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Media Innovation Initiative: el proyecto que apoya y desarrolla la innovación en los medios

Editores y universidades se unen en la Media Innovation Initiative (IMI) para desarrollar y apoyar la innovación en los medios y las tecnologías de la información. Se trata de un consorcio académico público-privado, abierto a otros participantes que deseen colaborar, que lanzará sus primeros proyectos durante el año. Por el momento, ya forman parte del proyecto L’École Polytechnique Fédérale de Lausanne (EPFL), los grupos mediáticos suizos Sociedad Suiza de Radiodifusión y Televisión(SSR) y Rignier, la red que junta las universidades de Lausanne y Neuchâtel en Suiza Triangle Azur, y la Oficina Federal de Comunicaciones (OFCOM).

La crisis actual de los medios de comunicación requiere iniciativas como esta, donde la colaboración laboral entre las universidades y la industria juntará lo mejor de ambos y permitirá a los medios de comunicación integrar innovaciones en su trabajo diario, adaptándose cada vez más a las nuevas necesidades de la gente en cuanto a la información. Durante todos estos años, tanto la industria como la academia han ido por separado. Sin embargo, Suiza se encargará de demostrar que el trabajo conjunto puede ayudar a sortear los baches de la era digital, entre otras dificultades.

Así, la Media Innovation Iniciative recibirá un presupuesto de unos 560 000 euros anuales para financiar proyectos de investigación que mejoren la estrategia digital de los mediosLa primera convocatoria de proyectos, en la que podrán participar tanto editores como universidades de todo el mundo, se abrirá en otoño. Se abordarán temas de actualidad como las fake news, el data periodismo, le personalización de contenidos, la inteligencia artificial, los nuevos modelos de negocios, la monetización o los aspectos culturales y sociales de los medios. El objetivo principal de la IMI es unir creatividad y tecnología entre el mundo de los medios y el de la investigación académica. Para los fundadores, la clave de la innovación es la interdisciplinariedad.

Insolvencia medios

¿Asistimos a un cambio en la gestión de los medios tradicionales?

Que el periodismo ya no es lo que era lo saben tanto los profesionales como las audiencias. La crisis ha pasado como un rodillo por un sector que no sólo se ha visto reducido a cenizas, sino que además y a diferencia de otros no muestra indicios de recuperarse. Todo lo contrario. La mayoría de los expertos señalan que cualquier cosa que venga después será bastante distinta a lo que se conocía hace unos años.

A la caída acumulada de los ingresos por publicidad cercana al 70% en menos de una década y los costes del papel, impresión y distribución disparados ha habido que sumar la irrupción de internet y las nuevas tecnologías. Las fronteras de la inmediatez y valores como la autoría, la primicia o la exclusividad se han diluido hasta dibujar el panorama que actualmente encontramos. 12.200 puestos de trabajo menos y 350 medios desaparecidos después, lo que queda es en su mayor parte precariedad, sobreatribución de competencias disfrazada de multidisciplinaridad (eufemismo para definir la explotación) y la consecuente pérdida de calidad.

Internet ha permitido maquillar las cuentas de algunas publicaciones o hacer contenidamente rentables a otros de reciente creación, pero desde luego no para revertir la situación de los grandes buques insignia de la prensa española, asolados por expedientes de regulación de empleo que se repiten cíclicamente, reducción de contenidos y ajustes impensables hace sólo unos años.

Así, el cambio en la gestión ha sido obligado y más que lo será en un futuro inmediato. Tanto en la parte financiera como en la productiva. Se acabaron los tiempos de vino y rosas en los que directivos, jefes de sección y de rebote algún que otro redactor disponían de recursos prácticamente ilimitados para conseguir a cualquier precio la noticia. Dietas de desplazamiento para coberturas ‘in situ’, kilometrajes o tarjetas de saldo profundo para relaciones públicas. Y eso que algunos todavía se resisten y son capaces de gastar en una botella de vino lo que le niegan a una sección para un redactor a tiempo completo. Hoy impera la austeridad obligada y ni siquiera con ella se prevé que las cosas cambien. De hecho ya hay quien alerta sobre la “autonomización” de la profesión. De la compaginación con otras actividades, con lo que ello supone.

Incluso el repunte anteriormente señalado en el ámbito ‘on line’ tiene sus amenazas. La alimentación de las redes sociales por parte de los mismos medios como fuente de entrada de tráfico han contribuido a hacerlas crecer tanto que los está fagocitando. Hasta tal punto que los inversores en publicidad se están saltando al intermediario que la prensa era para pasar a difundir directamente sus contenidos.

Todo apunta a que una apuesta seria por la reconversión al nuevo contexto, la utilización de los nuevos formatos y la diferenciación del contenido a través de la calidad podrán arrojar algo de luz sobre los viejos medios. Algo que ni siquiera así está garantizado.

Photo credit: National Library of Ireland on The Commons via Foter.com / No known copyright restrictions
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Cinco claves sobre periodismo económico

Hubo un tiempo en el que todo sobre la economía estaba en unas páginas de color salmón que se encontraban en la parte central del periódico. Sí, en papel. Hubo un tiempo en el que no sabíamos qué es la prima de riesgo, la deuda pública o la cláusula suelo. Hubo un tiempo en el que nos permitimos ignorar la economía y nadie insistió en explicárnosla.

Por eso en los últimos años el periodismo económico ha tomado la posición social que requiere para que no solo los más poderosos tengan acceso a un conocimiento que dirige nuestras vidas. Desde que comenzó la crisis, y de eso ya hace unos cuantos años, los medios de comunicación han inundado sus contenidos de resultados económicos, de las declaraciones de los propietarios de banca y de cómo la economía está relacionada con los casos de corrupción.

El periodista económico sabe de lo que habla. Entiende los entresijos del sistema económico. Pero eso no asegura que lo que cuenta sea leído o entendido. Los elementos clave para que la información económica llegue a todo el público son:

Lenguaje entendible. Es necesario evitar conceptos difíciles, la jerga propia del sector, los anglicismos o los modismos. Comunicar y explicar conceptos nuevos con las palabras propias del público.

Los datos interesan. Hay veces que se tiende a pensar que la opinión pública se cansa de ver números o porcentajes. Los datos son el pilar en torno al cual se elabora la información y han de llegar al público para que consiga un entendimiento completo.

Manejar el poder del poder. Muchas de las fuentes de información de un periodista económico son empresas, administraciones o personas que tienen mucho poder. Gestionan grandes capitales, multinacionales y toman decisiones que afectan a un número muy grande de personas. Pero el periodista ha de mantener su posición frente a la posible influencia que estos quieran realizar sobre los medios de comunicación.

La economía también son personas. Nuestra vida gira alrededor de cuestiones económicas y por eso el periodista ha de convertir la información en algo real. Acercar los datos, las conclusiones de un informe o las últimas estadísticas al día a día de la sociedad con el fin de que cualquiera pueda empatizar con esa información y aceptarla como suya.

El contexto ayuda a aprender. Dado que la información económica puede ser complicada en algunos momentos pero clave para que la sociedad comprenda lo que ocurre y lo que puede llegar a ocurrir, es responsabilidad del periodista económico contextualizar los datos. Los antecedentes a un hecho establecen su origen y ayudan a entender sus causas, a la vez que aportan ideas de cuál puede ser su evolución.

Cuando parece que la crisis económica puede que comience a tomarse un respiro, quizás habría que plantearse cómo los periodistas económicos van a mantener nuestra atención sobre esta información. Para que nada nos vuelva a pillar por sorpresa.

Foto: @Marga_Ferrer

Entiendan a los periodistas, por favor

la foto copia 12Actualmente, quien tiene un trabajo es un ser afortunado. Y la suerte le sonríe doblemente cuando, además, éste es remunerado. Por lo menos, así sucede en el periodismo. Y hago un tempranero paréntesis: que conste que, aunque nos centremos en nuestro ámbito para el caso, somos conscientes de que también ocurre en unas cuantas profesiones más. Paciencia, camaradas. Dicho esto:

Bien por tradición o por seguridad, los periodistas tendemos a buscar hueco en los medios consolidados para que nuestro trabajo y nuestra firma lleguen a un público garantizado. Blogs y redes sociales han abierto una brecha en este sentido, pues ya no se precisa de un sello mediático detrás para que una información circule o para crear una marca personal. En cualquier caso, no nos engañemos: el mero hecho de que nuestro nombre figure en una pieza de un medio con arraigo – de esos que hemos leído e, incluso, estudiado durante años – representa una dosis de éxtasis para nuestro ego que pocas experiencias pueden igualar. Sí, el mundo nos ha hecho así, ¿qué le vamos a hacer?

Conscientes de ello, y de que cuentan con una estructura más afianzada que otras plataformas, muchos medios aprovechan para tender la mano a los profesionales de la información sin nada más a cambio que eso mismo: una mano vacía. Y, encima, parece que tenemos que darles las gracias por habernos dejado la puerta abierta, cuando ellos son los primeros que nos necesitan para funcionar. Pero no quiero aburrir a los lectores con una nueva entrada acerca de nuestro grito de guerra #gratisnotrabajo – el cual no debemos olvidar en el gremio, por supuesto –, sino que me gustaría hacerles reflexionar más allá.

Recientemente, leí este artículo titulado Las prácticas no remuneradas y la cultura del privilegio están arruinando el periodismo. Aunque lo recomiendo en su totalidad, me gustaría destacar el siguiente párrafo: «Por tanto, ¿por qué usted, el lector, debería preocuparse por unas prácticas no remuneradas en trabajos que no quiere? Éstas han perjudicado sobremanera el tejido del periodismo y han cambiado la forma en que los temas son contados y la calidad del producto que usted consume a diario».

Lo cierto es que ha llegado un momento en que la figura del becario no puede estar más menoscabada: estos pobres inocentes no sólo aceptan unas prácticas gratis con la promesa de recibir una formación, sino que muchas veces ésta consiste en aprender a buscarse la vida por su cuenta, ya que desde el primer minuto les exigen responder como si de uno de los trabajadores en nómina se tratase. Eso sí, ellos, respaldándose en una experiencia previa que en muchos casos es mínima o nula y por amor al arte, claro.

Como muchos habréis notado, la tendencia se está extendiendo por las redacciones en su conjunto. Porque, compañeros, nadie es intocable hoy en día. Así, no sólo la sombra de los despidos en serie se cierne sobre todos nosotros, sino también suceden inesperadas rebajas de sueldo, exigen que nos convirtamos en máquinas multitarea o nos proponen interesantes colaboraciones por módicos e insultantes precios.

Con todo, entre la situación de los recién llegados y la de los veteranos, el periodismo no puede ser lo que un día fue. Por eso, creo que los periodistas deberíamos asumir que nuestro sueño en los grandes medios ya no es tan importante y, también, aprender que no dependemos exclusivamente de ellos. En definitiva, toca hacerse valientes y emprender individual o colectivamente. Y es en esto, querido lectores, en lo que nos podéis ayudar mucho: confiad más en las pequeñas alternativas, publicitad la calidad cuando la encontréis y, por favor, no seáis reacios a pagar por lo que os guste. Porque la inversión inicial puede correr de nuestra cuenta, pero llevar adelante un  proyecto y seguir realizando buena información no es sencillo ni, mucho menos, barato.

En fin, no quiero abusar más de vuestra atención. Me conformo con saber que hoy pensaréis en que los periodistas – como todo mortal – necesitamos parné para comer. Próximamente, reclamaré vuestra comprensión respecto de los arrestos y los golpes impunes que también recibimos en el ejercicio de nuestra profesión, los cuales merman un derecho común: el de la libertad de información. Pero, como os he dicho, hoy no quiero abusar.

Posted by @LaBellver

Periodismo medio vacío, pero también medio lleno

Muchos nos pueden tildar de pesados. De un tiempo a esta parte no dejamos de analizar la crisis general y la particular de la profesión. Y me atrevo a aventurar que las observaciones no van a dejar de sucederse. Tal vez, algunos pensaron en un principio que se trataba de un episodio eventual, pero el transcurso de los meses está demostrando que ésta es nuestra realidad, con todas sus consecuencias. Y cambiar una realidad implica aceptación, reflexión y acción. De ahí, quizá, el torrente – que ya no lluvia – de ideas actual entre periodistas.

Porque, ¿qué podemos hacer frente a esos tiranos – perdón, quería decir directivos – que la única salida que conciben frente a los tiempos difíciles es sacrificar a gran parte de la plantilla? Como bien sabemos, la cuenta de resultados siempre ha primado en cualquier empresa que se precie. Lo fuerte es que ya no se tiene que incurrir necesariamente en pérdidas para tomar la decisión más drástica e injusta. Será que otros aspectos fallan en los cálculos. O que hemos estado viviendo demasiado bien. En todo caso, trabajando por encima de nuestras posibilidades – gratuitamente, inclusive –, diría yo.

Pero no me quiero ensañar con una de las múltiples cuestiones que nos atañen. Porque también nos queda por resolver cómo lidiar con aquellos medios e, incluso, voces de autoridad que aún no conciben el periodismo en las nuevas plataformas – la cursiva se debe a que, más que “nuevas”, yo apostaría ya por calificarlas de “presentes” –. Y sigue, asimismo, abierto el debate de cómo convertir el contenido online en rentable. Y etcétera, etcétera, etcétera.

En fin, ¿qué hacemos? La Asociación de la Prensa de Madrid (APM) ha puesto en marcha El muro de las lamentaciones de los periodistas, una iniciativa virtual en la que poner en común denuncias e inspirar una profesión más digna. Bien, pero… ¿Y si nos dejamos llevar por los aspectos positivos durante un momento? Como dijo hace poco Nicholas Lemann, ex-decano de la Columbia Journalism School: “El periodismo no es perfecto, pero no está muriendo.

Quiero pensar que algo estaremos haciendo bien cuando gran parte de la ciudadanía nos sigue considerando necesarios. O, mejor dicho, la ciudadanía nos considera necesarios cuando hacemos bien nuestro trabajo: si ofrecemos calidad, si estamos dónde y cuándo se nos necesita, si no olvidamos nuestro compromiso con la sociedad

Quizá, como es viernes, se me antoja ver el vaso medio lleno. Probablemente, el lunes acabe escribiendo mi particular lamentación en ese muro gris. Sea como fuere, sé que somos muchos los que aspiramos a dar la talla en esta necesaria profesión, así que sigo con mi capricho de hoy y os propongo: ¿compartimos los motivos por los que seguir adelante?

Posted by @LaBellver-Photo by @Marga_FerrerSoma Comunicación

¿Diarios con menos periodicidad?

Reducir la periodicidad de los diarios es una de las alternativas que cada vez se manejan más en los Estados Unidos. La situación de crisis del modelo de la prensa escrita parece que está acelerando este proceso. El blog Clasesdeperiodismo.com informa que en las últimas semanas dos diarios de pago han reducido su periodicidad, The Patriot News y Syracuse’s Post Standard.
En el caso de The Patriot News la empresa editora lo ha comunicado a través de Twitter con un breve mensaje: “Sí, vamos a salir en la versión impresa tres días de la semana. No, no estamos matando el periodismo”. La reducción se producirá en enero 2013, a partir de entonces el rotativo se distribuirá los domingos y dos días más aún por determinar. Esta apuesta significará un refuerzo de lo digital.
En cuanto al Syracuse’s Post Standard, la reducción en papel no afectará a la edición digital que seguira actualizándose de forma continúa.
En los Estados Unidos este mismo camino ya lo emprendió en mayo de este año el New Orleans Times-Picyune, e incluso antes, ya se vio este recursos en la prensa gratuita europea en 2008 cuando el diario Stockholm City redujo su distribución a tres días a la semana lo que no evitó su cierre en junio de 2012.
Posted by AEPG / Photo by Soma Comunicación

Emprendedores en Europa

La Unión Europea sufre un claro problema de liquidez en una gran parte de sus Estados miembros, entre ellos, España. Esto provoca que muchas empresas, autónomos o jóvenes emprendedores no puedan acceder a un crédito que les permitiría desarrollar una actividad económica y salir adelante.

Por ello, la Comisión Europea (CE) lanzó en 2010 el “Progress Microfinanciación“. El programa, como su nombre indica, persigue el objetivo de facilitar el crédito -por debajo de 25.000 euros- a pymes, autónomos, mujeres y jóvenes emprendedores, minorías, emprendedores con discapacidad y comerciantes, entre otros, para fundar o desarrollar pequeñas empresas. Para poder pedir este préstamo el interesado debe ser autónomo o, al menos, tener pensado fundar o desarrollar una microempresa (menos de diez empleados), si es una empresa social mejor. También son requisitos el estar en paro o haber pasado tiempo fuera del mercado laboral y, por último, tener dificultades para obtener un crédito convencional.

Los préstamos financian, por norma general, el 50 por ciento del coste de cualquier proyecto, aunque en algunos casos puede llegar al 100 por cien. No obstante, este proyecto, gestionado por el Fondo Europeo de Inversiones y apoyado por la CE y el Banco Central Europeo con una dotación 200 millones de euros no financia directamente a los empresarios, sino que lo hace a través de terceros, que pueden ser entidades bancarias privadas o públicas, instituciones de microcrédito no bancarias y proveedores no lucrativos.

Las empresas con menos de diez trabajadores representan el 91 por ciento del total en Europa y el 99 por ciento de las empresas “jóvenes”. Además, un tercio de ellas las crean desempleados, lo que Bruselas considera clave para combatir el problema del paro, que supera el 10 por ciento en la UE y se acerca al 25 por ciento en España.

EFE/Photo by Marga Ferrer (Soma Comunicación)

El periodismo y la decadencia

Una sociedad democrática corre peligro cuando el periodismo y la educación entran en decadencia. Los recortes presupuestarios, unidos al cada vez mayor menosprecio a la figura del profesor, han dejado a la educación española en una situación crítica, desconocida hasta la fecha en un sector que, pese a las crisis cíclicas y los continuos y políticos cambios en el sistema, nunca había sufrido tanto ante un futuro que pinta a azul oscuro casi negro.

Diferentes son los antecedentes del periodismo y los periodistas. Una profesión siempre en el alambre, fiel heredera del espíritu agonista de los corredores de marcha. Sufridora en potencia. Siempre sumida en una crisis, a veces económica, a veces de identidad, de la que parece imposible que salga nunca. Como si la crisis fuese su forma de vida y la decadencia su rasgo más distintivo.

No sufre el periodista español, pese a que no dejan de existir amenazas, la persecución a la que son sometidos compañeros de profesión en países de Centroamérica y América Latina. Últimamente parece que no hay día en que la profesión no sea noticia por el asesinato a sangre fría de un periodista en Bolivia, Méjico, Honduras… El derecho a informar y a ser informados no está bien visto por algunos.

La crisis del periodismo español va por otros derroteros. Libres, por el momento, de víctimas que nos hagan derramar lágrimas y ríos de tinta, la profesión se desangra a sí misma víctima del conformismo de unos y el afán de protagonismo y enriquecimiento de otros. No hay que mirar muy lejos para buscar respuestas y responsables. Esta vez basta con mirarnos el ombligo. Leer más…

Posted by @acordellat
Photo by @Marga_Ferrer

¡Miau!

Se puede decir sin rodeos: Nikos Michaloliakos tiene miedo. Y mucho. Habrá quien pensará: “¿Y este señor quién es?”. Buena pregunta, porque uno de sus temores es no ser reconocido, ya no por su nombre, sino como líder del partido neonazi griego, Amanecer dorado, que acaba de conseguir la friolera de 21 escaños en el parlamento.

No tendrá tan claro que él es más que un cabecilla de rancio ideario, cuando su equipo de seguridad ha ordenado a los periodistas que cubrían la rueda de prensa que se pusieran en pie para recibirlo; con la misma cordura con la que un perro ladra cuando se ve acorralado en un callejón sin salida en el que varios gatos sigilosos se acercan afilando las uñas y maullando sin escandalizar. Para ser más exactos, ésta fue la frase estrella: “¡¡Levantaos, mostrad respeto al líder!!”. Una informadora se negó y se marchó.

En un primer momento, el desagradable gesto puede parecer un símbolo de fortaleza y rotundidad. Pero nada más lejos de la realidad. Lo que Michaloliakos proyecta con esa actitud es debilidad. Pánico a no parecer un dirigente solvente, terror por tener que enfrentarse a aquellos cuya principal función es la de vigilar sus movimientos –y los del resto de políticos-. Horror a no ser admirado por méritos propios. El respeto se gana, no se impone. El asustadizo, éste que pretende dar miedo, más bien preocupa. Inquieta que todavía haya quien crea que los ladridos amordazan. No se enfrenta a mininos, señor Michaloliakos.

posted by @Lorena_Padilla

Facilidades y obstáculos para trabajar en otro país de la UE

La UE te ofrece una serie de facilidades y derechos para irte a trabajar a otro país comunitario, según el principio europeo de “libre circulación”. Pero también hay varias cuestiones a tener en cuenta, que pueden dificultar o incluso impedir los desplazamientos laborales. Buscar empleo y establecerse en cualquier Estado miembro todavía no es tan fácil como hacerlo dentro del propio país de origen.

Actualmente, la mayoría de los Veintisiete no exige un permiso de trabajo a los ciudadanos comunitarios que busquen empleo en su territorio.

No obstante, hay un grupo de países que aún impone ciertas restricciones a los trabajadores extranjeros: Austria, Alemania, Bélgica, España (únicamente para los rumanos) Irlanda, Francia, Holanda, Malta, Reino Unido, Luxemburgo y Malta. Todos ellos deberán levantarlas para finales de 2013.

Una ventaja importante es que los trabajadores pueden trasladar de un país a otro sus derechos de pensiones, asistencia sanitaria o las prestaciones de desempleo. Eso sí: disfrutar de estos derechos en un país distinto al de origen depende de las legislaciones nacionales, y del nivel de cobertura social de cada Estado. Y las condiciones para poder cobrar el paro o el volumen de las ayudas varían bastante entre países como España y Bélgica, por poner dos ejemplos.

Los idiomas y el reconocimiento de cualificaciones profesionales son otros de principales obstáculos. Para las profesiones reguladas, como los médicos, abogados o arquitectos, es posible solicitar una convalidación oficial de las titulaciones para el extranjero. Una vez concedida, el país de destino puede exigir al trabajador una prueba de idiomas.

El resto de trabajadores puede recurrir a instrumentos como “Europass”, un currículum vitae estandarizado a nivel europeo, para presentar su formación y experiencia profesional de forma comprensible en toda la UE.

También hay que tener en cuenta la cuestión fiscal. En la mayoría de los casos, los ciudadanos que trabajen durante más de seis meses al año en otro país de la UE deberán pagar impuestos allí. Si se trata de parados desplazados, tendrían que pagar impuestos según su tiempo de estancia y de qué país se considere su residencia a efectos fiscales. Todo ello depende de la normativa fiscal de cada país y de los acuerdos entre Estados.

EFE

 

Si decides probar suerte en otro país, lo mejor es consultar en detalle las normativas europeas y nacionales, lo más actualizadas posible.
Web de Empleo de la Comisión Europea
Portal europeo Eures de movilidad profesional
Página de Europass, el currículum vitae europeo