Gervasio Sánchez y repleto de valiosos testimonios y desgarradoras historias.

‘El hombre que estuvo allí’ – George Plimpton. Bajo ese sugerente título, el libro aglutina lo más destacado de la obra periodística de Plimpton, fallecido en 2003. Crónicas deportivas de hockey, baseball, boxeo, fútbol americano y retratos de personalidades históricas como John F. Kennedy, Norman Mailer o Leonard Bernstein pueblan las páginas de la obra, en la que no falta literatura paisajística y un estilo difícilmente repetible por su calidad y conexión con el lector.

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“La saturación de información de baja calidad es algo desastroso”

El periodista Javier Pérez de Albéniz (@eldescodificador) ‘descodifica’ cada semana lo que se emite en televisión desde la crítica periodística más constructiva, pero sin dejar títere con cabeza cuando considera que se hacen mal las cosas. Ha trabajado en prensa y radio, medios tradicionales, pero no obsoletos para él si consiguen adaptarse correctamente al digital.

¿De qué manera “descodificas” el mundo del periodismo en medios de comunicación tradicionales y sus temáticas esenciales?

Es muy sencillo: sentido común. Los grandes medios están acabados: tras años y años de vacas gordas, no han sabido o no han querido adaptarse a los nuevos tiempos. Se han negado a evolucionar, en muchos sentidos, tanto profesionales como económicos. Dependen de los bancos, de sus enormes deudas, de los sueldos de sus viejos jefes, de las exclusivas que les filtraba el poder. Ese negocio es insostenible. Agoniza. Y mientras muere, se descose, dejando ver todas sus miserias, vicios y mediocridades. Solo hay que estar un poco atento.

¿Cuál es el panorama actual del periodismo que se realiza y que percibes en las televisiones nacionales? ¿Existen diferencias con las autonómicas o regionales?

Desolador. La televisión pública está en manos de un gobierno que la utiliza como instrumento de propaganda. Las privadas son esclavas de la audiencia (la publicidad, los beneficios, etc.): accidentes, asesinatos, YouTube y aquello que pueda beneficiar a su grupo mediático. Las autonómicas tienen menos medios: películas de vaqueros de serie B en lugar de debates del corazón. Y en cuanto a los informativos, también están a las órdenes de los correspondientes gobiernos autónomos.

¿Cómo encuentras los programas políticos de televisión que se emiten en la actualidad en las grandes cadenas? ¿Por qué hay más de entretenimiento que de debate de interés en ellos? ¿Tienden más hacia espacios de sociedad, prensa rosa y deporte como Sálvame o El Chiringuito de Jugones?

Tendenciosos, repetitivos e insoportablemente aburridos. Y, por supuesto, esclavos de las audiencias (de la publicidad, de la pasta). Un ejemplo: Se supone que La Sexta es la cadena progresista, pero las estrellas de sus tertulias son periodistas (por llamarles de alguna manera) de derechas. Y los presentadores, que presumen de hacer periodismo, matan por ser los protagonistas de las entrevistas, de las noticias. La audiencia respalda su show político, de enorme banalidad, como respalda Sálvame o El Chiringuito. Una pena.

¿Qué han supuesto positivamente las redes sociales y las nuevas tecnologías para el aumento del alcance y de las posibilidades del periodismo de actualidad? ¿Y en contra de la profesión?

A favor, una aparente democratización de la información: antes solo se podía informar desde un diario, una radio o una tele. Hoy es más ‘barato’ o ‘accesible’ hacer periodismo que llegue a la gente. Y acceder a todo tipo de información, de medios.

En contra, los mismos factores de antes se vuelven en contra: se banaliza la información, que nos llega a toneladas (cantidad sin calidad), pero sin filtrar. Una trampa, puesto que la saturación de información de baja calidad es algo desastroso. En cualquier caso, prefiero la situación actual. El esfuerzo hay que hacerlo en separar el grano de la paja, algo difícil, pero no imposible, si lo que se quiere es estar medianamente bien informado.

¿Es la blogosfera una buena plataforma para que los periodistas hagan llegar de forma más cercana y rápida la información periodística a los lectores?

Si, la blogosfera y Twitter. A mí me gusta mucho Twitter, me recuerda a los viejos teletipos de agencias internacionales prestigiosas, escupiendo noticias sin parar. La clave es la selección de las fuentes. Si consigues hacer una lista interesante de blogueros y tuiteros, fiables y brillantes, con buenas fuentes, puedes crear tu propia red de contactos solventes e informarte de manera interesante.

¿Crees que tendrán futuro los medios tradicionales a largo plazo o que deben ceder definitivamente al digital? ¿De qué manera?

Me temo que el papel ya es una anécdota, una exquisitez para nostálgicos (entre los que me encuentro). No se trata de ceder frente al digital, de caer derrotado, sino de evolucionar, de adaptarse a los nuevos mundos, como se pasó de las tablillas de madera a la imprenta, de la tele en blanco y negro al color. Evolución. Nada raro, viene siendo así desde el principio de los tiempos.

Written by @casas_castro