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“En España no hay actitud hacia la rectificación”

Josu Mezo, profesor de Sociología y de Ciencias Políticas en la Universidad de Castilla-La Mancha, denuncia cada errata, cada dato falso que se publica en la prensa y en los espacios digitales desde hace 13 años a través de Malaprensa, un blog pionero en España en la búsqueda de la corrección y de la rectificación de los medios de comunicación. Mezu considera que esto sí se sigue de manera más habitual en las grandes cabeceras estadounidenses e inglesas como The Economist o The Guardian, que toma como referencia para indicar lo que le gustaría encontrar en nuestro país.

¿Qué conceptos definen el buen ejercicio de la profesión periodística’

El rigor, la atención al detalle y la precisión para no equivocarse con los datos, aunque la mayoría de gente no le dé demasiada importancia y sí lo haga a la noticiabilidad.

¿Qué te llevó a crear Malaprensa hace 13 años?

Hablando con amigos llegamos a la conclusión de que la gente en España pensaba que los medios no hacían las cosas bien por temas de politización o de sensacionalismo, pero yo veía más problemas en cuestiones como el rigor o la precisión. Fuera de nuestro país sí que se corrigen los errores en los medios, pero aquí no. Por otro lado, crear un blog en aquella época era toda una novedad y para tratar temas como los míos, más todavía. Fue un experimento muy interesante.

¿Cuál es el principal error que encuentras en los medios a la hora de publicar sus informaciones?

Que tienen falta de recursos para verificar la información debido a las rutinas de creencia existentes sobre que lo que llega de una agencia de noticias o lo que dice una fuente de renombre se puede publicar sin más. No cuestionan cualquier información recibida u oída. De esa manera, se repiten constantemente datos sin contrastar en los medios, porque se fían. Hacer las cosas bien es cuestión de actitud, de formación (los periodistas se asustan cuando ven números) y de contar con tiempo para contrastar.

¿Esas ‘faltas’ suceden más en prensa o en medios digitales?

La prensa suele tener más cuidado, ya que cuando se publica no hay posibilidad de corregir en el momento, mientras que los medios digitales, unido a su falta de recursos, cuentan con la rapidez y a veces buscan el click fácil sin apenas contrastar. Sobre todo, se da más en las secciones de Economía y de Política, donde se manejan más datos. Además, a nivel general suele ser más grave un error en estas temáticas que en Deportes o en Cultura.

Eres profesor de Sociología y de Ciencias Políticas en la Universidad de Castilla-La Mancha, pero ¿te hubiera gustado ser periodista?

He colaborado en algunas cabeceras como crítico de medios y puede que hace 25 años me hubiera planteado serlo cuando no sabía qué hacer con mi vida. Ahora no, aunque a veces digo ‘estaría bien montar una alternativa’, viendo lo que se hace o lo que echo en falta en algunos medios. Pero yo lo veo todo desde la barrera, de manera idealizada, y no debe ser nada fácil.

Si pudieras trabajar en algún medio que cumpla con la corrección, ¿cuál sería?

Los extranjeros que suelo leer como The Guardian, The New York Times, Washington Post o The Economist, en los que se hace un periodismo que no se parece tanto al de Francia, Alemania o España. Son modelos de referencia con muchos recursos, pero también tienen una actitud hacia la rectificación que en nuestro país no existe, sobre todo, en temas como la corrupción. Corregir errores a posteriori no es una debilidad para los medios como se cree aquí, sino que refuerza la credibilidad y envía un mensaje de cumplimiento del deber con el lector.

¿Qué te gustaría ver en España en este sentido?

Por ejemplo, una edición en castellano de The Economist. Que, en general, se traiga la buena prensa extranjera a España.

LIBERTAD DE PRENSA

La situación de la libertad de prensa

Hoy, Día Mundial de la Libertad de Prensa, resultan estremecedores los datos recogidos por el ranking de Reporteros sin Fronteras que tiene como objetivo denunciar la falta de libertad, así como las agresiones y amenazas, que sufren los profesionales del periodismo. La falta de libertad a la hora de informar se creen propias de países como Siria, México o China, sin embargo son muchos los ciudadanos que desconocen como esta situación también está afectan a países de occidente, a la propia Unión Europea y a España.

La concentración de medios, la alarma social extendida sobre la amenaza yihadista y el reciente triunfo de Donald Trump han instaurado a la Unión Europea en una situación de alarma que ha llevado a que muchos países adopten medidas que atacan directamente a la libertad de prensa y dificultan el correcto trabajo de los periodistas. Ejemplo de ello son países como Reino Unido –puesto 40- el cual apRObó la Snopper Charter (Carta de los fisgones) con la cual es lícito interceptar los datos de millones de personas. Otro ejemplo es el caso alemán –puesto 16- donde se ha aprobado una ley a través de la cual se puede espiar tanto a periodistas nacionales como extranjeros. Este tipo de prácticas tienen un único fin: acabar con el periodismo de investigación y los problemas que este supone para las grandes potencias.

Sin duda, el miedo a los atentados terroristas ha sido clave para el desarrollo de este tipo de prácticas. Amparados por este temor, los países de occidente se han resguardado en la búsqueda de una mayor seguridad para proclamar leyes que van en contra de los principios de una democracia, así como de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Otro ejemplo: la Eurocámara ha aprobado una Directiva de Secretos Comerciales que impone la obligación de periodistas y fuentes a demostrar que la información que se pretende publicar corresponde a un “a un bien público”.

En cuanto a España –puesto 29-  la situación que vive el periodismo es alarmante e inconcebible para los profesionales. A una limitada Ley de Transparencia, se suma la manipulación y censura de los entes públicos –así como el uso de los medios de comunicación de los que estos disponen- o la concentración del mercado periodístico de masas en unos pocos.

Es evidente que la lucha por la libertad de prensa es una tarea que atañe a todos los países, no solo a aquellos que los medios occidentales enjuician y presentan como lo erróneo.

Sharon Reguera

Foto: Marga Ferrer

Herramientas innovadoras para periodismo de trinchera

Inversión publicitaria para 2017

La publicidad se va recuperando paulatinamente. Durante el trimestre de este año, su inversión creció un 2,2% en medios convencionales hasta alcanzar los 947,5 millones de euros, frente a los 927,3 millones del mismo periodo del año pasado, según datos que ha ofrecido esta semana InfoAdex. En este sentido, la tendencia continúa al alza ya que 2016 cerró con un crecimiento moderado del 2,8%: los medios convencionales crecieron un 4,3%, mientras que los no convencionales lo hicieron solo un 1,6%.

La televisión sigue liderando el volumen de negocio, pues entre enero y marzo de este año creció un 4,3%, situándose así en los 520,1 millones de euros de inversión. Internet, que desde años va pisando los talones a la televisión, continuaría en segundo puesto. Por su parte, los diarios continúan con su tendencia a la baja, perdiendo en los primeros tres meses de 2017 un 7,5%.

Con estos datos proporcionados por esta empresa que controla la actividad publicitaria de España, se comprueba cómo la inversión va cobrando fuerza tras el parón de la crisis, sobre todo, en televisión e Internet. La prensa sigue perdiendo esa inyección de dinero a favor de la publicidad digital. De hecho, en países como Reino Unido, Australia, Dinamarca y, sobre todo, en Estados Unidos el presupuesto destinado a Internet es mayor que a la televisión, según un estudio de Magna (IPG Mediabrands).

Por tanto, las previsiones apuntan a que la publicidad online, con sus dos grandes empresas a la cabeza –Google y Facebook- acabará superando a la televisión en España. De hecho, la división de publicidad del operador de telecomunicaciones Telecoming ha comentado recientemente en un análisis que la inversión de publicidad digital continuará creciendo progresivamente hasta 2020 y podrá alcanzar los 1.588,5 millones de euros.

Todos estos datos vienen a confirmar la buena marcha del sector, si bien es cierto que no está repercutiendo en los diarios, y que está siendo muy lento. Algunos portales especializados como BizReport, recogen el informe ‘Global Advertising & Marketing Revenue Forecast 2016-20’ de PQ Media en el que se asegura que la inversión en todo el mundo no crecerá pese a que el año pasado aumentó un 5%. Y esto acaba proyectándose en España. Esta situación la achacan a que en 2017 no habrá grandes acontecimiento sí hubo el año pasado, como las elecciones estadounidenses o los Juegos Olímpicos.

De momento, hay que mostrar cautela ante la inversión publicitaria para este año, ya que el incremento está siendo sostenible y el tirón de Internet está haciendo que muchos propuestos de marketing se estén dirigiendo hacia estos canales. Lo que hay que repensar, y mucho, es el papel que juegan los diarios, pues la sangría de publicidad está siendo constante trimestre tras trimestre con el consecuente cierre de medios de comunicación, despido de periodistas y merma en la calidad de la información. Hoy, más que nunca, la prensa debe repensar muy bien cuál es su modelo de negocio para que se puedan seguir ofreciendo noticias sin depender solo de la inversión publicitaria.

Foto: Marga Ferrer

Mastodon_red_social_twitter

Mastodon: la red social que amortigua el ruido de Twitter

Desde hace unos días estamos probando Mastodon, una red social creada en diciembre de 2016 compuesta por varias instancias o plataformas a partir de las cuales se establece el contacto con usuarios adscritos a las mismas o de éstos con los de otras. En las primeras probaturas comprobamos que reina cierta confusión entre los perfiles que interactúan en la red social, sobre todo para hacerlo de una instancia a otra y, especialmente, con el paso necesario para poder siquiera compartir mensajes: darse de alta como usuario. Lo que más claro queda es que ha nacido una red social para amortiguar el ruido unidireccional de Twitter, aunque lo haya hecho con la modestia de la dispersión y sin unas cifras de usuarios activos que de momento pueda llegar a preocupar al pajarito azul.

Nosotros hemos creado la cuenta de Óscar Delgado con el nick @360gradospress en la instancia Mastodon.at, una de las muchas que se encuentran en modo código abierto dentro de la Red. Y estamos utilizando Amaroq, la app para iOS para gestionar tu perfil desde el smartphone. Conectamos con esta red social de la que ya se empieza a hablar en España, donde ya hay más de 25.000 usuarios activos. Descubrimos que la interfaz es muy parecida a la de Tweetdeck, tanto por el aspecto como por la usabilidad. En la misma, puedes interactuar con usuarios de ‘Historias locales’ o de ‘Historias federadas’, esto es, mensajes compartidos por usuarios adscritos a la misma instancia en la que te has dado de alta como usuario; o con los publicados por internautas en otras instancias similares bajo la plataforma Mastodon.

Los mensajes en Mastodon se denominan toots y abarcan hasta 500 caracteres. La usabilidad, como se ha dicho, es muy similar a la de Twitter, pero reporta una sensación de lejanía respecto a la segunda. Es como regresar al pasado, cuando la red social de los 140 caracteres se componía de un círculo íntimo de profesionales con ganas de conversar de cosas distintas a las marcadas por la oficialidad. De hecho, cuando interactúas en Mastodon se percibe el mismo desconcierto en los usuarios que el que se vivía en Twitter cuando no era una herramienta utilizada como medio de comunicación. Porque se trata de asimilar un nuevo concepto de red social, más libre, dispersa en instancias, de código abierto, sin ataduras y en las que los trolls lo tienen más complicado para arremeter contra los usuarios de forma caprichosa porque se enfrentan a pequeñas familias de conversación en las que es más fácil detectar y bloquear al “intruso”. A ver hasta dónde llega el recorrido de este mastodonte social con ganas de hacer sombra al pajarito más famoso de la red.

Jorge Ramos Sembrando el odio

“Sembrando el odio”, un documental de Jorge Ramos

El periodista mexicano Jorge Ramos (@jorgeramosnews) público en octubre de 2016 el documental Sembrando el odio con el cual pretende visibilizar cómo la campaña Trump ha reproducido las actitudes de odio y racismo entre los ciudadanos estadounidenses. El periodista desarrollo el reportaje antes de la victoria del candidato. Ramos se reúne con miembros del Ku Klux Klan, con figuras representantes de la extrema derecha norteamericana, así como con personas musulmanes, judías o latinas.

Ramos decide abordar este proyecto tras ser expulsado de una rueda de prensa del candidato republicano. Mientras Trump estaba hablando, el periodista se levantó y comenzó a preguntarle sobre el muro que pretendía levantar contra los ciudadanos mexicanos, Trump le negó la respuesta y, finalmente, uno de sus agentes de seguridad expulso al periodista. Sin embargo, de esta escena lo que más afligió al periodista fue que más tarde, el guardia de seguridad le dijo que volviera “a su país”. El mexicano le aclaró que Estados Unidos también era su país.  Desde su perspectiva como inmigrante tratará reflejar la situación que están viviendo estas personas en Estados Unidos.

“El odio genera odio”, explica Ramos. Con este documental el periodista busca expresar como la actitud xenófoba, homófoba y machista del actual presidente norteamericano ha supuesto un ejemplo a seguir y una justificación para todas aquellas personas que ya tenían estas ideas, pero que la presión social o el decoro les impedía expresar con tanta libertad. “No los veíamos, no los escuchábamos porque no podían comportarse mal. La llegada de Trump está nutriendo a los que tienen esta tendencia”, explica el periodista en Sembrando el odio.

Entre las personas inmigrantes o con familiares inmigrantes son muchos los que expresan que de ganar Trump las elecciones, deberán considerar el marcharse del país o arriesgarse a continuar en un país donde sufrirán por sus orígenes. Por otro lado, los grupos de extrema derecha coinciden en que antes no se “sentían cómodos” expresando sus convicciones pero ahora hay alguien que les “representa”.

El documental muestra una realidad, sin embargo, recurre a acontecimientos extremistas para reflejar claramente su objetivo y concienciar a la población, esto le ha provocado críticas muy duras entre todos los sectores de la población, también entre aquellos a los que busca defender.

Sharon Reguera

Foto: Documental Sembrando el odio

El teatro apuesta por desenmascar el periodismo

Fact Checking o la verificación de datos

Contrastar la información y los datos que ofrece es tarea de todo periodista. Sin embargo, en estos tiempos en los que la declaración, sobre todo de los políticos, prima por encima de todo, parece que se ha olvidado someter a examen las noticias que van apareciendo. Un ejemplo de trabajo bien hecho es el que vemos los domingo por la noche en La Sexta en el programa de El Objetivo, en el que el equipo de verificación de Ana Pastor se encarga de desmentir o no aquellas informaciones que se han ofrecido a la prensa.

Muchos medios, sobre todo los anglosajones, han ido incluyendo paulatinamente herramientas de Fact Checking o verificación de datos. El 47% de los españoles confía en la información que recibe, según el informe de Reuters de 2016, 13 puntos más que en 2015. Pero aún así hay un gran contingente de personas que no se cree lo que lee, ve o escucha. De ahí que el Fact Checking se encuentre en auge y medios como InfoLibre cuenten con una para ello.

Cada partido político, en su caso, manipula u omite los datos a su antojo, y, por desgracia, existen periodistas que no contrastan esta información, muchas veces devorados por las rutinas y la falta de tiempo. Por eso, medios como The Washington Post ya conformaron en 2007 este apartado a través del cual analizan todo con detalle para poner una nota a la información.

A esta necesidad se ha sumado Google recientemente tras la polémica surgida a raíz de las noticias falsas. Según comentó la compañía, lo usuarios pueden ver si una información ha sido verificada y su grado de fiabilidad. De esta manera, quieren combatir las fake news que tanto problemas ha estado dando, disminuyendo así la credibilidad de este motor de búsqueda. Para ello, sitios especializados como PolitiFact o Snopes o los equipos de The Washinton Post se encargan de verificar las noticias.

En este sentido, Facebook se ha querido sumar al carro de la lucha contra las informaciones falsas y también ha anunciado una pequeña guía accesible desde la página de actualidad del usuario para identificarlas.

No obstante, el periodista juega aquí un papel muy importante por su profesionalidad en la contrastación de datos y fuentes. De hecho, grandes medios de comunicación que no poseen un equipo o herramienta de Fact Checking alejan que sus trabajadores ya se encargan de ello con cada noticia que redactan.

La rapidez con la que circulan las noticias en las redes sociales y el querer ser los primeros en dar una noticia han jugado malas pasadas a los periodistas y a los medios por no llegar a verificar lo que se anunciaba. Por eso, es necesario para el futuro del Periodismo que existan estos equipos que se puedan dedicar a saber si es verdad o mentira lo que un político promete a la ciudadanía o si una noticia impactante en la red es de hace años o de ahora.

Foto: Marga Ferrer

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El periodismo en el mundo del cómic

El periodismo se haya en continua reinvención, sin embargo, agrada observar que viejas técnicas y formatos vuelven a resurgir y a encontrar un pequeño hueco en un mercado donde prima más la inmediatez que la calidad. Este es el caso del periodismo en el cómic donde a través de un retrato gráfico se combinan dibujos, fotografías y texto para transmitir al lector una historia donde las palabras no son capaces de transmitir la ferocidad de los hechos, el material gráfico es imprescindible.

Estos autores emplean las funciones propias del periodismo –la crónica, la entrevista, la investigación de archivo, el uso de fuentes y las vivencias en primera persona- y las combina con material gráfico que recaudan en su investigación. Esta técnica se emplea para comunicar sobre acontecimientos a los cuales no se les dedica la cobertura que merecerían, tales como guerras, catástrofes o dictaduras.

Sin lugar a dudas hay auténticos maestros en este arte, un ejemplo de ello es el canadiense Guy Delislé  quien durante su estancia en Pyongyang, la capital de Corea del Norte, donde fue a trabajar para una productora francesa de dibujos animados, realizo un libro en el que descubre las trabas, limitaciones y la locura personalista que domina a sus habitante. El artista gráfico también ha escrito sobre la transformación capitalista en China o sobre los conflicto en Jerusalén.

Un imprescindible de este género es En la Franja de Gaza, de Joe Sacco. El artista recorrió durante más de un año los territorios israelíes y palestinos para conocer de primera mano el conflicto y la situación que se vivía en ambos bandos. Destaca también Persépolis, de la iraní Marjane Satrapi (@Marji_Satrapi)quien a través de estas características viñetas cuenta su adolescencia en Irán durante la Revolución Islámica, combinando autobiografía y periodismo.

Un caso más reciente es La Grieta, del periodista Guillermo Abril (@GuillermoAbril) y el fotógrafo Carlos Spottorno (@spottorno), quienes con motivos de la guerra siria han recorrido las zonas del conflicto y, a partir de la mezcla fotografías, el cómic, el periodismo y sus ensayos, han publicado un libro sobre las fronteras europeas y la situación de los refugiados.

Así, queda claro que la situación de conflicto y desconcierto actual hace que este periodismo en el cómic adquiera fuerza en una sociedad adulta e interesada por este tipo de conflictos que ven que los medios tradicionales no responden a sus intereses.

Sharon Reguera

Foto: Astiberri Ediciones

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“Contar lo que no sabes contar es pecado mortal en periodismo”

El periodista tinerfeño Juan Cruz (@cosmejuan) vivió el nacimiento de una de las cabeceras más influyentes de las décadas de Democracia que vivimos, El País, como cofundador, y para el que trabajó, primero, como corresponsal en Londres y, después, como jefe de las secciones de Cultura y de Opinión. Actualmente es adjunto en la dirección del periódico, labor que compagina con su otra gran pasión, la que le lleva a crear ficción, en lugar de contar la realidad: las escrituras literaria y poética.

¿Cómo define la buena labor periodística?

Dice Eugenio Scalfari, fundador de La Repubblica de Roma, que periodista es gente que le dice a la gente lo que le pasa a la gente. Para llegar a esa propuesta, a mi juicio, hay que saber todos los elementos de una noticia, contarla sin suficiencia, de manera exhaustiva, comprensible y adecuada a la importancia que tenga. La escritura es muy importante, pero los hechos lo son más aún.

¿Qué balance hace de su trayectoria como periodista desde que comenzó a los 13 años?

No sé hacer balance. He escrito muchos libros sobre aspectos de esa experiencia. Y también escribo mucho sobre periodismo. Y escribo crónicas, entrevistas, noticias, artículos, y siempre tengo la sensación de que solo tengo trece años cada vez que empiezo a escribir. No es humildad; es la realidad, así me siento.

¿Se respiraban aire de esperanza y ansias de contar verdades cuando colocaban la primera piedra del diario El País? ¿Cómo valora la evolución que ha tenido el periódico hasta la actualidad?

Hacer periodismo es mucho más sencillo que todo eso: nosotros no nos sentamos a la máquina a contar verdades, sino a contar. Si dices que cuentas verdades y eres periodista estás cayendo en un pleonasmo. El País sigue siendo el periódico El País. Otra cosa es la época: esta es mala para un periódico como este porque se le exige que se parezca a los medios que no necesitan verificar la información para imprimirla. Cuando esa no sea la realidad, El País será también el que fue.

¿Qué debe tener claro un adjunto a la dirección a la hora de enfocar la publicación de una cabecera como la de El País?

Un adjunto al director tiene poco que ver con lo más ejecutivo de la labor de un director. Yo asesoro, doy mi opinión, ofrezco ayuda en lo que está a mi alcance. Si cada una de esas actividades cuenta con el interés del director entonces habré influido.

¿Cómo valora la calidad del periodismo que se realiza en las Islas Canarias?

Es un periodismo hecho por muy buenos periodistas en medio de enromes dificultades empresariales, como las que se padecen en este país y en la mayor parte del mundo. El periodismo de calidad depende de las condiciones de trabajo que tengan quienes lo hacen. La proliferación de medios digitales, hechos por pocos periodistas, muchos de ellos, pésimamente pagados, ayuda a que decrezca la exigencia profesional de las empresas y de los propios periodistas.

¿Qué sobra y qué no puede faltar en un artículo/reportaje cultural de calidad? ¿Tiene suficiente presencia el periodismo de cultura en las grandes cabeceras españolas?

El periodismo exige lo mismo siempre: buena escritura para contar hechos relevantes comprobados. En Cultura, en Política, en Deportes. Ningún reportaje o artículo es de calidad si no cumple estos requisitos: la comprobación, la verificación y la valoración de relevancia. Contar lo que no sabes contar es pecado mortal en periodismo.

¿Qué hay del periodismo que corre por sus venas en sus novelas? ¿Qué impregna sobre ellas?

La curiosidad es el material que siempre ha estado ahí. Yo pregunto durmiendo. Siempre pregunto. Aunque ya sepa. El lector me exige eso. Además, siempre he querido leer más. Sin lectura no hay preguntas, y sin preguntas no hay crónica, ni entrevista, ni reportaje ni nada.

¿Cuáles son las claves para enfrentarse a la hoja en blanco a la hora de arrancar una novela?

Tener una sensación, una imagen. En mi caso, también, un gesto en falso, una melancolía.

Por David Casas (@casas_castro)
Foto: Libros y Pelotas
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En la cantera de los periodistas digitales

El periodo formativo en prácticas que un becario de periodismo asume dentro de una empresa informativa o agencia de comunicación conecta al alumno con la vertiente más pragmática de su vocación. Pero, ¿qué obligaciones tiene cada parte en el proceso?

Por un lado, el tutor de la empresa recibe la responsabilidad de monitorizar los progresos del alumno y de inculcarle nociones de praxis dentro de unas rutinas laborales aún ajenas para el futuro plumilla. Por otro, el estudiante se introduce en rutinas laborales propias del mercado que se le abrirá cuando finalice sus estudios, además de conectar con una oportunidad profesional para convencer de su valía a quienes pueden contratarlo.

Así es el marco teórico por el que se establecen este tipo de vinculaciones profesionales entre el mundo de la empresa y el universitario.  En la práctica, en ocasiones se deforma ese “contrato” por el cual el tutor se compromete a enseñar al alumno y éste a aportar su conocimiento moldeado a favor de las rutinas informativas. Y es cuando una de las dos partes olvida la misión que juega en esta relación temporal y formativa. Bien porque el tutor exija al alumno el mismo rendimiento que a un recurso contratado por la empresa, olvidándose de su misión formativa; bien porque el estudiante aparque su vocación con el objetivo de cumplir un horario caprichoso sin implicarse en el aprendizaje de las habilidades prácticas que le puede reportar la experiencia.

 La actitud, tanto en un caso como en otro, es la clave de que una prácticas estudiantiles sean fructíferas para ambas partes. Del tutor se espera cariño, dedicación y monitorización de los progresos del estudiante. Del futuro periodista principalmente se espera actitud y vocación por aprender.

Porque en las facultades de Comunicación se enseña hasta donde llega la teoría, pero la práctica se aprende a pie de campo, con el titular en la mano, con el ánimo de conocer cómo es la rutina del profesional con el que compartimos redacción o al que pegamos un telefonazo para proponerle la publicación de un contenido de calidad. La raza de periodista se forja con curiosidad por poner en perspectiva un proceso informativo original, sus objetivos, cómo conectar un contenido con la audiencia, a través de qué canales más allá de los tradicionales… Aspectos que el tutor de la empresa ha de saber proyectar gradualmente al estudiante para que el plumilla entienda el proceso comunicativo como un todo y al que pueda ir incorporando las nociones de marketing digital necesarias para el periodista del siglo XXI.

¿Difícil? Sí, pero con tiempo, dedicación, ilusión y voluntad por ambas partes se pueden llegar a forjar grandes profesionales de vocación latente y las empresas informativas pueden ser cómplices de una nueva remesa de informadores adaptados al contexto digital.

Posted by @os_delgado
IREDES. BURGOS. SOMA COMUNICACION. 360GRADOSPRESS. FOTO: MARGA FERRER

La realidad aumentada aplicada al periodismo

Las TIC, como se denominan comúnmente, tecnologías de la información y la comunicación, son conocidas porque están en constante evolución, tal y como ocurre con la realidad aumentada que cada vez ofrece más posibilidades en el campo de la comunicación. Pero, ¿en qué consiste esta tecnología y qué puede aportar al periodismo? Se trata de un método de visualización novedoso cuyo fin primordial es recrear escenarios inmersivos y superponer la realidad física a la virtual. Su carácter versátil ha hecho que trascienda al ámbito de la comunicación social y que su uso comience a proliferar en la prensa, sector que ha sabido ver su potencial y explorarlo.

Lo que ha conseguido que se alce como una de las fórmulas híbridas más innovadoras, entre lo digital y lo impreso. Porque desde hace décadas los elementos más empleados por los medios de comunicación para ensalzar el atractivo de la publicación siempre han sido gráficos analistas, infográficos e imágenes llamativas, con el objetivo de atrapar la atención de los lectores. Pero las nuevas tecnologías han dado una vuelta de tuerca a estos banales recursos y han incorporado los mapas interactivos, los códigos bidi, construyendo así puentes comunicativos bidireccionales donde los usuarios también pueden participan y pasan a formar parte como usuarios activos.

Ejemplo de ello es la revista estadounidense Esquire, pionera en aplicar este recurso a su publicación impresa. ¿Cómo lo hizo? En el año 2009 lanzó al mercado una edición con una pantalla de tinta electrónica, a través de la cual los lectores podían por primera vez aprovechar las infinitas posibilidades que brinda la realidad aumentada. De este modo, observaban fotografías y textos animados en tres dimensiones con una aplicación propia de la edición.

Sin embargo, en el panorama español todavía es complicado hallar estos ítems de manera tan clara en los medios comunicación. Aunque si bien es cierto que las grandes cabeceras han apostado y apuestan por contar la actualidad con 360 grados, como hizo El País con ‘Fukushima, vidas contaminadas’, el primer gran reportaje en realidad virtual grabado de esta forma, con una duración de 10 minutos, infografías tridimensionales y sonido inmersivo.

Otra prueba más de que la realidad aumentada está proliferando cada vez más en el periodismo, con el fin de acercar al lector a grandes historias utilizando para ello nuevas herramientas narrativas que le permitan lo que sucede en el mundo.

Periodismo inmersivo

En España existe el primer laboratorio de periodismo inmersivo en español, ‘Inmersive Journalism Lab’, tutelado por las organizaciones Designit, The App Date y Virtual Natives que pretende incentivar un nuevo género de narrativa periodística vinculada a la realidad aumentada. La misión de este proyecto no es otra que la de impulsar una manera nueva de contar la actualidad, en la que el espectador se sitúe en el centro del hecho noticioso, con ayuda de estos 360 grados.

Para conseguirlo, se dedican a enseñar a periodistas a contar historias pensando de forma nativa, desde el primero momento que plantean el guión hasta su grabación y consumo posterior.

Posted by: @ingabarda