Una profesión a precio de café

En las últimas semanas empiezan a proliferar en la red noticias y posts que se hacen eco de la decadencia alcanzada con la crisis por una profesión que, desde que tengo uso de razón y me empecé a interesar por ella, parece vivir en una continua crisis existencial. Recuerdo que en mi primera clase en la Facultad, Josep Lluís Gómez Mompart, catedrático de la Universitat de València, ya nos dijo en tono premonitorio: “Quien quiera ganar dinero o vivir bien, se ha equivocado de carrera”. No parecían irle mal las cosas a él, siempre bien vestido y con apariencia de no sufrir excesivo estrés, pero todos los allí presentes empezamos a buscarnos con miradas cómplices, esperando a ver quién era el primero en dar el paso y salir de aquel salón de grados en busca de un futuro mejor.

Lo cierto es que curso a curso, la carrera se iba cobrando sus víctimas. Gente que entonces nos sorprendía al cambiar de estudios con tres años de titulación a sus espaldas, pero que unos años después nos causaría bastante envidia al verlos bien colocados tras acabar sus estudios de empresariales, económicas o vete a saber qué. Nosotros, los que aguantamos pese a aquel discurso siniestro, fieles a nuestra vocación, veíamos como la premonición de nuestro profesor se iba haciendo poco a poco realidad. Éramos conscientes de que no seríamos ricos. Interiorizamos que no viviríamos ni tendríamos un horario como el común de los mortales. Incluso aceptamos que nos tendríamos que ganar la vida trabajando en otras cosas que nada tenían que ver con nuestros estudios.

Cinco años después de terminar la carrera, hay quienes tenemos la suerte de poder ejercer y vivir de lo que nos gusta. Los hay también que son profesores, comerciales, dependientes, funcionarios… Todos ellos han aprendido a vivir lejos de la profesión para la que se formaron, aunque en su interior, pese a que siguen retumbando con fuerza las palabras de Josep Lluís Gómez Mompart, morirían por poder algún día ganarse la vida, aunque sea de forma discreta y humilde, con aquello que realmente les apasiona.

El futuro, sin embargo, es poco halagüeño. Corren malos tiempos para los soñadores, que diría Amélie. Las empresas empiezan a buscar mano de obra gratis. Pagan miserias a los profesionales freelance, como si los artículos se escribiesen solos  o las fotos las pudiese hacer cualquiera. Las reducciones de sueldo están a la orden del día. Incluso hay quien hace su trabajo  por ¡70 céntimos la unidad! Como si todo fuese un mercado de frutas y verduras en que las cosas se pagan al peso. La culpa, al fin y al cabo, no deja de ser nuestra, que aceptamos esas ofertas por miedo a que las pueda coger cualquier otro si tardamos en dar el ‘sí’. Como resultado, la profesión pierde credibilidad a la par que calidad. Y todo ello a pasos agigantados.

Sí, estábais en lo cierto. El periodismo es esa profesión.

posted by @acordellat

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La información y la opinión en Twitter

La tragedia griega

Sobre la importancia relativa de los ‘trending topics’

¿No creéis que se le está dando una importancia excesiva a los Tendring Topics en Twitter?, ¿cómo es que consentimos aceptar como noticia un hecho que puede haber sido inflado conscientemente como ruido por un grupo determinado de usuarios que sincronizan una estrategia oportuna para convertirse en tendencia?, ¿pecan los periodistas, los medios de comunicación, los blogueros o los usuarios de los canales sociales de crédulos respecto hacia un indicador que puede ser un envoltorio de un caramelo sin sabor?, ¿dónde está el contenido atractivo o el valor informativo que justifica convertir una tendencia de esas características en noticiable por defecto?, ¿no es aquí donde el periodista tendría que ejercer su papel y atajar/ordenar las emociones puntuales de una etiqueta para saber si es susceptible de ser noticia?, ¿no habría que analizar los tweets compartidos bajo un denominador común para medir si realmente responden a una tendencia informativa más que a una pauta organizada por un grupo de usuarios interesados en obtener publicidad o de condicionar la versión objetiva de una realidad noticiable?

Estas son preguntas que bien pueden configurar un debate abierto en este foro, al objeto de intentar delimitar el peso de los Trending Topics, hasta dónde llega el papel del periodista 2.0 al interpretarlos y los valores informativos que deben contener para ser considerados noticias.

La información y la opinión en Twitter

Dentro del abecé de la profesión periodística encontramos la necesidad ética de ofrecer a la audiencia los contenidos separados por secciones y, como praxis deontológica primaria, especificar bien cuándo un espacio publicitario invade uno informativo. Aspecto cualitativo tan importante como discriminar la opinión de la información en aras a favorecer que el criterio y la valoración del receptor sean los que, por encima de la intencionalidad editorial, interpreten el contenido sin engaños.

Este modus operandi se enseña en todas de las facultades de Periodismo para que los futuros periodistas lo emprendan como tic habitual. Pero, ¿cómo separar la información de la opinión en un tweet?, ¿el hashtag es el recurso más periodístico dentro de la red social de los 140 caracteres para conferir al post un carácter de publicidad, de información o de opinión en cada caso?

Cabría abrir un debate dentro de los muchos que ya se han iniciado en relación a las nuevas funciones del periodista en las plataformas digitales y en las redes sociales, particularizándolo en cómo ejercer con los mismos criterios deontológicos que lo ha hecho tradicionalmente cuando comparte un análisis en alto por estos canales. Una buen vía podría ser la de plasmarlo en las hojas de estilo del periodista 2.0 que ya comienzan a circular por redacciones, organizaciones y empresas.

¿Tendría que escribir el hashtag #opinión cuando publicara en Twitter un juicio de valor respecto a algún hecho de actualidad o cuando enlazara a un artículo de opinión, aunque los caracteres escritos en la red social del pajarito estuvieran plasmados en un tono informativo?; Y cuando compartiera el tweet de otro usuario con sus seguidores,  ¿cómo ‘apellidarlo’ para encasillar su contenido en relación a su intencionalidad?

Sin duda, y continuando con el caso de Twitter, 140 caracteres dan para lo que dan, pero jamás han de servir de excusa para caer en la dejadez de las virtudes que se le presuponen al profesional de la comunicación, el más y mejor cualificado para ordenar, contrastar y verificar todo el ruido que se genera a diario en las redes sociales en general y en Twitter en particular.

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El poder periodístico de los ‘hashtags’ en Twitter
Utilidades periodísticas de Twitter
Cursos de formación. Herramientas periodísticas 2.0

De deportes, horchata y emprendedores 2.0

La agencia de servicios periodísticos Soma Comunicación alimentó el pasado 3 de noviembre el debate en torno a las oportunidades que abren las redes sociales en ámbitos a priori tan dispares entre sí como el deportivo, el emprendedor y el horchatero, con la excusa de la celebración del Día de la Persona Emprendedora de la Comunidad Valenciana, el I Foro Internacional del Deporte y el V Horchata and Twitts.

La primera cita del día reunió en Feria Valencia a ’emprendedores orquesta’ multidisciplinares, en la mesa de trabajo organizada por 3inoRes y Coworkingvalencia en el centro de eventos del complejo ferial. El director de comunicación de Soma, Óscar Delgado, ejerció de moderador en una cita marcada por la numerosa afluencia de emprendedores bajo el denominador común de conocer el ‘hasta dónde’ debe asumir un autónomo sus habilidades sin contar con ayuda externa o qué papel juegan las redes sociales en el desempeño rutinario de sus quehaceres. Delgado defendió la oportunidad emprendedora en tiempos de crisis y la búsqueda de sinergias entre profesionales que permitan acelerar la concreción de una idea empresarial de futuro.

La Ciudad de las Artes y las Ciencias albergó el I Foro Internacional del Deporte, coincidiendo con la celebración del Open 500 de tenis ATP de Valencia. Soma Comunicación, en representación de la Asociación de Medios Digitales de la Comunidad Valenciana, presidida por Óscar Delgado, estuvo presente en la mesa Comunicación 2.0 y Deporte, donde el debate discurrió entre la amenaza que puede significar el Social Media para el concepto tradicional de la profesión periodística o la oportunidad que abren los canales sociales para la especialización de los contenidos de las cabeceras deportivas. Con todo, una vez asumidas las posibilidades y oportunidades de las redes sociales y el potencial que abren para el ejercicio del periodismo deportivo, los responsables de los medios de comunicación presentes en el debate siguieron preguntándose por cómo obtener beneficios económicos y rentabilidad de esa asimilación del nuevo código de la relación audiencia-periodista-deportista.

El V Horchata and Twitts, organizado por Soma Comunicación y Webmetrics, puso el broche 2.0 a la jornada emprendedora de Feria Valencia. Más de 100 tuiteros (usuarios de la red social Twitter) procedentes de distintos puntos de la Comunidad Valenciana intercambiaron experiencias profesionales vinculadas a la red social de microblogging con motivo del V Horchata and Twitts, que celebró una edición especial para emprendedores coincidiendo con el Día de la Persona Emprendedora de la Comunidad Valenciana.

Futuro y periodismo en versión 2.0

Internet ha irrumpido en nuestras vidas y, sin duda, lo ha hecho para quedarse. Hace apenas unos días leía que la publicidad online ha crecido un 14.4% en el primer semestre del presente año, situándose como el tercer soporte predilecto en nuestro país con una inversión que ya alcanza los 431.95 millones de euros. Poco después, escuché las palabras de Javier Rodríguez Zapatero, director general de Google España, Portugal y Turquía, quien remarcaba cómo la Red había cambiado el modelo de negocio de numerosas empresas y llegó a vaticinar que la desaparición de este medio supondría la pérdida del 76% del PIB del país.

Estudio Periodismo. Confío en ser licenciada en ello por la Universidad de Valencia el próximo mes de junio. Y cada vez que llegan a mí datos semejantes me pregunto cómo hay quien todavía se pregunta si hay futuro para los profesionales de la información. Y mi asombro es máximo cuando otros achacan la actual situación de éstos a los soportes de tipo digital. ¿Qué les pasa? Transmisión inmediata de información, interacción continuada con los lectores, conexión global, acceso multitudinario… Estas son algunas de las ventajas que Internet ha aportado a la comunicación. ¿No deberíamos, por tanto, acusar más bien un problema de formas que de medios? ¿No será que el único problema existente es que aún no se ha dado con la fórmula para hacer de un medio digital un medio rentable?

Los textos de poca calidad, la injerencia profesional, la escasa conciencia crítica, la baja estima de los trabajadores o la excesiva dependencia de la publicidad que tanto se denuncian últimamente no son más que vicios heredados de la que llaman ‘la última época dorada del periodismo’, ésa que tuvo lugar en los medios tradicionales. Pero ahora toca un cambio de paradigma. Comenzaba el artículo ejemplificando cómo otras doctrinas ya están en ello: publicidad, negocios… ¿Por qué no empezar nosotros también? Nadie dijo que la adaptación a un nuevo savoir faire fuera fácil, pero las situaciones de cambio son siempre idóneas para innovar, arriesgarse y probar otras recetas de éxito. El pasado mes de marzo, un valiente, The New York Times, decidió empezar a cobrar por el acceso a su edición digital. Ahora presume como paradigma del contenido de pago. Mientras, otros medios nos aleccionan acerca de calidad y éxito informativo en la Red, como es el caso de The Huffington Post o ProPublica.

Quizá sea porque estoy iniciándome en la que espero que sea mi profesión y me niego a ver el futuro tan negro como algunos lo pintan. Quiero pensar que la supervivencia del periodismo dependerá de la capacidad y del talento de quienes lo practican –o lo estamos intentando–. “Será un inmenso quiosco”, leí hace tiempo en un artículo de Maruja Torres. Me quedo con esa definición.

posted by @LaBellver

El periodismo digital y la carnaza publicitaria

El cierre de Don Balón ha sentado un hito en el camino del periodismo especializado. La publicación ha dicho basta en un tiempo en que ejercer la profesión desde una vertiente tradicional y especializada se ha convertido en una práctica de romanticismo poco rentable para las arcas de las empresas informativas. Pero tampoco para las que han dejado de encontrar rentabilidad en invertir dinero en concepto de publicidad en estas cabeceras, a las que ni su tradicionalismo, ni su audiencia más o menos fiel, ni la calidad de los contenidos han salvado.

Con este panorama, y a tenor de otros certeros análisis que los compañeros de profesión han realizado sobre hacia dónde camina la rentabilidad del periodismo tradicional, se puede intuir desde hace tiempo que la versión digital de la profesión puede ser la nueva vía a la que agarrarse. Con todo, ¿cómo atraer inversores tradicionales a la nueva concepción periodística?, ¿cómo canalizar al ámbito digital la especialización de contenidos y, a la postre, la calidad de planteamientos caducados –por caros e inviables en el 1.0 como el caso de Don Balón- sin que tengan que someterse a la tiranía de la carnaza del CPM, del CPC o del CPV?, ¿quién sitúa el sempiterno límite entre la cantidad y la calidad?

Las apuestas por la calidad de contenidos, con un público especializado, aunque minoritario, que los demanda, responden en sí mismas a los nuevos hábitos de consumo de información, por lo que no deberían de estar solapadas a criterios de rentabilidad y a costes calculados a partir de los miles de personas para justificar su hipotética continuidad. Porque su supervivencia, precisamente, reside en la cualidad especializada que los identifica, en la respuesta a una demanda minoritaria que los reclama y en el mercado especializado del que también pueden nutrirse sin que éste los someta a unos criterios distintos para insertar una publicidad en el formato periodístico especializado.

La decadencia del papel, incierta o inevitable, y los cierres de apuestas irrepetibles de periodismo de calidad tradicional, como el citado al inicio o los que han cerrado en internet, han de servir para que los tics tradicionales no se proyecten a los nuevos soportes periodísticos, que poco tienen que ver con el concepto masivo de los mass media y mucho con la oportunidad especializada que abren tanto para el periodista que difunde informaciones dirigidas a un círculo minoritario de la población, como para el destinatario que recibe de buen grado dicha apuesta por la calidad, como para el anunciante que puede encontrar canales más eficaces, más baratos y menos masivos que, como aguja hipodérmica, acudan al rescate del target de público que más les interesa.

Sería bueno entonar un réquiem por los CPM, CPV y CPC antes de que las cifras cuantitativas devoren buenas apuestas periodísticas cualitativas –que no publicitarias- para las sociedades especializadas del siglo XXI.

Otros enlaces del blog de la agencia de servicios periodísticos Soma Comunicación:

Periodistas del siglo XXI

Armas periodísticas en internet

Periodistas (del siglo XXI)

Más de 4.000 profesionales de la comunicación se han quedado sin empleo en España desde que comenzó la crisis. Si sumáramos los últimos despidos contenidos en los ERE de Prisa o Público, la incertidumbre en torno a la continuidad de la revista Don Balón o la precariedad con la que trabajan a diario redacciones basadas en la ley del máximo esfuerzo con la recompensa del mínimo sueldo, encontraríamos el panorama desolador por el que atraviesa hoy la profesión periodística en nuestro país.

El debate ya ha dejado de ser si el papel desaparecerá o si lo que ha cambiado han sido los soportes. El nuevo precepto pasa por la supervivencia individual de quienes creen en el flanco tradicional y de quienes han decidido apostar por la aventura empresarial. En los dos casos la rentabilidad sigue siendo dudosa, primero porque el papel ha perdido vigencia o porque en ámbitos institucionales o empresariales lo efímero o temporal es lo que prevalece para muchos; y, segundo, porque lo digital tiene una difícil teoría de la rentabilidad que aplicar. Entre ambos, quedan los inadaptados o, lo que es lo mismo, aquellos que aún están atados a los modelos hereditarios de la profesión o los que llegaron al tren de la tecnología tan a tiempo como para abrir camino a machetazos en la jungla de la actualidad.

La crisis es del sistema, quizás, pero en el periodismo la crisis es de un metasistema de poderes en el que los periodistas siempre han tenido un peso por encima de un sueldo. Hoy parece que el peso social de estos profesionales se equipara con el que atenaza a otros en tiempos de crisis: el del paro o el del mileurismo feroz.

El antídoto que se plantea en esta encrucijada profesional pasa por buscar oportunidades emprendedoras donde antes no las había, gracias a la eclosión y a la democratización de las nuevas tecnologías. Facilidades oficiales, siempre serán pocas, por lo que más numerosas tendrán que ser las oportunidades que de la puesta en común de buenas ideas surjan como avance de un futuro periodístico emprendedor, fresco, directo, sin esclavitudes, sin dictados ni codazos corporativos carentes de sentido que deshumanizan a quienes lo practican en defensa de aquellos que, tarde o temprano, los convertirán en carne de nuevos ERE.

 

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Armas periodísticas en internet

photo by @Marga_Ferrer

Gabinete de prensa

Rutinas periodísticas de verano II (En la radio)

Detrás de las ondas, están los profesionales que hacen la radio, una superviviente por definición, que ha sabido adaptarse a todas las revoluciones de soportes que hasta la fecha han condicionado la historia de los medios de comunicación. También a la revolución digital que hoy sacude los cimientos de la prensa en papel pero que no ha podido con la radio, ni podrá, quizás por las historias que encierran las ondas, testigos mudos del paso del tiempo y de otras rutinas periodísticas propias de los meses de verano que recogemos en esta colección de entradas estivales.

“Tienes que ir a la rueda de prensa que ofrece el teniente alcalde en el Ayuntamiento. Lo más seguro es que entres en directo en el informativo local”. Una frase arquetípica para el contexto radiofónico pero que sus oídos recogían por primera vez. En la carrera no le habían enseñado que la inmediatez formaba parte del juego del directo. Un becario sabe lo que hasta la fecha en que llega al medio ha aprendido y se foguea con rutinas como las que se viven cada verano en las redacciones de las emisoras de radio, y cuanto más locales y con menos recursos, de forma más manifiesta.

Al llegar a la sala de prensa del consistorio tenía que montar (era su segundo día de trabajo como becario y su primera salida a la calle) el micrófono en la mesa del compareciente, conectarlo a la grabadora y aparentar la normalidad de quien hace eso cada día para que nadie le señalara como lo que era: un becario. Consiguió dar los pasos con aparente éxito, hasta que mediada la rueda de prensa, la alcachofa, tras desafiar la ley de la gravedad, evaluó el efecto dominó al empujar y hacer caer uno detrás de otro los micros de la competencia. El compareciente interrumpió su discurso justo en el momento en que pronunciaba las palabras que tanto se había empeñado su jefe de prensa para que lo reprodujeran después los medios en sus titulares. De fondo, un ruido ensordecedor provocó entre los asistentes el gesto institivo de cerrar los ojos y taparse los oídos. Los micrófonos se habían acoplado. Cosas del directo…

Eran las 13:45 y a las 13:47 tenía que entrar en directo con la crónica que no había escrito. Sin termninar de disculparse por el suceso anterior, y apenas un minuto después de haberse reestablecido la normalidad en la sala, se levantó de su silla y tropezó con el cable de otro micrófono antes de recoger de la mesa la grabadora con la que rescataría el corte de voz que le catapultaría al éxito en su entrada en directo durante el informativo local.

Un compañero solidario de la radio de la competencia le indicó de forma apresurada dónde estaba la cabina desde la cual podría llamar a la redacción para entrar en directo dentro de 30 segundos… El tiempo del que dispuso para sentarse, elegir un punto de forma aleatoria de la grabación y marcar el número de teléfono del técnico de la radio, quien le indicó que entraba después de la pieza que escuchaba en ese momento por el auricular con el corazón a mil pulsaciones.

“El pleno del Ayuntamiento ha aprobado hoy los presupuestos [fusion_builder_container hundred_percent=”yes” overflow=”visible”][fusion_builder_row][fusion_builder_column type=”1_1″ background_position=”left top” background_color=”” border_size=”” border_color=”” border_style=”solid” spacing=”yes” background_image=”” background_repeat=”no-repeat” padding=”” margin_top=”0px” margin_bottom=”0px” class=”” id=”” animation_type=”” animation_speed=”0.3″ animation_direction=”left” hide_on_mobile=”no” center_content=”no” min_height=”none”][…] Nos amplía la información desde el consistorio…”. Estaba en el aire. Y en el aire se quedó. Mudo. “Parece que hemos perdido la conexión con […]”. Del amarillo pasó al rojo y del rojo al calor sostenido que desembocó en el frío que bajó por su espalda cuando el aire acondicionado le avisó que la primera lección de aprendizaje de su período de formación había concluido.

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Rutinas periodísticas de verano I (Ibiza)

En Ibiza, la actualidad periodística del verano está condicionada por la afluencia masiva de famosos a la isla. Para un lugar que durante el resto del año lo único que remueve los cimientos de la rutina son los conciertos de alguna estrella fugaz de paso por Las Dalias o las incursiones de líderes políticos de gira en tiempos electorales, la importancia que se le da en las redacciones a la cobertura de los insignes famosos es máxima.

Como el periodista de sucesos, que vale lo que su agenda de contactos dentro de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado o de los tribunales; el periodista encargado de afrontar la llegada masiva de famosos a la isla desde una perspectiva periodística, la de buscar la entrevista directa más allá del ‘posado’ de revista del corazón, la de dar coherencia informativa bajo la forma de una crónica o reportaje de color, vale lo que pesan sus contactos. Una agenda que se forja el resto del año en los puntos estratégicos de afluencia de deportistas, actores, cantantes y otra gente de bien.

Ese trabajo significa para el periodista una estrategia repetida basada en hacer otro tipo de posados, los de nalgas en los taburetes (no siempre acolchados) de los chiringuitos de ses Salines durante guardias eternas, en el aeropuerto vigilando las llegadas, en tiendas del puerto de Ibiza, en el quiosco donde compran libros y prensa los personajes VIP, en el estanco donde adquieren tabaco, en el dique seco donde se revisan los yates antes de botarlos… Lo que, a su vez, requiere ir equipado de un poemario de recursos dialécticos, de contexto informativo (documentación), líquidos, sonrisas y paciencia.

Sin embargo, es un episodio que no siempre termina en buen puerto; a veces tus contactos quedan lejos en ocasiones de los del periódico de enfrente, bien porque el peso comercial que ejercen sus respectivos equipos en sitios de anunciantes pesa más que la destreza informativa (la pela es la pela), bien porque el contacto te falla en el momento en que se deja seducir por los encantos del oportunismo de quien llega antes.

Aún así, en tiempos de copia y pega, de reportajes servidos a golpe de cuestionario respondido por correo electrónico, de entrevistas realizadas mediante telefonazo, o de trajes y corbatas impuestas desde la oficialidad, siempre adereza la canícula veraniega de la profesión recordar rutinas de periodismo salvaje.

Photo by @Marga_Ferrer

Otras entradas del blog de la agencia de servicios periodísticos Soma Comunicación:

Armas periodísticas en internet

Cuando el periodista descubre la profesionalidad en la red

Armas periodísticas en internet

La carestía de periodistas cualificados sufrida en plena transición de soportes ha provocado que el ámbito profesional abierto por el concepto digital de la profesión haya sido descuidado. La reacción del periodismo tradicional, aunque voluntariosa, ha sido retardada. De un lado porque, salvo excepciones, los plumillas de perfil offline han tardado en encontrar las ventajas a los nuevos soportes por encima de lo que afrontaban, al entender éstos el ejercicio de la profesión en los ámbitos online como algo puramente friqui, pasajero e, incluso, ajeno al propio periodismo.

De otro lado, la participación ciudadana y la aplicación  anticipada de planes de marketing y de publicidad sin contar con el valor añadido de la comunicación periodística de calidad han demorado la presencia de la otrora tarea necesaria en las empresas desde el plano 0.0, esto es, el de la planificación de comunicación.

Comunicar requiere de una capacidad que pueden desarrollar los periodistas cualificados con la habilidad y calidad que, por ejemplo, hayan desarrollado o desarrollen aún en el ámbito offline y que estén preocupados por su situación laboral en tiempos de crisis para los soportes tradicionales o que quieran extender su influencia y habilidades al ámbito online.

Con todo, para una empresa informativa, para una empresa de perfil productivo o para una institución, por poner tres casos arquetípicos, siempre ha sido ventajoso aprovecharse de una buena convivencia entre las patas en las que han de apoyarse para llegar al consumidor, a la audiencia o al ciudadano: comunicación, marketing y publicidad.

Cada una ha de aportar de forma especializada sus habilidades también en ámbitos online y ha de respetar el papel de cada cual dentro de las estrategias planteadas, precisamente, para que la empresa o institución que representan en sus planes salga lo más beneficiada posible.

Y, ¿quién mejor que un periodista y comunicador cualificado para realizar un plan de comunicación  online, redactar un discurso, orientar y redactar el contenido de un blog corporativo/periodístico, asesorar en materia de comunicación y diseñar en sintonía con el área de marketing y publicidad las acciones de su materia a desempeñar en el 2.0?

Debate abierto.

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