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La importancia del lenguaje en el periodismo

Que la herramienta de trabajo en el periodismo es el lenguaje resulta una obviedad a estas alturas. Que la carga académica dedicada al lenguaje en las facultades de periodismo españolas, públicas y privadas, es mínima también es un hecho. Y si a la rapidez habitual del periodismo unimos internet, se suma un escenario de consumo inmediato de información que no promueve dedicar tres minutos a releer para comprobar lo escrito.

Cuando un profesional domina el lenguaje hay más posibilidades de que no cometa errores. Para ello ha tenido que pasar por una formación pero el cuidado de las palabras no se ha de quedar en el título universitario colgado en el salón de los padres. Los periodistas tenemos la responsabilidad del contenido que publicamos, ya sea por el fondo en cuestión como por la forma. Igual de importantes son los mensajes que transmitimos desde los medios porque sabemos que crean opinión pública, tendencias y modelos de comportamiento como el modo de expresarlo.

¿Cuántos ‘solo’ continúan acentuados si hace más de cuatro años se estableció que no era necesario? La Real Academia Española de la Lengua (RAE) establece las normas a seguir atendiendo a los usos y costumbres de la sociedad. ¿Por qué atendemos a la recomendación de escribir ‘selfi’ para la adaptación de la denominación de autorretrato en inglés pero seguimos colocando la tilde a la letra ‘o’ cuando se sitúa entre cifras?

Respeto al lenguaje
La necesidad de respetar las normas del lenguaje van más allá de la ortografía. También tenemos que recordar la gramática y la diversidad de sinónimos y antónimos. Con la revolución digital en la comunicación los periodistas dejamos de ser los únicos que hemos de cuidar la lengua: los blogueros, ya vivan de sus portales digitales o no, y toda persona cuya capacidad comunicativa en las redes sociales es alta ha de ser consciente de su responsabilidad como comunicador.

De nada sirve quejarse de que las nuevas generaciones no saben elaborar oraciones derivadas si nosotros tampoco lo hacemos para que aprendan cuando nos leen. Las prisas dejan de ser excusas aceptables cuando la RAE se esfuerza en ofrecer herramientas de trabajo que faciliten la tarea como es la revisión abreviada de la ortografía o la nueva gramática básica de la lengua española. Libros de bolsillo aptos para todas las edades.

Por otro lado, la Fundación del Español Urgente –Fundéu BBVA– atiende dudas lingüísticas a través de Twitter con una capacidad de respuesta muy alta y su web es un lugar clave para aclarar incertidumbres. ¿Nos parece poco? Pues echemos un vistazo a Escribir en internet. Guía para los nuevos medios y las redes sociales y consigamos que el respeto a la lengua no se pierda entre tuit y tuit.

Snapchat para periodistas

Snapchat para el trabajo de los periodistas

En enero de este año, la Casa Blanca abrió las puertas del despacho oval en Snapchat. Eventos como el referéndum griego fueron retransmitidos a través de esta plataforma digital y, en estos momentos, se están sumando más hechos noticiables como campañas electorales o eventos deportivos en diversos países.

Es la red social de moda (aunque hay quien no lo cataloga como red social). Snapchat se ha convertido en un fenómeno gracias a la incorporación de los más jóvenes a esta plataforma digital y, sobre todo, por el contenido efimero. Cada día alcanza los 150 millones de usuarios activos al día, la mayoría con edades comprendidas los 13 y los 34 años.

No todo el mundo sabe cómo funciona porque está pensada para una generación que ha nacido con el móvil bajo el brazo. Su base reside en las características de una mensajería instantánea con el atractivo de que el contenido que se sube, ya sean fotos, vídeos o mensajes, se autodestruye en un plazo máximo de 24 horas. Realmente se está utilizando para expresarse en el momento y retratar aspectos cotidianos de la vida que no importa que permanezcan en el tiempo.

Muchos afirman que es una red social de críos y que su moda entre los milennials es pasajera. Pero lo cierto es que Snapchat tiene muchas posibilidades y los medios de comunicación, en general, y los periodistas, en particular, pueden aprovechar el potencial que desprende. De esta manera, además, se pueden acercar las noticias a los más jóvenes. He aquí el principal objetivo de la Casa Blanca.

A principios de 2016 esta plataforma digital incorporó Discover, un carrusel de historias que proviene de equipos editoriales de diferentes medios, según explicaron. Se trata de una sección en la que se encuentran canales como Vice, CNN o Daily Mail. Aquí la información aparece dosificada, sin la ‘infoxicación’ que se sufre en el timeline de Twitter. Y aunque no se incluye el número de seguidores, el gran volumen de usuarios que aglutina Snapchat merece la pena. Hay que recordar que la aplicación no está pensada para dirigir tráfico a las páginas web, ya que no permite incluir enlaces o dirigir fuera de la aplicación. Eso sí, con un buen contenido, el usuario puede ir directamente a la web.

Además, la plataforma efímera quiso potenciar la creación de contenidos con las Live Stories, historias en directo que cubren un evento masivo, como los premios Oscars o la Super Bowl. Esta posibilidad permite, por tanto, retransmitir acontecimientos en directo haciendo una serie de snaps consecutivos. Se debe tener en cuenta que los vídeos duran 10 segundos y son verticales. Éstos, aunque reúnen un montón de detractores, son más compartidos que las piezas horizontales, ya que es la forma natural de coger el dispositivo móvil.

Las historias que puede tratar un periodista son en primera persona y traslada una experiencia directa. Además, esta cercanía debe verse en los snaps, ya que dejan añadir filtros, geofiltros y un estilo original con su herramienta de dibujo. Puede que se trate de informaciones poco profundas, pero el caso es que son atractivas y diferentes, que es lo que han visto los más jóvenes en esta red.

Hace unas fechas, por ejemplo, The Washintong Post relataba cómo sus corresponsales utilizaban Snapchat, sobre todo, para contar a su comunidad historias más lights del estilo cómo conseguir trabajo en Beijing o cómo es el metro de Londres. Los periodistas comparten los snaps como vídeos verticales en un blog diario del Post.

Políticos, celebrities e influencers se han incorporado a la plataforma de contenidos fugaces para compartir de primera mano su vida y sus intereses. Saben que las nuevas generaciones han apostado por Snapchat, huyendo de otras redes sociales como Twitter o Facebook en las que están sus padres.

Los milennials se nutren de vídeos e imágenes, apenas leen noticias y, si quieren hacerlo, lo buscan en Internet. Por eso, qué mejor que acercarse con su mismo lenguaje a los futuros consumidores de noticias, aunque eso implique otra readaptación de los medios de comunicación y de los periodistas a las nuevas plataformas digitales que van surgiendo.

Posted by @_guiomar_ 
Periodismo de guerra

El trato en la actualidad de los periodistas que cubren conflictos

Casi un año de cautiverio estuvieron retenidos los periodistas Antonio Pampliega y José Manuel López y el fotoperiodista Ángel Sastre, secuestrados en Siria el año pasado y liberados hace un mes. Los tres son freelance y trabajan para diversos medios, entre ellos El País.

La historia del Periodismo de guerra, de esos reporteros que, armados con su papel y bolígrafo o su cámara, nos informan de un conflicto, ha estado marcada por la evolución de los propios conflictos. Muchos quieren ser periodistas para poder cubrir este tipo de acontecimientos y contar las historias que los envuelven con la motivación de que no vuelvan a suceder.

Esta evolución, a su vez, ha ido acompañada por la figura del periodista como profesional. Hoy, más que nunca, el número de freelance (o autónomos) se ha incrementado exponencialmente y la crisis que atraviesa el sector ha llevado a que muchos se precipiten a la aventura para poder informar de los conflictos.

Por ello, el trato que reciben los periodistas cuando cubren un conflicto puede complicarse, puesto que muchos carecen de nómina fija en un medio de comunicación que les pueda respaldar. De hecho, el Sunday Times de Reino Unido se negó a aceptar las fotografías de un freelance en Siria, ya que no querían “alentar a periodistas freelance a asumir riesgos excepcionales”. Una decisión que ha recibido tantas críticas como alabanzas.

Está claro que los reporteros suponen un objetivo, tanto por razones políticas como económicas. Por eso, organizaciones como Rory Peck Trust ayudan a periodistas independientes y a sus familias, y recomienda no viajar a zonas en conflicto como Siria sin una capacitación en entornos hostiles y primeros auxilios

Además, el incremento de mujeres periodistas que van a los conflictos ha hecho que surjan nuevos riesgos, como el acoso o la violencia sexual, como sucedió con la reportera de guerra de la cadena CBS en la Plaza Tahrir en El Cairo en 2001. Desde la UNESCO, por ejemplo, se lamentó que las periodistas sufrieran un “doble ataque”, tanto por su género como por su profesión. De hecho, en la Resolución 222 de 2015 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se destacó el “riesgo particular” al que las periodistas y trabajadoras de medios de comunicación están expuestas en los conflictos.

Reporteros sin Fronteras (RsF) ha actualizado su manual de seguridad para periodistas, una versión que aporta nuevas medidas de protección para nuevos peligros, “como el secuestro, y aborda el reto de la seguridad informática durante una misión en zona de riesgo, esencial para la protección de las fuentes, la información y la integridad de quienes realizan la cobertura”. Asimismo, ante los tratos vejatorios que pueden sufrir las mujeres, la guía cuenta con puntos específicos para las reporteras.

El veterano periodista Ramón Lobo, que ha cubierto conflictos como el de Kosovo, Afganistán, Ruanda o Chechenia recomienda en RsF a los periodistas que vayan a cubrir un conflicto bélico que se preparen antes de ir, que estén siempre localizados, tener un seguro de vida y accidentes o poseer conocimientos de primeros auxilios.

Los consejos se deben llevar a rajatabla, sobre todo en el caso de los freelance, muchos buscados por las agencias internacionales para que cubran un conflicto. Estos periodistas, normalmente, no pueden pagar una buena formación en seguridad ni tienen el material adecuado para trabajar. Muchos, como el fotoperiodista Maysun, aseguran que la industria de los medios se desentiende de los profesionales independientes, ya que se mantiene dicho status “para no tener que responsabilizarse si sucede algo en el terreno”.

Por todo esto, y dado el acoso que pueden sufrir los profesionales de la información en una zona en guerra por ser testigos directos y contarlo al mundo, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU ha condenado en diversas ocasiones el trato que reciben los periodistas, instando a los Estados a que protejan a los reporteros e investiguen los ataques que se produzcan.

Internet y las nuevas tecnologías

Por otro lado, las nuevas tecnologías, unidas a Internet y, sobre todo, a las redes sociales, también han cambiado la percepción, ya que la ciudadanía cuenta con mucho material para poder conocer qué está sucediendo. Por tanto, la labor que puedan realizar los profesionales del periodismo de guerra queda diluida por lo que se transmita a través de las redes, muchas veces en directo.

Esta situación influye en los periodistas que están cubriendo un conflicto: hay que ser el primero en difundir la noticia, la primicia. Esto conlleva a que la información muchas veces no sea verificada y el trabajo no tenga la calidad suficiente. Ni se investiga ni se contrastan los datos en pro de la rapidez, lo cual afecta, y mucho, al trato que puedan recibir los periodistas: la fuente puede engañar, manipular u omitir datos con más facilidad.

Se pensaba que con las nuevas tecnologías, los periodistas iban a mejorar sus condiciones, pero parece que las situaciones de secuestro, asesinato o tratos vejatorios siguen a la orden del día en los conflictos bélicos, quedando impunes en muchas ocasiones. Otras culminan con un final feliz, como el de los tres compañeros liberados recientemente.

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La mujer en el periodismo

La Federación de Asociaciones de Prensa de España cuenta con 14.009 asociados hoy en día, de los cuales 6.782 son mujeres. El 48,41%. En el caso de la Unió de Periodistes Valencians actualmente hay 750 socios registrados de los cuales 353 son mujeres. El 47,06%. Los datos nos muestran que la presencia femenina en la profesión periodística roza la paridad. Pero vayamos más allá.

En 2015 el Proyecto de Monitoreo Global de Medios (GMMP 2015) estuvo coordinado por la Asociación Mundial para la Comunicación Cristiana (WACC, sus siglas en inglés), una ONG internacional que promueve la comunicación para el cambio social, en colaboración con el Media Monitoring Africa (MMA), de Sudáfrica, que se encargó del análisis de la información.

De ese estudio surgen datos y conclusiones que ayudan a obtener una imagen global de la mujer en el periodismo. Por un lado, hay que evaluar la presencia de las mujeres en el contenido de las noticias. El informe muestra que en el análisis realizado en España, las mujeres comprenden solo el 28% del total de sujetos y fuentes en las noticias de prensa y los informativos de radio y televisión, y el 33% en los diarios digitales y Twitter. Este porcentaje es ligeramente superior al de la media europea que es de 26% y 25% respectivamente. Indican también que ha habido un pequeño avance respecto a los datos del estudio de 2010 (eran el 23% del total).

Por otro lado, la presencia de la mujer profesional en los medios de comunicación también ha avanzado respecto a la investigación previa. En prensa las mujeres periodistas son un 44% en 2015 frente al 34% en 2010; en radio han pasado del 32% en 2010 al 59% en 2015 y en televisión del 58% al 64%. Estos datos también son superiores a los de la media europea (35%, 44% y 48% respectivamente). También es significativo que el 74% de las presentadoras de radio son mujeres y las reporteras representan el 52%. En televisión el 55% de presentadoras y el 70% de reporteras son mujeres.

Un dato relevante es que el 100% de las mujeres presentadoras de las noticias analizadas en televisión están en la franja de edad de 35 a 49 años. Sin embargo, en el caso de los hombres presentadores el 97% tienen entre 50 y 64 años.

Tras tener en cuenta todos los datos surgidos en el análisis, se concluye que pese a que se ha producido una importante mejora de las mujeres profesionales en los medios, las mujeres como sujetos mediáticos y como fuentes siguen estando muy poco representadas.

“Que solo el 9% de expertas y comentaristas sean mujeres es un dato muy negativo que debe ser revisado por los gestores de los medios que son los que deciden a quién seleccionan como fuentes expertas. Las mujeres como fuentes son relegadas a dar su opinión por su experiencia personal, social y privada, pero no como profesionales y miembros del ámbito público”, añaden las organizaciones como conclusión.

Ante estas circunstancias, la recomendación necesaria es convertir en imprescindible el aumento de la representación de mujeres como fuentes expertas. Pese a la presencia casi igualitaria en número de las mujeres profesionales en los medios de comunicación, la realidad indica que todavía existen áreas en las que se ha de luchar para que la mujer tenga las mismas oportunidades y sea tenida en cuenta en equidad.

Soma Comunicación Valencia

Qué aportan los estudios de Marketing al Periodismo

Que periodismo y marketing no son lo mismo es algo que no admite discusión alguna, a pesar de que en los últimos años la brecha se haya reducido bastante debido a la creciente competencia y la irrupción de nuevas tecnologías que han obligado a los medios de comunicación a intentar captar la atención con otras fórmulas, así como una indiscutible oportunidad para llegar a otros públicos objetivos.

De la misma forma, el marketing de contenidos es una práctica al alza en la que casi de manera obligada cualquier estrategia orientada a conseguir un buen posicionamiento y visibilidad en Internet pasa por la necesidad de crear textos o piezas en formato audiovisual para los que el conocimiento de algunas de las claves en la organización y jerarquización de información es fundamental.

Sin embargo hay mucho más allá del simple hecho de contar una historia. El marketing es esa disciplina que se encarga de intentar descifrar los secretos del mercado para hacer un producto más exitoso bien sea por el camino de la presentación como de la consecución de mayor visibilidad. Es ahí donde un periodista tiene mucho que decir. Su capacidad para investigar mercados, obtener datos, captar tendencias y ponerlos en relación puede ser de gran ayuda a la hora de definir el contexto donde va a competir una empresa, marca o producto.

De la misma forma, no son pocas las empresas que valoran estos estudios por la también abundante capacidad de un periodista en las relaciones personales: la asertividad entendida como el poder de escucha pero también de exposición son fundamentales a la hora de desenvolverse en ámbitos comerciales.

Lo mismo ocurre con esa curiosidad que se presupone a todo periodista de vocación, el planteamiento continuo de preguntas y distintos enfoques para no conformarse con verdades absolutas. Una actitud que en un ámbito tan cambiante y expuesto a complejas influencias como es el de los mercados pueden resultar fundamentales.

¿Ocurre lo mismo al revés? Sin duda buena formación adicional en Marketing proporciona al periodista la capacidad analítica necesaria para abordar con una mayor perspectiva no sólo cifras y ratios en lo que al estudio de los datos de tráfico y visitas web se refiere, algo prácticamente indispensable en el contexto en el que se mueven hoy día gran parte de los profesionales, sino también para el tratamiento de los temas o historias con planteamientos y herramientas de gran utilidad. Por eso no es extraño que cada vez más centros de estudios superiores encuadren Marketing y Comunicación en el mismo programa o ámbito académico.

@ivan_munoz

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Cinco claves sobre periodismo económico

Hubo un tiempo en el que todo sobre la economía estaba en unas páginas de color salmón que se encontraban en la parte central del periódico. Sí, en papel. Hubo un tiempo en el que no sabíamos qué es la prima de riesgo, la deuda pública o la cláusula suelo. Hubo un tiempo en el que nos permitimos ignorar la economía y nadie insistió en explicárnosla.

Por eso en los últimos años el periodismo económico ha tomado la posición social que requiere para que no solo los más poderosos tengan acceso a un conocimiento que dirige nuestras vidas. Desde que comenzó la crisis, y de eso ya hace unos cuantos años, los medios de comunicación han inundado sus contenidos de resultados económicos, de las declaraciones de los propietarios de banca y de cómo la economía está relacionada con los casos de corrupción.

El periodista económico sabe de lo que habla. Entiende los entresijos del sistema económico. Pero eso no asegura que lo que cuenta sea leído o entendido. Los elementos clave para que la información económica llegue a todo el público son:

Lenguaje entendible. Es necesario evitar conceptos difíciles, la jerga propia del sector, los anglicismos o los modismos. Comunicar y explicar conceptos nuevos con las palabras propias del público.

Los datos interesan. Hay veces que se tiende a pensar que la opinión pública se cansa de ver números o porcentajes. Los datos son el pilar en torno al cual se elabora la información y han de llegar al público para que consiga un entendimiento completo.

Manejar el poder del poder. Muchas de las fuentes de información de un periodista económico son empresas, administraciones o personas que tienen mucho poder. Gestionan grandes capitales, multinacionales y toman decisiones que afectan a un número muy grande de personas. Pero el periodista ha de mantener su posición frente a la posible influencia que estos quieran realizar sobre los medios de comunicación.

La economía también son personas. Nuestra vida gira alrededor de cuestiones económicas y por eso el periodista ha de convertir la información en algo real. Acercar los datos, las conclusiones de un informe o las últimas estadísticas al día a día de la sociedad con el fin de que cualquiera pueda empatizar con esa información y aceptarla como suya.

El contexto ayuda a aprender. Dado que la información económica puede ser complicada en algunos momentos pero clave para que la sociedad comprenda lo que ocurre y lo que puede llegar a ocurrir, es responsabilidad del periodista económico contextualizar los datos. Los antecedentes a un hecho establecen su origen y ayudan a entender sus causas, a la vez que aportan ideas de cuál puede ser su evolución.

Cuando parece que la crisis económica puede que comience a tomarse un respiro, quizás habría que plantearse cómo los periodistas económicos van a mantener nuestra atención sobre esta información. Para que nada nos vuelva a pillar por sorpresa.

Foto: @Marga_Ferrer
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Las leyes del buen periodista digital

Multitud de plataformas, rápido acceso a las fuentes, instantaneidad a la hora de publicar la información, interactividad con las audiencias y océanos de datos a golpe de click. Muchas son las cosas que han cambiado en el ejercicio del periodismo con respecto a la época previa a la revolución tecnológica iniciada con la democratización de Internet. Algo que, a primera vista, ha modificado totalmente la forma de ejercer la profesión.

Sería ingenuo negar que en gran medida lo ha hecho. Especialmente en lo que se refiere a la reducción de los tiempos y al aumento de las tareas asumibles por el periodista, que se ve abocado a la hiperactividad. Si bien la brecha comunicativa se ha reducido, permitiendo una mayor conexión de las audiencias a lo que está ocurriendo casi en el momento exacto por lejos que sea, el exceso de celo por la puntualidad provoca en muchas ocasiones la pérdida de reflexión y rigor adecuados. Pilares estos últimos en los que se fundamenta la práctica informativa y que siempre debe conservar sólidamente el periodista, aunque su ejercicio se circunscriba exclusivamente al escenario digital.

Por este motivo, y debido a la confusión que puede provocar el ruido de un escenario donde se mezclan multitud de plataformas, se hace más necesario que nunca establecer una serie de preceptos que contribuyan a mantener los rasgos diferenciales de la profesión con respecto a otras prácticas.

  • Consultar la fuente original. Redes sociales, blogs y webs. La información circula a una velocidad que se acelera exponencialmente a golpe de comentario y retuit, de tal forma que a menudo es difícil perder la pista a su origen. Si “el alguien dijo algo que” ya provocaba fracturas importantes en el mensaje, con Internet ha terminado por complicarse del todo. El periodista digital intenta tener a mano siempre fuentes originales, compartiendo o difundiendo la información de sus canales oficiales, evitando dar pábulo a noticias llegadas por canales de dudosas intenciones o, simplemente, también contaminados por las mismas causas.
  • Reposar antes de publicar. La cadena de supervisión a la que antes se sometía una información se ha visto reducida prácticamente a la nada. Las nuevas tecnologías ponen a golpe de click la difusión de una noticia sin que haya nadie entre emisor y receptor. Algo que se ha agravado todavía más con la reducción de medios humanos disponibles en las redacciones. Nunca hubo nadie infalible y hasta el más experto de los escribanos siempre ha echado un borrón. La diferencia es que antes era más probable detectarlo en algún momento del proceso: redactor, redactor jefe, director e incluso talleres como último filtro. Dar un tiempo al contenido antes de su publicación para que lo vean otros ojos o dejar que los propios descansen para un posterior repaso está entre las buenas prácticas del periodista digital.
  • Mantener el contacto con la realidad. Cierto es que el trabajo de despacho y la hiperactividad absorben tiempo y recursos. Datos, declaraciones y comentarios en redes sociales han originado un género periodístico en sí mismo, en el que se puede dar valor de noticia a unos simples caracteres. Sin embargo, la contextualización y trasfondo siguen siendo un rasgo diferencial que distinguen en calidad e interés a las buenas informaciones. En un mar de tuits, fan pages y posts, una buena conversación telefónica o a la mesa siguen marcando la pauta.
  • Respetar la autoría. Nadie mejor que un periodista sabe lo que cuesta crear buen contenido original. Horas de reflexión, planteamiento, producción e inversión de recursos económicos y materiales. Que algo se distribuya por Internet no ha de significar que esté a libre disposición de todo el mundo, por lo que el buen profesional nunca roba material ajeno o lo usa sin citar o mencionar. Así él recibe su cuota de notoriedad y repercusión.
  • Interactuar. El nuevo panorama rompe con el muro que existía antes entre periodista y receptor. La unidireccionalidad del mensaje es algo que pasó a la historia y que contribuye al enriquecimiento del mensaje. Sin caer en las provocaciones o en debates eternos, el periodista digital atiende a los comentarios que recibe de sus audiencias
Posted by @ivan_munoz
Foto: @Marga_Ferrer
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El premio Cirilo Rodríguez ya tiene tres finalistas

El premio en homenaje a Cirilo Rodríguez, el corresponsal español en Estados Unidos que narró en RNE la llegada del hombre a la Luna, ya cuenta con tres finalistas en su XXXII edición: los periodistas Juan Pedro Quiñonero, Xavier Aldekoa y Mikel Ayestaran.

El galardón, organizado por la Asociación de Periodistas de Segovia y que cuenta con la Reina Letizia como presidenta de honor, pretende reconocer la mejor labor de información, tanto literaria como gráfica, radiofónica o televisiva, de un corresponsal o enviado especial, a lo largo del años 2015.

360 Grados Libros, la editorial de libros escritos por periodistas -hermana de Soma Comunicación-, entrevistó a Aldekoa y a Ayesteran, informadores en zonas de conflicto, y ambos coincidieron a afirmar que el periodismo era para ellos “una forma de vida”. Por su parte, Xavier Aldekoa (La Vanguardia) aseguraba que las claves para la elaboración de una pieza periodística de conflictos y paz veraz y de calidad se basaba en “ser honesto, escuchar y trabajar mucho”.

Mikel Ayesteran trabaja como freelance y, en este sentido, destacaba como ventaja de este modo de trabajar “la libertad de movimientos”, y apuntaba como inconveniente “la seguridad que generan los periodos en los que hay poco trabajo”.

Juan Pedro Quiñonero es, como se suele decir, periodista de raza y es corresponsal del periódico ABC en París. Además, es escritor y ha publicado numerosas novelas y ensayos.

El mismo 27 de mayo hay previstas otras actividades relacionadas con la comunicación, como es la entrega de los premios nacionales de fotoperiodismo de la Asociación de Informadores Gráficos de Prensa y Televisión.

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El Premio Revbela reconoce el periodismo de conflictos

La Fundación Araguaney-Puente de Culturas ha convocado la I edición del Premio Revbela de Comunicación, a la que pueden presentarse trabajos periodísticos sobre los conflictos activos y los riesgos potenciales del siglo XXI para la seguridad humana, que hayan sido publicados entre el 1 de octubre de 2015 y el 30 de septiembre de 2016.

Se trata de una convocatoria abierta a todo tipo de perfiles profesionales del sector, tanto de la prensa escrita, del periodismo gráfico, el radiofónico como del televisivo. “Hemos querido aportar valor a quienes cuentan la información con rigor, de manera contrastada, apoyada con contenidos de calidad y tras haber investigado en profundidad”, explica Nacho Varela, patrono de la fundación.

Si bien cualquier periodista puede presentar su candidatura, “hemos detectado que hay quien está haciendo una gran labor de comunicación, con análisis crítico, pero no cuenta con el respaldo de un gran grupo editorial y, por lo tanto, con visibilidad”, sostiene.

Así, este premio “puede ser una buena manera de dar a conocer ese tipo de trabajos y una oportunidad a aquellos que pasan absolutamente desapercibidos a pesar de realizar periodismo interesante y de calidad”.

Respecto a los temas a tratar que caben en este premio, Varela lo tiene claro: “aquellos que, en un mundo globalizado, nos afectan a todos, pero no siempre están bajo el foco de la actualidad o, si lo están, suele ser de manera momentánea”.

Las bases del concurso están aquí: Premio Revbela.

Foto: Marga Ferrer

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Del periodismo a la trivialidad informativa

Los medios de comunicación, ya sean tradicionales o digitales, cuentan hoy con un peligro al frente que puede cuestionar la calidad de sus contenidos: caer en la banalización del periodismo, es decir, convertir la agenda de un soporte informativo en un abanico de hechos superficiales o de poca importancia real para el lector/espectador.

Bernardo Díaz Nosty, catedrático de la Universidad de Málaga, va más allá y asocia esta idea a la colocación, en un periódico, por ejemplo, de secciones más ‘blandas’ como sociedad, sucesos o deportes por delante de otras más serias o duras como política o economía.

Se banaliza en un medio también cuando se reduce casi todo a titulares llamativos, a píldoras descontextualizadas y a aspectos relacionados con el espectáculo de la realidad, y no a entender esta y a reducir la incertidumbre”, añade.

Es en el momento en el que las decisiones editoriales fijan unos criterios de jerarquización “más propios del márquetin” cuando los medios “se olvidan de hacer periodismo”, como indica José Luis Rojas (@rojastorrijos), profesor de Periodismo de la Universidad de Sevilla, al priorizar en el entretenimiento y desplazar las verdaderas noticias a lugares secundarios o a reducir su extensión, su número y la calidad de su tratamiento.

Se impone lo rápido a lo correcto, no se investiga lo suficiente y se sacan menos temas propios, se recibe más de lo que se busca y existe un trabajo insuficiente de fuentes, lo que hace que la información sea cada vez más plana y previsible, valora Rojas.

Errores periodísticos que se cometen muy a menudo en televisión donde, como diría el filósofo Marshall McLuhan, “el medio es el mensaje” y se produce un baile de contenidos de calidad (o no) entre los sucesos, la información y el espectáculo.

No se puede confundir ‘medios’ con ‘periodismo’, ya que los primeros son un gran contenedor y el segundo es una construcción simbólica de la realidad, una narración del acontecer y se corresponde con el derecho democrático a conocer, a estar informado, no a recibir basura”, denuncia Díaz Nosty.

Cuadernos de Periodistas

En el último número de Cuadernos de Periodistas, la principal revista española de pensamiento sobre periodismo, publicada por la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), los estudiosos y periodistas Díaz Nosty y Rojas han participado en un completo informe sobre la tendencia de los medios de comunicación de nuestro país hacia la banalización de los contenidos periodísticos.

También han participado otros profesionales de la información como Samuel Negredo, Agustín García Matilla, Ángel Antonio Herrera y Myriam Redondo.

Imagen: Asociación de la Prensa de Madrid (APM)